¡°Est¨¢n muri¨¦ndose de hambre¡±: los vendedores ambulantes de Zimbabue afectados por el confinamiento

Martha Kahari ya lo pasaba mal para llegar a fin de mes despu¨¦s de que el confinamiento impuesto en Zimbabue a causa del coronavirus la obligara a dejar de vender ropa de segunda mano y tomates a un lado de la carretera en la capital, Harare. Poco despu¨¦s, el Ayuntamiento le desmont¨® el puesto.

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Desde abril, las autoridades municipales de las principales ciudades de Zimbabue han demolido miles de estructuras construidas ilegalmente que comerciantes como Kahari utilizaban para vender su g¨¦nero, en el marco de lo que los responsables pol¨ªticos afirman que es un esfuerzo para "legitimar el comercio irregular en la ciudad".

Con su tenderete destruido, esta mujer de 40 a?os, madre discapacitada de dos hijos, ha perdido la esperanza de poder pagar el alquiler o devolver el dinero que pidi¨® prestado para comprar las mercanc¨ªas que planeaba vender una vez que se levantara el confinamiento.

¡°Si no devuelvo pronto el pr¨¦stamo, vendr¨¢n a llevarse mi g¨¦nero¡±, explica Kahari.?¡°Como me he visto privada de mis ingresos, tengo que vivir en una habitaci¨®n en casa de mis suegros con mis dos hijos y mis pertenencias. No tenemos dinero para comer y nadie nos ayuda". Los grupos de vendedores y de trabajadores irregulares en Zimbabue afirman que los responsables municipales, con el apoyo del Gobierno nacional est¨¢n aprovechando el confinamiento para destruir sus precarias tiendas y puestos de mercado mientras los due?os de estos respetan la orden de quedarse en casa.

Oliver Chidawu, ministro de Estado para Harare, y el alcalde de la ciudad, Herbert Gomba, sostuvieron en una comparecencia conjunta en abril que se hab¨ªan ¡°percatado con preocupaci¨®n de la angustia que se ha apoderado de los agentes del sector informal¡± desde que se hab¨ªan iniciado las demoliciones. El objetivo de esta operaci¨®n, explicaban, era acabar con los negocios ilegales y asegurarse de que las ciudades estuviesen ¡°limpias, en orden y bien gestionadas¡±, adem¨¢s de garantizar que los ayuntamientos no perdieran unos ingresos potenciales.

Las redadas contra los vendedores informales, que suman m¨¢s de tres cuartas partes de la poblaci¨®n del pa¨ªs, seg¨²n la Asociaci¨®n de Comerciantes de la Econom¨ªa Sumergida de Zimbabue, son frecuentes en el pa¨ªs. La ¨²ltima oleada de demoliciones tuvo lugar el a?o pasado, cuando se destruyeron alrededor de 2.500 puestos en Harare y Chitungwiza, una ciudad a unos 30 kil¨®metros al sur de la capital.

Samuel Wadzai, director general de la Iniciativa de los Vendedores para la Transformaci¨®n Social y Econ¨®mica (VISET por sus siglas en ingl¨¦s), un sindicato con sede en Harare, se?ala que la operaci¨®n actual ha destruido el sustento de m¨¢s de tres millones de vendedores.

Al llevar ya sin ingresos desde que la naci¨®n sudafricana impusiera el confinamiento el pasado 30 de marzo, muchos de los comerciantes perdieron parte esencial de su g¨¦nero y de sus preciadas posesiones cuando sus puestos fueron derribados, explica Wadzai. ¡°Nuestros miembros perdieron mercanc¨ªas y bienes por valor de millones de d¨®lares en esta ofensiva en todo el territorio nacional¡±, prosigue.

Los defensores de los derechos de los comerciantes se?alan que con Zimbabue inmerso en una crisis econ¨®mica que ha provocado una desorbitada subida de precios y una creciente escasez de comida, los vendedores se han gastado sus ahorros en alimentar a sus familias. Seg¨²n Wadzai, ahora no tendr¨¢n un lugar de trabajo ni manera de comprar nuevos g¨¦neros cuando se levante el confinamiento.

Demolici¨®n de los tenderetes?

Para sobrevivir, muchos vendedores se han volcado en las redes sociales con el fin de solicitar donaciones de dinero y alimentos, mientras que otros se dedican a vender desde sus hogares. Bidnock Kunaka, de 55 a?os, ten¨ªa dos puestos ¡ªuno en la barriada de Kuwadzana, donde vive, y otro en el centro de Harare¡ª en los que vend¨ªa diversos productos, desde fruta y verdura hasta herramientas.

