En busca del envase sostenible
Aliado con la tecnolog¨ªa, la multimillonaria industria de la cosm¨¦tica y la higiene personal desarrolla proyectos para eliminar los pl¨¢sticos de un solo uso. Paso fundamental en el camino para cuidar el planeta, la iniciativa maneja materiales alternativos y conceptos como reciclaje y reutilizaci¨®n.
AL FIN ES UN HECHO: de acuerdo a la legislaci¨®n europea, los envases de pl¨¢stico de un solo uso tienen los d¨ªas contados. Este ser¨¢ su ¨²ltimo a?o, un 2020 catastr¨®fico en el que aproximadamente 120.000 millones de estos objetos acabar¨¢n en los oc¨¦anos, seg¨²n c¨¢lculos del proyecto Planeta o pl¨¢stico promovido por National Geographic. Las cifras son tremendas: con 11 millones de toneladas en residuos anuales ¡ªcomo asegura un informe publicado por la revista Science el pasado julio¡ª, puede afirmarse que ya hay m¨¢s pl¨¢sticos que peces en los mares. Lo peor es que, en un par de d¨¦cadas, los vertidos alcanzar¨¢n los 29 millones de toneladas; es decir, el equivalente a 50 kilos por cada metro de toda la l¨ªnea costera planetaria, seg¨²n avanza dicho estudio.
Las medidas, ya en marcha o anunciadas, de Gobiernos y empresas no son pocas, pero incluso con ellas apenas se espera reducir un 7% semejante volumen para 2040. Con su contingente de cremas, desodorantes, geles y champ¨²s, s¨¦rums, pasta de dientes y dem¨¢s, la industria del envasado para productos de belleza e higiene personal ¡ªque factura gracias a ellos 22.443 millones de euros al a?o¡ª ya est¨¢ preparada para afrontar el cambio. O en ello anda.
Las principales marcas y conglomerados del negocio de la belleza se est¨¢n dando prisa en cambiar su modelo de producci¨®n, que para 2023 generar¨¢ cerca de 800.000 millones de euros, seg¨²n estimaciones de la consultora CB Insights. Algunas de las firmas l¨ªderes ya han comenzado a prescindir del pl¨¢stico para apostar por envases fabricados en materiales como vidrio, cart¨®n resistente o fibras de origen vegetal, que son ecol¨®gicas, siempre y cuando los procesos de fabricaci¨®n de estos recipientes alternativos no necesiten de una excesiva cantidad de recursos, como agua o energ¨ªa. Otras prefieren llamar la atenci¨®n sobre la reutilizaci¨®n de sus envases, con estrategias como la de la firma de farmacosm¨¦tica francesa Caudalie, que anima a sus clientes a retornarlos al punto de venta cuando est¨¦n vac¨ªos. Los hay tambi¨¦n que buscan un formato que no precise de envasado, a la manera de la ense?a brit¨¢nica Lush, con jabones, champ¨²s y bombas de ba?o s¨®lidos, y que presume de elaborar a mano con ingredientes vegetales/veganos ¡ªno testados en animales¡ª desde hace 25 a?os.
Pero el pl¨¢stico sigue siendo el material m¨¢s utilizado en los envases cosm¨¦ticos. Y el reto inminente para marcas y fabricantes es perfeccionar su composici¨®n para que pueda reciclarse de forma m¨¢s eficiente. La espa?ola Repsol, una de esas empresas que han hecho negocio con los derivados del petr¨®leo, quiere liderar la nueva era del pl¨¢stico. Su divisi¨®n qu¨ªmica lleva a?os investigando c¨®mo mejorar las materias primas con las que se fabricar¨¢n envases (no solo destinados a la cosm¨¦tica y el aseo) con conciencia medioambiental. ¡°Es una l¨ªnea de trabajo que venimos desarrollando desde diferentes v¨ªas, incluso anticip¨¢ndonos a la normativa, porque es algo que preocupa a la poblaci¨®n¡±, asegura Alfonso Grande Pizarro, gerente senior de asistencia t¨¦cnica y desarrollo de poliolefinas (los pl¨¢sticos m¨¢s comunes y econ¨®micos) de la compa?¨ªa, que quiere aplicar la econom¨ªa circular a su producci¨®n. Recipientes hechos a partir de otros recipientes, o sea, de residuos pl¨¢sticos reciclables, he ah¨ª la cuesti¨®n. Ecodise?o, lo llaman.
