Ezcaray, el Chamonix riojano
Es la localidad m¨¢s tur¨ªstica de La Rioja y un gran centro de deportes invernales y veraniegos. Pero es que, adem¨¢s, se come de f¨¢bula. Esto es lo que no te puedes perder en el pueblo de las mil monta?as
Visto desde la carretera que sube a la estaci¨®n de esqu¨ª, Ezcaray parece un mar de tejas anaranjadas del que no sobresale ninguna tropel¨ªa urban¨ªstica. Un remanso de arquitectura popular. Nadie dir¨ªa que esta localidad del Alto Oja fue hace unos 300 a?os un emporio industrial y que de su f¨¢brica de pa?os se exportaban m¨¢s de 50.000 pesos en tejidos hasta Per¨² y la Nueva Espa?a. Claro que, hace 300 a?os los pol¨ªgonos industriales de naves prefabricadas y techos de chapa no exist¨ªan. La Real F¨¢brica de Pa?os, orgullo de su fundador, don Manuel Gonz¨¢lez Montenegro en 1751, y ni?a mimada del marqu¨¦s de la Ensenada, quien se encarg¨® de mejorarla con prebendas reales, se construy¨® con s¨®lidos sillares de piedra c¨¢rdena y sus dos edificios siguen siendo hoy el eje de la vida local, mimetizados con el resto de construcciones modernas ¡ªque no feas¡ª del pueblo m¨¢s tur¨ªstico de La Rioja.
Rodeado de picos de 2.000 metros, en una esquina del Sistema Ib¨¦rico conocida como sierra de la Demanda, Ezcaray es un para¨ªso para los amantes del senderismo, de la monta?a y de las actividades de aire libre. Y, no nos enga?emos, tambi¨¦n para los del buen yantar porque al rebufo del turismo que llega, sobre todo del Pa¨ªs Vasco, han prosperado alguno de los mejores restaurantes de la comunidad aut¨®noma, incluido un dos estrellas Michelin: El Portal de Echaurren.
Pero empecemos el paseo por lo terrenal. Fruto de aquella bonanza del siglo XVIII, cuando la Compa?¨ªa Real de San Carlos y Santa B¨¢rbara prove¨ªa de uniformes al Ej¨¦rcito espa?ol y de pa?os de lana castellana bien tintados a media Europa, son los numerosos palacios y casonas solariegas que dan forma al casco urbano y lo hacen diferente (y m¨¢s selecto) al resto de pueblos de La Rioja Alta. Un buen sitio para comenzar la visita es la plaza de la Verdura, especie de ombligo urbano en el que se conserva la argolla del Fuero (el que le otorg¨® a la villa Fernando IV en 1312) y una fuente decimon¨®nica. Aqu¨ª se instalan los puestos de su famosa feria micol¨®gica (noviembre) y el escenario del Festival de Jazz (primera quincena de julio), la mayor apuesta cultural del municipio.
A un paso hacia el norte de la plaza, por la calle del Fuero, aparece Santa Mar¨ªa la Mayor, el gran templo pelaire que, aunque de origen rom¨¢nico, es el ¨²nico ejemplo de g¨®tico aragon¨¦s de La Rioja. Merece la pena una visita al interior.
Desde la Verdura, y en direcci¨®n contraria, se llega a la que para m¨ª es la calle m¨¢s bonita de la villa, Arzobispo Barroeta, con sus soportales y sus comercios. Una calle de las de antes, de villa vieja, que se llena de ambiente los fines de semana, cuando llegan los excursionistas y los esquiadores y el pueblo cambia el electrocardiograma casi plano de los d¨ªas laborables de invierno por la efervescencia del turismo rural de alta gama. En estos soportales est¨¢ Troika, el bar m¨ªtico de Ezcaray, una especie de pub irland¨¦s versi¨®n riojana con una decoraci¨®n densa y barroca donde hacen unos c¨®cteles de muerte y donde no cabe un alfiler a la hora del tardeo o de las copas nocturnas.
A Arzobispo Barroeta se asoman muchas de las casonas nobles de las que hablaba, la de los Cuezva, la de don Ram¨®n Mart¨ªnez o la del propio mitrado, nacido en la villa en 1701 como Pedro Antonio Barroeta y ?ngel y que lleg¨® a ser nada menos que arzobispo de Lima. Frente a la casa de los Cuezva se abre otro de los espacios urbanos que aligeran el denso entramado medieval de Ezcaray: la plaza del conde de Torremuzquiz, con su quiosco para orquestinas y verbenas.
