En pandemia, pagos seguros

La pandemia por covid-19 ha alterado profundamente la vida de los ciudadanos y empeorado las perspectivas de crecimiento econ¨®mico en todo el mundo. En Am¨¦rica Latina y el Caribe amenaza, adem¨¢s, con revertir los avances de los ¨²ltimos 15 a?os en la lucha contra la pobreza y en la reducci¨®n de la desigualdad de los ingresos. Gran parte de las mejoras experimentadas en la pasada d¨¦cada fueron el resultado de los programas de transferencias monetarias condicionadas, una herramienta financiera puesta en pr¨¢ctica hace m¨¢s de 20 a?os. Consisten en entregas de dinero a poblaciones desfavorecidas con la condici¨®n de que los beneficiarios cumplan ciertas obligaciones que redunden en su desarrollo, como controles prenatales, vacunaciones o escolarizaci¨®n de ni?os.

Las dificultades actuales y el aumento de la vulnerabilidad han hecho que buena parte de los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y el Caribe est¨¦n dando un nuevo impulso a los programas de transferencias, que se aumentan con ayudas monetarias directas y no ya condicionadas, destinadas a preservar los ingresos de muchas familias.

Los programas de transferencias contribuyeron, en el caso de algunos pa¨ªses como Brasil, Colombia o Chile, a la inclusi¨®n financiera de la poblaci¨®n al entregar las ayudas a trav¨¦s de dep¨®sitos bancarios en las cuentas de los beneficiarios; pero en otros pa¨ªses, como en Panam¨¢ o Per¨², sigue habiendo grupos excluidos del sistema financiero que reciben sus transferencias en efectivo. Junto a ellos, existe un tercer grupo de pa¨ªses que todav¨ªa realizan eventos masivos de pago en los que los beneficiarios de los programas reciben las ayudas en persona, como es el caso en Honduras. En estas dos ¨²ltimas categor¨ªas de pa¨ªses la exposici¨®n al contagio se ha convertido en un motivo m¨¢s de preocupaci¨®n.

Las herramientas de pagos digitales ofrecen alternativas confiables a los tradicionales mecanismos de pago en efectivo. Una reciente publicaci¨®n del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) analiza los pagos digitales y ofrece una gu¨ªa para los proyectos de protecci¨®n social durante las pandemias, lo que permite identificar los mecanismos de pago m¨¢s adecuados para el contexto de cada intervenci¨®n y facilitar el dise?o de proyectos.

Si bien estos mecanismos de pagos electr¨®nicos pueden ayudar en el escenario de la crisis de la covid-19, ninguno es, por s¨ª solo, una soluci¨®n al problema ni est¨¢ exento de riesgos de contagio. El BID insiste en que todo mecanismo de pago, sea digital o no, deber¨¢ estar acompa?ado por un estricto protocolo de entrega de los beneficios. Cuando sea posible se deben privilegiar las opciones que disminuyan los contactos f¨ªsicos y el desplazamiento de personas, ya sea a trav¨¦s de pagos m¨®viles, transferencias bancarias o pagos sin contacto. Cuando no se pueda y los mecanismos de entrega de beneficios impliquen el desplazamiento de personas, los protocolos deber¨ªan estar claramente establecidos y seguir una serie de recomendaciones.

La realidad ha demostrado que los pa¨ªses que ya contaban con mecanismos de pago digitales extendidos han tenido menos dificultades para salir en ayuda de sus poblaciones

Entre las buenas pr¨¢cticas est¨¢n espaciar en mayor medida el tiempo de los pagos e indicar con claridad la fecha en la que se puedan usar o retirar los beneficios, as¨ª como ampliar y aumentar el n¨²mero de puntos de entrega de servicios para disminuir las aglomeraciones de personas y sus desplazamientos. Igualmente, se deben incluir estrictos protocolos sanitarios en los puntos de pago y permitir la entrega de beneficios a representantes autorizados cuando las reglas sanitarias impliquen la cuarentena de personas infectadas o en riesgo. Identificar puntos de pago cr¨ªticos y contar con un plan de mitigaci¨®n se a?aden a la necesidad de contar con estrategias de informaci¨®n y canales de comunicaci¨®n adecuados que transmitan a la ciudadan¨ªa de forma clara y precisa las reglas, plazos y lugares de entrega de beneficios.

La realidad ha demostrado que los pa¨ªses que ya contaban con mecanismos de pago digitales extendidos han tenido menos dificultades para salir en ayuda de sus poblaciones. Es el caso de Colombia, que ha entregado beneficios de manera segura y efectiva gracias a la existencia de cuentas bancarias simplificadas, con apertura remota, a la presencia de instituciones financieras con billeteras digitales y a una arquitectura de pagos de alto valor y tesorer¨ªa que permiten esos pagos directos. Rep¨²blica Dominicana, por su parte, ha aprovechado su sistema SIUBEN y la log¨ªstica de pagos basada en tarjetas afiliadas a la red de Visa.

Otros pa¨ªses han tenido que ser creativos e innovar para llegar a los m¨¢s necesitados. Ecuador, por ejemplo, consigui¨® aumentar en apenas dos meses sus puntos de pago de 3.500 a 10.000 e hizo accesible la informaci¨®n de los mismos en una app de Gobierno, y Guatemala ha dise?ado un esquema de pago de tarjetas virtuales en el que solo env¨ªa a los potenciales beneficiarios los 16 d¨ªgitos al estilo de una tarjeta pl¨¢stica.

En situaciones de distanciamiento social la tecnolog¨ªa y la innovaci¨®n se convierten en nuestras aliadas para hacer llegar las ayudas a los que m¨¢s las necesitan minimizando el riesgo de contagios

La profunda disrupci¨®n ocasionada por la covid-19 se ha manifestado tanto en aspectos sanitarios como econ¨®micos y sociales lo que hace que los gobiernos tengan que actuar en varios frentes simult¨¢neamente. En situaciones de distanciamiento social la tecnolog¨ªa y la innovaci¨®n se convierten en nuestras aliadas para hacer llegar las ayudas a los que m¨¢s las necesitan minimizando el riesgo de contagios. Tenemos que aprovechar ese impulso para generar sistemas de pago m¨¢s seguros, eficientes y transparentes que no solo se apliquen a los programas sociales permanentes sino que nos permitan estar mejor preparados ante un futuro todav¨ªa incierto no exento de nuevas pandemias.

Luis Tejerina es especialista l¨ªder en la divisi¨®n de Protecci¨®n Social y Salud el Banco Interamericano de Desarrollo.

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