Berto Romero: ¡°He estado al margen del independentismo porque mi postura, la equidistancia, no era apreciada¡±
Sin que sepamos bien por qu¨¦, llevamos ya mucho tiempo ri¨¦ndonos con ¨¦l. Su f¨®rmula bebe de los ecos de Woody Allen, el surrealismo cotidiano y el humor m¨¢s b¨¢sico procedente de la escatolog¨ªa. Es un c¨®mico, ¡°como los de antes¡±. Y en esta conversaci¨®n habla sin filtros sobre Catalu?a y sus vicisitudes, el sexo y las drogas. Y sobre una vida, la suya, que gira en torno a la familia, las rutinas y las fidelidades. Lo ¨²nico seguro con ¨¦l es que, a pesar de todo lo que nos pasa, sobran los motivos para la risa.
Los gestos de Berto Romero parecen de chicle. Conforman un cat¨¢logo de infinitas microexpresiones que retratan la condici¨®n humana. Adopta el gesto del interlocutor, al estilo del personaje de Zelig, de Woody Allen, con quien se reconoce, adaptable, superviviente. Lo observa todo. Mira como si le doliera. Como si despertara de un sue?o corto. La primera vez que subi¨® a un escenario, con 17 a?os, se puso unas gafas de atrezo con cristal ahumado en amarillo. No se las volvi¨® a quitar. Solo las necesitaba como m¨¢scara. A partir de los 40 dej¨® de ser un impostor de dioptr¨ªas, de forma que persona y personaje, Alberto y Berto, se alinearon tras los cristales. Siempre ha sido fiel al mismo modelo de lentes, a los amigos, a su pareja, la ilustradora Marta Bercebal, desde hace 17 a?os, con quien tiene tres hijos: Paula, Lucas y Tom¨¢s; fiel a su Walter Matthau durante una d¨¦cada, Andreu Buenafuente, que promete: ¡°Alg¨²n d¨ªa haremos La extra?a pareja, yo lo veo como Jack Lemmon, un tipo noble y educado, todos lo quieren¡±.
De ni?o hac¨ªa re¨ªr. Quer¨ªa ser dibujante de c¨®mics, secuestrar a Ib¨¢?ez, chisporrotear destellos de nuevos Mortadelos que se le rebelaban. Hasta que descubri¨® que el escenario ¡°era la misma droga aunque menos cortada¡ No ten¨ªa que esperar a que leyeran las vi?etas delante de m¨ª para ver si hac¨ªan gracia¡±.
Alberto Romero Tom¨¢s (Cardona, Barcelona, 45 a?os) mantiene un conflicto con las entrevistas. No le gusta el personaje. Se ve un payaso o un intenso. Ya se vac¨ªa en sus mon¨®logos, historias arrancadas de la vida cotidiana de las que exprime electricidad y absurdez. Y el amor. El ¨²nico pegamento resistente. Su serie Mira lo que has hecho ha cerrado tres temporadas con ¨¦xito en la plataforma Movistar +, producida por El Terrat. El espejo de la cotidianidad de una familia corriente. El paso del tiempo. El ser y el parecer. Cuando le propusimos esta entrevista, murmur¨®: ¡°Estic esgarrifat¡±(estoy estremecido).
?A usted le pas¨® lo que a Lord Byron: ¡°Me despert¨¦ una ma?ana y me encontr¨¦ famoso¡±?
S¨ª, ocurri¨® de ese modo, me hice famoso de un d¨ªa para el otro. Este asunto tan llamativo me sucedi¨® con 35 a?os, y agradezco que la estructura b¨¢sica del edificio estuviera construida. Mi escala de valores estaba asentada, a punto de tener mi primer hijo, y eso me ayud¨® a no tomarme tan en serio. Cualquiera que vea mi trabajo pensar¨¢ que lo que digo es rid¨ªculo, porque me paso el d¨ªa creando versiones de m¨ª mismo, y es cierto. Pero tambi¨¦n lo es que me descarga de tener que ocuparme de m¨ª. La fama la llevo casi como un da?o colateral.
?Puede definir su profesi¨®n?
Me gusta la acepci¨®n de c¨®mico, como los de antes. Hay temas a los que te tienes que acercar sin forzar, y no hace falta ser siempre c¨®mico de carcajada. Me gusta mucho la comedia, pero no soy un fan¨¢tico. Entiendo que mi propio f¨ªsico hace re¨ªr a la gente, pide comedia. Pero en el teatro, aunque me tronche de risa, siempre tengo momentos tiernos, desde una canci¨®n a pasajes m¨¢s profundos.
