Los ?ngeles, lujo, fama y silicona

Los ?ngeles es decadente en su propia definici¨®n. Y quiz¨¢s ¨¦sta sea una de esas pocas veces en las que el adjetivo se limita a describir una situaci¨®n atemporal. Es la cuna del exceso, la madre del sue?o americano. Un pu?al de doble filo sobre el que balancearse sin terminar de caer a un lado.

Mucho dinero, muchos coches, mucho relleno, para una ciudad que renace cada noche, y que cada ma?ana se despierta con una nueva cr¨®nica en las p¨¢ginas de sociedad. En ninguna otra parte del mundo es posible caminar tanto sin llegar a ning¨²n lado. Lo mejor en estos casos es rendirse y dejarse seducir sin m¨¢s.

EL VIAJERO da diez pistas para caer en las redes de Los ?ngeles, una ciudad de lujo, fama y silicona:

1. El Walk of Fame es la primera parada. Hollywood Boulevard es, seguro, la calle m¨¢s estrepitosa de la ciudad. Por el d¨ªa, cientos de turistas se agolpan a las puertas del Chinese Theatre, retratando a los freaks que han hecho del disfraz una forma de vida. Actores en paro, en su mayor¨ªa, son la sal y pimienta de un escenario que en pocos metros re¨²ne el Kodak Theatre (donde cada a?o se celebra la ceremonia de los Oscar), El Capit¨¢n (uno de los cines con m¨¢s nombre de LA) y las apenas tres millas y media de la que probablemente sea la acera m¨¢s limpia del mundo: el paseo de la fama. Todo esto se mezcla con las tiendas de tatuajes, que anegan las aceras a ambos lados del bulevar.

De noche el ritmo cambia, pero el ruido no se va. Esta es la hora de los privilegiados que acuden en tropel a alguno de los clubes que bordean Hollywood Boulevard. Privilegiados porque est¨¢n en lista, la ¨²nica forma de tener acceso a uno de estos locales. Las faldas demasiado cortas, las limusinas con las lunas tintadas y la m¨²sica que se escapa por la puerta, son un espect¨¢culo que merece la pena pararse a observar, aunque sea desde el otro lado del cord¨®n de seda.

2. Rodeo Drive significa lujo, aunque sigue falt¨¢ndole algo para llegar a impresionar. Se ven muchas Paris Hilton, sin que en ning¨²n caso alguna sea la de verdad. Las bolsas de Chanel se llevan como la que uno trae cuando viene de comprar el pan. Todo eso es cierto pero, en esencia, poco la distingue de cualquier otra calle comercial. Pese a todo, merece la pena contemplar la arquitectura de las tiendas de Prada o de Polo, dos de las m¨¢s logradas, o disfrutar de un caf¨¦ frente a la escalinata que ide¨® Frank Lloyd Wright para Two Rodeo.

3. El paseo por las casas de las estrellas es necesario. Puede que sea el plan menos ortodoxo de cuantos ofrece la ciudad, pero sigue siendo algo que manda la tradici¨®n. Una visita guiada por Beverly Hills, Westwood y Bel Air para ver la puerta de una casa en la que, se asegura, vive un personaje conocido, en principio no llama demasiado la atenci¨®n. Despu¨¦s se descubre cu¨¢l es la quinta esencia de la propuesta. La imagen de un turista que se balancea mientras trata de fotografiar lo poco que dejan ver los setos de la Mansi¨®n Playboy permite hacerse una idea.

4. Los ?ngeles es peligroso. Una de las ciudades con mayor ¨ªndice de criminalidad de los EE UU. Lejos de South Central, el 'barrio duro', un paseo nocturno por Sunset Boulevard desvela esta condici¨®n. Precauci¨®n, sobre todo, si uno decide aventurarse tras la puesta de sol por esta zona. The Sunset Strip es un campo en el que se mueve la cara m¨¢s oscura de la ciudad. Prostituci¨®n, trapicheos de droga, ... Pero tambi¨¦n es el sitio de antros m¨ªticos como el Roxy, Whisky a Go-Go (antes London Fog) y The Key Club (antes Gazzari's), por donde todav¨ªa se dejan caer algunos famosos. En el n¨²mero 8852 se encuentra Viper Room, el venerado nightclub del actor Johnny Depp.

