Los simp¨¢ticos barbudos de NoLib
El nuevo barrio de moda de Filadelfia se une a las atracciones de la ciudad estadounidense
No faltan razones para visitar Filadelfia: en ese viaje a Nueva York donde se necesita un descansito, ah¨ª est¨¢, en plena Pensilvania, la que fue capital provisoria de los Estados Unidos en el siglo XVIII, m¨¢s modesta, pero igualmente caminable, llena de arte y de buena comida¡ y siempre compar¨¢ndose con la gran manzana.
Uno de los imanes m¨¢s poderosos para visitantes y lugare?os es su Museo de Arte, no tanto por la c¨¦lebre imagen del boxeador de ficci¨®n Rocky subiendo sus escaleras hasta dar con el templo neogriego que acoge su colecci¨®n, sino por la colecci¨®n en s¨ª. Y a su espalda, el Fairmount Park, donde tambi¨¦n se encuentra el zoo y varios clubs de remo con sedes en casitas pintorescas de estilo ingl¨¦s. El museo posee salas dedicadas al arte occidental y oriental de todos los tiempos y rincones para las artes decorativas. Duchamp es una de sus palabras clave: ah¨ª el museo le gana a todos los del pa¨ªs por jaque mate, pues cuenta con piezas como La fuente, el urinario que revolucion¨® el arte occidental, pero tambi¨¦n con El gran vidrio, situado estrat¨¦gicamente en di¨¢logo con un ventanal, y con la pieza ?tant donn¨¦es, con su puerta de madera recia y su mirilla tras la cual se encuentra un microcosmos irrevelable.
Como no ser¨ªa razonable alejarse de la zona sin visitar la Barnes Foundation, antes se hace necesaria una pausa en alg¨²n restaurante. No faltan nuevos lugares en la amplia Fairmount Avenue, pero Figs, la tasquita de aires marroqu¨ªes donde uno puede llevar su propia cerveza o vino, es la favorita de los vecinos de la zona.
La Barnes Foundation, con sus modiglianis, matisses y mir¨®s, por citar solo a los artistas que empiezan por ¡®M¡¯, posee una extens¨ªsima colecci¨®n de arte impresionista y post-impresionista iniciada a principios del XX por el matrimonio Barnes gracias a los beneficios del medicamento Argyrol, desarrollado por el propio Albert Barnes, m¨¦dico de profesi¨®n.
Muy probablemente el doctor Barnes conociese el museo de curiosidades m¨¦dicas m¨¢s sorprendente del pa¨ªs, pues se encuentra en Filadelfia: el M¨¹tter Museum, un gabinete de curiosidades decimon¨®nico solo para est¨®magos fuertes. Y como contraste, tras ver el colon gigantesco que exhiben con orgullo, se puede tomar la l¨ªnea de metro Market-Frankford para ir a uno de los barrios de los que m¨¢s se empieza a o¨ªr hablar: Northern Liberties. Su acr¨®nimo, NoLib, va tomando posiciones en la ciudad. El centro neur¨¢lgico del barrio es The Piazza, una plaza enorme circundada por nuevos edificios de apartamentos. En sus concurridas terrazas se dejan ver los simp¨¢ticos barbudos de NoLib.
Al merodear por calles como North 2nd, Green y Brown seremos testigos de las nuevas combinaciones de piedra, madera y metal presentes en las reci¨¦n estrenadas casas unifamiliares. Por all¨ª est¨¢ Suppa, donde sirven nueva cocina estadounidense. Y tambi¨¦n el viejo Paesano¡¯s, un nanolocal plagado de pegatinas en el escaparate que acreditan la calidad de sus s¨¢ndwiches de cochinillo. El aspecto de viejo pub forrado de madera de Johnny Brenda¡¯s invita a permanecer all¨ª durante horas. Su sidra de grifo con jengibre y la gran variedad de cervezas de su carta tambi¨¦n animan a quedarse hasta la noche, cuando tocan grupos en directo.
El pr¨ªncipe de Bel Air
Al otro lado del r¨ªo, pero bien conectado por la misma l¨ªnea del metro, se encuentra West Philadelphia, entre las calles 30 y 50. All¨ª naci¨® y creci¨® el pr¨ªncipe de Bel Air y sigue siendo un barrio que crea adeptos, aunque ahora se haya renombrado como University City. Una de las alegr¨ªas que da el campus de la Universidad de Pennsylvania situado entre las calles 34 y 38 es el rec¨®ndito Federal Donuts, sin duda la envidia de los neoyorquinos: la experiencia de meterse en la boca un jugoso donut frito ante tus ojos minutos atr¨¢s deja en pa?ales a la de Proust con su magdalena. Para un desayuno americano muy en sinton¨ªa con West Philly est¨¢ la econ¨®mica Escuela de cocina de Walnut Hill, donde los alumnos elaboran pasteles, fr¨ªen bacon y cocinan un sabroso oatmeal cada ma?ana en un saloncito decorado a la parisina.
Pero es al recorrer Baltimore Avenue donde obtendremos la idea m¨¢s fiel sobre el distrito, gracias a sus murales gigantescos ¡ªel de la esquina con la calle 47 recoge el esp¨ªritu del barrio¡ª, a Clark Park, donde se instala el mercado de granjeros los s¨¢bados, y al A-Space, un colectivo anarquista con su oferta de libros de segunda mano a la entrada.
El mejor colof¨®n ¡ªcon su correspondiente chimp¨²n¡ª es un concierto de la emblem¨¢tica Orquesta de Filadelfia en el Kimmel Center de Broad Street, avenida que muy bien podr¨ªa ser el Broadway de Filadelfia. Tanto el edificio, a cargo del estudio de Rafael Vi?oly, como el afamado sonido de la orquesta, dirigida por batutas legendarias, nos har¨¢n pensar que el viaje ha merecido la pena.
Mercedes Cebri¨¢n es autora de la novela de El genuino sabor (Literatura Random House).
Gu¨ªa
Visitas e informaci¨®n
- Museo de Arte de Filadelfia (www.philamuseum.org). 2600, Benjamin Franklin Parkway.
- Figs (www.figsrestaurant.com). 2251, Meredith St.
- Barnes Foundation (www.barnesfoundation.org). 2025, Benjamin Franklin Pkwy.
- M¨¹tter Museum (muttermuseum.org. 19, South 22nd St.
- Suppa (+1 215-644-9324). 1040, N American St.
- Paesano's (www.paesanosphillystyle.com). 152, W Girard Ave.
- Johnny Brenda's (www.johnnybrendas.com). 1201, N. Frankford.
- Federal Donuts (www.federaldonuts.com). 1632, Sansom St.
- The Restaurant School at Walnut Hill College (www.walnuthillcollege.edu). 4207, Walnut St.
- Kimmel Center (www.kimmelcenter.org). 300, S Broad St.
- A-Space. 4722, Baltimore Ave.
- www.visitphilly.com.
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