¡®La bolera¡¯ de Bogot¨¢
Copas, comida y m¨²sica 'indie' en la renovada Bolos San Francisco, una de las salas de ¡®bowling¡¯ m¨¢s antiguas de Latinoam¨¦rica
En Colombia un chino es un ni?o, o un joven, y un chinomatic alguien de esa edad que trabaja realizando alg¨²n proceso que deber¨ªa estar ya completamente automatizado. Por ejemplo, los encargados de subir la barrera a la salida de un aparcamiento o los que recogen los bolos en la bolera despu¨¦s de cada lanzamiento, los ordenan al final de la pista y devuelven las bolas por el carril, todo, eso s¨ª, a la velocidad de rayo.
Estos chinos-recoge bolos ya realizaban esta operaci¨®n en 1941 cuando abri¨® sus puertas la Bolera San Francisco (Avenida Jim¨¦nez 6-71), en pleno centro de Bogot¨¢. Una de las m¨¢s antiguas de Sudam¨¦rica y todo un icono y testigo de la historia de la ciudad, periodistas, poetas y hasta presidentes se sentaron antes las mesas de juego; era, por ejemplo, uno de los pasatiempos favoritos de Jorge Eli¨¦cer Gait¨¢n, candidato presidencial colombiano cuyo asesinato marc¨® un antes y un despu¨¦s en la historia de este pa¨ªs.
Entre sus pistas de madera de arce americano surgi¨® la Liga de Bolos de Cundinamarca y se disput¨® el primer Campeonato Nacional, y en sus viejas mesas de madera r¨²stica se fund¨® el C¨ªrculo de Periodistas de Bogot¨¢. El hombre lleg¨® a la Luna, la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica lanz¨® el primer sat¨¦lite artificial, aparecieron los ordenadores y enloquecimos con internet, pero la Bolera San Francisco permaneci¨® inmutable al paso del tiempo y jam¨¢s se automatiz¨®; detr¨¢s de los bolos ca¨ªdos siempre hubo alguien pendiente. Y lo sigue habiendo tras la remodelaci¨®n y apertura de la nueva bolera, inaugurada hace dos meses y en la que adem¨¢s, ahora, se baila, se come y se bebe a ritmo de m¨²sica indie y electr¨®nica.
El viejo cartel original -¡°Bolos San Francisco 1941¡±- se conserva como recuerdo en la fachada de la Avenida Jim¨¦nez. Tras bajar unas escaleras se accede a la estructura met¨¢lica de la antigua casa, al estilo de una estaci¨®n de metro de Nueva York o de la mism¨ªsima Torre Eiffel, que enamor¨® a Carlos Ram¨ªrez, uno de los nuevos propietarios y responsables de la remodelaci¨®n del viejo local, abandonado y lleno de humedad. Para ello se han rescatado algunos materiales originales, como las baldosas y el ladrillo que cubr¨ªan las paredes, o la preciosa madera del suelo, que combinan con una sofisticada iluminaci¨®n y encantadores detalles: tarros de mermelada para servir las copas, un sof¨¢ dorado para calzarte tus zapatos de bowling y m¨²sica que nada tiene que envidiar a los mejores clubes del mundo.
De las seis pistas originales tres siguen funcionando como bolera (eficazmente atendidas por chinomatics ataviados al m¨¢s puro estilo a?os 40), mientras que las restantes acogen ahora el bar, un espacio para actuaciones en directo y, pr¨®ximamente, tambi¨¦n un restaurante.
M¨¢s propuestas viajeros de Bogot¨¢ aqu¨ª.
{ "active": true, "code": "294074", "elementType": "offerExtension", "id": 12, "name": "BOGOTA", "service": "tripadvisor" }
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.