El problema es que muchos de los contenedores usados en cosm¨¦tica resultan bastante complejos al constar de varias capas de distintos materiales, como los metales que se emplean para elaborar ornamentaciones que hagan m¨¢s vistoso y atractivo un art¨ªculo. V¨¦anse los filos y cantos dorados o plateados que decoran tantos tarros de cremas, o los tapones brillantes. Son materiales de complicada o nula recuperaci¨®n, en parte por la disminuci¨®n de sus propiedades cuando retornan al ciclo productivo.
La complejidad de los envases ha tenido que ver, hasta ahora, con la seguridad de los productos. ¡°Si va a contener una sustancia determinada, el envase deber¨¢ aguantar ciertas condiciones medioambientales o de temperatura, por ejemplo. Y luego est¨¢n la resistencia, para que el material no quede expuesto ante una ca¨ªda; el peso, la durabilidad¡ Podr¨ªamos caer en la tentaci¨®n de decir que cuanta m¨¢s cantidad de pl¨¢stico contenga el recipiente, m¨¢s resistente y duradero ser¨¢. Aunque todo es cuesti¨®n de equilibrio¡±, explica Grande Pizarro. Las soluciones que Repsol presenta ahora mismo a sus clientes est¨¢n centradas en la utilizaci¨®n de materiales compatibles que, preservando la funcionalidad del envase, se comportan como un solo material, de forma que resultan f¨¢cilmente reciclables tras su uso.
El reto es, pues, ¡°mejorar las propiedades de las materias primas que utilizamos, de manera que se pueda alcanzar la misma funcionalidad de siempre, o al menos muy similar, pero que cuando ese envase llegue a la planta de reciclado sea posible separar dichos materiales en una corriente lo m¨¢s pura posible¡±, a?ade Sonia Segura Fern¨¢ndez, consultora de econom¨ªa circular del centro de investigaci¨®n Repsol Tech Lab.
La segregaci¨®n de los materiales es, de hecho, una cuesti¨®n fundamental para poder continuar con la cadena de valor: ¡°Cuanto mejor est¨¦n separados, m¨¢s f¨¢cil podr¨¢n llevarse de nuevo a su forma original. En una econom¨ªa circular, lo que se pretende es mantener el material el mayor tiempo posible y, si se puede, con la misma calidad o la m¨¢s cercana al original¡±. Por descontado, no siempre se consigue, bien por la baja calidad de los componentes o porque los envases no se han llevado al contenedor correspondiente. ¡°Por eso, frente al reciclado mec¨¢nico, nosotros empleamos el reciclado qu¨ªmico, con el que conseguimos un crudo sint¨¦tico, una especie de aceite que sustituye parte de la materia prima habitual¡±, expone la experta medioambiental.
Con todo, los avances tecnol¨®gicos no van a ninguna parte si no se acompa?an de la debida concienciaci¨®n de uso y consumo. ¡°En esta batalla, cada cual tiene un papel. Desde el productor de la mol¨¦cula de pl¨¢stico hasta el consumidor final, pasando por quienes transforman los pol¨ªmeros y los propietarios de las infraestructuras donde se realiza esa labor. Hay que crear una estrategia en la que participemos todos. Porque, al fin y al cabo, para poder reciclar hay que recoger¡±, concluye Grande Pizarro.