Ahora no puedo poner comida en la mesa. El dinero en efectivo que hab¨ªa apartado para equipar mi negocio, lo hemos gastado en otras necesidades dom¨¦sticas Bidnock Kunaka, vendedor ambulante de 55 a?os

Mientras cumpl¨ªa las normas de confinamiento desde su hogar, se enter¨® de las demoliciones a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n y de otros comerciantes. Cuando por fin pudo comprobar el estado de su tenderete en Kuwadzana, solamente hall¨® el armaz¨®n. Seg¨²n Kunaka, nadie avis¨® a los vendedores de que se proceder¨ªa a dichas demoliciones. ¡°Ahora no puedo poner comida en la mesa. El dinero en efectivo que hab¨ªa apartado para equipar mi negocio, lo hemos gastado en comida y en otras necesidades dom¨¦sticas¡±, explica este padre de cuatro hijos.

Sin ese capital, se lamenta Kunaka, que se hizo vendedor en 2016 tras perder su trabajo de pe¨®n en una f¨¢brica, le ser¨¢ imposible reanudar su negocio tras el confinamiento. Lo que ha hecho ha sido convertir una parte del terreno de su casa en una huerta, donde ahora cultiva zanahorias, cebollas y verduras de hoja verde. ¡°Espero compon¨¦rmelas con el huerto para generar ingresos y de este modo alimentar a mi familia y comenzar de nuevo la venta¡±, afirma.

Espacios designados

Wadzai, de VISET, afirma que la criminalizaci¨®n de los vendedores y la demolici¨®n de sus puestos son contrarias a la responsabilidad del Estado de promover el peque?o comercio. Las autoridades municipales de la ciudad han prometido proporcionar a los comerciantes unos espacios aprobados que ser¨¢n designados para su uso una vez que se levante el confinamiento. ¡°El Ayuntamiento de Harare y otras autoridades est¨¢n ya en el proceso de identificar y preparar lugares de trabajo alternativos para los vendedores informales¡±, afirmaban Chidawu y Gomba en su comparecencia conjunta.

Sin embargo, Wadzai asegura que los comit¨¦s que deciden d¨®nde asignar y usar dichos espacios no han contactado con ning¨²n sindicato de vendedores o trabajadores irregulares para pedirle su opini¨®n. ¡°No es justo que los responsables pol¨ªticos saquen provecho del confinamiento de la covid-19 para atacar el sustento de la poblaci¨®n sin ni siquiera consultar¡±, se lamentaba por tel¨¦fono.

Acelerar las ayudas

Mientras el Ejecutivo de Zimbabue ha empezado a suavizar algunas de las medidas del confinamiento para permitir poco a poco la reanudaci¨®n del comercio y de la industria, el sector de la econom¨ªa sumergida a¨²n tiene prohibido operar. Simon Masanga, secretario permanente para la asistencia social, se?ala que en mayo el Gobierno comenz¨® a repartir 180 d¨®lares zimbabuenses (6,45 euros) al mes a m¨¢s de 2.000 personas que se han visto afectadas por el confinamiento y las restricciones impuestas a los vendedores.

Una familia de cinco personas en Zimbabue necesita al mes unos 7.500 d¨®lares zimbabuenses (alrededor de 280 euros) para cubrir las necesidades b¨¢sicas

El objetivo es apoyar a un mill¨®n de beneficiarios, explicaba, y a?ad¨ªa que el registro de los vendedores para obtener ayuda financiera era un proceso lento debido a las medidas del confinamiento. Los grupos que defienden los derechos de los comerciantes, como la Asociaci¨®n de Comerciantes de la Econom¨ªa Sumergida, califican los pagos de ¡°insignificantes¡±, ya que, seg¨²n afirman, apenas cubren las necesidades m¨¢s b¨¢sicas de las familias.

Una familia de cinco personas en Zimbabue necesita al mes unos 7.500 d¨®lares zimbabuenses (alrededor de 280 euros) para cubrir las necesidades b¨¢sicas, seg¨²n las cifras proporcionadas en abril por Zimstat, el instituto nacional de estad¨ªstica. ¡°No decimos que esta cantidad sea suficiente para cubrir las necesidades b¨¢sicas, pero contribuir¨¢ enormemente a ayudar a alguien que no tenga ning¨²n dinero en el bolsillo¡±, declaraba Masanga en respuesta a las cr¨ªticas.

Si el Gobierno quiere ayudar a los comerciantes a recuperarse tanto del impacto de la pandemia como de la p¨¦rdida de sus tenderetes, deber¨ªa facilitar la salida del confinamiento al sector del comercio informal y acelerar los pagos de las ayudas, asegura Wadzai.

¡°El Ejecutivo tiene que desembolsar r¨¢pidamente los fondos para proteger a los vulnerables¡±, remacha. ¡°Se est¨¢ tardando demasiado. Los vendedores se est¨¢n muriendo literalmente de hambre¡±.

Con informaci¨®n de Tonderayi Mukeredzi y edici¨®n de Jumana Farouky y Zoe Tabary, este reportaje fue publicado previamente en ingl¨¦s por la Thomson Reuters Foundation, organizaci¨®n que narra la vida de personas de todo el mundo que luchan por la libertad y la justicia.

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