Valdezcaray, la estaci¨®n de esqu¨ª de La Rioja
La guinda que hace de Ezcaray el Chamonix riojano es la presencia de la ¨²nica estaci¨®n de esqu¨ª de la comunidad y una de las tres del Sistema Ib¨¦rico. Valdezcaray es una estaci¨®n peque?a y familiar con 23 kil¨®metros de pistas y 10 remontes bastantes modernos (cuatro de ellos desembragables). Pese a su tama?o, tiene pistas muy largas ¡ªunos cuatro kil¨®metros desde la salida del telesilla Campos Blancos hasta el aparcamiento de la cota 1.500¡ª y variadas. Necesita una buena inversi¨®n para renovar algunos aspectos, entre ellos los bares y restaurantes, pero, en general, es una estaci¨®n agradable y moderna, ideal para un fin de semana, con el valor a?adido de tener Ezcaray y su oferta de ocio y gastronom¨ªa a solo 15 kil¨®metros. Y las bodegas, monasterios y pueblos con encanto de La Rioja, a poco m¨¢s de una hora. Otro de sus valores son las incre¨ªbles vistas en d¨ªas claros: desde la ladera del monte San Lorenzo se ven los Pirineos, el Moncayo, el Gorbea, la cordillera Cant¨¢brica y los Picos de Europa. Un balc¨®n privilegiado a todo el cuadrante noreste de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica.
Sigamos con el paseo. El centro de Ezcaray se ve en un suspiro as¨ª que se impone seguir por la avenida de Navarra, en el lateral de la antigua real f¨¢brica de pa?os (hoy albergue, teatro y Ayuntamiento) hacia el paseo arbolado del r¨ªo Oja. Si cuando est¨¦ llegando al puente de la Estaci¨®n le asalta un deja v¨² y exclama ¡°?Cielos, el cuartel de Olmos y Robles!", quede tranquilo. No es que los c¨®cteles de Troika se le hayan subido a la cabeza. La visi¨®n es real: la antigua estaci¨®n del Bobadilla, el ferrocarril de v¨ªa estrecha Haro-Ezcaray, construida en 1916, fue utilizada en la serie de TVE como lugar de trabajo de la pareja de guardias civiles m¨¢s disparatada de la ficci¨®n. M¨¢s all¨¢ del reclamo cinematogr¨¢fico, la vieja estaci¨®n es una delicia de edificio de principios de siglo XX reconvertido ahora en bar restaurante, con una agradable terraza donde en temporada alta sirven m¨¢s de 200 comidas al d¨ªa. Igual de agradable es el paseo por la ribera arbolada, r¨ªo abajo hasta la ermita de la Virgen de Allende, o r¨ªo arriba en busca de los dos puentes hist¨®ricos que salvaban la cabecera del Oja. El puente de Land¨ªa (siglo XVI) es el primero que aparece (bueno es un decir, solo quedan unos pilares porque se lo llev¨® por delante una riada hace d¨¦cadas); el siguiente es el puente Canto, del mismo siglo, cuyos vetustos sillares siguen ejerciendo su funci¨®n de soporte del tr¨¢fico rodado.
A Ezcaray la rodean bosques caducifolios que en oto?o son un espect¨¢culo crom¨¢tico. Sendas de gran y peque?o recorrido para hartarse a caminar. Hay una empresa de gu¨ªas de monta?a y naturaleza, Silvestres Ezcaray, que ofrece itinerarios y actividades guiadas de interpretaci¨®n ambiental. Tiene rutas para hacer en bicicleta de monta?a de todos los niveles. O ascensiones m¨ªticas, como la del monte San Lorenzo (2.211 metros), el pico m¨¢s alto de La Rioja y segundo del Sistema Ib¨¦rico tras el Moncayo. Pero como ya coment¨¦, la inmensa mayor¨ªa de los visitantes que viene a Ezcaray lo hace en busca de la buena gastronom¨ªa. Algo de lo que el pueblo anda sobrado. Algunas recomendaciones personales: Casa Masip, donde Pedro Masip crea una cocina riojana y tradicional de alta calidad.?Echaurren, una de las m¨ªticas casas de comidas ezcarayenses: m¨¢s de 160 a?os de tradici¨®n familiar les avalan; tienen cuatro restaurantes, desde el Echaurren Tradici¨®n, el de siempre, a El Portal (el de dos estrellas), pasando por dos propuestas m¨¢s informales: el Tapas Bar y El Cuartito. M¨¢s popular, pero no menos sabroso, Lladito, con un comedor informal y sin pretensiones y cocina de la abuela, de las de puchero. Para tapas y raciones, Ubaga. Vamos, que con hambre no te vas nunca de Ezcaray.
Por cierto que, aunque la Real F¨¢brica cerr¨® hace siglos, la tradici¨®n textil de la villa se mantiene gracias a la familia Valga?¨®n, que fund¨® en 1930 Mantas Ezcaray, un negocio familiar que reconvirti¨® la producci¨®n de pa?os de lana en la fabricaci¨®n de foulards, mantas, echarpes, bufandas y otros complementos con fibras naturales de alta calidad, muy en especial el mohair. Tienen tienda en pleno centro, con venta al p¨²blico. Y se enorgullecen de los colores tan vivos e intensos que han logrado dar a sus colecciones.
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