¡°Queremos ser tan perfectos como padres que hemos profesionalizado lo que solo era una experiencia vital¡±
Anna Manso es guionista de televisi¨®n y prol¨ªfica escritora de literatura infantil y juvenil. Tambi¨¦n es madre de tres hijos y, desde 2011, es autora de la columna 'La peor madre del mundo'
Anna Manso (Barcelona, 1969) es guionista de televisi¨®n y prol¨ªfica escritora de literatura infantil y juvenil. Tambi¨¦n es madre de tres hijos y, desde 2011, es autora de la columna La pitjor mare del mon (La peor madre del mundo), que se publica de forma semanal en el diario ARA. De esa columna, en la que ella asegura contar sus ¡°miserias como progenitora¡±, surge en parte La peor madre del mundo (Arpa), que se define en su subt¨ªtulo como un manual para convertirse en una madre o un padre imperfectos (¡°lo escrib¨ª en forma de manual porque pens¨¦ que de otra forma a lo mejor no me hac¨ªan ni caso¡±), aunque en realidad es un antimanual de crianza en toda regla o, como ella misma lo define, ¡°un libro con bomba de relojer¨ªa incluida para que te explote la cabeza y tengas que replante¨¢rtelo todo¡±. En su portada, Anna Manso aparece con unas gafas 3D que se puso cuando empez¨® a escribir la columna y que ya no se ha quitado. Dice que son ¡°un s¨ªmbolo de empoderamiento¡±, una herramienta para mirar nuestra experiencia materna y paterna ¡°a trav¨¦s del humor y del sentido com¨²n¡±. Que falta nos hacen.
PREGUNTA. En mi pueblo, en Valencia, dir¨ªan de tu libro algo as¨ª como ¡°era prec¨ªs¡± (era preciso). A veces tengo la sensaci¨®n de que con tanto manual de crianza y tantos tips para ser los mejores padres del mundo quiz¨¢s la crianza se nos ha ido un poco de las manos.
RESPUESTA. Totalmente. Yo siempre me lo pregunto: ?Por qu¨¦ queremos ser tan perfectos? Es algo que deber¨ªa ser objeto de estudio. Esa ansiedad por querer ser perfectos como padres yo no s¨¦ de d¨®nde viene, aunque m¨¢s o menos tengo mi teor¨ªa.
P. ?Y cu¨¢l es esa teor¨ªa?
R. Es doble. Creo que hay una presi¨®n interna y otra externa. La interna es porque, en general, estamos mejor formados que nuestros padres. Ha habido un salto cultural y de formaci¨®n y eso est¨¢ muy bien, pero por otra parte nos ha convertido en personas un poco sobradas, que se creen que todo lo pueden hacer mejor que sus padres e incluso que sus hermanos. Y despu¨¦s est¨¢ la presi¨®n externa. Somos una sociedad que pena el error, que no lo tolera, y eso te obliga a ser perfecto, hasta el punto de que hemos profesionalizado lo que solo es una experiencia.
P. Mi sensaci¨®n es que esas presiones se van incrementando incluso en cada generaci¨®n, de un a?o para otro.
R. Mi hija mayor cumple ya 21 a?os, el mediano tiene 18 y el peque?o 14. Lo pienso y es impresionante. Aprovecho para deciros que hay esperanza, ?eh?
P. Se sale, ?no?
R. Se sale, se sale (risas). Siempre pasan cosas, pero de otra forma. Y a lo que iba: cuando mis hijos eran peque?os ya empezaba a haber bastante movimiento de manuales, libros, etc. Pero ahora con las redes sociales y los blogs es una locura. Y por una parte es necesario, porque te sientes acompa?ada en la experiencia; pero por otra parte es un bombardero de informaci¨®n sobre lo que tienes y no tienes que hacer.