5. La playa que recorr¨ªan los protagonistas de la serie de televisi¨®n Los vigilantes de la playa era la de Santa M¨®nica. Supone un respiro frente a lo fren¨¦tico de Los ?ngeles. Tambi¨¦n es uno de los lugares m¨¢s divertidos. Abundan los peque?os restaurantes de comida japonesa, tal vez los mejores, y tambi¨¦n los vagabundos, pero eso no es un problema. En el muelle de Santa M¨®nica hay montado un peque?o parque de atracciones que funciona desde 1909.

Unas calles hacia el sur, Venice es el contrapunto cultural a la frivolidad angelina. Refugio de la generaci¨®n beat y del exilio art¨ªstico de la megal¨®polis, sus calles las forman canales como los de Venecia.

6. La pen¨ªnsula de Palos Verdes es el refugio de fin de semana m¨¢s exclusivo de Los ?ngeles. Una ciudad dormitorio muy cara, que se recrea en las espectaculares vistas del oc¨¦ano Pac¨ªfico a las que dan sus acantilados. Genial para descansar.

7. A Malib¨² hay que ir con una tabla de surf bajo el brazo (aunque s¨®lo sea para ense?arla). El punto m¨¢s l¨²dico de la geograf¨ªa de Los ?ngeles es ahora el para¨ªso teenager de las nuevas generaciones. Es igual. Las fiestas m¨¢s pijas, las casas m¨¢s caras de la playa y los mejores atardeceres de la costa se mantienen. No es extra?o encontrarse con un grupo de rock tocando en bermudas, o con un autob¨²s de jubilados camino de Santa B¨¢rbara que ha ca¨ªdo en la tentaci¨®n de tomarse aqu¨ª la primera copita. The Getty Villa, en la misma zona, es un museo dedicado a las culturas romana, griega y etrusca. Imprescindible.

8. El puerto comercial de Los ?ngeles se encuentra en Long Beach. La playa en s¨ª, no es ni de lejos una de las mejores de la zona, sin embargo existen otras posibilidades, como visitar el Earl Burns Miller Japanese Garden. Todas las ciudades tienen un lugar hortera en el que hacer las fotos de boda. En el caso de Los ?ngeles, ¨¦ste es ese lugar. Long Beach tambi¨¦n es la casa de Queen Mary II, el barco m¨¢s lujoso jam¨¢s construido. Otras opciones son visitar un aut¨¦ntico submarino ruso (The Scorpion Submarine) o el Acuario del Pac¨ªfico, que aloja m¨¢s de 1.000 especies.

9. Si en alg¨²n momento uno se siente perdido, basta levantar la cabeza y mirar a lo lejos para ver el Hollywood Sign y volver a ubicarse. Este cartel fue en su origen la publicidad de una urbanizaci¨®n que nunca lleg¨® a construirse pero, con el tiempo, se ha convertido en el s¨ªmbolo m¨¢s fotografiado de la ciudad. No es posible acceder a ¨¦l, por eso lo mejor es recorrer Mulholland Highway o Canyon Lake Drive, aparcar el coche y buscar a pie un buen mirador. Cerca, desde el Observatorio del Griffith Park se puede disfrutar de las mejores vistas de Los ?ngeles. ?ste fue uno de los escenarios de la pel¨ªcula Rebelde sin causa, de James Dean.

10. Hollywood se cre¨® sobre la quimera de que en 35 mil¨ªmetros era posible todo. Hoy en d¨ªa, aunque la industria cinematogr¨¢fica ha tenido que descentralizarse para reducir costes, siguen en pie algunos de los grandes estudios que forjaron el mito de la meca del cine. Los de Paramount, que se remontan a 1913, se trasladaron a Gower Street en 1926, y ah¨ª siguen, ofreciendo tours a los visitantes. Los de Warner tambi¨¦n se pueden visitar, para despu¨¦s asistir a la grabaci¨®n de programas como el show de Ellen DeGeneres. Pero los m¨¢s nombrados, sin duda, son los Universal Studios. Un gran parque tem¨¢tico basado en los personajes y las pel¨ªculas producidas por la compa?¨ªa. Conserva sets de rodaje tan memorables como el Motel Bates, de Psicosis, o el ardiente edificio de Llamaradas.

Glamour y decadencia en Los ?ngeles