Esc¨¢ndalos de derechos humanos ¡®Made in Asia¡¯
Un resumen en cinco hitos de c¨®mo ha sido 2019 en el continente, seg¨²n Amnist¨ªa Internacional. Desde los campos de 'chinificaci¨®n' hasta Roberto Duterte y su guerra contra la droga
![La polic¨ªa en una manifestaci¨®n contra ciertas leyes pol¨¦micas, inclu¨ªda la reforma del C¨®digo Penal, en septiembre de 2019 en Indonesia.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/5KPJR5DRU3VM5THIVEWYWYI3II.jpg?auth=9d19ce3fb7783a8eda3512c1347037b1ca051e9ae93f724500cab558976a7845&width=414)
En Amnist¨ªa Internacional hemos seguido la situaci¨®n en 25 pa¨ªses del continente asi¨¢tico, pero, por si acaso no tiene tiempo para procesar la tonelada de informaci¨®n, resumimos en cinco hitos c¨®mo ha sido el a?o 2019 en lo que se refiere a violaciones de derechos humanos.
1. Una Premio Nobel defendiendo un genocidio (Myanmar)
El 12 de diciembre de 2019 asistimos entre el horror y cierta fascinaci¨®n malsana a la ca¨ªda de un mito en directo retransmitido por nuestras pantallas. La gran Aung San Suu Kyi, Premio Nobel de la Paz en 1991, que estuvo 15 a?os bajo arresto domiciliario por defender la democracia, que despu¨¦s arras¨® en las elecciones de 2015, un s¨ªmbolo mundial de la dignidad y de la resistencia pac¨ªfica, se subi¨® a una tribuna en la Corte Internacional de Justicia en La Haya para defender a los militares genocidas de su pa¨ªs, Myanmar.
Con su voz pausada, Suu Kyi denomin¨® "conflicto armado interno" la violencia ¨¦tnica en el estado de Rakhine, al oeste del pa¨ªs, y explic¨® que el t¨¦rmino "operaciones de limpieza" utilizado por los militares para las actuaciones de respuesta en Rakhine "ha sido distorsionado". "En mi pa¨ªs no se toleran las violaciones de derechos humanos¡±.
Amnist¨ªa Internacional ha documentado asesinatos (incluidas personas quemadas vivas), violaciones y agresiones sexuales a mujeres y ni?as, torturas, inanici¨®n forzada, incendio selectivo de poblados rohiny¨¢s, uso de minas terrestres, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y trabajo forzoso. Tambi¨¦n hemos descrito c¨®mo antes de que comenzara la ¨²ltima oleada de violencia la poblaci¨®n rohiny¨¢ ya viv¨ªa en un estado de apartheid, y c¨®mo el aproximadamente mill¨®n personas que consigui¨® huir a Banglad¨¦s, el pa¨ªs fronterizo, viven en campos de refugiados con inmensas carencias y sufriendo la creciente hostilidad de la poblaci¨®n local azuzada por campa?as de odio que pululan en redes sociales.
![Personas refugiadas rohiny¨¢ hacen cola durante horas bajo la lluvia esperando la llegada de ayuda humanitaria.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/HWJXHEDKR7KGWTGFDGSAMHQXEM.jpg?auth=1d91604957687d7f271a5eccad14366eff84c2c1e7330c82dec4cad47da18288&width=414)
2. Un mill¨®n de personas en campos de adoctrinamiento para chinificarse
En 2017 detectamos un efecto paranormal en la regi¨®n del Sinkiang en China. Miles de personas de etnias uigur y de otras minoritarias desaparec¨ªan como si las engullera un agujero negro. A lo largo de estos a?os, tras mucha investigaci¨®n, y tambi¨¦n con ayuda de im¨¢genes de sat¨¦lite y otras noticias que fueron surgiendo, se averigu¨® que el gobierno chino estaba internando a miles de personas de etnias minoritarias en unos campos de educaci¨®n para asimilarlos a lo que consideran que es ser chino o china.
