Convivir con una mascota ayuda a los ni?os a gestionar las restricciones sociales por la pandemia
Tener un perro o un gato en tiempos del coronavirus resulta un apoyo para los menores que pueden canalizar su necesidad de juego, abrazar, tocar y besar
Las medidas impuestas para frenar el coronavirus incluyen el distanciamiento social y para un ni?o el hecho de no poder abrazar, tocar y jugar con libertad es dif¨ªcil de gestionar. Pero los peque?os que tienen animales en casa, como un perro o un gato, pueden canalizar esa necesidad de acercamiento y contacto f¨ªsico, lo que les ayuda a gestionar mejor sus emociones. ¡°Los animales de compa?¨ªa, especialmente los gatos y perros, provocan una activaci¨®n emocional positiva porque favorecen la segregaci¨®n de hormonas como endorfinas y oxitocina, que reducen nuestros niveles de estr¨¦s, el ritmo card¨ªaco y la presi¨®n arterial. A pesar de las circunstancias de la pandemia, el convivir con animales les ofrece a los ni?os la oportunidad de seguir jugando, de tener contacto a trav¨¦s de los abrazos y besos y la posibilidad de tener a un ser al que hacerle confidencias sin temor a ser juzgado, lo que, sin duda, en un periodo de confinamiento juega un papel important¨ªsimo para los ni?os y adolescentes en especial y para todos los miembros de la familia en general¡±, explica Bego?a Morenza, fundadora y directora general de la organizaci¨®n Yaracan, dedicada a programas de terapia y educaci¨®n asistidos con perros de intervenci¨®n para ni?os, adolescentes y adultos.
Los ni?os de hogares con perros tienen un 23% menos de probabilidades de presentar dificultades en la gesti¨®n de sus emociones e interacciones sociales que los peque?os que no conviven con un can, seg¨²n la investigaci¨®n publicada en la revista Pediatric Research. ¡°Un animal de compa?¨ªa, en especial los perros, ayudan al desarrollo socio-emocional de los ni?os, porque ofrecen amor incondicional, promueven el juego, no emiten juicios y favorecen el desarrollo de la empat¨ªa. Entre el animal y el ni?o se establece un v¨ªnculo emocional positivo. Los perros promueven la expresi¨®n de sentimientos, la comunicaci¨®n y son unos facilitadores en las relaciones sociales, porque act¨²an como un puente entre los seres humanos¡±, comenta Morenza, que hace varias recomendaciones para conseguir una convivencia feliz con un animal en una familia con ni?os, como:
- La decisi¨®n de tener un animal de compa?¨ªa debe asumirse por parte de toda la familia. Se trata de un compromiso para toda la vida del animal e implica la responsabilidad de su cuidado por parte de todos los miembros de la familia.
- Evitar decidir tener un animal de compa?¨ªa con el ¨²nico prop¨®sito de obtener un beneficio terap¨¦utico para nuestros hijos. Los animales de compa?¨ªa nos aportar¨¢n muchos beneficios y nosotros a ellos, pero no podemos imponerles la tarea de cumplir el papel de psic¨®logos, terapeutas o cuidadores de los ni?os.
- Nunca elegir un animal de compa?¨ªa por su apariencia f¨ªsica o est¨¦tica, sino por sus caracter¨ªsticas, temperamento y necesidades. Conviene ser conscientes de nuestro estilo de vida, tiempo disponible, tipo de hogar o h¨¢bitos de ocio para elegir el animal que mejor se adapte a nuestra din¨¢mica vital.
- Educar al animal de manera adecuada. Conviene formarse e informarse desde un principio sobre c¨®mo ense?ar al perro ciertas pautas de convivencia consensuadas por toda la familia.
Los animales, uno m¨¢s de la familia para los ni?os
Un perro o un gato se pueden convertir para nuestros hijos en ¡°un hermano con quien compartir juegos, paseos y otras muchas actividades; un hijo al que cuidar y procurar una adecuada calidad de vida y un padre que est¨¢ a su lado en momentos de dificultad. No obstante, toda relaci¨®n social nos aporta beneficios, pero tambi¨¦n impone obligaciones y exige ciertas renuncias y la relaci¨®n con nuestro perro no es distinta¡±, comenta Jaume Fatj¨®, director de la C¨¢tedra Fundaci¨®n Affinity Animales y Salud del Departamento de Psiquiatr¨ªa de la Facultad de Medicina en la Universidad Aut¨®noma de Barcelona.
Para que la convivencia entre ni?os y animales sea satisfactoria y aporte beneficios a toda la familia, incluidos los miembros de cuatro patas, hay que ¡°proporcionar un entorno f¨ªsico y social adecuado, que permita al perro expresar aquellas conductas que son importantes para una buena adaptaci¨®n, como la posibilidad de explorar el entorno, de interactuar con personas y con otros perros o de realizar ejercicio f¨ªsico¡±, concluye Fatj¨®.
Historias de conexi¨®n emocional con nombre propio entre ni?os y perros
Los perros pueden ser la puerta de acceso para que los ni?os mejoren la relaci¨®n con su entorno y gestionen mejor sus emociones, como en el caso que explica Bego?a Morenza, de la organizaci¨®n Yarac¨¢n, sobre Ana, ¡°una ni?a con mutismo selectivo paciente de psiquiatr¨ªa infantil que a los cuatro a?os dejo de hablar y con nueve a?os comenz¨® a venir a las sesiones de terapia con perros organizadas en el Hospital de Torrej¨®n. La ni?a estuvo mucho tiempo comunic¨¢ndose por escrito con el grupo y disfrutando mucho con los Golden Retriever de terapia que la acompa?aban en todas las sesiones, pero un buen d¨ªa llevamos a un cachorro de la raza Bich¨®n Malt¨¦s y le pedimos ayuda para buscarle un nombre, despu¨¦s de cinco minutos sin hablar con nosotros dijo el cachorrito se llamar¨¢ Bady. A partir de entonces, comenz¨® a hablar en las sesiones. Comenz¨® a ser consciente de que su tono de voz y la emoci¨®n de su comunicaci¨®n con los perros provocaba que estos reaccionaran de forma inmediata y con alegr¨ªa. Los perros, poco a poco, fueron unos grandes aliados para motivar de inmediato cualquier esfuerzo por hablar. Bady es un peque?o gran perro de terapia en activo en el equipo y sigue ayudando a muchas personas¡±.?
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