Usted hermana el humor de ideas con el humor de acci¨®n, el slapstick cl¨¢sico. ?Le resulta dif¨ªcil armonizarlos?
Lo que yo hago puede parecer que une un humor m¨¢s b¨¢sico, de pedo y eructo, con una parte m¨¢s reflexiva, un humor m¨¢s refinado, pero no tengo la comedia empaquetada en tetrabriks y en alacenas. No creo en los g¨¦neros puros, la gracia est¨¢ en combinar. Woody Allen incluso en sus pel¨ªculas m¨¢s sesudas no le hace ascos a abrir un botiqu¨ªn para que se le caigan todos los botes. La comedia no tiene etiquetas, a m¨ª eso me pone muy nervioso.
?Qu¨¦ opina sobre el juicio p¨²blico y el repudio a Woody Allen?
Si digo que es una de las figuras que m¨¢s me han marcado en la comedia, me quedo corto. Me interesa la manera en que retrata los conflictos del alma, las contradicciones, siempre me atrajo su sofisticaci¨®n intelectualoide neoyorquina, esa superficialidad chic tan profunda. Sus libros, que no son muy citados, me apasionan, me parecen divertid¨ªsimos. Y todo ese asunto de la cancelaci¨®n de Woody Allen me duele. La simple sombra de la duda sobre alguien a quien admiras es complicada de llevar. Su caso me hace reflexionar sobre la necesidad de diferenciar el autor de su obra. Es que no podr¨ªa escuchar nada del jazz de los setenta¡ Pero el ejercicio de revisionismo desde el mundo de hoy es una consecuencia l¨®gica de haber vivido de forma injusta respecto a los colectivos desfavorecidos, como el de las mujeres. Habr¨ªa que tomarse m¨¢s tiempo antes de destruir la vida de alguien. Los juicios medi¨¢ticos tan contundentes me dan miedo, son como la pena de muerte.
En su serie Mira lo que has hecho prevalecen dos miradas, una instalada en la ternura y otra en los miedos. ?Le saca partido a esta contradicci¨®n?
La serie presenta una mirada muy amable, tierna, que a la vez es propia porque yo no soy c¨ªnico. El cinismo te reseca. Por ello aporto este complemento de ternura. No hemos hecho esta serie con la cabeza, sino con las tripas. Para m¨ª hay un tr¨¢nsito, un cambio de posici¨®n que es clave: habla de hacerte mayor en el sentido de ocupar el lugar de tus padres. Yo no empec¨¦ a sentir miedos hasta que tuve a mi primer hijo. De repente, cuando empiezas a temer por la vida de otro, tu escala de valores cambia. Antes de ser padre me comportaba como un artista, me empezaban a ir bien las cosas y oye, tengo que escribir un gag para el jueves, pues de lunes a jueves me voy a estar inspirando y doy paseos, y me tomo unas cervezas, y media hora antes el jueves lo escrib¨ªa y lo enviaba. Mi hijo me oblig¨® a disponer solo de esa media hora. En vez de lamentarlo, me hizo mejor. Y dej¨¦ de ser el foco de atenci¨®n. Eso me liber¨®. No sent¨ª celos del ni?o, pens¨¦: ¡°Hostia, macho, qu¨¦ bien¡±.
La muerte de su padre coincidi¨® con el nacimiento de sus mellizos, y la de su madre con el rodaje de la muerte del padre. ?C¨®mo fue?
No tan peliculero. El primer a?o de vida de mis hijos fue el de la agon¨ªa de mi padre. Un a?o de entrada de un ser humano y un a?o de salida, como ladrillos en un muro, contrapechados. Parece planteado por el mejor guionista de mi vida. T¨² vas creciendo al mismo tiempo que tu padre se va apagando. La muerte de mi madre fue como se explica en la serie, de un d¨ªa para otro. Y justo rod¨¢bamos el entierro de mi padre en la ficci¨®n, eso s¨ª fue metaling¨¹¨ªstico de narices.
Dedica la serie a sus padres. ?C¨®mo eran Juan y Carmen?
Eran unos padres cojonudos, divertidos. Nacieron en Cartagena, mi padre lleg¨® a Catalu?a con seis meses. Era muy clown, nos parecemos, ten¨ªa esta cosa teatral. Empez¨® a trabajar con 12 a?os en una f¨¢brica de textil, fue acomodador de cine, mozo en una caseta de feria, instalaba antenas por el pueblo. Y acab¨® en las minas de sal y potasa de Cardona. No se le oscurec¨ªa nada. Unas Navidades lo ingresaron, ya grave, y cuando le llam¨¦ me dijo: ¡°Mira, hijo, los excesos de las fiestas¡±. Muri¨® de cirrosis. Y mi madre, costurera, estaba como oculta por esa fuerza tan carism¨¢tica. Luego descubr¨ª que la guasa final la ten¨ªa ella. En la radio le hicimos hacer de general Aironfix, la fichamos, se apuntaba ideas en una libreta durante la semana. En medio de ciencia-ficci¨®n y extraterrestres, siempre hab¨ªa pedales y agujas que se clavaban.