Personas que han conseguido salir de los centros los describen como sitios infernales en los que como poco tienen que aprender chino, cantar canciones patri¨®ticas, dar vivas al presidente de China, y ya en otro nivel, sufren insultos, palizas, reclusi¨®n en r¨¦gimen de aislamiento, tortura y privaci¨®n de alimentos. Se puede acabar en uno de estos centros por cosas como llevar una barba ¡°extra?a¡±, cubrirse la cabeza con un velo o un pa?uelo, rezar a menudo, ayunar, evitar el alcohol, o tener libros o art¨ªculos sobre el Islam. Tambi¨¦n por viajar al extranjero por motivos de trabajo o de estudios, en especial a pa¨ªses de mayor¨ªa musulmana, o por estar en contacto con personas fuera de China. As¨ª que no es de extra?ar que un mill¨®n de personas est¨¦n all¨ª retenidas.
En 2017 detectamos un efecto paranormal en la regi¨®n del Sinkiang en China: miles de personas de etnias uigur desaparec¨ªan como si las engullera un agujero negro
El gobierno chino se ha empecinado en negar la evidencia aunque s¨ª acab¨® admitiendo en octubre de 2019 que existen, s¨ª, pero que se trata de centros de formaci¨®n ¡°vocacional¡±, creados ¡°para educar a personas influidas por el extremismo religioso¡± y evitar que se conviertan en terroristas.
La puntilla lleg¨® un mes despu¨¦s, el 19 noviembre. The New York Times abri¨® su edici¨®n a toda p¨¢gina con 400 documentos filtrados del gobierno chino que describen el programa de detenciones masivas con mucho detalle aportando transcripciones de discursos del Presidente Xi Jinping y comunicaci¨®n del gobierno que explican purgas de funcionarios que pusieron pegas al sistema represivo.
Un esc¨¢ndalo en toda regla que dado el estatus de China como potencia mundial pocos pa¨ªses musulmanes se han atrevido a criticar.
3. Avances a cuentagotas para el 51% de la poblaci¨®n
En algunos otros pa¨ªses de la regi¨®n, las mujeres parecen vivir directamente en el medievo. Otro a?o m¨¢s, han salido a la luz casos de asesinatos y torturas a mujeres acusadas de brujer¨ªa en Pap¨²a Nueva Guinea y de lapidaciones y ejecuciones p¨²blicas en zonas de Afganist¨¢n controladas por los talibanes, por tener relaciones sexuales fuera del matrimonio.
Ten¨ªa miedo y con raz¨®n: su cuerpo fue encontrado a la ma?ana siguiente. La hab¨ªan violado, asesinado y quemado
El en¨¦simo caso que ha escandalizado India es el de una joven veterinaria de 27 a?os, que sali¨® de su casa en las afueras de Hyderabad, al sur de la India, para ir a una cita con el m¨¦dico. Despu¨¦s de la consulta, fue a coger su moto y se dio cuenta de que ten¨ªa una rueda pinchada. Llam¨® a su hermana menor para contarle lo que pasaba, que se hac¨ªa de noche y que un grupo de hombres se hab¨ªa ofrecido a arreglar su motocicleta. Ten¨ªa miedo y con raz¨®n: su cuerpo fue encontrado a la ma?ana siguiente. La hab¨ªan violado, asesinado y quemado.
Las penas contra este tipo de violencia extrema se endurecieron en India a ra¨ªz de la violaci¨®n en grupo y asesinato de una estudiante de 23 a?os en un autob¨²s p¨²blico en 2012. Ella estaba con un amigo que fue golpeado con una barra de hierro, la misma que se us¨® para penetrarla tan severamente que los intestinos de la v¨ªctima tuvieron que ser extirpados quir¨²rgicamente antes de su muerte trece d¨ªas despu¨¦s del ataque. Cuatro hombres han sido condenados a muerte. Pero no hace falta ser una persona experta para darse cuenta de que esto no erradicar¨¢ la violencia contra las mujeres.
