Construyendo una nueva familia en mi colegio mayor
Un universitario sirio llega a Barcelona a estudiar y, apenas 40 d¨ªas despu¨¦s, se declara el estado de alarma por la covid-19. Este es testimonio de su traves¨ªa por el confinamiento
Ser estudiante internacional en tiempos de una pandemia es una experiencia bastante dura, especialmente si uno visita el pa¨ªs por primera vez y acaba de empezar a aprender su lengua. Soy Abd, nac¨ª en Siria y llegu¨¦ al colegio mayor Ram¨®n Llull, en Barcelona, a trav¨¦s de un programa de la Fundaci¨®n Solidaritat UB, que ofrece becas a estudiantes procedentes de pa¨ªses en conflicto. Aterric¨¦ en la capital catalana en febrero para cursar un m¨¢ster en An¨¢lisis de Datos y, apenas 40 d¨ªas despu¨¦s de mi llegada, el Gobierno espa?ol declar¨® el estado de alarma, lo que implicaba confinamiento, m¨ªnima actividad fuera del colegio mayor y mucha incertidumbre.
Desde el comienzo del cierre supe que mi principal prioridad deb¨ªa ser mantenerme sano f¨ªsica y mentalmente, pero tambi¨¦n enfocarme en los estudios. Paralelamente, intent¨¦ encontrar formas de ayudar, tanto a mi nueva comunidad en Barcelona como a la de mi lugar de origen, en Oriente Medio, as¨ª que trat¨¦ de conectar aquellas iniciativas locales de aqu¨ª con otras de mi regi¨®n que buscaban crear aparatos de respiraci¨®n asistida baratos para paliar la escasez que sufr¨ªan los hospitales.
En este tiempo de incertidumbre, necesit¨¦ m¨¢s que nunca a mi red de apoyo, a mis tres familias, por las que estoy muy agradecido. La primera, mi propia familia (mi hermano vive en Turqu¨ªa y el resto se qued¨® en Siria). A pesar de la distancia, intentaba comunicarme frecuentemente con ellos para comprobar que todo iba bien y para hacerles saber que yo estaba a salvo. Mi segunda familia, los amigos que tengo por todo el mundo, especialmente aquellos que est¨¢n en L¨ªbano, a donde me traslad¨¦ tras estallar el conflicto y donde estuve trabajando dos a?os en una ONG asistiendo a personas refugiadas. Ellos fueron clave a la hora de mantenerme ocupado y motivado: jug¨¢bamos a juegos en internet y manten¨ªamos reuniones a trav¨¦s de distintas plataformas de vez en cuando.
Mi tercera familia, sin la que creo que no podr¨ªa haberlo conseguido, es la que me ha acogido en el colegio mayor: mis compa?eros, los trabajadores, el equipo de administraci¨®n y todos los que estuvieron aqu¨ª durante los momentos m¨¢s dif¨ªciles. A pesar de que cada uno ten¨ªa un bagaje muy distinto, con sus respectivas tradiciones culturales y las limitaciones idiom¨¢ticas, esta comunidad nos proporcion¨® apoyo, cuidado y amor a todos. Efectivamente, si tuviera la oportunidad de volver atr¨¢s en el tiempo y de elegir un sitio en el que pasar el confinamiento, ser¨ªa sin dudarlo, este lugar (excepto, claro, mi propio hogar).
Desde el primer d¨ªa, el equipo del colegio mayor trat¨® de tenernos al tanto de todas las noticias y novedades relacionadas con la covid-19, y siempre nos inclu¨ªan en el proceso de decisi¨®n: desde establecer una nueva regla restrictiva dentro del colegio a elegir el men¨² semanal. Se esforzaron al m¨¢ximo para hacer del centro un lugar seguro y acogedor para todos los colegiales que se quedaron, especialmente, teniendo en cuenta que muchos regresaron a sus casas mientras otros tantos nos quedamos en el colegio.
Nada fue normal durante ese periodo, aunque toda la familia del colegio mayor intent¨® buscar alternativas. Algunos fueron peque?os gestos, como el de utilizar el aparcamiento como un lugar en el que pod¨ªamos hacer ejercicio y disfrutar un poco del sol sin quebrantar el confinamiento; otros nos marcaron m¨¢s, como la iniciativa que hicimos por el d¨ªa de Sant Jordi. Al no ser posible salir a comprar libros y flores para intercambiarnos ese d¨ªa, a personal de administraci¨®n se le ocurri¨® que podr¨ªamos hacer nuestro propio libro, una edici¨®n multiling¨¹e con nuestros propios relatos, e imprimirlo y repartirlo para celebrar esta fecha tan significativa, que completamos con una comida especial. Solo el Ram¨®n Llull recordar¨¢ a aquellos estudiantes que se quedaron durante el confinamiento y que se autoproclamaron la r¨¦sistance.
Abd AlHamed Alfajr es estudiante y colegial del colegio mayor Ram¨®n Llull de Barcelona.
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