¡°Si a los ni?os se les explica bien y de forma adaptada son los que mejor cumplen las normas¡±
Sonia Mart¨ªnez Lomas, psic¨®loga especialista en inteligencia emocional, asegura que para comprender lo que sentimos tan solo hace falta que le pongamos nombre
Nuestras circunstancias, nuestras mochilas, nuestra econom¨ªa y hasta nuestras expectativas influyen inevitablemente en c¨®mo nos relacionamos en familia ¨Cy fuera de ella¨C. En c¨®mo criamos y educamos. Y, claro, en c¨®mo afrontamos las bondades y las dificultades de la vida. Sabemos que no hay una f¨®rmula m¨¢gica para ¡°hacerlo bien¡± ¨C?o s¨ª?¨C pero para Sonia Mart¨ªnez Lomas, psic¨®loga especialista en inteligencia emocional y directora de los centros Crece Bien (Madrid), s¨ª hay una hoja de ruta que puede hacerlo m¨¢s f¨¢cil y pasa por conocer y entender las emociones; las propias y, obviamente, las de nuestros hijos e hijas. ¡°Si las conocemos, si dedicamos un tiempo para hablar con nuestros hijos de ellas, si sabemos sus funciones, y c¨®mo podemos manejar cada una de ellas, es probable que todo sea m¨¢s f¨¢cil¡±, dice Sonia Mart¨ªnez. Se?ala tambi¨¦n que siempre desde la idea de ¡°acompa?ar¡± las emociones en lugar de controlarlas o eliminarlas, y siendo receptivos a la reflexi¨®n, al cambio y a la escucha activa. Hay tarea por delante.
PREGUNTA: Entiendo que para entender y acompa?ar los sentimientos de nuestros hijos debemos tambi¨¦n haber hecho una labor de aprendizaje emocional por nuestra parte. ?Ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil para nosotros, como adultos, y a la hora de acompa?ar las emociones de nuestros hijos e hijas, haber tenido una educaci¨®n emocional?
RESPUESTA: Ser¨ªa de gran ayuda, s¨ª, aunque no es determinante. Vemos muchas familias que a ra¨ªz de tener la intenci¨®n de ayudar a sus hijos a identificar y manejar sus emociones (puede ser a trav¨¦s de cuentos que les lean o libros para padres y madres) han ido realizando peque?os cambios en s¨ª mismos que les han sido muy ¨²tiles. Esto es algo que me comentan muchas familias. Adem¨¢s, creo que es un buen ejemplo para los ni?os, que ven que tambi¨¦n nosotros estamos aprendiendo.
Las emociones no son como las matem¨¢ticas, que requieren conocimientos te¨®ricos previos para resolver los problemas, sino que las emociones ya las tenemos y vivimos, y para manejarlas a veces tan solo hace falta que pongamos nombre a c¨®mo nos sentimos y promovamos, como acompa?antes, que el ni?o busque soluciones. Esto ya ser¨¢ un paso grande.
P: No s¨¦ si a las generaciones como la nuestra, y obviamente anteriores, nos ha faltado esa educaci¨®n emocional, ese acompa?amiento, para afrontar de otro modo las dificultades. Si quiz¨¢s una situaci¨®n compleja como la actual hubiera sido m¨¢s f¨¢cil de gestionar, en general, con esa base.
R: No lo sabemos con exactitud pero s¨ª hemos visto que los adultos y los ni?os con habilidades emocionales lo han llevado mucho mejor, han gestionado la situaci¨®n de manera constructiva, con m¨¢s seguridad en s¨ª mismos, tomando mejores decisiones y manejando mucho mejor sus emociones y relaciones. La gesti¨®n emocional se desarrolla y evoluciona con el tiempo y las circunstancias, el conocimiento de uno mismo y el desarrollo de recursos personales se hace visible muchas veces ante las dificultades, haciendo que las reacciones sean mucho m¨¢s positivas.
Para escuchar debemos parar de hacer lo que estuvi¨¦ramos haciendo y poner todos nuestros sentidos a escuchar
P: Como adultos, ?por qu¨¦ es importante entender emociones como la tristeza, la rabia o el enfado en ni?os?
