Acuerdos porcinos: ?la historia de Espa?a se repetir¨¢ en Argentina?
Las autoras alertan sobre la proliferaci¨®n exponencial de las macrogranjas de porcino y las consecuencias nefastas que se derivan de ellas
Era julio de 2020 y Argentina atravesaba una quietud generalizada debido a la ¡°cuarentena eterna¡± que Alberto Fern¨¢ndez, su presidente, hab¨ªa establecido para contener el coronavirus. Pero una noticia sacud¨ªa a la poblaci¨®n. La Canciller¨ªa argentina hac¨ªa p¨²blico el aumento de su producci¨®n de porcino a nueve millones de toneladas. El motivo era dar a China ¡°absoluta seguridad de abastecimiento durante muchos a?os¡±.
Anteriormente, la ¨²nica informaci¨®n oficial hab¨ªa sido un comunicado que anunciaba la posibilidad de ¡°pasar de una producci¨®n de seis a cien millones de cerdos en un per¨ªodo de cinco a ocho a?os¡±. Ni productores porcinos ni entidades ecologistas ten¨ªan detalles del acuerdo que propon¨ªa aumentar 16 veces la producci¨®n porcina. La falta de informaci¨®n gener¨® gran revuelo en la sociedad argentina y, d¨ªas despu¨¦s, la Canciller¨ªa se retractaba y correg¨ªa la informaci¨®n difundida, reduciendo la cantidad de carne porcina a producir. M¨¢s adelante, se filtraba un documento del Ministerio de Agricultura, Ganader¨ªa y Pesca sobre el acuerdo en el cual se mencionaba que cada establecimiento ocupar¨ªa ¡°al menos 100 hect¨¢reas¡±, ubicadas en regiones con al menos ¡°12.000 hect¨¢reas de plantaci¨®n de ma¨ªz y 5.000 de soja¡± para alimentar a los animales y ¡°1.500.000 litros de agua por d¨ªa¡±.
Con estas cifras en la mesa, entre la poblaci¨®n argentina se gener¨® una preocupaci¨®n sin precedentes que llev¨® a recabar m¨¢s de 550.000 firmas de rechazo al proyecto. Su inquietud estaba totalmente justificada. Solo ten¨ªan que mirar al otro lado del charco, a Espa?a, para ver las nefastas consecuencias de la exportaci¨®n masiva de porcino a China.
En 2020, Espa?a fue el primer exportador de carne a China. Las exportaciones al gigante asi¨¢tico aumentaron debido al brote de peste porcina africana, que provoc¨® el sacrificio de millones de cerdos en el pa¨ªs. Estas ventas fueron posibles gracias al acuerdo que firmaron los gobiernos chino y espa?ol en 2018, que permit¨ªa la exportaci¨®n de carne fresca y embutidos, entre ellos el jam¨®n curado con hueso, y ampliaba a un total de 57 el n¨²mero de compa?¨ªas espa?olas autorizadas a vender a China.
Como consecuencia, Espa?a es el pa¨ªs de la Uni¨®n Europea que tiene la mayor caba?a porcina. Seg¨²n los datos del MAPA de mayo de 2020, Espa?a cuenta con m¨¢s 31,37 millones de cerdos, una cifra que ha aumentado casi un 20 % en los ¨²ltimos siete? a?os. El a?o pasado, se sacrificaron 54 millones de cerdos, m¨¢s de un mill¨®n de individuos cada semana.
Espa?a ha priorizado la econom¨ªa a corto plazo, sin pensar en el medio ambiente, en la salud de sus ciudadanos
Para dar cabida a esta ingente cantidad de cerdos, ha sido necesaria la proliferaci¨®n de macro granjas, instalaciones con m¨¢s de 2.000 cerdos y 750 cerdas reproductoras. Se estima que en Espa?a existen m¨¢s de 86.000 explotaciones porcinas, de las que m¨¢s del 80 % son explotaciones intensivas. Seg¨²n el MAPA, desde 2007 las explotaciones m¨¢s peque?as se han reducido cerca de un 48 %, mientras que las explotaciones de mayor tama?o se han incrementado un 60%.
Una de las consecuencias m¨¢s visibles de estas ¡°explotaciones de mayor tama?o¡± es la contaminaci¨®n de las aguas debido a los purines. En Arag¨®n, la comunidad con una mayor caba?a de porcino, cerca del 18 % de los municipios est¨¢n contaminados por los purines. En Catalu?a, que posee la segunda mayor caba?a de porcino de Espa?a, el 41 % de los acu¨ªferos est¨¢n contaminados y 142 municipios sufren problemas de abastecimiento de agua. La situaci¨®n es tan grave que, en julio de 2020, la Comisi¨®n Europea dio un ultim¨¢tum a Espa?a para que gestionara mejor sus purines y redujera los niveles de nitratos de las aguas subterr¨¢neas.
