Comer en un volc¨¢n
Tres restaurantes de entorno volc¨¢nico en Canarias para deleitarse entre brochetas asadas con el calor emergente de la tierra o chuletones en la intimidad de cuevas excavadas en la monta?a
Contundente cocina tradicional canaria sumada a un paisaje de aspecto lunar entre conos volc¨¢nicos. El resultado es un estado de relajaci¨®n absoluta que incita irremediablemente a echarse una cabezada despu¨¦s del men¨². Embelesa la sombra que producen las nubes sobre las estribaciones de Timanfaya en una danza que raya lo hipn¨®tico. Esas monta?as de fuego que a¨²n conservan calor como para asar carnes sin mecha ni cerillas. Dos paradas m¨¢s en La Palma y Gran Canaria para degustar chuletones y costillas entre cuevas excavadas. Tan singulares como ¨²tiles, pues la humedad de la roca volc¨¢nica es el mejor conservante del vino aqu¨ª producido. Complemento indispensable para saciar el gusto carn¨ªvoro agudizado.
Barbacoa al calor del volc¨¢n
De las islas m¨¢s antiguas de Canarias, Lanzarote se form¨® hace 18 millones de a?os, pero el calor de sus volcanes a¨²n se deja sentir en la superficie. El Restaurante El Diablo, en pleno parque nacional de Timanfaya, aprovecha el calor geot¨¦rmico que emerge de la tierra para cocinar suculenta carne a la parrilla. Muslos de pollo, chuletones y brochetas en adobo alcanzan su punto en este fog¨®n natural que, a tan solo 15 metros de profundidad, supera los 600 grados cent¨ªgrados.
Una amplia cristalera en la fachada del restaurante permite ver la panor¨¢mica de los extensos campos de lava. Un paisaje sobrecogedor, entre los municipios de Yaiza y Tinajo, que tiene su origen en las erupciones ocurridas entre 1730 y 1736. No se atragante al descubrir que esos gigantes cubrieron de ceniza y magma la isla en el pasado; hoy ya no hay peligro. El ¨²ltimo resquicio de actividad volc¨¢nica fue hace casi 200 a?os.
Con el est¨®mago contento, agacharse para coger un pu?ado de arenilla del suelo permite notar la elevada temperatura de la tierra. Incluso en el entorno del restaurante, un hombre introduce un poco de agua en una perforaci¨®n del suelo que, segundos despu¨¦s, es expulsada con fuerza por el g¨¦iser. O incluso un manojo de hierba seca se quema al poco de entrar en uno de estos orificios cercanos a la c¨¢mara magm¨¢tica a pocos metros de la superficie que registra unos 200 grados.
Bodeg¨®n excavado en la monta?a
Una aut¨¦ntica cueva excavada en piedra volc¨¢nica alberga el Bodeg¨®n Tamanca, en la zona sur de La Palma. Mesas de madera, suelo de pic¨®n que hace crujir cada paso y barricas de vino apuntaladas sobre las mesas. Son m¨¢s que decoraci¨®n; los propios due?os del restaurante las usan para fabricar su vino. Alg¨²n aparejo de labranza colgado en la pared se ve acompa?ado de las tradicionales pichorras, como se conocen las calabazas disecadas.
Ambiente rural acompa?ado de una atm¨®sfera h¨²meda. En medio de la carretera general rumbo a Fuencaliente, tierra especialmente soleada y c¨¢lida, se nota el cambio de temperatura desde el exterior al poner un pie en la caverna. Es entonces cuando mejor se recibe la abundante parrillada t¨ªpica del local: carnes variadas a la brasa entre las que el cerdo es el rey. Acompa?adas, eso s¨ª, de papas arrugadas y mojo pic¨®n.
A un paso, y solo despu¨¦s de una cabezada en cualquier playa del Valle de Aridane, se abre el paisaje volc¨¢nico de Cumbre Vieja, una de las zonas m¨¢s activas del mundo. La ¨²ltima erupci¨®n, en 1971. Conos y c¨²pulas que los cient¨ªficos vigilan, donde la tierra a¨²n est¨¢ caliente y, seg¨²n sople el viento, se percibe el olor a azufre.
La Casa Museo del Vino redondea la visita, en el mismo entorno de Las Manchas, con herramientas agr¨ªcolas y detalles sobre el proceso de producci¨®n del vino palmero, entre ellos, el goloso malvas¨ªa que Shakespeare menciona en su obra Enrique IV.
Cuevas con folclore
Disimulado entre las rocas del barranco de Guayadeque, en Gran Canaria, se abren cuevas que albergan el Restaurante Tagoror. Dos galer¨ªas principales en torno a las que se fueron excavando peque?os recovecos que hoy son estancias m¨¢s privadas o salones comedores con nombres de reyes guanches. Decoraci¨®n t¨ªpica realizada por artesanos locales, que aumenta el contacto con las tradiciones canarias si la comida coincide con una de las fiestas de folclore que aqu¨ª se celebran.
Con mesas y bancos de piedra, el men¨² solo puede ser de cocina t¨ªpica. Desde potaje y sancocho canario hasta queso de la tierra y flan de gofio. Platos contundentes que se disfrutan en la intimidad de reservados para grupos de hasta doce personas. La terraza, m¨¢s transitada, ofrece vistas al entorno natural en que se sit¨²a. El barranco de Guayadeque, que se extiende desde la costa de Ag¨¹imes hasta el centro de la isla, fue declarado monumento natural. Asentamiento predilecto por los antiguos pobladores de la isla seg¨²n muestran los hallazgos arqueol¨®gicos prehisp¨¢nicos que hoy se exponen en el Museo Canario de la capital grancanaria.
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