?Qu¨¦ valores le transmitieron?
La honestidad. Guardo el v¨ªnculo muy s¨®lido de unos padres que se quer¨ªan mucho. Cuando ya hab¨ªa descubierto el bloqueo creativo en los c¨®mics, le pregunt¨¦ a mi madre: ¡°?De qu¨¦ puedo hablar?¡±, y ella me dijo: ¡°Pues habla de un ni?o que quiere mucho a su madre¡±. Me est¨¢ viniendo la imagen ahora mismo. Y le respond¨ª: ¡°Qu¨¦ tonter¨ªas dices, mam¨¢, c¨®mo voy a hablar de esto, yo tengo que hablar de aventuras¡¡±. No hab¨ªa hecho la conexi¨®n hasta ahora. Al final hab¨ªa una buena historia ah¨ª. Durante mucho tiempo piensas que t¨² lo sabes todo y ellos no saben nada, pero es al rev¨¦s.
?Tiene sue?os como su personaje?
He so?ado varias veces con un piso, y siempre hab¨ªa una zona que me daba miedo. ?ltimamente he entrado en esa zona y ya no me asusta.
Ha vivido durante a?os en un piso de 70 metros, con cinco de familia, a pesar de haber ascendido socialmente. ?Pudor de casta?
Creo que no he llegado a pasar de clase, en todo caso de media baja a media alta. Es verdad que he contratado a canguros para mis hijos y esto ser¨ªa algo impensable en mi familia. Primero porque se ocupaba mi madre, mi padre llegaba del trabajo y se iba al bar a echar la partida y a beber, luego volv¨ªa por la noche y dec¨ªa qu¨¦ hay de cena. Honestamente, he ganado pasta, pero no tanta para comprar un casopl¨®n. Siempre he vivido de alquiler. En mi casa me dec¨ªan que comprara cuando tuviera todo el dinero.
?Es ahorrador?
Tengo un freno de mano puesto, renuncio a toda la parte del oropel de mi trabajo. A ejercer de famoso. No me gusta ir a saraos. Los privilegios me desconectar¨ªan de lo que soy.
?Y es coqueto? ?Se mira mucho?
S¨ª, soy coquet¨ªsimo. Pero al mismo tiempo soy un poco dejado. Combino las dos facetas. Soy una contradicci¨®n continua, una cosa y la contraria. Reconozco que en mi esencia est¨¢ el ¡°no, pero¡±. Tomarte muy en serio a ti mismo es un problema gordo. Y el camino m¨¢s r¨¢pido para convertirte en un capullo.
?Practica el romanticismo?
S¨ª. Soy un rom¨¢ntico, me gusta el amor y lo que significa. Es de lo mejor que tenemos, el amor de pareja, el fraternal, el paternofilial. El amor saca las mejores cualidades de los seres humanos, y no estamos demasiado acostumbrados a ello. Me gusta verlo crudo, porque tambi¨¦n tiene sus claroscuros, sus caminos pedregosos¡
Las nuevas generaciones de feministas est¨¢n en contra del discurso del amor rom¨¢ntico. ?Qu¨¦ opina?
En el ejercicio de desmontar el amor rom¨¢ntico hay una necesidad obvia de desmontar una visi¨®n machista del amor, en la que la mujer es un mero objeto de conquista y el hombre un superh¨¦roe. Pienso en Fleabag, una serie inglesa con la que me siento hermanado.
?Su esposa, Marta, es su mayor cr¨ªtica?
Claro. Y no solo eso. Algunos de los mejores chistes de Mira lo que has hecho son suyos. Por ejemplo, el de: ¡°Me han nominado a un Goya, ?qu¨¦ m¨¢s tengo que hacer para que tomes en serio como actor?¡±, y ella contesta: ¡°Ganarlo¡±. No puedes desear nadie mejor en casa.
Aseguran que es muy padre, casi madre, el nuevo estilo del siglo XXI.
