El Reina Sof¨ªa afronta su encrucijada
Desde la gesti¨®n hasta la desinfecci¨®n y desde la restauraci¨®n hasta la vigilancia, pasando por la labor educativa, la digitalizaci¨®n y el debate sobre el modelo de exposiciones, las personas de esta galer¨ªa fotogr¨¢fica comparten una doble misi¨®n: hacer que el primer museo espa?ol de arte moderno y contempor¨¢neo vuelva a la vida. Y, si es posible, inventar uno nuevo ahora que este emblema de la cultura espa?ola cumple 30 a?os.
No pod¨ªa imaginar el director del Museo Nacional Reina Sof¨ªa, Manuel Borja-Villel, que algo como la cat¨¢strofe/covid marcar¨ªa de modo indeleble la recta final de su mandato. Adem¨¢s de a los muchos deberes que ya ten¨ªa sobre su mesa en el a?o del 30? aniversario, deber¨¢ dedicar los tres que le quedan como director, m¨¢s que a pensar y hacer, a repensar e inventar. Repensar y reinventar un museo. Un museo que borre definitivamente de su adn viejas pr¨¢cticas ya obsoletas y que tenga plena vigencia y pleno sentido en los nuevos tiempos: los tiempos pospandemia. Estos son, explicados por algunos de los m¨¢ximos responsables del Reina, los principales elementos de discusi¨®n y de cambio que ya se escuchan en los despachos y en las salas de exposici¨®n del centro de arte moderno y contempor¨¢neo de referencia en Espa?a.
?HACIA QU? MUSEO?
¡°Claramente tiene que haber un Reina Sof¨ªa poscovid. Si no, algo no funciona bien. La maquinaria del museo se ha parado, en parte por esta cat¨¢strofe que nos obliga s¨ª o s¨ª a reaccionar. Tenemos que reinventarnos, pero no solo por lo que ha ocurrido. La reinvenci¨®n debe ser constante, permanente, ese es el reto de este museo¡±, pone por delante Manuel Borja-Villel. Es cierto que ¨¦l no es precisamente sospechoso de haber esperado a una crisis de este calibre para modificar inercias, darle vueltas a las cosas hasta la taquicardia (b¨¢sicamente de sus colaboradores m¨¢s cercanos) y aplicar a la gesti¨®n del Reina criterios personales e intransferibles. Tanto que no han faltado quienes le han acusado en ocasiones de fomentar un museo de autor. Algunas de sus ideas acerca de lo que es o deber¨ªa ser el Reina Sof¨ªa y hacia d¨®nde deber¨ªa dirigir sus pasos, y de manera m¨¢s amplia hacia d¨®nde deber¨ªa andar cualquier museo p¨²blico, pueden encontrarse en el cap¨ªtulo titulado ¡®Hacia una nueva institucionalidad¡¯ de su revelador libro Campos magn¨¦ticos, recientemente editado por Arcadia. Su palabra clave desde hace tiempo ¡ªy en las circunstancias actuales mucho m¨¢s¡ª es ¡°sostenibilidad¡±. ¡°Est¨¢ claro que ni nosotros ni otros hemos hecho de los museos unos lugares sostenibles. Pero la sostenibilidad y la ecolog¨ªa han llegado para quedarse. Igual la sostenibilidad no consistir¨¢ en gastarse no s¨¦ cu¨¢ntos millones en nuevos edificios o en hacer exposiciones que son meramente de espect¨¢culo. Igual ya no importar¨¢ que venga tanta gente y la sostenibilidad se producir¨¢ de otra forma, a lo mejor trabajando m¨¢s con las propias colecciones. Entre otras cosas, porque adem¨¢s se van a prestar menos obras entre museos¡±, explica el director.
¡°?Qu¨¦ es un museo?¡±, se pregunta en uno de los grandes despachos del Edificio Nouvel Mabel Tapia, subdirectora del centro desde hace poco m¨¢s de un a?o. ¡°Los museos nacieron como una forma hegem¨®nica de afirmar ¡®esto es el arte¡¯, como una especie de sacralizaci¨®n de la cultura que de alguna manera cierra las puertas a otras formas. Y esa forma afirmativa que niega otras formas es lo que est¨¢ en crisis ahora mismo, as¨ª que lo que nos proponemos ahora en el Reina es pasar de esa forma afirmativa a una forma interrogativa, c¨®mo el museo puede ser un lugar donde interrogar desde lo art¨ªstico hasta lo social¡±, argumenta.
