?Se atrever¨¢ Biden a apostar por una alimentaci¨®n sin tanta carne?

En cuanto lleg¨® a la Casa Blanca Joe Biden quiso mostrar que la emergencia clim¨¢tica estar¨ªa presente en su mandato. Estados Unidos volvi¨® al Acuerdo de Par¨ªs y sus planes de recuperaci¨®n incluyen la necesidad de apostar por fuentes de energ¨ªa limpia. Para demostrar su compromiso mundial, el Presidente ha organizado un Congreso Clim¨¢tico que tendr¨¢ lugar el 22 (D¨ªa de la Tierra) y 23 de abril. A este acto, que se celebra online debido a las restricciones por la pandemia, est¨¢n invitados 40 mandatarios de todo el globo, entre ellos, Pedro S¨¢nchez.

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El impacto negativo que tiene en el medio ambiente la manera en la que nos alimentamos, con dietas que incluyen grandes cantidades de productos animales, es incuestionable. La ganader¨ªa es una de las principales causas de la crisis clim¨¢tica y, seg¨²n la FAO, es responsable de al menos el 14,5 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.

Falta valent¨ªa para implementar las directrices alimentarias y evitar la cat¨¢strofe a la que nos enfrentamos

Sabemos que el cambio a una dieta basada en plantas no solo ayudar¨ªa a reducir el CO2, sino que tambi¨¦n conducir¨ªa a una menor deforestaci¨®n, un mejor uso del agua, una mejor gesti¨®n de la tierra y sus recursos y una mayor seguridad alimentaria. No hay m¨¢s que fijarse en algunos datos disponibles para Estados Unidos para comprender el impacto tan positivo que puede representar una transici¨®n proteica que priorice la prote¨ªna vegetal frente a la animal.

Seg¨²n un estudio de 2018, un cambio alimentario en Estados Unidos tiene el potencial de reducir las emisiones relacionadas con los alimentos hasta un 73%. Otro informe m¨¢s reciente afirma que sustituyendo la carne, los estadounidenses pueden reducir entre un 35 y un 50% las tierras de cultivo, el uso de fertilizantes nitrogenados y las emisiones de gases de efecto invernadero. Adem¨¢s, el aumento de dietas basadas en plantas podr¨ªan contribuir a alimentar al doble de la poblaci¨®n estadounidense de 2010 sin ampliar las zonas agr¨ªcolas.

La omisi¨®n del sistema alimentario en la agenda clim¨¢tica de Biden ser¨ªa a¨²n m¨¢s sangrante cuando nos fijamos en la opini¨®n p¨²blica estadounidense. Porque, aunque la mayor¨ªa de ciudadanos piensa que la producci¨®n de carne contribuye al menos "un poco" al calentamiento global, muchos no establecen la conexi¨®n entre alimentaci¨®n y el calentamiento global. Por eso, Biden no puede centrar su plan clim¨¢tico solo en una transici¨®n energ¨¦tica. El Presidente debe incluir tambi¨¦n la alimentaria y liderar el cambio hacia dietas m¨¢s basadas en plantas. No es suficiente con pedir al p¨²blico que tome decisiones responsables; el Ejecutivo estadounidense tiene que favorecer un entorno en el que su poblaci¨®n pueda tomar decisiones sostenibles.

La decisi¨®n de Biden de dejar de lado la alimentaci¨®n en la verdadera conversaci¨®n sobre el clima resultar¨ªa a¨²n m¨¢s sorprendente teniendo en cuenta el posicionamiento de Kamala Harris, la Vicepresidenta de EE. UU. Harris, cuando en 2019 le preguntaron sobre si apoyar¨ªa un cambio en las directrices diet¨¦ticas para reducir el consumo de carne roja, afirm¨® que deb¨ªan "crear incentivos para comer de forma saludable, fomentar la moderaci¨®n y entender el efecto de nuestros h¨¢bitos alimenticios en nuestro entorno". La entonces candidata a?ad¨ªa: "Tenemos que hacer un trabajo mucho mejor con eso". Al parecer, ella misma ha decidido apostar por una alimentaci¨®n m¨¢s vegetal y solo come carne a partir de las 6 de la tarde.

Harris no es la ¨²nica pol¨ªtica estadounidense que apuesta por una alimentaci¨®n m¨¢s vegetal. La congresista Alexandra Ocasio-Cortez, ferviente defensora del Green Deal, adopt¨® una alimentaci¨®n vegetariana durante la Cuaresma en honor a Tommy Raskin, el hijo fallecido del congresista Jamie Raskin. Tommy era un apasionado de los derechos humanos y animales y llevaba una alimentaci¨®n 100% vegetal. Otros colegas dem¨®cratas de Ocasio-Cortez, como el senador Cory Booker, el alcalde de Jackson (Missisipi), Chokwe Antar Lumumba, el senador Eric Adams o el congresista Adam Schiff tambi¨¦n defienden y llevan una alimentaci¨®n vegetal.

Si la Administraci¨®n estadounidense recoge al fin objetivos concretos para la transici¨®n alimentaria, ser¨ªa un gran ejemplo para el resto del mundo. Actualmente ninguna de las Contribuciones determinadas a nivel nacional (NDCs por sus siglas en ingl¨¦s) de los pa¨ªses firmantes del Acuerdo de Par¨ªs incluye objetivos alimentarios concretos para la reducci¨®n del consumo de animales y la apuesta por dietas m¨¢s vegetales. Espa?a incluida, pese a la aparente importancia que el gobierno de coalici¨®n pretende darle a la Agenda 2030. Quienes hemos elegido como responsables para garantizar una transici¨®n ecol¨®gica o bien no son conscientes de la necesidad de una transformaci¨®n alimentaria, o deciden obviarla deliberadamente. En cualquiera de los casos, el resultado es aterrador. Su falta de liderazgo nos llevar¨¢ a la extinci¨®n.

Sobran argumentos cient¨ªficos para insistir en la necesidad de un cambio. Lo que falta es valent¨ªa para implementar las directrices alimentarias necesarias para evitar la cat¨¢strofe a la que nos enfrentamos si no decidimos ser disruptivos y apostar por una transici¨®n proteica. Por eso, la organizaci¨®n alimentaria ProVeg, junto con otras entidades y empresas, ha creado una petici¨®n para solicitar a Joe Biden que incluya la alimentaci¨®n en su Congreso Clim¨¢tico. Porque es el momento de un cambio de dieta, no de un cambio clim¨¢tico. ?Ser¨¢ Biden lo suficientemente audaz para liderar este necesario cambio?

Cristina Rodrigo es directora de ProVeg Espa?a