R: Te pongo un ejemplo: cuando conduces tienes diferentes luces que te van indicando la velocidad, la gasolina, el nivel del aceite... Si las entiendes, podr¨¢s conducir de manera segura y conocer qu¨¦ hacer en cuanto una de ellas se encienda o cambie de color, siendo y sinti¨¦ndote eficaz en la conducci¨®n. Con las emociones pasa lo mismo: si no las entendemos ?c¨®mo las vamos a manejar? Adem¨¢s, si no sabemos para qu¨¦ sirven lo ¨²nico que har¨¢n es molestarnos y nosotros evitarlas. Sin embargo, si las conocemos, dedicamos un tiempo para hablar con nuestros hijos de ellas, sabemos sus funciones y c¨®mo podemos manejar cada una de ellas es probable que todo sea m¨¢s f¨¢cil, ?verdad?
P: Sobre este asunto, percibo en el libro tambi¨¦n que el trabajo es m¨¢s por nuestra parte que por ¡°cambiar¡± las conductas normales de la infancia¡ Acompa?ar y no querer ¡°modificar¡± emociones que est¨¢n ah¨ª.
R: As¨ª es. El objetivo es que los padres y madres acompa?en a los ni?os en sus emociones, les apoyen para entenderlas y manejarlas, consiguiendo que sean aut¨®nomos en sus emociones. Si el ni?o sabe por s¨ª mismo c¨®mo se siente, y c¨®mo puede manejar esa emoci¨®n, podr¨¢ hacerlo ahora y en el futuro. El libro da ideas de c¨®mo hacerlo de manera muy pr¨¢ctica.
P: ?Sabemos escuchar a los ni?os y ni?as? ?Entendemos qu¨¦ hay detr¨¢s de sus reacciones?
R: M¨¢s que escuchar lo que debemos replantearnos es el motivo por el que les escuchamos. Si les escuchamos para resolverles enseguida lo que nos cuentan o para que paren de hablar (o para hablar nosotros) no les estaremos ayudando. Si les escuchamos para comprenderles, impulsarles a buscar soluciones o acompa?ar en lo que sienten o piensan entonces s¨ª estaremos ayud¨¢ndoles en su educaci¨®n emocional.
Escuchar no es o¨ªr. O¨ªr se hace solo con las orejas, sin embargo, escuchar se hace con los cinco sentidos. Para escuchar debemos parar de hacer lo que estuvi¨¦ramos haciendo y poner todos nuestros sentidos a escuchar.
P: En esta crisis parece que ha quedado claro que no ¡°sabemos escuchar¡± porque ni ciudadan¨ªa ni autoridades hemos estado a la altura de las necesidades de la infancia¡
Partamos de la idea de que si no hay una peque?a reflexi¨®n familiar, no habr¨¢ cambios. Esta es una gran ocasi¨®n para ver los errores como oportunidades, encontrar otras maneras de relacionarnos en familia
R: Es un gran ejemplo el que pones. No hemos tenido en cuenta sus necesidades, c¨®mo estaban y qu¨¦ eran capaces o no de hacer para evitar el contagio. Se les ha visto como amenaza cuando, sinceramente, yo he visto que si se les explica bien y de forma adaptada son los que mejor cumplen las normas. Los ni?os son m¨¢s capaces de esperar, de tener paciencia, de buscar soluciones e, incluso, de ponerse de acuerdo con los dem¨¢s. Dec¨ªa Francesco Tonucci que dej¨¢semos a los ni?os resolver el problema que se les presentaba para jugar en la distancia. ?l explicaba que los ni?os buscar¨ªan soluciones y yo lo he visto en el parque, c¨®mo los ni?os han buscado la manera de jugar en la distancia.
Muchos adultos que han tenido que tomar grandes decisiones en esta crisis han mostrado falta de habilidades para comunicarse, resolver conflictos, empatizar, llegar a acuerdos o manejar sus propias emociones. Es importante que hagamos una reflexi¨®n sobre esto y veamos la importancia de ense?ar a los ni?os habilidades para la comunicaci¨®n, la empat¨ªa, la asertividad y la resoluci¨®n de conflictos.
P: Supongo que esta pregunta depende en realidad de muchos factores (econ¨®micos, sociales, educativos, familiares) pero, en general, ?se puede decir que la crisis ocasionada por el coronavirus tendr¨¢ repercusiones en el estado emocional de los ni?os y ni?as?
