Personas con discapacidad: vivir en una pandemia permanente
Las personas con diversidad funcional llevan soportando por mucho tiempo los discursos econ¨®micos disfrazados de modelos m¨¦dico-rehabilitadores que dejan de lado sus propias decisiones
La pandemia ha puesto el foco en muchos aspectos de nuestras vidas, pero, sin duda, el lugar donde vivimos ha marcado grandes diferencias entre las personas. La crisis habitacional de las ¨²ltimas d¨¦cadas nos deja un panorama desolador en el que demasiadas personas viven en espacios de infravivienda. En este sentido, las personas con discapacidad no han estado al margen de las dificultades vinculadas al lugar donde est¨¢n viviendo.
En general, se ha avanzado bastante en la atenci¨®n residencial de las personas con diversidad funcional. Cada vez hay m¨¢s organizaciones que comprenden la importancia del espacio que estas habitan, pero la infradotaci¨®n de recursos por parte del Estado y las autonom¨ªas hace muy complicada la vida digna de estas personas basada en peque?as comunidades realmente incluidas en las ciudades.
Las reivindicaciones que hoy vamos a leer por parte de algunas entidades hace demasiado tiempo que se dan y su enquistamiento no hace m¨¢s que alejar nuestro pa¨ªs de la idea de lo realmente inclusivo. Y no es de extra?ar esta lejan¨ªa teniendo en cuenta los debates m¨¢s recientes en cuanto a educaci¨®n inclusiva liderados ¡ªy manipulados¡ª por famosos y famosas que han conseguido m¨¢s espacio y repercusi¨®n que la comunidad cient¨ªfica o educativa. Esta situaci¨®n vivida en las ¨²ltimas semanas no es m¨¢s que la met¨¢fora de lo que ha sucedido en algunas otras cuestiones relacionadas con la vida de las personas con discapacidad.
No es demasiado conocido que actualmente hay proyectos de asistencia personal que son econ¨®micamente m¨¢s rentables que las grandes residencias y suponen un retorno social much¨ªsimo m¨¢s elevado. Hay informes claves en este sentido como el del Ayuntamiento de Barcelona (2012), configurado con diferentes organizaciones; el de la Comunidad de Madrid (2014), realizado por Intersocial, o bien el de Andaluc¨ªa (2017), llevado a cabo por la Universidad Pablo Olavide. Todos ellos dejan en evidencia que la asistencia personal es mucho m¨¢s ventajosa desde un punto de vista econ¨®mico pero, sobre todo, desde el beneficio que supone para las propias personas con diversidad funcional.
Las Oficinas de Vida Independiente siempre han sido clave en el fomento de este tipo de estudios que dejan al descubierto una realidad en el pa¨ªs: la discapacidad genera un negocio del que algunos conocidos empresarios no quieren prescindir. Y si es necesario ejercer¨¢n todas las presiones que est¨¦n a su alcance para perpetuar el modelo de grandes residencias, aunque nos cueste m¨¢s dinero, adem¨¢s de consolidar una exclusi¨®n que, en muchos casos, tambi¨¦n vulnera derechos b¨¢sicos.
(...) la asistencia personal es mucho m¨¢s ventajosa desde un punto de vista econ¨®mico pero, sobre todo, desde el beneficio que supone para las propias personas con diversidad funcional.
Las mejoras en la calidad de vida de la asistencia personal son indiscutibles. Y los informes llegan a un sinf¨ªn de conclusiones que ning¨²n gobierno auton¨®mico o central deber¨ªa de pasar por alto para dar un giro a la atenci¨®n a las personas con discapacidad. Pero los responsables pol¨ªticos no est¨¢n exentos de los discursos ¨²nicos basados en puntos de vista econ¨®micos disfrazados de modelos m¨¦dico-rehabilitadores, que olvidan la importancia del modelo social y tambi¨¦n dejan de lado las propias decisiones de las personas con diversidad funcional.
Lo fundamental no es la capacidad que tengas personalmente para llevar a cabo una actividad, sino la competencia que tiene el sistema para promover los apoyos necesarios para que puedas decidir sobre tu propia vida. Y esto va desde la libertad de movimiento hasta la posibilidad de decidir sobre aquello m¨¢s espiritual. Pero el confinamiento permanente de muchas personas con discapacidad en macro recursos, m¨¢s propios de tiempos pasados, debe finalizar teniendo en cuenta los datos de que se disponen actualmente y los modelos sociales de atenci¨®n a las personas. Es anacr¨®nico que todav¨ªa en la ¨²ltima d¨¦cada se hayan producido inauguraciones de recursos en los que ning¨²n lector de este texto desear¨ªa estar y mucho menos vivir.
Las personas con diversidad funcional hace demasiado tiempo que tienen que soportar que no se les tenga en cuenta a la hora de decidir sobre sus propias vidas. No puede ser que algunos intereses privados manipulen la opini¨®n p¨²blica con discursos que, en ning¨²n caso, son por el bien com¨²n ni se corresponden con las l¨ªneas de discurso de los derechos humanos y, espec¨ªficamente, la Convenci¨®n Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad ratificada por nuestro pa¨ªs. La exposici¨®n de discursos claramente fuera de estas convenciones atenta no solo contra las personas con discapacidad , sino contra la dignidad humana.
?scar Mart¨ªnez es profesor de la Facultad de Educaci¨®n Social y Trabajo Social Pere Tarr¨¦s ¨C URL.
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