El ocaso del ¨²ltimo reino de las mujeres
La abogada china Choo Waihong retrata en un libro la cultura de los mosuo, una de las ¨²ltimas sociedades matriarcales que quedan en el mundo
Durante m¨¢s de 20 a?os, Choo Waihong trabaj¨® como abogada corporativa en un par de firmas de letrados de prestigio, principalmente en Singapur y Los ?ngeles, llevando una vida agitada que la dejaba muy poco tiempo para conocer el mundo. En 2006, se cans¨® de esa vida y decidi¨® retirarse antes de tiempo para viajar en busca de sus ra¨ªces chinas, explorando las grandes ciudades y llegando posteriormente como turista al lago Lugu, el hogar de la tribu de los mosuo en el sureste del pa¨ªs. Se sinti¨® tan fascinada por sus costumbres que opt¨® por instalarse a vivir con ellos durante gran parte del a?o.
¡°Me gust¨® tanto la gente de mosuo y su estilo de vida que volv¨ª una y otra vez, qued¨¢ndome m¨¢s tiempo para convertirme en parte de su comunidad. Construir una caba?a en la tierra de un amigo de all¨ª fue parte de la aventura que me atrajo a pasar m¨¢s tiempo¡±, dice la abogada, hoy la persona no mosuo que mejor conoce a fondo sus costumbres.
Waihong creci¨® en un mundo en el que los hombres son los jefes y acostumbraba a pelear mucho con su padre, considerado el jefe en una familia ¡°extremadamente patriarcal¡± de Singapur. La experiencia eran tan diferente a lo que conoc¨ªa que comenz¨® a escribir un libro para registrar todo lo que aprend¨ªa llamado La tribu de las mujeres: Vida, amor y muerte en las rec¨®nditas monta?as de China (Editorial Pen¨ªnsula, 2018).
Ella comenz¨® el libro casi por casualidad, empujada por un amigo de Londres que fue a visitarla una vez a su caba?a en el lago. ¡°Escribir el libro tambi¨¦n me empuj¨® a profundizar en lo que significaba la esencia feminista para una de las ¨²ltimas sociedades matrilineales y matriarcales que quedan en el mundo¡±, explica la abogada.
En la tribu mosuo, los ni?os viven en la casa familiar de las madres y son criados por ellas, sus abuelas, t¨ªas y t¨ªos. Nacen fuera del matrimonio y la familia nuclear tal como la entendemos existe de forma distinta. Los hombres y las mujeres tienen encuentros nocturnos ocasionales cuando lo desean. El sombrero de un var¨®n colgado en la manija de la puerta del cuarto de una mujer es una se?al para que otros no entren. Estos encuentros pueden ser de una noche hasta asociaciones exclusivas de por vida que pueden terminar o no en el embarazo, pero las parejas nunca viven juntas ni contraen matrimonio.
Ellas heredan las propiedades, siembran, cuidan a la prole y realizan tareas del hogar. Ellos se encargan de las tareas de fuerza, construyen y reparan casas, sacrifican animales y ayudan con grandes decisiones familiares, aunque la ¨²ltima palabra siempre la tiene la abuela, matriarca de la casa.
Escribir el libro empuj¨® a Waihong a profundizar lo que significaba la esencia feminista para una de las ¨²ltimas sociedades matrilineales y matriarcales del mundo
Seg¨²n Waihong, en la comunidad mosuo viven entre 30.000 y 40.000 personas. Su cultura se ha hecho cada vez m¨¢s popular?a lo largo de los a?os, atrayendo a muchos curiosos desde que esta zona se abri¨® por primera vez a los viajeros hace dos d¨¦cadas. La mayor¨ªa de los visitantes son los propios chinos de otras partes del pa¨ªs, probablemente porque el lago est¨¢ alejado de las principales rutas tur¨ªsticas conocidas y, por lo tanto, los extranjeros necesitan m¨¢s tiempo y esfuerzo para desviarse a esta remota regi¨®n monta?osa interior. Aunque hoy en d¨ªa, uno puede volar directamente a su nuevo peque?o aeropuerto.
Quienes visitan el lago no comprenden la libertad sexual de la comunidad mosuo y, como dice Waihong, muchos piensan y esperan tener "suerte" y conseguir una aventura de una noche con una persona mosuo durante su estancia. Los forasteros chinos ven como una rareza el concepto de la estructura familiar matrilineal de los mosuo, en lugar de su propia tradici¨®n patrilineal. Y ¡°les cuesta comprender c¨®mo el jefe de familia puede ser una mujer cuando la suya es, y siempre ha sido, una familia definitivamente dominada por los hombres¡±, dice la autora.