Lo social, lo pol¨ªtico¡ ?y hasta lo ideol¨®gico? Conceptos que han poblado y pueblan sus salas como feminismo, desigualdad, rep¨²blica, exilio, antirracismo, activismo y artivismo (caso de la magn¨ªfica exposici¨®n protagonizada en 2012 por el alem¨¢n Hans Haacke, palad¨ªn de la corriente de la cr¨ªtica institucional), cultura queer¡ ?hacen del Reina Sof¨ªa un museo de izquierdas? La respuesta del director: ¡°Lo que no es es partidista. Pero si todos esos conceptos son de izquierdas, pues s¨ª. Si izquierdas es querer cambiar un mundo injusto y deshumanizado, s¨ª, es un museo de izquierdas. Lo que nunca haremos es examinar la ideolog¨ªa de los artistas, faltar¨ªa m¨¢s. Dal¨ª, muy de izquierdas no era. Ignacio G¨®mez de Lia?o, tampoco, pero su obra transforma el modo de entender el mundo¡±.
De hecho, la situaci¨®n de crisis sanitaria, social y econ¨®mica provocada por la pandemia ha impulsado a¨²n m¨¢s una de las joyas de la corona en la acci¨®n del actual equipo gestor del museo: el proyecto Museo situado, una experiencia que arranc¨® hace dos a?os y que explica as¨ª Mabel Tapia: ¡°Consiste en retomar y reforzar un di¨¢logo que estaba cerrado con el barrio de Lavapi¨¦s-Atocha y por extensi¨®n con la ciudad de Madrid. La comunidad del barrio era muy reacia al museo, no solo como motor de gentrificaci¨®n y turismo, sino porque consideraba que el Reina directamente le daba la espalda. Se ha hecho un trabajo sostenido de interlocuci¨®n y de proyectos en com¨²n con asociaciones de vecinos, centros culturales, etc¨¦tera¡±.
EXPOSICIONES ¡®BLOCKBUSTER¡¯: ?S? O NO?
?Toca a su fin el modelo muse¨ªstico basado en la organizaci¨®n de exposiciones-evento capaces de convocar a 700.000 visitantes, como la de Dal¨ª que alberg¨® el Reina Sof¨ªa en 2013? ?Cabe pensar que, una vez pasada la pandemia y su impacto en la frecuentaci¨®n de la gente a los museos, todo volver¨¢ a ser lo que era y regresar¨¢n las grandes muestras-blockbuster? ¡°Yo pienso que vamos a tener que manejarnos con una escena m¨¢s cercana. A corto y medio plazo estamos abocados a renunciar a esas grandes exposiciones y en el largo plazo qui¨¦n sabe, quiz¨¢ sea algo que llegue para quedarse, y parece sensato¡±, admite Soledad Lia?o, comisaria de importantes exposiciones en el museo Reina Sof¨ªa como las dedicadas a William Kentridge o Doris Salcedo. Lia?o considera que eso conllevar¨¢ trabajar m¨¢s con la colecci¨®n propia, aportando lecturas muy distintas a las que se han venido haciendo. ¡°Vamos a poner el foco en proyectos espec¨ªficos como los que desde hace tiempo montamos en el Palacio de Cristal del Retiro, en los que tendr¨¢n mucha m¨¢s importancia de la que se le ha dado hasta ahora no solo el resultado, sino lo procesual y la investigaci¨®n en colaboraci¨®n con los propios artistas¡±, explica.
Manuel Borja-Villel apoya esa apuesta, aunque matiza: ¡°Hay que aprovechar esta crisis para hacer otro tipo de cosas, est¨¢ claro, y en nuestro caso, otro tipo de exposiciones, y ah¨ª ser¨¢ clave c¨®mo lo expliquemos. Tenemos que aprender a comunicar mejor lo que hacemos, ser valientes y no caer en ejercicios de autocensura en los que a veces caemos de forma casi inconsciente. Yo pienso que se pueden seguir haciendo exposiciones sobre Kandinsky o Mondrian [el Reina Sof¨ªa inaugurar¨¢ el 11 de noviembre la muestra dedicada al artista holand¨¦s y el grupo De Stijl como gran cita del a?o del 30? aniversario] sin que tengan que ser grandes circos¡ Hay muchos modos de hacerlo, solo consiste en replantear las prioridades¡±.
