Una palmera en Castilla
San Baudelio, en Soria, guarda entre sus m¨ªsticos muros una triste historia de saqueo art¨ªstico
En lo alto de una peque?a colina, muy cerca de Berlanga de Duero, en Soria, est¨¢ San Baudelio en medio de un p¨¢ramo de tierras desnudas. Paisaje estepario venteado de plantas arom¨¢ticas, una zona muy apropiada para los eremitas. La imagen externa de la ermita del siglo XI es la de una gran casona, y nada indica lo que vamos a encontrar dentro, una excelsa sorpresa. La construcci¨®n del monumento coincide con la vuelta de estas tierras a los reinos cristianos. Probablemente en las cuevas de esta monta?a m¨ªstica no solo hubo eremitas cristianos, sino tambi¨¦n morabitos suf¨ªs, y probablemente estos ¨²ltimos antes que los primeros. De ah¨ª esa conjunci¨®n cristiano-musulmana en la arquitectura y la pintura de su interior. Arquitectura ¨¢rabe mezclada con el rom¨¢nico. Estas tierras fueron repobladas con moz¨¢rabes, es decir, cristianos arabizados. De ah¨ª las nervaduras de las b¨®vedas de San Baudelio.
Todo el conjunto tiene apenas ochenta metros cuadrados. En el cubo central o nave principal surge el eje del templo, la extraordinaria columna cil¨ªndrica, magn¨ªfica y esbelta, en forma de palmera p¨¦trea. Una especie de gran jaima que protege cuanto est¨¢ bajo su sombra, es decir, todo el interior. De esta inmensa palmera salen ocho nervaduras con forma de arco de herradura a modo de ramas que soportan la b¨®veda esquilfada (unida a la superficie de los muros). La palmera es un s¨ªmbolo suf¨ª, un ¨¢rbol sagrado para los ¨¢rabes, que lo relacionan con el nacimiento. Palmera se dice en ¨¢rabe tariqat, vocablo t¨¦cnico suf¨ª que significa "hablarse en el camino" o profesar el sufismo. A cada lado de la palmera aparec¨ªa un tigre abatiendo a un camello. El tigre no aparece pintado en San Baudelio, pero s¨ª el camello o dromedario. El sufismo influy¨® en la aparici¨®n de las ¨®rdenes mon¨¢sticas en la Edad Media, y especialmente en San Francisco de As¨ªs.
Desde los oasis
La palmera tambi¨¦n sirve de uni¨®n entre el cielo y la tierra. "Un talle tan esbelto como el de la palmera", se dice en El cantar de los cantares. ?rbol por excelencia en Palestina, ¨¢rbol sagrado para musulmanes, pero tambi¨¦n para cristianos que, en San Baudelio, se refugiaron bajo ¨¦l, trasplantado desde los desiertos, desde los oasis. Palmera y escala para ascender al cielo. ?rbol ex¨®tico entre encinas, robles, pinos. La ermita es a la vez templo cristiano y mezquita.
Durante a?os estuvo habitada, y debi¨® de tener otras edificaciones a?adidas. Luego, durante muchos siglos, fue abandonada. Desamortizada en 1866, finalmente el se?or de estas tierras la vendi¨® a unos campesinos del pueblo vecino de Casillas. A comienzos del siglo XX, varios estudiosos del arte medieval llamaron la atenci¨®n sobre aquel monumento desconocido y valios¨ªsimo que serv¨ªa para guardar el ganado. De 1922 a 1926 se produjo uno de los expolios m¨¢s sangrientos del patrimonio espa?ol. Gran parte de las pinturas fueron arrancadas y expatriadas. El Tribunal Supremo, en una decisi¨®n inconcebible, dio la raz¨®n a los propietarios para disponer libremente de las pinturas, a pesar de que todo el conjunto estaba declarado monumento nacional. Me da verg¨¹enza solo de pensarlo y, de pie en medio de la construcci¨®n contemplando las improntas de las pinturas, es decir, la huella fantasmal, me entra un coraje irreprimible. En 1926 salieron veintitr¨¦s lienzos para Estados Unidos. Otros pocos fueron devueltos "en dep¨®sito" por tiempo indefinido al Museo del Prado a cambio de otra ignominia contra el patrimonio hist¨®rico art¨ªstico espa?ol, el traslado, piedra a piedra, en 1957, de la iglesia rom¨¢nica de San Mart¨ªn de Fuentidue?a (Segovia) al Museo de los Claustros en Nueva York.
Como la gota en el oc¨¦ano, el maestro Eckhart se refiere al "anonadarse" en el indescriptible ser divino. Eremitas y morabitos buscaban el principio m¨¢s elevado: no el conocimiento intelectual, sino la experiencia existencial. Dec¨ªan los suf¨ªes que lo importante no era leer las letras negras, sino "los espacios blancos entre l¨ªneas". Unos y otros dieron grandes poetas. Ibn'Arab?, R?m?, Llull, san Juan, santa Teresa, Molinos. "Si hay un amante en el mundo, oh musulmanes, ese soy yo. / Si hay un creyente o un eremita cristiano, ese soy yo. / Las heces del vino, el copero, el trovador, el arpa y la m¨²sica, / el amante, la vela, la bebida y la alegr¨ªa del bebedor, ese soy yo", escribe R?m?.
Estoy bajo la tariqat, en el camino, en el sendero. Estoy bajo la palmera excelsa, p¨¦trea. Estoy bajo la ermita, estoy bajo la mezquitilla a la entrada de la cueva y miro las huellas de las pinturas arrancadas salvajemente y, a pesar de todo, sentado sobre las ra¨ªces, y apoyado sobre el tronco fr¨ªo, percibo el alma en paz. No necesitar nada, no querer nada, tenerlo todo, qu¨¦ dif¨ªcil es permanecer en el quietismo, qu¨¦ dif¨ªcil es alejar la angustia, qu¨¦ dif¨ªcil es el amor al pr¨®jimo. Suf¨ªs y eremitas a menudo fueron atacados, incluso considerados herejes, porque insist¨ªan en el elemento del amor. Retornar al no ser en el ser de Dios, y cuando el suf¨ª y el eremita conoce ese estado, "se conoce a s¨ª mismo, conoce a su Se?or". Al Hall?j, al ser ajusticiado, dijo: "Matadme, mis amigos, / pues solo en la muerte es mi vida". Estoy bajo la palmera p¨¦trea bajo la cual cabemos todos, creyentes y agn¨®sticos.
? C¨¦sar Antonio Molina, exministro de Cultura, es director de Casa del Lector.
Gu¨ªa Informaci¨®n
? Ermita de San Baudelio (informaci¨®n en el Museo Numantino, 975 22 13 97). La ermita cambia de horarios de apertura cada temporada; hasta marzo abre de mi¨¦rcoles a s¨¢bado, de 10.00 a 14.00 y de 15.30 a 18.00, y domingos y festivos, de 10.00 a 14.00. Precio de la entrada, 0,60 euros.
? Casillas de Berlanga (www.casillasdeberlanga.com).
? Berlanga de Duero (www.berlangadeduero.es).
? Centro de turismo rural San Baudelio (www.sanbaudelio.com).
? Oficina de turismo de la provincia de Soria (www.sorianitelaimaginas.com; 975 22 05 11).
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