El n¨²mero de visitantes ha crecido tanto que hoy toda la econom¨ªa que rodea el lago depende del turismo y con ellos tambi¨¦n han llegado de la mano el cambio de muchas de sus costumbres. Durante miles de a?os los mosuo fueron agricultores de subsistencia relativamente pobres y ahora tienen empleos m¨¢s modernos relacionados con el turismo que no exist¨ªan antes. Con estos trabajos, muchas personas han dejado de cultivar las tierras y se ganan la vida con el turismo.
La vida en el lago hace unos a?os era extremadamente rudimentaria y ahora cada granja tiene electricidad, agua corriente, conexi¨®n wifi y fuente de agua caliente con energ¨ªa solar en el hogar. Toda persona adulta o adolescente tiene un tel¨¦fono m¨®vil. Cada adulto tiene una cuenta bancaria y entiende de qu¨¦ se trata al citar un pr¨¦stamo o una hipoteca.
Matriarcados de Asia m¨¢s all¨¢ de los mosuo
Existen todav¨ªa algunas comunidades centradas en las mujeres en Asia. Las tribus garo y khasi, de alrededor de un mill¨®n de personas, son sociedades matrilineales, principalmente en la India, que est¨¢n orientadas a las mujeres, pero no dominadas por ellas. En una familia khasi, la hija menor hereda la propiedad ancestral; en la comunidad garo, las mujeres heredan, pero no toman decisiones administrativas.
En la isla de Sumatra, en Indonesia, habita la que se cree que es la sociedad matrilineal m¨¢s grande del mundo: los minangkabau, de unos ocho millones de miembros. Las mujeres desempe?an un papel esencial en la educaci¨®n de sus hijos y tienen derechos de herencia, mientras que se espera que los hombres acepten trabajos en otros lugares y ocupen cargos pol¨ªticos y religiosos. Cuando se casan, el hombre se muda a la casa de la mujer. Aunque su comunidad tambi¨¦n est¨¢ cambiando y muchos se han ido a ciudades m¨¢s grandes, donde ya no siguen sus tradiciones.
Todos los menores de 30 a?os han asistido a la escuela al menos hasta secundaria, mientras que la mayor¨ªa de sus madres y padres, que nunca han estudiado, no saben leer ni escribir. Los mosuo de los pueblos remotos ahora tienen el mismo acceso a oportunidades educativas que en el resto de China, ya que la escolarizaci¨®n es en el idioma oficial, el mandar¨ªn, y el plan de estudios sigue los modelos nacionales. Este hecho por s¨ª solo, como dice Waihong, ¡°ha tra¨ªdo cambios inmensos a la vida, las esperanzas y sus expectativas de las personas, incluida la posibilidad de poder salir al mundo en general y emplearse en trabajos que sus antepasados nunca habr¨ªan so?ado hacer¡±.
Al mismo tiempo, su estructura familiar matrilineal tradicional tambi¨¦n est¨¢ evolucionando en sinton¨ªa con la estructura familiar nuclear que prevalece en el resto de China, y hoy en d¨ªa los j¨®venes mosuo est¨¢n m¨¢s inclinados a adoptar lo que para ellos es ¡°la nueva y moderna forma de casarse legalmente¡± y formar una estructura familiar nuclear en un hogar separado. Esto divide la configuraci¨®n familiar matrilineal y tambi¨¦n significa que el matrimonio ahora une a la pareja en una pareja permanente.
¡°Todos mis amigos m¨¢s j¨®venes se han casado y han establecido hogares con el hombre y la mujer juntos en lo que r¨¢pidamente se est¨¢ convirtiendo en una familia patriarcal. Los hijos nacidos de la pareja pertenecen a la pareja y no al ¨¢rbol geneal¨®gico matrilineal m¨¢s grande¡±, dice Waihong.
De hecho, ellos crecer¨¢n sin comprender ni experimentar el gran ambiente familiar matrilineal de un hogar t¨ªpico de mosuo. ¡°Lamentablemente, esto puede ser el comienzo del colapso del mundo matrilineal y matriarcal de Mosuo¡±, opina ella. Su tarea, con su libro, es recoger testimonio de su cultura e inmortalizarla.
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