La impostura del ¡®efecto llamada¡¯
La injerencia asfixiante del Ministerio del Interior impide una pol¨ªtica migratoria racional y humana

La denominada "crisis migratoria" de las islas Canarias es una verg¨¹enza colectiva. El fracaso de un Estado moderno, pr¨®spero y de 47 millones de habitantes a la hora de hacer frente a la situaci¨®n humanitaria compleja, pero en absoluto inmanejable, de unos miles de migrantes desesperados. Una fracci¨®n rid¨ªcula de las emergencias a las que deben hacer frente cada d¨ªa naciones mucho m¨¢s pobres y peor dotadas que la nuestra.
Como recuerda Blanca Garc¨¦s en un iluminador art¨ªculo publicado en EL PA?S, la clave de este fracaso est¨¢ en la negativa de las autoridades espa?olas a desplazar a los migrantes a la pen¨ªnsula ib¨¦rica, donde el Estado cuenta con los recursos materiales y humanos para atenderles de manera adecuada. Eso incluye tramitar sus requerimientos legales y, eventualmente, deportarles o concederles protecci¨®n internacional. La excusa para este desprop¨®sito es un fantasmag¨®rico ¡°efecto llamada¡±, que se ha incrustado como una garrapata en el discurso p¨²blico del Gobierno y la Oposici¨®n.
Pero ese ¡°efecto llamada¡± es una criatura mitol¨®gica. D¨¦cada tras d¨¦cada, pa¨ªs tras pa¨ªs, la experiencia demuestra que las verdaderas pulsiones de la movilidad humana tienen menos que ver con la crueldad fronteriza de un Estado que con las oportunidades que ofrecen las econom¨ªas en destino ¨Cen el caso de la movilidad laboral, abrumadoramente mayoritaria¨C o con la desesperaci¨®n de las condiciones en origen ¨Cen el caso del desplazamiento forzoso¨C. Europa es un ejemplo ilustrativo de este fen¨®meno, como muestran los dos gr¨¢ficos adjuntos: el primero describe el modo en el que las llegadas totales de migrantes a nuestro pa¨ªs se han adaptado con naturalidad al ciclo econ¨®mico. El segundo muestra la proliferaci¨®n de rutas de inmigraci¨®n irregular desde 2014, en respuesta a los intentos de blindaje de la UE.


Con su numerito en las Canarias, Espa?a alargar¨¢, encarecer¨¢ y encanallar¨¢ a¨²n m¨¢s las rutas. Tal vez incluso le endose (literalmente) el muerto a otro. Pero no evitar¨¢ que la gente siga saliendo de manera irregular si no tiene otras v¨ªas para hacerlo.
No se enga?en. La verdadera raz¨®n por la que el Gobierno insiste en mantener a los migrantes en Canarias en condiciones inhumanas tiene poco que ver con el efecto llamada: se trata de un intento de ganar tiempo hasta negociar la complicidad de los pa¨ªses de origen en operaciones de repatriaci¨®n expr¨¦s. Por las buenas o por las malas; a costa de lo que sea, incluso de nuestras propias leyes. La obsesi¨®n por el control migratorio se ha convertido en una marca de agua de las pol¨ªticas de Espa?a y la UE, en un ejercicio de histeria colectiva que tiene intolerables costes de oportunidad para nuestra econom¨ªa y mercados laborales, adem¨¢s de establecer una relaci¨®n de dependencia t¨®xica con pa¨ªses cuyas democracias est¨¢n a¨²n m¨¢s deterioradas que la nuestra.
La situaci¨®n es, en parte, consecuencia del inexistente mecanismo de coordinaci¨®n dentro de la UE, que deja solos a los pa¨ªses de primera llegada mientras el resto de Europa mira hacia otro lado y culpa a la v¨ªctima. Pero es a¨²n m¨¢s un reflejo del modo en que el Ministerio del Interior se ha consolidado como un primus inter pares que impone una visi¨®n temerosa, militarizada y profundamente distorsionada de la movilidad humana. Su injerencia asfixiante en decisiones que corresponder¨ªan a otros organismos de la Administraci¨®n entorpece las buenas pol¨ªticas p¨²blicas y perpet¨²a esta visi¨®n de gobierno en gobierno. La industria del control migratorio infla cada vez m¨¢s sus presupuestos mientras la gesti¨®n de la migraci¨®n legal carece de apoyo y recursos.
Qu¨¦ oportunidad perdida¡ Pedro S¨¢nchez lleg¨® al poder desplegando s¨ªmbolos y denunciando la cobard¨ªa de nuestro pa¨ªs durante la crisis de acogida de 2014-16. Tiene como socio de Gobierno a un partido que va por el mundo dando lecciones de moralidad en este asunto. Ha puesto al frente del Ministerio de Seguridad Social, Inclusi¨®n y Migraciones (han le¨ªdo bien: ¡°migraciones¡±) a un t¨¦cnico competente que, despu¨¦s de demostrar que sabe de lo que habla y prometer el programa m¨¢s racional que hemos escuchado en d¨¦cadas, ha quedado reducido a un mero apagafuegos.
?Se puede caer desde m¨¢s alto? Dec¨ªa Carmen Calvo a prop¨®sito del rescate del barco Aquarius en 2018 que ¡°la pen¨ªnsula ib¨¦rica est¨¢ mostrando un camino y es un ejemplo (¡)¡±. Pues estamos aviados. ?Es esta cat¨¢strofe institucional y pol¨ªtica a lo m¨¢s que podemos aspirar? ?Hemos aceptado que el discurso ignorante de los nacional-populistas establezca el rasero del debate? ?Es esto todo lo que Espa?a le va a proponer a la UE en la delicad¨ªsima negociaci¨®n del nuevo Pacto Europeo sobre Migraciones y Asilo?
Ya est¨¢ bien. No hay nada normal en todo esto. No hay nada inteligente ni humano. Saquen de una vez a los gendarmes del volante y dejen que los verdaderos expertos en migraciones hagan su trabajo.
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