Cerde?a, una isla de cuento

La primera impresi¨®n al aterrizar en el aeropuerto de Alghero, en la isla italiana de Cerde?a, es la de haber llegado a un lugar olvidado. La terminal es muy peque?a, no hay demasiado trasiego de pasajeros y en el exterior solo unos pocos taxis. No parece un destino tur¨ªstico de masas. Y, la verdad, no lo es. Sus habitantes se han guardado, con muy buen criterio, de vender a precio de saldo las infinitas virtudes de su tierra.

Los sardos son amables y hospitalarios de verdad, sin topicazos. No son ni excesivamente confianzudos ni est¨¢n hastiados de los extranjeros hasta la groser¨ªa. Aman su tierra, pero saben compartirla a sabiendas de lo que es capaz el turismo incontrolado. Gracias a esta sana mentalidad, la isla ha sufrido muy pocas transformaciones. La m¨¢s dolorosa, quiz¨¢, la de Porto Cervo, un enclave con puerto deportivo, un tanto estrafalario, destinado a millonarios en la Costa Esmeralda.

Pero esto no deja de ser una excepci¨®n en una isla muy bien cuidada y con una gran riqueza natural. Entre sus muchos atractivos, el principal reclamo tur¨ªstico son sus playas y calas de aguas de color turquesa y fina arena blanca como la de Berchida, en la costa noreste. Rodeada de un entorno natural de cuento: verdes prados, floridas colinas, ovejas pastando y con el agroturismo Su Meriacru: una casa de piedra en mitad del campo que encarna a la perfecci¨®n aquello que dijo la escritora Grazia Deledda de que en Cerde?a est¨¢n, aun hoy d¨ªa, ¡°las casas de las hadas¡±.

Otra gran playa es Tentizzos, en el noreste, con rocas de aspecto lunar e inusual belleza. Se llega por una de las carreteras m¨¢s bonitas de Cerde?a, la provincial que une Alghero con Bosa y que transcurre entre acantilados. Tambi¨¦n en el norte encontramos Rena Majore, de arena blanca, recogida y entre pinares, muy cerca de Santa Teresa de Gallura. Agradable pueblo costero de donde parten los barcos que unen la isla con C¨®rcega y pr¨®xima al espectacular Sea Lounge de Cala Spinosa, un lugar ideal para tomarse un c¨®ctel y disfrutar de sus apocal¨ªpticos atardeceres.

Pero la isla tiene mucho m¨¢s que ofrecer adem¨¢s de playas de f¨¢bula, con lugares tan hermosos como el casco hist¨®rico de Alghero o el de Cagliari. Para visitar Cagliari, la capital, nada como seguir las impagables instrucciones del libro Forse non fa, subtitulado Diez errores a evitar en Cagliari, de Celestino Tabasso. Una de las zonas m¨¢s bonitas, si no la m¨¢s, es el barrio del Castillo, que arranca en el Basti¨®n y se pierde por estrechos callejones empedrados hasta lo alto, con el Duomo como punto m¨¢s elevado. Cuenta, adem¨¢s, con una divertid¨ªsima vida cultural y nocturna. Abundan los talleres de artistas, bares como el Libarium Nostrum, con vistas de impresi¨®n, y clubes como el Muzak, el m¨¢s cool de la ciudad. M¨¢s all¨¢ de este barrio hay que atender a muros y fachadas, en especial a los trabajos de Tellas y sus naturalezas abstractas, o a los de Crisa, autor de muchos murales en la capital, pero tambi¨¦n del que decora la fachada trasera de la nueva sede del MAN, el museo de arte contempor¨¢neo de Nuoro, en el centro de la isla.

Nuoro es un lugar extra?o, depositario de la resistencia cultural sarda, cogollo muse¨ªstico de la isla y poseedor de una rara condensaci¨®n de artistas. Con escritores como la Nobel Grazia Deledda (1871-1936) y escultores como Francesco Ciusa (1883-1949). Aqu¨ª se encuentran los mejores museos de Cerde?a: Etnogr¨¢fico, Arqueol¨®gico, MAN y Tribu. Este ¨²ltimo abierto en un antiguo tribunal en lo alto de la ciudad, centrado exclusivamente en el arte sardo y con la extraordinaria muestra permanente dedicada a Ciusa. En la ciudad cabe visitar, adem¨¢s, la curiosa Piazza Sebastiano Satta, inclinada y sin figura central, dise?ada por Costantino Nivola en honor al escritor local.

Esta pasi¨®n por los museos y el arte se extiende a los peque?os pueblos de monta?a cercanos, como Orgosolo, lleno de inquietantes murales de contenido pol¨ªtico y social, u Orani, con el moderno Museo Nivola. Una influencia que llega ya con ecos lejanos a la otra gran ciudad de la isla, Sassari, donde destacan el centro cultural art¨ªstico autogestionado Ex-Q, abierto a toda la poblaci¨®n en una antigua comisar¨ªa, y espacios expositivos como LEM o Wilson.

Pocos kil¨®metros separan a Sassari del aeropuerto de Alghero, y aunque quede mucho por conocer, lo ¨²nico seguro es que Cerde?a nos dejar¨¢ un sabor a felicidad posible y la siempre reconfortante esperanza del regreso.

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