Cuando la leche no es leche, pero as¨ª la llamamos
La comunidad de productores de alimentos de origen vegetal lanza una petici¨®n para ¡°detener la censura a los l¨¢cteos vegetales¡± en la Uni¨®n Europea
Me enter¨¦ recientemente de que la comunidad productora y defensora de la alimentaci¨®n a base de plantas ha lanzado una petici¨®n en l¨ªnea para, en sus propias palabras, ¡°detener la censura a los l¨¢cteos vegetales¡±. ?L¨¢cteos vegetales es un ox¨ªmoron imposible de aceptar o un neologismo al que dar la bienvenida? He aqu¨ª el quid de la cuesti¨®n.
Detr¨¢s de esta campa?a se encuentran ONG y productores como Proveg Internacional, Oatly y Upfield, entre otros. En concreto, llaman a los consumidores a oponerse a una enmienda, la 171, aprobada no hace mucho por los eurodiputados y que pretende ampliar las restricciones existentes en torno al uso de t¨¦rminos relacionados con los l¨¢cteos en la descripci¨®n y envasado de alimentos de origen vegetal. Ya est¨¢ vetado el uso de ¡°leche vegetal¡± o queso vegano, por ejemplo, pero la enmienda ampl¨ªa el veto a expresiones como ¡°tipo¡±, ¡°estilo¡±, ¡°parecido a¡±, ¡°sustituto de¡±. Esas restricciones podr¨ªan prohibir el uso de frases como "no contiene leche" o "apto para personas con intolerancia a la lactosa".
Hoy la pol¨¦mica est¨¢ protagonizada por la enmienda 171, que se discutir¨¢ a finales de enero en los di¨¢logos tripartitos de la Organizaci¨®n Com¨²n de Mercados Agr¨ªcolas (OCM). Hace unos meses los titulares se los llev¨® la enmienda 165, que quer¨ªa prohibir en el etiquetado el uso de la expresi¨®n ¡°hamburguesa vegetal¡± La 165 se qued¨® en agua de borrajas porque finalmente fue rechazada. As¨ª que ¡°hamburguesa vegetal¡± es un neologismo y no una ¡°mentira¡±, la Uni¨®n Europea dixit.
Resultar¨ªa casi c¨®mico, si no fuera bastante penoso, este papel que la Administraci¨®n p¨²blica europea se confiere a s¨ª misma de decidir c¨®mo llamar a las cosas, como si de la Real Academia de la Lengua se tratara. Y resulta a¨²n m¨¢s penoso cuando uno ve la distancia que hay todav¨ªa a menudo entre el etiquetado de un producto y la realidad de su contenido.
Los consumidores europeos no podemos confiar ciegamente en las autoridades europeas en el ¨¢mbito del etiquetado
?Se defiende el inter¨¦s del consumidor o bien el inter¨¦s del sector productor en cuesti¨®n? ?Se apuesta por la transparencia y la claridad en la comunicaci¨®n o m¨¢s bien se intenta mantener el status quo? S¨¦ que cuando compro leche de avena no es leche, claro est¨¢, pero no me siento para nada estafada. La met¨¢fora es uno de los usos inteligentes y sofisticados que permite la lengua. A nuevos productos, nuevas acepciones para las viejas palabras y santas pascuas. Que no permitan escribir en una etiqueta ¡°no contiene leche¡± no solo es faltar a la verdad, sino incluso faltar a uno de los principios fundamentales de la comunicaci¨®n: que lo que dice el emisor sea de utilidad para el receptor.
Y con eso no rompo una lanza a favor de la alimentaci¨®n vegetal per se. No sostengo que todo lo vegetal sea bueno y sano por el mero hecho de ser vegetal. En Francia la ONG Foodwatch levant¨® la voz de alarma en octubre pasado por un anuncio de Daddy sobre su az¨²car. La publicidad apelaba al origen indiscutiblemente vegetal del az¨²car para inducir a pensar que, por lo tanto, ten¨ªa que ser bueno para la salud como s¨ª lo son las frutas y las verduras.
Foodwatch alerta peri¨®dicamente sobre las "desviaciones" en el etiquetado de productos. Ha revelado perlas en Francia como yogures con frutas que no llevan fruta, productos supuestamente sanos que est¨¢n atiborrados de az¨²car, otros ¡°made in France¡± que provienen de casi los cinco continentes.... Mucha mentira y ning¨²n neologismo. Es una l¨¢stima que Foodwatch no haya desembarcado a¨²n en Espa?a.
As¨ª que visto lo visto, me parece de hip¨®critas buscarle las pulgas a los nuevos alimentos a base de plantas porque no son exactamente lo que dicen ser. La diferencia entre los ¡°yogures vegetales¡± y los ¡°yogures con fruta... que no incluyen fruta¡± est¨¢ en que, en el primer caso, el cliente es consciente de la met¨¢fora y es una convenci¨®n aceptada por todo el mundo. En cambio en el segundo caso el cliente es v¨ªctima de una estafa porque cree a ciencia cierta que hay fruta en el yogur. Estafado por el productor, pero maltratado tambi¨¦n por la Administraci¨®n, que se presenta ante el p¨²blico como ¡°veladora del inter¨¦s general¡±. El problema de fondo es que en realidad los consumidores europeos no podemos depositar ciegamente nuestra confianza en las autoridades europeas en este ¨¢mbito.
?Y si en vez de aplicar un puritanismo de doble medida en el etiquetado con la supuesta misi¨®n de proteger al euro ciudadano, invertimos el dinero y el tiempo en informar al consumidor sobre lo que es bueno y lo que es malo para la salud y dejamos de ponerle puertas al campo? ?Qu¨¦ respeto merecen las etiquetas y su supuesto ¡°rigor ling¨¹¨ªstico¡± cuando a¨²n a d¨ªa de hoy se suceden los desmanes y los esc¨¢ndalos alimentarios por falta de trazabilidad, de control y de sanciones en la pr¨¢ctica?
Suerte tenemos de Yuka, y de otras aplicaciones m¨®viles similares, que nos ayudan a leer (entre l¨ªneas) las etiquetas. Aplicaciones, no est¨¢ de m¨¢s decirlo, que no surgen de la iniciativa p¨²blica, sino de la colaboraci¨®n desinteresada y an¨®nima de miles de ciudadanos deseosos de conocer la verdad y as¨ª poder tomar decisiones informadas y razonadas sobre su alimentaci¨®n y su salud.
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