![Las mujeres toman las calles en Lahore, Pakist¨¢n, durante el 8 de marzo.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/F4TWK34WAPIG36R2WX4YRAOHNM.jpg?auth=978c15cfb345e26f2ea887dfd1c9dac3f87c688de3f679a8e5271e0d8b3504da&width=414)
Por acabar con una nota positiva, que muestra el largo camino todav¨ªa por recorrer: dos casos muy medi¨¢ticos que acabaron bien en Indonesia. Baiq Nuril Maknun, de 41 a?os y madre de tres hijos, estaba recibiendo llamadas telef¨®nicas del director de la escuela en la que trabajaba, acos¨¢ndola sexualmente. Comenz¨® a grabar estas llamadas que se hicieron virales, seg¨²n ella, sin su consentimiento. Esto result¨® en una condena por distribuci¨®n de material pornogr¨¢fico para Baiq. El otro caso es el de una ni?a de 15 a?os que fue condenada por aborto ilegal tras ser violada por su hermano. Esta ni?a fue absuelta por el Tribunal Supremo y Baiq recibi¨® una amnist¨ªa del Presidente.
4. Un presidente sin complejos (Filipinas)
Al presidente de Filipinas, Roberto Duterte, le hemos visto admitir que hab¨ªa matado personalmente a drogadictos y traficantes de drogas mientras era alcalde de Davao, compararse con Hitler ("Hitler masacr¨® a tres millones de jud¨ªos. Ahora hay tres millones de drogadictos... estar¨ªa feliz de masacrarlos") y aclarar sus principios durante la campa?a electoral que le llev¨® a la presidencia del pa¨ªs ("Olv¨ªdense de las leyes sobre derechos humanos. Si llego al palacio presidencial, har¨¦ lo mismo que hice como alcalde. Vosotros, traficantes de drogas, atracadores y hacedores de nada, mejor que os vay¨¢is. Porque os matar¨ªa. Os arrojar¨¦ a todos a la bah¨ªa).
Y del dicho al hecho. Su campa?a de guerra contra las drogas ha provocado el asesinato de miles de personas ¡ªel Gobierno ha admitido 6.000 homicidios policiales¡ª que pueden constituir cr¨ªmenes de lesa humanidad, seg¨²n Amnist¨ªa Internacional. El a?o pasado la Corte Penal Internacional anunci¨® que iniciar¨ªa una investigaci¨®n preliminar sobre Filipinas, pero ni a¨²n as¨ª han cesado los asesinatos.
5. Todo lo dem¨¢s...
Adem¨¢s de estos puntos, hubo muchos acontecimientos buenos y malos en la regi¨®n:
- la represi¨®n con inmensa fuerza de las protestas en Hong Kong y en Cachemira donde a la detenci¨®n de cientos de personas el gobierno indio sum¨® un f¨¦rreo estado de sitio y corte de comunicaciones.
- el conflicto armado en Afganist¨¢n sigue cobr¨¢ndose la vida de miles de civiles ¡ªa pesar de lo cual pa¨ªses europeos env¨ªan all¨¢ a solicitantes de asilo y refugiados¡ª.
- la poluci¨®n en Lahore (Pakist¨¢n) alcanz¨® l¨ªmites tales que en Amnist¨ªa Internacional movilizamos a simpatizantes en todo el mundo para hacer campa?a en favor de la poblaci¨®n.
El a?o 2019 fue complicado, como lo fue el anterior y lo ser¨¢ el siguiente. Pero cuando no hay esperanza, es preciso crearla, como han demostrado una y otra vez el activismo de la regi¨®n que a pesar de la represi¨®n, se ha mantenido firme en la defensa de sus derechos.
Olatz Cacho es experta en Asia Pac¨ªfico de Amnist¨ªa Internacional Espa?a.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.