Otro de los impactos negativos de estas macro granjas porcinas es la desrruralizaci¨®n. Al contrario de lo que afirman los defensores de las explotaciones intensivas, estas destruyen m¨¢s empleo del que generan. Es el caso de Balsa de Ves (Albacete), cuyo n¨²mero de habitantes se redujo de 222 a 136 desde que se instal¨® all¨ª una macro granja. En esa granja, con cabida para 100.0000 lechones al a?o, solo trabajan cinco personas.
El poco empleo que generan estas explotaciones es precario. Los ganaderos son la mano de obra, falsos aut¨®nomos que trabajan a disposici¨®n de la integradora, la empresa matriz, que proporciona atenci¨®n veterinaria, pienso, transporte¡ Y fija el precio de comercializaci¨®n. Adem¨¢s, estos trabajadores tienen riesgo de padecer serios problemas de salud, como enfermedades respiratorias (bronquitis, asma, fibrosis pulmonar¡), p¨¦rdida auditiva, enfermedades de la piel e incluso zoonosis como Hepatitis E cisticercosis.
?M¨¢s all¨¢ del impacto de las macro granjas porcinas en el medio ambiente, el empleo y la salud, estas instalaciones tienen un gran impacto en la vida de los cerdos. Debido a las condiciones en las que malviven los animales en estas explotaciones, con menos de un metro cuadrado de espacio por individuo, es f¨¢cil que se den situaciones de maltrato e insalubridad. Uno de los ejemplos m¨¢s sangrantes es la ¡°granja de los horrores¡± que la Fundaci¨®n Igualdad Animal destap¨® en el programa Salvados. En ella, se muestran cerdos con hernias y ¨²lceras infectadas, as¨ª como canibalismo y animales muertos en estado de putrefacci¨®n. Por desgracia, esa granja no es una excepci¨®n.
En lugares como estos, en los que viven hacinados tantos animales gen¨¦ticamente similares, es f¨¢cil que aparezcan y se propaguen multitud de enfermedades. Para intentar evitar que esto ocurra, se administran antibi¨®ticos de manera abusiva. Por eso, no es de extra?ar que Espa?a sea el pa¨ªs de la Uni¨®n Europea que mayor cantidad de antibi¨®ticos usa para el ganado. Un tema muy preocupante, ya que la ONU estima que la resistencia antibi¨®tica ser¨¢ la primera causa de defunci¨®n en 2050, provocando la muerte de m¨¢s de 10 millones de personas al a?o.
Se quedan en el tintero multitud de problemas asociados con las macro granjas porcinas en Espa?a, como la cantidad de agua que usan estas instalaciones, su impacto en otros sectores como el turismo, la contaminaci¨®n del aire debido a los purines, los malos olores, la falta de transparencia en su gesti¨®n, las irregularidades en las licencias para su construcci¨®n o ampliaci¨®n o las subvenciones que se llevan estas grandes empresas.
Espa?a ha priorizado la econom¨ªa a corto plazo, favoreciendo a uno de los sectores m¨¢s poderosos del pa¨ªs, sin pensar en el impacto en el medio ambiente, en la salud de sus ciudadanos, en el bienestar animal o en la desruralizaci¨®n de sus pueblos. Ni siquiera ha pensado en lo que pasar¨¢ cuando estalle la ¡°burbuja¡± de producci¨®n que vive el porcino en Espa?a gracias a China.
Argentina conoce el impacto que ha tenido en Espa?a la producci¨®n de porcino para China. Y sabe que es necesario ¡°aprender de sus fallos¡±. As¨ª lo afirm¨® Silvia V¨¢zquez, directora de Asuntos Ambientales de la Canciller¨ªa Argentina, en el debate p¨²blico realizado por la ONG Eco House. Meses despu¨¦s, V¨¢zquez dimiti¨® de su cargo ¡°para ser leal a sus convicciones¡±.
Aunque la Canciller¨ªa Argentina niega que se est¨¦ avanzando con el acuerdo, las organizaciones ambientalistas alertan de que el proyecto avanza en privado para evitar un nuevo revuelo social. La informaci¨®n disponible parece indicar que est¨¢n en lo cierto, ya que en noviembre de 2020, la provincia del Chaco anunci¨® la instalaci¨®n de tres macro granjas de cerdos, con una inversi¨®n de capitales del pa¨ªs asi¨¢tico de 129 millones de d¨®lares. Y en enero de 2021, La Rioja anunci¨® una inversi¨®n local para desarrollar estos recintos y dej¨® trascender que la empresa Cerdo de Los Llanos Sapem apunta a llegar a las 20.000 cabezas.
Argentina a¨²n tiene la oportunidad de aprender de Espa?a y no pagar el elevado precio que tiene convertirse en el ¡°patio trasero¡± de China. A¨²n puede decir que no a un modelo productivo que es el reflejo del consumismo m¨¢s despiadado, que est¨¢ acabando con nuestro planeta, sus habitantes y nuestras conciencias. Ojal¨¢ no se repita la historia.
Cristina Rodrigo es directora de Proveg Espa?a. El art¨ªculo ha sido escrito en colaboraci¨®n con Luc¨ªa Lopreiato, periodista, y la ONG argentina Eco House
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