Las mil sandalias del pescador
Perderse entre pescadores para recorrer con ellos, entre caminos laber¨ªnticos y arenosos, los escasos seis kil¨®metros de la desconocida Isla de Culatra.
Cerca de un millar de pares de sandalias hollan la arena cada d¨ªa en la Isla portuguesa de Culatra sin pagarles derechos de autor a los herederos de Morris West. Y es que aqu¨ª, la pesca, el viverismo y el marisqueo, conviven entre alg¨²n que otro comercio de restauraci¨®n para el turista accidental.
En la soleada costa del Algarve, frente a Faro y Olh?o, se encuentra la peque?a y desconocida isla de Culatra. Precioso pueblo de pescadores donde la tranquilidad se refleja en la cal de sus construcciones y la dulzura de sus gentes contrasta con las duras marcas de expresi¨®n que les ha cincelado el mar. Esta isla, junto a sus vecinas Farol y Armona, conforman las llamadas Barrera, parapeto para las lagunas del interior que pertenecen a la reserva natural de la R¨ªa de Formosa.
Traves¨ªa hacia la quietud
Llegar a esta isla centenaria, poblada a finales del XIX cuando pescadores de las almadrabas de sardinas y at¨²n se asentaron en sus tierras ¨¢ridas, es f¨¢cil y bastante asequible. Desde el puerto, al final del paseo mar¨ªtimo de Faro, o el de Olh?o -Culatra pertenece a Faro aunque su coraz¨®n est¨¦ m¨¢s cerca de Olh?o por su proximidad cultural y vital- se pueden coger r¨ªo-taxis, a cualquier hora del d¨ªa por 25 euros el trayecto para cinco personas, o bien el transporte regular de barcos, ferrys, que pasan cada hora y los billetes de ida y vuelta cuestan 3 euros por persona.
Una agradable traves¨ªa, media hora de brisa y graznidos de domesticadas gaviotas, hace que poco a poco se vaya olvidando la tierra firme para convertirse en un lugare?o m¨¢s, si es con sandalias mucho mejor, ya que la pavimentaci¨®n a¨²n no ha llegado a este lugar y la arena traza con naturalidad los senderos naturales de la isla.
El vigilante religioso
Las embarcaciones de colores de los pescadores dan la se?al de bienvenida al aproximarse a la isla, lo primero que se descubre es una peque?a iglesia, las creencias religiosas est¨¢n muy arraigadas a la vida y supersticiones de los pescadores que bautizan sus barcos, en la mayor¨ªa de los casos, con nombres b¨ªblicos. Otro s¨ªmbolo distintivo de Culatra es el faro del Cabo de Santa Mar¨ªa, situado en el extremo suroeste de la isa fue el primero de Portugal instalado en lo alto de una torre cil¨ªndrica, data de 1851.
Ligero de equipaje
Si la intenci¨®n del visitante es pasar s¨®lo un d¨ªa en sus maravillosas playas lo mejor es no llevar mucho equipaje, una toalla, una botella de agua y una sombrilla ser¨¢n m¨¢s que suficientes, ning¨²n chiringuito ni canci¨®n del verano esperan en sus kil¨®metros de arena blanca y agua transparente. La desconexi¨®n total con el cercano mundo peninsular se consigue al alquilar una casita de pescadores y permanecer, mecidos por el silencio de esta tierra sin ning¨²n veh¨ªculo a motor, unos d¨ªas en los que el tiempo s¨®lo se medir¨¢ con imaginarios relojes de arena. La mejor forma de conseguir alojamiento es a trav¨¦s de anuncios de particulares.
Marisco, gambas, coquillas y, sobre todo, almejas, quiz¨¢s las mejores del mundo, son alimento de obligada prescripci¨®n para el disfrute de todo slow visitante que se 'infiltre' entre las mil sandalias del acogedor pescador que encontrar¨¢ o largo de sus ¨²nicos seis kil¨®metros de litoral. En cuanto a bares/restaurantes, se cuentan literalmente con los dedos de una mano. Elegir uno al azar, es parte de esta mesurada aventura.
GU?A
?C¨®mo llegar a la Isla de Culatra? Aterrizar en el Aeropuerdo Internacional de Faro, un vuelo regular cuesta alrededor de 200 euros. Otra opci¨®n es ir en coche por la N125 a Olh?o. En ambas ciudades conseguir¨¦is un ferry que os lleve a la Isla de Culatra.
?D¨®nde alojarse? En casas particulares, se alquilan casas completas a trav¨¦s de p¨¢ginas de anuncios clasificados , una semana en verano cuesta alrededor de 800 euros.
M¨¢s informaci¨®n: p¨¢gina oficial turismo de Portugal
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