Nombrada el pasado mes de junio presidenta del patronato del museo, la exministra de Cultura ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde sit¨²a la cuesti¨®n en el terreno del pragmatismo financiero: ¡°Parece cada vez m¨¢s claro que amortizar producciones de grandes exposiciones que normalmente son muy caras ¡ªen seguros, en transporte, en montaje¡¡ª ya no va a ser posible. Va a haber que pensarlo de otra forma porque no vas a poder recuperar la inversi¨®n de la manera que ten¨ªas planificado¡±. Pero tambi¨¦n acude en su argumentario a la propia dimensi¨®n del hecho cultural: ¡°Todo esto es adem¨¢s una cuesti¨®n de escalas: se trata de dos posibilidades, la cultura de masas frente a una cultura m¨¢s peque?a y m¨¢s cercana¡±.
Para el responsable del ¨¢rea de conservaci¨®n y restauraci¨®n, Jorge Garc¨ªa, la cuesti¨®n est¨¢ clara, al menos en el corto y medio plazo: ¡°Ahora mismo hay una gran incertidumbre que afecta tanto a instituciones, compa?¨ªas a¨¦reas, empresas de transporte y prestadores de obras. Mover obras de arte se ha convertido en algo mucho m¨¢s dif¨ªcil en esta situaci¨®n, y por ejemplo la figura del correo, que es esa persona que acompa?a a la obra cuando viaja, ahora no puede ser presencial, tiene que ser virtual, v¨ªa streaming [su departamento, en colaboraci¨®n con el de coordinaci¨®n de exposiciones, tuvo que crear casi sobre la marcha ese nuevo sistema de correo por streaming, que se utiliz¨® con ¨¦xito en el montaje de recientes exposiciones como las dedicadas a Mario Merz y J?rg Immen?dorff], con lo cual entiendo que muchas de esas grandes exposiciones que estaban programadas o previstas se ver¨¢n comprometidas. En cualquier caso es bueno trabajar con la propia colecci¨®n. Nuestra intenci¨®n es convertirla en el gran reclamo para que el p¨²blico vuelva¡±.
EL CONTEXTO INTERNACIONAL
?Qu¨¦ museo de arte moderno y contempor¨¢neo impulsar en tiempos de incertidumbre y cu¨¢l no? ?Repliegue sobre s¨ª mismo? ?Apertura al mundo? Para los gestores del Reina Sof¨ªa la disyuntiva ni siquiera se plantea. Sus planes pasan por reforzar a¨²n m¨¢s el trabajo en red que el museo viene efectuando desde hace a?os en el seno de L¡¯Internationale, un consorcio que re¨²ne a siete centros europeos de Espa?a (Reina Sof¨ªa y MACBA de Barcelona), Eslovenia (Moderna Galerija de Liubliana), B¨¦lgica (Museum van Hedendaagse de Amberes), Polonia (Muzeum Sztuki de Varsovia), Turqu¨ªa (SALT de Estambul y Ankara) y Holanda (Van Abbemuseum de Eindhoven). Su coordinadora en los ¨²ltimos a?os ha sido precisamente la actual subdirectora del Reina, Mabel Tapia, que considera indispensable esa dimensi¨®n internacional y solidaria: ¡°Estamos llevando a cabo¡±, explica, ¡°toda una reflexi¨®n sobre lo que son las redes; no las redes sociales, sino en t¨¦rminos de construcci¨®n de un ecosistema, de un entramado cultural, social, econ¨®mico y pol¨ªtico a nivel internacional. En ese ¨¢mbito, el Reina Sof¨ªa colabora tambi¨¦n con otras plataformas como la Fundaci¨®n de los Comunes o el think tank The Institute of Radical Imagination, que trabaja de forma permanente con artistas, comisarios, te¨®ricos, activistas¡¡±.