R: Lament¨¢ndolo mucho creo que s¨ª. De hecho, muchos ni?os est¨¢n teniendo problemas para dormir, para mantener rutinas, mostrando inseguridad o irritabilidad. Est¨¢n ocurriendo muchos cambios externos en poco tiempo que alternan el d¨ªa a d¨ªa del ni?o, manteni¨¦ndole a ¨¦l y los adultos en un constante estado de hipervigilancia, lo que les lleva a tener sus emociones a flor de piel.
P: Por otra parte, dec¨ªa recientemente la pediatra Mar¨ªa Angustias Salmer¨®n que ha visto que los ni?os con familias protectoras y sin situaciones de duelo han disminuido el estr¨¦s y se sienten mejor. No s¨¦ si esto deber¨ªa hacernos pensar, reflexionar, qu¨¦ rutinas llevamos aunque no s¨¦ si hay escapatoria en seg¨²n que circunstancias y contextos.
R: Efectivamente, los ni?os que han contado con familias que han estado relativamente tranquilas, que han podido dedicarles tiempo, planificar el d¨ªa a d¨ªa y que han tenido ocasiones de hablar de sus emociones y dificultades, han logrado que los ni?os est¨¦n mejor, tranquilos y seguros del mundo en el que viven. Tambi¨¦n hay familias que no han tenido la misma suerte ya que su trabajo no les permit¨ªa tener m¨¢s tiempo, sent¨ªan presi¨®n o no llegaban a planificar bien el d¨ªa. Adem¨¢s, tambi¨¦n est¨¢ la interpretaci¨®n que hacemos de la realidad vivida y c¨®mo se lo presentamos a los ni?os, eso tambi¨¦n ha podido marcar la diferencia. Aqu¨ª ayuda mucho la parte de la educaci¨®n emocional que se refiere a la interpretaci¨®n que hacemos de la realidad, siendo el pensamiento constructivo el gran aliado en la b¨²squeda de soluciones, la mirada hacia lo positivo.
P: La convivencia familiar en estos meses tambi¨¦n se ha puesto en cierto modo a prueba. ?Hemos desaprendido a vivir en, y como, familia?
R: Partamos de la idea de que si no hay una peque?a reflexi¨®n familiar, no habr¨¢ cambios. Esta es una gran ocasi¨®n para ver los errores como oportunidades, encontrar otras maneras de relacionarnos en familia. Por ejemplo, despu¨¦s de lo vivido, podemos comenzar a hacer compromisos familiares, proponer cambios de tareas o tiempos entre los miembros, dedicar espacios a hablar y mejorar la convivencia.
P: ?Cu¨¢les dir¨ªas que son las bases para una convivencia familiar saludable?
R: En primer lugar, necesitamos empat¨ªa: ponernos en el lugar de los dem¨¢s; conocer que sienten y piensan de manera diferente y no solo se les respeta sino que se aprende de ellos.
Tambi¨¦n buscar espacios para la comunicaci¨®n, ya que es la ¨²nica forma de crear una realidad com¨²n en la que todos estemos a gusto. Las normas y derechos expl¨ªcitos tambi¨¦n son muy importantes. No es f¨¢cil pero si se gestiona bien este aspecto tendremos una gran red de seguridad en la convivencia. Y, por ¨²ltimo, es importante tambi¨¦n compartir tiempos en los que sintamos emociones como la alegr¨ªa, eso nos unir¨¢.
P: Tampoco es f¨¢cil convivir con el estr¨¦s que supone hacer tantas tareas a la vez (cuidar, trabajar, organizar las tareas de casa, ayudar con deberes). ?Hay realmente una f¨®rmula m¨¢gica para afrontarlo de una forma emocionalmente saludable?
R: El estr¨¦s se activa para que puedas estar alerta y pendiente de varias cosas a la vez. Es positivo en peque?as dosis pero demasiado puede disparar todo el organismo. Reconocerlo, y saber que se puede manejar y c¨®mo, puede ayudar mucho.
Por ejemplo, sabemos que el cerebro se mantiene activado para estar pendiente de muchas cosas. Si todas esas cosas se agendan y planifican, parte de la activaci¨®n desciende. Si reflexionamos el peso que tiene cada una de estas cosas y le damos el lugar que merecen tambi¨¦n disminuir¨¢ la presi¨®n ya que estar¨¢ ¡°pendiente¡± de menos. Y por ¨²ltimo, si queremos disminuir el estr¨¦s una gran manera de hacerlo ser¨¢ a trav¨¦s del cuerpo: relajar el cuerpo a trav¨¦s del movimiento o de la respiraci¨®n.
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