?Ayuno en vez de desayuno?

Me recuerdo de ni?a levant¨¢ndome de la mesa despu¨¦s de la comida al mediod¨ªa con una sensaci¨®n de empacho. A menudo ten¨ªa que desabrocharme el cintur¨®n o el bot¨®n del pantal¨®n un rato, en un intento por recuperar la respiraci¨®n. Me atrevo a decir que mi caso no es ¨²nico. Que muchos y muchas hemos crecido en familias donde dejar algo en el plato era sin¨®nimo de pecado y donde m¨¢s que alimentarnos se nos cebaba. Ante todo, que no se quede con hambre el ni?o.

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En mi particular camino hacia intentar ¡°comer mejor y m¨¢s sano¡± he descubierto que no solo hay que avanzar hacia una dieta lo m¨¢s vegetal, local, bio posible, con alimentos lo menos transformados posible sino que adem¨¢s una buena alimentaci¨®n significa ayunar de manera intermitente. Lo descubr¨ª gracias a un excelente documental de ARTE, Le je?ne, une nouvelle th¨¦rapie (El ayuno, una nueva terapia) que puede verse completo (en franc¨¦s) y en abierto en el enlace anterior hasta abril del 2021.

Y descubr¨ª tambi¨¦n los beneficios del ayuno gracias a la lectura, muy amena, de La Gu¨ªa completa del ayuno (editorial Edaf), escrita por un m¨¦dico canadiense, Jason Fung, con la ayuda de Jimmy Moore. Fung es un nefr¨®logo experto en combatir la obesidad y la diabetes tipo 2 gracias al uso del ayuno intermitente como terapia m¨¦dica. Lleg¨® a ello casi forzado por las circunstancias. Incapaz de convencer a sus pacientes para que siguieran dietas estrictas les conmin¨® a saltarse algunas comidas. As¨ª, a la brava, dejar¨ªan de ingerir los alimentos indeseados. Y los resultados fueron sorprendentes.

De hecho, ni el documental de ARTE ni el doctor Fung han descubierto el Mediterr¨¢neo al poner el foco sobre este tema. El ayuno es una pr¨¢ctica ancestral promovida desde casi la noche de los tiempos por m¨²ltiples religiones. Lo que los fieles ven o viven quiz¨¢ como un ejercicio espiritual para la purificaci¨®n de la persona y punto es, en el fondo y tambi¨¦n, una pr¨¢ctica para mantener una muy buena higiene de vida y de paso desintoxicar el cuerpo.

Una sociedad que busca la satisfacci¨®n inmediata, no va a entender de entrada la gracia de abstenerse de algo.

El doctor Fung revela que para convencer a sus pacientes para que hagan un ayuno intermitente y controlado desde un punto de vista m¨¦dico tiene que ayudarles a superar muchos prejuicios y concepciones err¨®neas: la mala prensa del ayuno. Una sociedad como la nuestra, de la abundancia y del consumo desmesurado, no va a publicitar el ayuno sino todo lo contrario: un desayuno desmesurado. Y una sociedad como la nuestra, que busca la satisfacci¨®n inmediata, no va a entender de entrada la gracia de abstenerse de algo. ?Por qu¨¦ negarse algo? Si lo quiero, lo tengo: esa es nuestra divisa.

El libro cuenta, por ejemplo, que en los a?os 70 del siglo pasado un norteamericano medio hac¨ªa tres comidas al d¨ªa: desayuno, almuerzo y cena sin adem¨¢s picotear entre horas. Ni que decir tiene que ni las tasas de obesidad ni de la diabetes tipo 2 no ten¨ªan nada que ver con las actuales. Hoy en d¨ªa las estad¨ªsticas revelan que un estadounidense medio hace entre cinco y seis comidas al d¨ªa. Y las tasas de obesidad y de diabetes tipo 2 se han disparado. Por desgracia no solo en EE UU.

La gu¨ªa no solo explica la historia de la pr¨¢ctica del ayuno, tambi¨¦n desmonta los mitos que se han creado a su alrededor y explica tambi¨¦n los beneficios corporales como la renovaci¨®n celular, la mejora de la salud cardiaca, de la diabetes 2 y la p¨¦rdida de peso, claro est¨¢. Es muy interesante tambi¨¦n el testimonio de varias personas, an¨®nimas o celebridades del mundo anglosaj¨®n, que cuentan su experiencia a lo largo del libro. Como esos testimonios se intercalan con los cap¨ªtulos m¨¢s cient¨ªficos, el resultado es una lectura a la vez amena e interesante. Y m¨¢s a¨²n: muy pertinente para todo aquel y toda aquella que se pregunte c¨®mo llevar una vida m¨¢s sana.

El libro tiene un largo cap¨ªtulo final dedicado a recetas sanas. ?Comida en un libro sobre el ayuno? Pues s¨ª porque en realidad todo est¨¢ relacionado. No solo hay que ingerir menos cantidad de alimento sino que adem¨¢s hay que volver a comer comida. Suena a redundancia pero la realidad es que la industria agroalimentaria nos ha acostumbrado a comer y beber cosas (me niego a llamarlos alimentos y bebidas) que quiz¨¢ satisfacen nuestra hambre y llenan nuestros est¨®magos pero que, bajo ning¨²n concepto, son verdaderos alimentos.