Para el caso, la pelota se encuentra m¨¢s que nunca en el propio tejado de la industria de la cosm¨¦tica. A las empresas del sector no les queda otra que aplicarse el cuento del envasado sostenible. Por no mentar su otro gran caballo de batalla en t¨¦rminos de poluci¨®n: esas micropart¨ªculas de pl¨¢stico que contienen algunos de sus productos estrella, como los geles y cremas exfoliantes para rostro y cuerpo. Sobre todo porque la Uni¨®n Europea ha establecido un r¨¦gimen de responsabilidad medioambiental basado en el principio de que quien contamina, paga. A¨²n m¨¢s en esta cruzada llegan algunas empresas y pioneros como Yolanda Cooper, fundadora de la l¨ªnea de productos capilares We Are Paradoxx ¡ªcuyo envasado se proclama 90% libre de pol¨ªmeros¡ª, que ha establecido el 17 de junio como el d¨ªa internacional de la belleza sin pl¨¢sticos. ¡°Adoptar este tipo de medidas supone un enorme esfuerzo financiero para una empresa como la nuestra, pero yo no estoy dispuesta a ser responsable de contaminar el planeta¡±, dice esta emprendedora norirlandesa de 34 a?os que despacha sus productos veganos de alta gama en los grandes almacenes neoyorquinos Saks Fifth Avenue o los londinenses Harvey Nichols, am¨¦n de la tienda online Asos. ¡°Adem¨¢s, est¨¢ demostrado que los programas de reciclado no resultan todo lo efectivos que deber¨ªan, sobre todo con los productos de ba?o, que la gente no acostumbra a depositar en los contenedores apropiados¡±.
Tambi¨¦n los grandes de la belleza de gran consumo est¨¢n tomando medidas. Como Unilever, que en 2018 lanzaba Love Beauty and Planet, su primera etiqueta de cuidado personal en dos d¨¦cadas, como parte de su iniciativa Sustainable Living Plan; L¡¯Occitane, aunando fuerzas con la incubadora tecnol¨®gica Loop Industries para producir envases de pl¨¢stico sostenible, y Garnier, a trav¨¦s de los envases de pol¨ªmeros reciclados de su colecci¨®n de champ¨²s y acondicionadores capilares Fructis Sleek & Shine y el programa educativo itinerante Garnier Mobile Greenhouse, est¨¢n demostrando que, si se quiere, se puede. Ah¨ª est¨¢ el gigante L¡¯Or¨¦al, echando el resto con la firma de la iniciativa New Plastic Economy, que tiene por objetivo fabricar el 50% de sus envases a partir de materiales reciclados y que sean 100% reutilizables, rellenables o compostables para 2025. ¡°Hace m¨¢s de 10 a?os que estamos comprometidos con una pol¨ªtica ambiciosa respecto al desarrollo sostenible, que incluye un trabajo en profundidad sobre el uso de pl¨¢sticos. Enmarcada dentro de nuestra estrategia Sharing Beauty With All, desde 2007 aplicamos la regla de las tres erres, una optimizaci¨®n del packaging basada en tres pilares: respetar el medio ambiente, reducir el uso de los recursos y reemplazar los materiales menos ecol¨®gicos. Adem¨¢s, estamos trabajando dentro de un ecosistema de socios colaboradores para beneficiarnos de las mejores tecnolog¨ªas¡±, expone I?igo Larraya, director de responsabilidad social corporativa de L¡¯Or¨¦al Espa?a, que contin¨²a enumerando logros: ¡°Tambi¨¦n hemos impulsado la iniciativa SPICE (Sustainable Packaging Initiative for CosmEtics) con el objetivo de alinear a los participantes del mercado con una metodolog¨ªa sobre la huella medioambiental del envasado de productos cosm¨¦ticos y ayudar al sector a comprometerse con un envase m¨¢s responsable¡±.
Por lo que nos toca como consumidores, quiz¨¢ tambi¨¦n podamos poner nuestro grano de arena responsable recuperando algunas de las viejas costumbres est¨¦ticas de antes de que la industria de la belleza perdiera la cabeza por el pl¨¢stico, a partir de los a?os sesenta, deslumbrada por su promesa de ligereza, flexibilidad y resistencia. TikTok est¨¢ plagada de v¨ªdeos que exhiben cajas met¨¢licas de maquillaje compacto vintage, genuinas joyas de artesan¨ªa que los zoomers de hoy jalean como piezas de resistencia sostenible. Hasta aquellos neceseres de viaje con m¨²ltiples envases de metal o cristal que se rellenaban una y otra vez con polvos, barras, aceites y perfumes han vuelto a ganarse el cielo de la moda, firmados por Chanel y Dior.
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