Lo que diferencia al padre que soy del que tuve es que mi generaci¨®n se pregunta si lo hace bien y ellos hac¨ªan lo que pod¨ªan. A lo mejor mis hijos van a reaccionar contra esta paternidad consciente d¨¢ndome lo contrario. Un psic¨®logo infantil del colegio nos tranquiliz¨®: ¡°Vosotros sois los mejores padres posibles porque os pregunt¨¢is si los sois¡±. Recuerdo las primeras Navidades con Lucas, ¨¦l estaba en una mecedorita, sonaba Sammy Davis Jr., empezaba a re¨ªrse con tres mesecitos, y me sent¨ª el hombre m¨¢s feliz del mundo hasta que son¨® un pedo; se hizo tanta caca que le llegaba al cuello. Y pens¨¦: es esto, es todo, emotivo y asqueroso.
?Qu¨¦ tiene de catal¨¢n?
No s¨¦. ?Qu¨¦ es catal¨¢n? No tengo ni idea. No tengo mucho sentido de pertenencia, siento que pertenezco a la gente que me gusta. Y esa gente es de todas partes. A veces conecto con esta cosa catalana de la pesadumbre, del seguidor del Bar?a que solo era feliz cuando perd¨ªa. De tradici¨®n de comedia catalana, no he consumido mucho m¨¢s que los chistes de Capri y Eugenio.
?Se ha mantenido al margen del independentismo?
S¨ª, porque mi postura, la equidistancia, no era muy apreciada. Estuve callado todo el rato, a ver si cesaban ya con el puto ruido. Me dan mucho miedo estos episodios de fiebre colectiva y me gustar¨ªa, como a tantos, no vivir un episodio hist¨®rico. Los momentos hist¨®ricos cansan mucho.
?Es una persona altamente sensible?
Soy hipersensible, tambi¨¦n es algo con lo que intento luchar. Lo vivo muy para dentro. Tengo una relaci¨®n esquizofr¨¦nica con el pudor, y a la vez soy muy exhibicionista. Un conflicto. Me he ido construyendo un personaje at¨®mico para protegerme, es muy resistente, tiene una corteza fuerte, est¨¢ hecho a prueba de traumas.
?De d¨®nde le viene el amor por la escatolog¨ªa?
Desde peque?o me hacen mucha gracia los chistes de pedos. Hasta que un d¨ªa alguien te dice que se acab¨®. No hay nada que te complete m¨¢s la imagen de un ser humano como saber que, despu¨¦s de haber hecho algo sublime, va a cagar. Me imagino a Leonardo da Vinci pintando la Mona Lisa y luego decir: ¡°Me voy al ba?o y echo un tordo incre¨ªble¡±.
Usted y Buenafuente, ?c¨®mo han sobrevivido a las tensiones propias de una relaci¨®n tan estrecha? ?Se sinti¨® alguna vez un segund¨®n?
Andreu es una persona muy importante para m¨ª. ?l me coloca en primera l¨ªnea de fuego; yo ya ven¨ªa hecho, con mucha historia interna construida, pero ¨¦l me abre la puerta para que lo saque todo. Luego empieza a construirse una amistad muy elegante. Con espacio. Me ha ense?ado algo esencial: a hacerle caso a la intuici¨®n. Claro que ha habido tensiones, siempre cordiales. Cuando empec¨¦ a despuntar, la gente en tono de broma me dec¨ªa: ¡°Bueno, t¨² pronto le quitas el sitio a este¡±. Y Andreu tambi¨¦n escuch¨® de todo: ¡°Este te va a hacer la cama¡±. Ya ves c¨®mo funcionamos aqu¨ª. A veces me ha pedido cosas que no hubiera querido hacer, menciones publicitarias o mucho guion que yo no hab¨ªa escrito¡ A m¨ª me gusta que me manden, no tengo ning¨²n problema con la autoridad que respeto. Si no hubiera encontrado una f¨®rmula para m¨ª, quiz¨¢s s¨ª hubiera tenido un problema.
En su trabajo, los porros aparecen de forma normalizada, pero su consumo sigue siendo ilegal. ?Toma partido por su legalizaci¨®n?
He querido introducir el tema para normalizarlo porque la vida es as¨ª. Tengo gente que ha muerto por beber tantas cervezas, empezando por mi padre, y en cambio no conozco a nadie tan afectado por porros. Pero no quiero liderar ninguna causa, no quiero glorificar una droga, por muy recreativa que sea, porque hay gente que tiene problemas y que es adicta. Cada ser humano tiene una relaci¨®n muy particular con las drogas. Yo fumo, tengo una buena relaci¨®n con esta droga, me sirve para aligerar y parar un poco. Y he querido que aparezca, dar esa imagen de m¨ª. En cuanto a la legalizaci¨®n, es un debate que se tendr¨¢ que abrir. Las sociedades tienen que dar respuestas en conjunto.
En la serie, el sexo se refleja de forma amistosa, amorosa, sin lujuria, digamos.
