Huellas de Sefarad en ?beda
La sinagoga del agua, un descubrimiento de 2007 que desvela el pasado jud¨ªo de la ciudad

No es la primera vez que cuando se realizan unas obras sale a la luz un descubrimiento inesperado. En ?beda, Patrimonio de la Humanidad, ha vuelto a ocurrir, y entre sus palacios, iglesias y monumentos se ha colado una atracci¨®n m¨¢s, la Sinagoga del Agua. Una edificaci¨®n descubierta 'accidentalmente' durante una intervenci¨®n inmobiliaria en 2007, en pleno centro de la ciudad. El empresario y propietario del edificio, Francisco Crespo, paraliz¨® las obras durante tres a?os para, posteriormente, dar a conocer un nuevo espacio que nos traslada a la ¨¦poca en la que la comunidad jud¨ªa ten¨ªa una amplia representaci¨®n en Andaluc¨ªa con su cultura y ritos religiosos.
No existen datos documentales que hagan referencia a la construcci¨®n de dicha sinagoga, ni de cu¨¢ndo dej¨® de utilizarse como tal. Lo que s¨ª se sabe es que durante siglos el lugar estuvo habitado por diferentes familias sin que estas llegasen a conocer lo que ten¨ªan bajo sus pies. Incluso sirvi¨® de escombrera de las obras que fueron realizando en la parte superior, tapando huecos y construyendo tabiques seg¨²n sus necesidades.
Tras los trabajos de desescombro y rehabilitaci¨®n, supervisados por el arque¨®logo municipal, se descubri¨® que la sinagoga estaba compuesta por siete estancias situadas en diferentes planos. Comenzando en la planta baja del edificio y terminando en el s¨®tano con la Mikveh o el Ba?o de Purificaci¨®n. Actualmente, las salas est¨¢n recreadas con objetos de la cultura jud¨ªa, algunas pertenecientes a colecciones particulares y otras descubiertas durante la intervenci¨®n.
Pinturas, cer¨¢micas, candelabros de siete brazos (menor¨¢), la estrella de David, la Tor¨¢ y los elementos decorativos de su propia estructura (como los capiteles de las columnas del patio con forma de palmera de siete ramas) muestran al visitante c¨®mo eran las sinagogas medievales espa?olas y su actividad cotidiana.
Todo el conjunto de la sinagoga se encuentra a¨²n pendiente de la valoraci¨®n por parte de distintas universidades, entre las que figuran la de Granada o la de Carlos III de Madrid. Aunque varios expertos y especialistas de la comunidad jud¨ªa han asegurado que el hallazgo tiene un extraordinario valor arqueol¨®gico, dado que es de las pocas sinagogas de esa ¨¦poca descubiertas con la Mikveh.
"Es un descubrimiento ¨²nico, como hacer un viaje en el tiempo, un lugar m¨¢gico ", nos comenta Andrea Pezzini, gu¨ªa tur¨ªstico y responsable de la sociedad Artificis, encargada de su explotaci¨®n tur¨ªstica.
La visita comienza en la sala del Inquisidor. Debe su nombre a la casa contigua, en cuya puerta de entrada figura el escudo de la Inquisici¨®n. Esta sala, junto con el patio, bodega y hornos, corresponden a las dependencias que conformaban, en la Edad Media, la casa del rabino. Lo primero que sorprende de este espacio es su decoraci¨®n con simbolog¨ªa cristiana del siglo XV que nada tiene que ver con el resto. Crucifijos, im¨¢genes, pinturas y dem¨¢s elementos evocan la historia de la expulsi¨®n de los jud¨ªos y recuerdan c¨®mo estos fueron desalojados de la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica.
Las salas est¨¢n comunicadas por puertas, pasadizos y escaleras, algunas de ellas labradas en la misma roca. A trav¨¦s de la Puerta del Alma se llega al lugar de culto, la Sinagoga, un espacio dividido en tres naves por dos arcadas con siete pozos de agua comunicados entre s¨ª. En uno de sus extremos, sobre la arcada izquierda, se encuentra la Galer¨ªa de las Mujeres, lugar en el que pod¨ªan participar del ritual sin ser vistas por los hombres.
El resto de estancias: la bodega, los hornos, el patio, y el Mikveh o ba?o de purificaci¨®n completan el escenario de la visita. Est¨¢ abierta al p¨²blico como Centro de Interpretaci¨®n de las Tres Culturas, denominaci¨®n que recibe por haberse encontrado durante la restauraci¨®n elementos simb¨®licos pertenecientes a las tres culturas que habitaron la ciudad: la cristiana, la musulmana y la jud¨ªa.
La sala de la Mikveh, situada en el plano m¨¢s bajo, contiene una especie de cisterna donde se realizaba el Ba?o de Purificaci¨®n. El agua se filtra por sus paredes en un lento pero continuo movimiento, por lo que se mantiene siempre limpia y transparente. Tiene el tama?o suficiente para que una persona pueda sumergirse completamente con el objetivo de realizar el rito de la purificaci¨®n que prescribe el juda¨ªsmo. Se accede a trav¨¦s de un pasadizo excavado en la roca y es la clave del porqu¨¦ se construy¨® en este lugar exacto la sinagoga. El agua mana y se filtra por el subsuelo de la edificaci¨®n durante todo el a?o, renov¨¢ndose as¨ª por el continuo movimiento, hecho de gran relevancia para la cultura jud¨ªa y sus ritos religiosos.
En el solsticio de verano, cada 21 de junio, hay un momento sobrecogedor. Los rayos del sol comienzan a ascender con lentitud por la puerta de luces de la Sinagoga al penetrar por un ventanuco situado al final de la sala. Desaparecen despu¨¦s de proyectarse completamente sobre el agua de la Mikveh. Debido al reducido tama?o de la sala, este espect¨¢culo (ver v¨ªdeo) s¨®lo podr¨¢ ser contemplado por unos pocos privilegiados en 2013, la lista de reservas est¨¢ pr¨¢cticamente llena.?
La Sinagoga del agua se encuentra en la calle Roque Rojas esquina con la calle Las Parras. Est¨¢ abierta todos los d¨ªas, ma?anas y tardes. Las visitas tienen una duraci¨®n de aproximadamente 30 minutos.
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