Un ¡®d¨¦j¨¤ vu¡¯ plagado de sombras (y algunas luces para el optimismo)

Hoy, 25 de septiembre de 2020, se cumplen cinco a?os desde que los Estados miembros de las Naciones Unidas aprobaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Aprobaci¨®n que la sociedad civil de todo el mundo celebr¨®. La nueva agenda global respond¨ªa, al fin, a una demanda de transformaci¨®n sist¨¦mica hacia un desarrollo sostenible, centrado en las personas y el planeta, basado en los Derechos Humanos y consciente de las diferencias de g¨¦nero.

Hoy, tras haber consumido un tercio del periodo previsto para el cumplimiento de los 17 ODS, y en medio de una crisis global que ha puesto nuevamente en evidencia, de manera clara y en¨¦rgica, la crisis sist¨¦mica que venimos atravesando desde hace ya d¨¦cadas, nos encontramos en un momento crucial, en el que se hace necesario actuar con urgencia para que la Agenda 2030 pueda indicar el camino a seguir de cara al proceso de reconstrucci¨®n, en Espa?a, en Europa y en el mundo.

En este contexto, no podemos obviar las desigualdades estructurales preexistentes que se han visto agudizadas por el impacto de la pandemia, y que desde la sociedad civil venimos denunciando desde hace a?os: el aumento de pobreza y desigualdad, la reducci¨®n del espacio c¨ªvico y democr¨¢tico, el aumento del discurso de odio, la violencia contra las mujeres y contra la infancia, en todas sus manifestaciones, la crisis clim¨¢tica y la destrucci¨®n de la biodiversidad.

Mientras escribimos estas l¨ªneas vivimos un d¨¦j¨¤ vu. Cada aniversario, la sociedad civil, articulada en torno a Futuro en Com¨²n, hace balance de logros y desaf¨ªos pendientes y, en este nuevo aniversario de la Agenda 2030 casi podr¨ªamos calcar palabras, demandas y denuncias que avanzamos a?os atr¨¢s.

En 2018, en nuestra columna Agenda 2030 ?Ret¨®rica o cambio real? hac¨ªamos hincapi¨¦ en la urgencia de emprender un proceso participativo y de b¨²squeda de consensos para la elaboraci¨®n de una Estrategia de Desarrollo Sostenible que estableciese el proyecto de pa¨ªs que necesitamos, ambiciosa, elaborada junto con todos los territorios y actores pol¨ªticos, econ¨®micos y sociales ¡ªincluida la sociedad civil¡ª, que con recursos y objetivos concretos establezca una clara hoja de ruta para la transformaci¨®n hacia una sociedad m¨¢s justa, m¨¢s igualitaria y m¨¢s sostenible que mejore su huella social, pol¨ªtica, econ¨®mica y ambiental en el mundo. ¡°Con altura de miras y horizonte en 2030 tenemos que definir nuestro futuro y nuestra forma de estar en el mundo¡±, dec¨ªamos, y nos plante¨¢bamos preguntas sobre c¨®mo avanzar hacia la sociedad que imagin¨¢bamos en 2030, m¨¢s justa, igualitaria, resiliente y sostenible.

Y el a?o pasado, en El tiempo corre en Nueva York: urge recuperar la esencia de los ODS denunci¨¢bamos, entre otras cosas, la cruzada emprendida contra el multilateralismo en un momento de emergencia planetaria en la que solo cabe una salida articulada globalmente y desde el multilateralismo.

Cada aniversario, la sociedad civil?hace balance de logros y desaf¨ªos pendientes y, en este nuevo aniversario de la Agenda 2030 casi podr¨ªamos calcar palabras, demandas y denuncias que avanzamos a?os atr¨¢s

En septiembre de 2020 pr¨¢cticamente podr¨ªamos hacernos las mismas preguntas que nos hac¨ªamos hace dos a?os y, si revisamos los retos que tenemos como sociedad global, comprobaremos que tampoco han cambiado desde nuestro anterior art¨ªculo. En este nuevo aniversario de la Agenda 2030 casi podr¨ªamos calcar nuestras palabras de entonces. No obstante, hay varios matices importantes que no podemos dejar escapar que hacen que el escenario no sea exactamente el mismo. Lamentablemente, no podemos calificar la mayor¨ªa de ellos como positivos.

El primero de estos matices es que los retos de los que habl¨¢bamos son cada vez m¨¢s urgentes. El tiempo pasa, 2030 va estando m¨¢s cerca y, por tanto, la ¨²nica opci¨®n que hay para llevar a cabo las transformaciones que nuestro mundo necesita, y que recogen los Objetivos de Desarrollo Sostenible, es acelerar. El segundo matiz es que, aunque los problemas puedan ser los mismos, su dimensi¨®n ha adquirido una escala sin precedentes con motivo de la pandemia de la covid-19. Por lo tanto, el esfuerzo que el mundo tendr¨¢ que hacer ser¨¢ considerablemente mayor.

