¡®Jurassic World¡¯ |?C¨®mo ser¨ªa la paternidad sin el recurso de los dinosaurios?
La pasi¨®n infantil por ellos siempre es una buena excusa para entrar en librer¨ªas y museos, ver documentales¡ y adem¨¢s te salvan cualquier cumplea?os u ocasi¨®n especial
Los expertos dicen que se extinguieron hace millones de a?os, pero mientras haya ni?os, los dinosaurios seguir¨¢n dominando la tierra¡ y las jugueter¨ªas, los cines y las librer¨ªas.
Porque hay una edad en la vida en la que lo sabes todo sobre los dinosaurios. Y mi hija y sus amigos la est¨¢n viviendo ahora.
Se saben todos los nombres, que si se los pregunta Jordi hurtado en Saber y ganar pues lo saben y lo ganan. Coleccionan mu?ecos de todo tipo. Y sobre todo almacenan informaci¨®n.
Conocen todos los nombres, saben en qu¨¦ per¨ªodo vivieron (en vez de gato por liebre, no les puedes dar jur¨¢sico por cret¨¢cico, que se enfadan) y saben distinguirlos con una seguridad que ya la querr¨ªa cualquier fiscal en todos sus testigos. Un velociraptor no un beb¨¦ de T-Rex con una dieta d¨¦tox, eso que nos quede claro a los adultos.
Los dinosaurios van muy bien para hablar de la vida y la muerte, de carn¨ªvoros y herb¨ªvoros (?si hubieran tenido tofu y una Greta Thunberg brontosauria habr¨ªa cambiado el panorama?), de la supervivencia darwinista de los que se adaptan mejor y de la fatalidad planetaria que nos pillar¨¢ a todos¡ Si quieres una met¨¢fora para explicar los efectos devastadores del coronavirus, aqu¨ª la tienes.
Es una buena excusa para entrar en librer¨ªas y museos, ver documentales¡ y adem¨¢s te salvan cualquier cumplea?os u ocasi¨®n especial. Cuando no sabes qu¨¦ regalar, siempre hay alg¨²n mu?eco de dinosaurio en el quiosco o en el bazar de la esquina.
Adem¨¢s, estas criaturas son una enorme fuente de inter¨¦s com¨²n para que ni?os de cualquier parte del mundo, a partir de los 3 o 4 a?os, quieran aprender, investigar, memorizar¡ en definitiva, quieran dar rienda suelta a sus ganas de descubrir estos seres fascinantes y convertirse en peque?os expertos, circunstancia que les sube la autoestima (y a los adultos la paciencia, cuando te han hecho la misma clase magistral decenas de veces).
Los que crecimos en los ochenta ya lo tenemos superado, y ahora nos fascina m¨¢s un iPhone nuevo que un brontosaurio perreando. Pero en nuestra ¨¦poca, Michael Crichton y Steven Spielberg nos hicieron so?ar de manera colosal.
Me alegra que se sigan haciendo secuelas y reboots de Jurassic Park, porque junto con la mejora de la tecnolog¨ªa esto genera exposiciones, v¨ªdeos, videojuegos y pel¨ªculas que permiten a nuestros hijos ver con un detalle fabulosamente realista c¨®mo eran estos antiguos vecinos de planeta.
Adem¨¢s, mientras la dinofiebre siga en Hollywood, en miles de ciudades alrededor del planeta, cientos de ni?os y ni?as, en vez de aspirar a ser youtubers, influencers o futbolisters, se imaginar¨¢n de paleont¨®logos, viajando en el tiempo con un simple pincel.
Eso s¨ª, padres primerizos: id con cuidado, porque incluso extinguidos, estos bicharracos pueden ser muy peligrosos para el hombre. De esto dar¨¢ fe cualquiera al que jugando con sus hijos le haya ido la cola o la mand¨ªbula del Tiranosaurus-Rex al ojo.
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