Esa alianza y esas estrategias de colaboraci¨®n europeas suponen, a ojos de Borja-Villel, la ¨²nica alternativa posible en el actual paradigma mundial del arte: ¡°Se est¨¢ produciendo un cambio geopol¨ªtico y geocultural fort¨ªsimo, y Europa tendr¨¢ que reposicionarse frente a Asia, frente a lugares como los emiratos ¨¢rabes o Arabia Saud¨ª, que tienen no solo el dinero, sino que empiezan a tener los expertos, los contactos, todo. Esa batalla, la vieja Europa la tiene perdida. Volver al pasado no tiene sentido. Europa podr¨ªa ser un modelo alejado de lugares como los emiratos ¨¢rabes y en general Oriente Pr¨®ximo, en el que el beneficio neoliberal no sea lo m¨¢s importante; un mundo que aspire a tener un peso y que establezca relaciones con Latinoam¨¦rica, con ?frica y con el Mediterr¨¢neo¡ Creo de verdad que es la ¨²nica oportunidad que tenemos¡±. Coincide con ¨¦l ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde, que destaca la ventana prioritaria de Am¨¦rica: ¡°La otra gran funci¨®n del Reina es la de ser una especie de embajada del arte iberoamericano en Europa. Este museo es una ventana abierta a Latinoam¨¦rica¡±.
EL MUSEO DIGITAL
Pr¨¢cticamente lo ¨²nico que no ocurri¨® en el Reina Sof¨ªa durante los meses en los que los museos permanecieron cerrados al p¨²blico fue eso: la entrada de visitantes. Todas las dem¨¢s actividades ¡ªen parte de forma presencial, en parte mediante teletrabajo¡ª han seguido su curso. Algunas de ellas, incluso, experimentaron una intensidad febril. Es el caso del ¨¢rea de proyectos digitales, que coordina Olga Sevillano. Si la gente no pod¨ªa ir al museo, el museo tendr¨ªa que ir en busca de la gente. Frente a la ca¨ªda brutal en el n¨²mero de visitas diarias a la sede principal del museo (de una media de 3.249 en enero a 753 en agosto), la p¨¢gina web del Reina recibi¨® durante el mes de abril m¨¢s de 300.000 visitas, una cifra inesperada. ¡°Por un lado¡±, recuerda Sevillano, ¡°transformamos las actividades y los seminarios en videoconferencias a las que han asistido a veces hasta 500 personas, muchas de ellas desde Latinoam¨¦rica; por otro, hemos impulsado el formato de exposiciones online, que no hab¨ªamos hecho antes, y hemos explotado el concepto de microsite, un formato muy permeable con un dise?o mucho m¨¢s reconducido a la experiencia del usuario. Ahora estamos trabajando en uno sobre mujeres fot¨®grafas durante la Guerra Civil¡±.
El ¨¢mbito digital ha permitido a los inquilinos de los edificios Sabatini y Nouvel llegar al p¨²blico de otra forma. ?Cabe pensar en una progresiva virtualizaci¨®n de la contemplaci¨®n del arte? ¡°No lo creo, nosotros optamos claramente por un modelo h¨ªbrido, porque al final el elemento presencial es important¨ªsimo y la visita f¨ªsica al museo nos parece irreemplazable¡±, cuenta Olga Sevillano. M¨¢s que sustituir la contemplaci¨®n f¨ªsica de un picasso por la visita telem¨¢tica a un picasso, lo que persiguen es montar proyectos de investigaci¨®n en torno a exposiciones y obras en los que colaboren diversos departamentos del museo y ver c¨®mo se puede explotar eso de forma digital. ¡°Esa es una prioridad ahora mismo¡±, explica la responsable del ¨¢rea. ¡°El ejemplo de algo as¨ª fue Repensar Guernica, un proyecto para el que reunimos m¨¢s de 2.000 documentos de 150 archivos de todo el mundo en torno a esa obra y por el que recibimos diversos premios internacionales¡±. Olga Sevillano considera ese proyecto como el modelo a seguir en esta nueva era, ¡°un modelo que permite repensar c¨®mo son y c¨®mo pueden ser las investigaciones acad¨¦micas, bastante virtuoso desde un punto de vista t¨¦cnico y en el que el usuario tiene un acceso muy directo y poco mediado¡±.