P. Tengo que decirte que me he sentido muy identificado con tu carta de dimisi¨®n como madre. Yo creo que durante este confinamiento que nos ha tocado vivir, muchos padres y madres que hemos tenido que trabajar desde casa con los ni?os full time hemos dimitido tambi¨¦n de nuestro papel¡
R. No me extra?a. Yo estoy divorciada, as¨ª que he pasado con mis hijos una semana s¨ª y una semana no durante el confinamiento. En esos momentos solo pensaba en la suerte que ten¨ªa de que mis hijos no tuviesen 8, 5 y 1 a?os, porque me hubiese dado un infarto. En esas edades son muy demandantes, cosa que est¨¢ bien porque significa que estamos disponibles para ellos, pero es muy duro. La carta de dimisi¨®n hay gente que no la acaba de entender. Es pol¨ªticamente incorrecto que un padre o una madre digan que dimiten porque no pueden m¨¢s, eso lo entiendo. Pero yo creo que es necesario concederse esas microdimisiones antes de volver al tajo. Lo que pasa es que la gente no concibe que un padre o madre est¨¦ triste, enfadado, cansado. No aceptan la queja. Es como si al ser padres perdi¨¦semos el derecho a la queja y tuvi¨¦semos que ir con un filtro de Instagram por la vida.
Mi hija mayor cumple ya 21 a?os, el mediano tiene 18 y el peque?o 14. Lo pienso y es impresionante. Aprovecho para deciros que hay esperanza, ?eh?
P. ?Crees que esta situaci¨®n extraordinaria que nos ha tocado vivir puede haber sido positiva, dentro de lo malo, precisamente para eso: para relativizar nuestro papel como padres y madres? No s¨¦ si nos est¨¢bamos tomando demasiado en serio¡
R. Yo creo que s¨ª, porque por lo que detecto a nivel general hay poca gente que haya pasado el confinamiento y haya salido indiferente. Ha sido un catalizador a nivel personal y profesional para todo el mundo. Para bien o para mal. No ha habido punto medio. Hay padres que se pasaban todo el d¨ªa fuera de casa sin contacto con los hijos y que de repente han podido disfrutar de los ni?os, pero tambi¨¦n han podido entendernos a quienes nuestro d¨ªa a d¨ªa se parece mucho a ese confinamiento. De todas formas, la experiencia del confinamiento tambi¨¦n ha tra¨ªdo consigo una cara perversa.
P. Ahora me vas a hablar de las apariencias.
R. S¨ª, porque he visto a muy poca gente diciendo p¨²blicamente que ya no pod¨ªa m¨¢s. Recuerdo a una bibliotecaria escribir que no pod¨ªa m¨¢s, que estaba a punto de llorar por llevar cuatro meses teniendo que teletrabajar cuidando a sus hijos y sin ayuda. Pero es una excepci¨®n, se ha tendido a mostrar lo bueno. A nivel p¨²blico la imagen ha sido algo as¨ª como ¡°somos estupendos¡±. Ha habido muy poca visualizaci¨®n p¨²blica de lo mal que lo hemos pasado.
P. Tu receta contra ese ¡°tomarse demasiado en serio¡± son iron¨ªa y humor en altas dosis. ?Nos falta sentido del humor cuando ejercemos como padres y madres?
R. Nos falta. Fue bastante revelador cuando Eva Piquer, la mujer de Carles Capdevila, me encarg¨® escribir un blog de maternidad. ¡°?Pero eso un drama, si soy la peor!¡±, le dije yo. Entonces me di cuenta de que yo pod¨ªa escribir en mis libros de literatura infantil y juvenil sobre padres imperfectos, porque de lo contrario no me gustaban y no me los cre¨ªa, pero sin embargo no pod¨ªa hacer un discurso p¨²blico sobre m¨ª contando que era una madre nefasta. La petici¨®n de Eva me hizo salir del armario pensando que iba a recibir palos por todos lados, pero no fue as¨ª. Todo lo contrario. Pero si, en general nos falta humor. De echo hay un ejercicio que me recomend¨® un psic¨®logo y que yo pongo en pr¨¢ctica cuando las cosas se ponen feas.
El sentimiento de culpa siempre ha estado ah¨ª, pero las redes sociales lo multiplican por 10
P. No puedo dejarte escapar sin pedir que profundices en ese ejercicio.
R. (Risas) ?l me dijo que en esos momentos de caos que nos trae la experiencia materna y paterna, me visualizase desde fuera, como si me lo estuviera contando dentro de diez a?os con un toque de humor. ¡°Te acuerdas cuando hace diez a?os¡¡±.