No nos andaremos con pa?os calientes. No parece que la comunidad internacional tenga intenci¨®n ni de acelerar ni de incrementar su esfuerzo. Pese a que este a?o celebramos el 75 aniversario de las Naciones Unidas y que Ant¨°nio Guterres, su Secretario General, ha hecho un llamamiento al compromiso con la Agenda 2030 a trav¨¦s del lanzamiento de la D¨¦cada de Acci¨®n, el multilateralismo, imprescindible para lograr estos objetivos, no pasa por sus mejores momentos. La salida de Estados Unidos de la OMS y del Acuerdo de Par¨ªs, o las dificultades en el seno de la Uni¨®n Europea para lograr un acuerdo para la reconstrucci¨®n post pandemia, son buenos ejemplos de ello. Aunque no son los ¨²nicos. ¡°Los escasos avances en materia de igualdad de g¨¦nero y derechos de las mujeres, conseguidos a lo largo de las d¨¦cadas, est¨¢n en peligro de retroceso como consecuencia de la pandemia de la covid-19¡±, manifest¨® el Secretario General de las Naciones Unidas en este a?o que se celebraban, tambi¨¦n, los 25 a?os de la Plataforma de Acci¨®n de Beijing, pionera para la igualdad de g¨¦nero y el empoderamiento de las mujeres. De esta manera, Guterres instaba a los gobiernos a poner a las mujeres y las ni?as en el centro de sus esfuerzos para la recuperaci¨®n, condici¨®n indispensable para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El tiempo pasa, 2030 va estando m¨¢s cerca y la ¨²nica opci¨®n que hay para llevar a cabo las transformaciones que nuestro mundo necesita es acelerar

Dentro de nuestras fronteras la situaci¨®n no es mucho mejor. El reciente informe sobre Espa?a del Relator Especial de Naciones Unidas sobre la extrema pobreza y los derechos humanos dibuja un pa¨ªs con enormes carencias en materia de protecci¨®n social, vivienda, salud y educaci¨®n, y con una muy deficiente pol¨ªtica tributaria, lo que se traducen en una profunda desigualdad y en la alta vulnerabilidad de amplias capas de la poblaci¨®n. La covid-19, y la crisis socioecon¨®mica asociada a ella, har¨¢n que unas cifras ya de por s¨ª vergonzantes, empeoren hasta niveles extremos.

En esta situaci¨®n, a diez a?os del momento en el que nos dimos como sociedad global para cumplir con la Agenda 2030, el d¨¦j¨¤ vu contin¨²a tambi¨¦n a nivel dom¨¦stico. Nuestro pa¨ªs todav¨ªa no cuenta con una Estrategia de Desarrollo Sostenible, pese a que desde la sociedad civil se viene reclamando con insistencia desde hace un lustro. Tampoco tenemos un marco presupuestario claro para su implementaci¨®n, ni un sistema de medici¨®n de progreso totalmente definido.

Pero, como dec¨ªamos, hay matices positivos m¨¢s all¨¢ de los grandes nubarrones. En ese lado de la balanza encontramos ciertos avances en el andamiaje institucional que debe impulsar el compromiso y la acci¨®n de nuestro pa¨ªs hacia la consecuci¨®n de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En este sentido, no podemos dejar de destacar que la Agenda 2030 se haya colocado al m¨¢s alto nivel en la estructura del Gobierno de Espa?a y que se haya creado una secretar¨ªa espec¨ªfica sobre esta cuesti¨®n. Tambi¨¦n consideramos muy relevante la puesta en marcha del Consejo de Desarrollo Sostenible para la Agenda 2030, ¨®rgano consultivo del Gobierno en la materia que cuenta con una amplia representaci¨®n de la sociedad civil.

Pero ya sabemos, tambi¨¦n lo hemos repetido hasta la saciedad, que la creaci¨®n de dichas estructuras del sistema de gobernanza es condici¨®n necesaria, pero no suficiente. Para lograr objetivos y avanzar hace falta voluntad pol¨ªtica y recursos a nivel nacional e internacional, una respuesta articulada globalmente a trav¨¦s de una clara apuesta por reforzar el multilateralismo, e incorporar la coherencia de pol¨ªticas para el desarrollo sostenible como eje vertebrador de todas las actuaciones y a todos los niveles, desde el local al global.

Solo as¨ª conseguiremos dar los pasos necesarios y a la velocidad adecuada. Solo as¨ª dejaremos atr¨¢s este d¨¦j¨¤ vu en el que se ha convertido cada aniversario de la Agenda 2030.

Ana Barrero, de AIPAZ (Asociaci¨®n Espa?ola de Investigaci¨®n para la Paz); Marcello Ronchi, de EAPN (Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusi¨®n Social); y Filomena Ruggiero, de FEPF (Federaci¨®n Espa?ola de Planificaci¨®n Familiar), miembros del grupo motor de Futuro en Com¨²n.

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