Otro invento digital del museo que ha cobrado un nuevo impulso durante la pandemia ¡ªmerced a la colaboraci¨®n entre las ¨¢reas de conservaci¨®n y proyectos digitales¡ª es un sorprendente microsite basado en tecnolog¨ªa gigap¨ªxel. En ¨¦l, el usuario puede bucear por una decena de obras del museo (Dal¨ª, Mir¨®, Mar¨ªa Blanchard, Picasso, Masson, Delaunay, ?ngeles Santos, Wilfredo Lam¡) y recibir exhaustiva informaci¨®n visual y textual. El viaje resulta tan instructivo como divertido, y en ¨¦l el visitante accede a distintas vistas de las obras: luz visible, luz ultravioleta, fotograf¨ªa digital infrarroja, imagen radiogr¨¢fica¡ Lo explica as¨ª Jorge Garc¨ªa, responsable del ¨¢rea de conservaci¨®n y restauraci¨®n del museo: ¡°Hace tiempo nos dimos cuenta de que a la gente le gusta ese trabajo de conservaci¨®n de obras de arte que hacemos y la tecnolog¨ªa digital de ahora nos permite mostr¨¢rselo. De lo que se trata es de que se pueda ver en un m¨®vil y con alta resoluci¨®n todo lo que hay detr¨¢s de la obra: los craquelados, los empastes, el dibujo subyacente, los repintes, los barnices, la suciedad¡¡±.
EN BUSCA DEL ARCA (DE DINERO) PERDIDA
Con un presupuesto de 39,5 millones de euros para 2020 y la perspectiva de una probable congelaci¨®n para el pr¨®ximo ejercicio, el Reina Sof¨ªa vive en lo financiero la misma situaci¨®n acuciante que el resto de instituciones culturales p¨²blicas del pa¨ªs. El ¨²ltimo cap¨ªtulo traum¨¢tico en la limitaci¨®n de recursos fue la reducci¨®n de 3,16 a 1,75 millones de euros en el presupuesto destinado a la ampliaci¨®n en curso, consistente en la recuperaci¨®n de 21 nuevas salas de exposici¨®n. ¡°Tenemos un problema claro de falta de recursos¡±, lamenta la presidenta del patronato. ¡°El presupuesto, si no se congela, va a ser muy limitado. Y todo lo que es capacidad de generar recursos propios, con la concesi¨®n de negocios privados de hosteler¨ªa y de librer¨ªa por un lado y el alquiler de espacios por otro, se ha ca¨ªdo¡±, explica ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde. Su misi¨®n prioritaria, y la de la vicepresidenta Beatriz Corredor, es encontrar dinero en tiempos de repliegue inversor. Ellas dos y Borja-Villel se han reunido varias veces para elaborar listas de posibles inversores y patrocinadores. ¡°Conf¨ªo en que seamos capaces de saber contar lo que es el museo y hacerlo atractivo para m¨¢s empresas¡±, dice ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde, que a?ade: ¡°En cultura el dinero luce bastante m¨¢s que haciendo rotondas, eso lo dec¨ªa siempre Rubalcaba. Y yo espero que las empresas recojan ese guante¡±.
Dar con el arca perdida de los recursos financieros no parece misi¨®n sencilla. M¨¢xime cuando al director del Reina Sof¨ªa a¨²n le retumban en los o¨ªdos viejas frases de mandatarios del Partido Popular como Crist¨®bal Montoro, e incluso del PSOE como el actual titular de Cultura, Rodr¨ªguez Uribes, descartando cualquier ecuaci¨®n cultura = prioridad presupuestaria. Lejos quedan los 2.000 millones de euros de apoyo al sector cultural anunciados recientemente por el Gobierno franc¨¦s, que se sumaban a los casi 6.000 concedidos en los ¨²ltimos seis meses. ¡°Eso de que la econom¨ªa est¨¢ antes que la cultura es un planteamiento falso que viene de la ¨¦poca del ministro Montoro, es un pensamiento neoliberal. ¡®Si no hay dinero, primero tendr¨¢ que salvarse la gente¡¯. Pero es que eso no funciona as¨ª. Si solo gast¨¢ramos dinero en hospitales, acabar¨ªamos creando manicomios porque nos volver¨ªamos todos locos¡±, denuncia Borja-Villel.
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