P. Uf, no s¨¦ yo si cuando mis hijos se pelean a gritos mientras preparamos la cena para, a continuaci¨®n, tirar un vaso de gazpacho al suelo y acabar pisando ese gazpacho y dejando huellas por toda la casa ser¨¦ capaz de hacer ese ejercicio.
R. (Risas) A veces es complicadito, es verdad. Pero funciona bastante para relativizar las cosas y marcar distancias con ellas. Yo emprend¨ª el camino del humor para quitarme peso de encima y, adem¨¢s de que profesionalmente me ha ido muy bien, a nivel personal ha sido una salvaci¨®n. S¨ª que es cierto que en situaciones como la que comentas lo ¨²nico que vale es salvar la salud mental. Llega un momento en que ya no queda otra que entregarse y aceptar la locura porque hay elementos contra los que no se puede luchar. Ya te reir¨¢s luego cuando est¨¦s t¨² solo fregando el gazpacho. En esos momentos, cuando se trata de una pareja, yo siempre recomiendo hacer turnos, relevarse, hacer miniescapadas y buscar microespacios de oxigenaci¨®n, aunque sea encerrarse en el ba?o cinco minutos. Y controlar la culpa.
P. Con la culpa hemos topado. Cualquiera dir¨ªa que el sentimiento de culpa te lo entregan con el carn¨¦ de padre o madre.
R. A m¨ª lo que me suced¨ªa es que cuando yo ten¨ªa ese pensamiento de ¡°no quiero ser parte de esta locura¡± me sent¨ªa culpable por querer huir. Cuando te quitas el sentimiento de culpa, este no desaparece del todo, pero te sientes mejor, no entras en la rueda de sentirte mal por en mitad de esas situaciones no ser Mary Poppins y estar cantando a los ni?os. As¨ª que es muy importante controlar el sentimiento de culpa y no caer en las comparaciones con otros padres.
P. Es tan dif¨ªcil no caer en las comparaciones cuando ves a esas madres y padres contando en redes sus vidas id¨ªlicas, sus confinamientos maravillosos, sus vacaciones interminables¡mientras t¨² pones a tus hijos Frozen 2 por vig¨¦sima vez para intentar sacar adelante el trabajo. ?Crees que las redes sociales y el postureo que prima en ellas han multiplicado el sentimiento de culpa de padres y madres?
R. Es horrible. El sentimiento de culpa siempre ha estado ah¨ª, pero las redes sociales lo multiplican por diez. Pero mira, te voy a decir que en realidad les estamos haciendo un favor a nuestros hijos, les estamos ofreciendo un modelaje de vida real, mostr¨¢ndoles que somos humanos. Porque ellos, si quieren, ser¨¢n padres y madres y pasar¨¢n por lo mismo que nosotros. Y cuando se vean desquiciados pensar¨¢n: ¡°menos mal, a mis padres les pasaba lo mismo¡± (risas). Los hijos de esos padres perfectos cuando se desquicien lo pasar¨¢n peor porque sus padres eran perfectos, no tendr¨¢n un referente. Acabar¨¢n todos en el psiquiatra. Los nuestros no (risas).
P. Has mencionado antes a Carles Capdevila, que tambi¨¦n hizo gala de ese sentido del humor para afrontar la experiencia paterna. ?l sol¨ªa explicar con mucha gracia que sus hijos le dec¨ªan que ya podr¨ªa haberse aplicado ese sentido del humor en casa. Ya se sabe aquello de en casa de herrero¡
R. Pues mira, te tengo que decir que mis hijos est¨¢n muy orgullosos de mis art¨ªculos. No van a buscar cada semana el peri¨®dico, pero ha pasado m¨¢s de una vez que alguno de sus amigos se haya le¨ªdo un art¨ªculo m¨ªo y le haya hablado de la peor madre del mundo. Para ellos es un orgullo, es ganar 10 puntos ante los amigos. Otras veces, para qu¨¦ te voy a enga?ar, cuando la cosa se pone tensa, me dicen que soy la peor madre, pero de verdad.
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