Es que tambi¨¦n me da pudor. Me da como cosa. No soy muy erot¨®mano. Vivo el sexo de una forma muy natural, pero no soy fetichista ni sofisticado. El sexo a menudo es una relaci¨®n de poder, y nosotros quer¨ªamos normalizarlo al m¨¢ximo.
?El fracaso es una escuela?
Por un lado, no quiero fracasar porque no me gusta sufrir, me gusta gustar. Pero siempre que he fracasado me ha ido muy bien. He crecido.
?Podr¨ªa aceptar un fracaso a estas alturas?
S¨ª, claro. Y si Dios quiere, tendr¨¦ alguno. En este oficio solo vales lo que vale tu ¨²ltimo trabajo. Eso tienes que tenerlo muy claro.
Peluquer¨ªa y maquillaje: Jos¨¦ Juan Guzm¨¢n / Asistencia y proceso digital: Mars Galvany / Producci¨®n: Teresa Bassas
Berto, con lupa
Andreu Buenafuente, humorista
¡°Berto lleg¨® a mi vida con este vicio que tengo de buscar talento. Fue en 2000. Iba por el Paseo de Gracia escuchando Radio 4 y ah¨ª me enamor¨¦ del Berto artista. Me dije: estos t¨ªos, son diferentes, y El Terrat contact¨® con ellos, El cansancio, se llamaban. Hicimos un programa en TV3 que no funcion¨®, y fue una frustraci¨®n. A pesar de todo brindaron con sidra. Reconectamos en 2005 y empezamos a colaborar en televisi¨®n, y se convirti¨® en un imprescindible. Hay un pacto de amistad profesional entre nosotros que est¨¢ por encima de las historias personales. Ha triunfado como director de ficci¨®n pero me sigue preguntando: 'Oye, ?qu¨¦, que el pr¨®ximo a?o vengo igual a hacer las tonter¨ªas?' Lo nuestro siempre se mantiene hasta que nos cansemos, no est¨¢ sometido a ninguna ambici¨®n personal. Berto si no lo es ya, ser¨¢ un referente".
Carlo Padial, director de cine, escritor
"S¨¦ que le molesta que lo diga, pero es una de las mejores personas que he conocido, la m¨¢s generosa, la que da m¨¢s juego. Lo comparo mucho con Jay Z, rapero mainstream que es admirado por los otros raperos. No conozco a nadie que no admire Berto. A los dos nos gusta David Lynch y Andrej Zulawski".
Enric Pardo, guionista
"En la writing room, cuando hacemos el guion, es muy r¨¢pido porque al ser c¨®mico, te lo lanza al momento y ves si funciona o no. El personaje, Berto, es m¨¢s mezquino que la persona. Nos da mucho juego hacerlo taca?o para generar comedia, pero Alberto es supergeneroso. Es un hombre frugal, pero le gusta vivir bien, el vino bueno, no le da importancia a lo material. Un c¨®mico tiene que ser disfrut¨®n, no puede ser un amargado. Ha bebido de la tradici¨®n de la stand up comedy, de Larry David y Jerry Seinfeld, o Louis CK. ?Una debilidad? Por decir algo, le da muchas vueltas, y podemos estar as¨ª ad eternum, ¨¦l tiene que sentir un fuego, una sinceridad¡".
Javier Ruiz Caldera, director de cine y de la serie Mira lo que has hecho
¡°Un creador es alguien que tiene algo que contar desde su punto de vista personal, con un estilo propio, y ¨¦l lo es, un autor muy completo. En su cosmovisi¨®n, bajo el tapiz de la comedia y siempre con humor, habla de temas m¨¢s profundos como paternidad, la muerte de los padres, la enfermedad, los l¨ªmites del humor. Es un c¨ªnico en el sentido de ver que la realidad es tan divertida como terrible. En algunas escenas, como la hidroterapia de colon, todo el cuerpo t¨¦cnico se part¨ªa, y la c¨¢mara temblaba de la risa¡¡±.
Eva Ugarte, actriz, pareja de Berto Romero en la serie ¡°Mira lo que hecho¡±
"La qu¨ªmica no se trabaja, y entre nosotros hubo un entendimiento m¨¢gico, hac¨ªamos la broma de que somos como el reloj flick flack, lees al otro, empatizas, est¨¢s como de acuerdo con sus ideas, su humor¡ No, no me he inspirado en su mujer, Marta, somos diferentes de car¨¢cter y de forma de ser. Ella es como un filtro de verdad, y su mejor cr¨ªtica, lo que funciona le hace gracia enseguida. Berto, como jefe, como show runner, tiene algo zen"
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