Los restos de Espa?a en T¨¢nger
Un recorrido por los edificios con impronta espa?ola en la ciudad marroqu¨ª, como el hospital espa?ol o el Teatro Cervantes
Desde principios del siglo XX hasta la independencia de Marruecos, en 1956, buena parte del urbanismo de T¨¢nger tuvo un aut¨¦ntico sabor espa?ol. En muchas de sus calles, e incluso en barrios enteros, qued¨® la impronta de arquitectos llegados desde el otro lado del Estrecho, una vez que en 1909 el puesto de ingeniero municipal comenz¨® a corresponder a t¨¦cnicos nombrados por el consulado espa?ol. En buena parte de la ciudad nueva sigue presente esta huella del cosmopolitismo de una ciudad que fue internacional durante d¨¦cadas. Es posible hacer un recorrido a pie, en forma de agradable paseo, por el urbanismo espa?ol en T¨¢nger.
La ruta comienza en la plaza de Kuwait, m¨¢s conocida como Iberia (hasta hace unos a?os colgaba un cartel de la aerol¨ªnea en una de sus fachadas). En un antiguo coto de caza situado donde ahora se ubica la plaza, el Estado espa?ol construy¨® varios edificios para cubrir las necesidades m¨¢s b¨¢sicas de su comunidad, la m¨¢s amplia entre las extranjeras en los tiempos del T¨¢nger internacional. De esa ¨¦poca provienen el hospital espa?ol, el consulado, una residencia de estudiantes reconvertida hoy en el Instituto Cervantes, un colegio (el actual Ram¨®n y Cajal) y un instituto de secundaria, actual Severo Ochoa.
Muy cerquita de Iberia se encuentra la zona de San Francisco, que hasta los a?os setenta se denominaba el barrio de los espa?oles. Fueron los franciscanos quienes construyeron en esta zona (actualmente en estado de semiabandono), al lado de la catedral cat¨®lica, casas para obreros, escuelas y un hospital que ellos mismos gestionaban.
Desde de la plaza de Francia, donde arranca el Boulevard Pasteur, sale tambi¨¦n la calle de Murillo. En esta peque?a calle empinada se encuentra el Teatro Cervantes, inaugurado en 1913 con el impulso de Esperanza Orellana y su esposo Manuel Pe?a. La sala tiene 1400 butacas y se la consideraba la m¨¢s grande del norte de ?frica. El edificio pertenece ahora al Estado espa?ol, pero la falta de fondos lo mantiene en un estado ruinoso, alejado de los ¨¦xitos que vivi¨®, sobre todo, en los a?os 50.
Continuamos por el Boulevard Pasteur, la principal arteria de la ciudad nueva. A lo largo de esta calle se suceden los edificios construidos por arquitectos espa?oles, entre los que destaca la Casa Toledano, justo enfrente de la sinagoga nueva, obra de Diego Jim¨¦nez Armstrong, el arquitecto m¨¢s prol¨ªfico del T¨¢nger internacional y preferido por la burgues¨ªa jud¨ªa de la ¨¦poca (la mayor parte de la cual abandon¨® Marruecos tras la creaci¨®n del Estado de Israel). Nacido en T¨¢nger y educado en Par¨ªs, Jim¨¦nez Armstrong llev¨® hasta su ciudad natal un estilo arquitect¨®nico de corte franc¨¦s, cl¨¢sico y elegante.
Si continuamos descendiendo hasta el paseo mar¨ªtimo podremos ver otra de las zonas de la ciudad en la que la influencia arquitect¨®nica espa?ola es directa: la antigua Avenida de Espa?a, actual avenida Mohammed VI, ubicada frente al puerto pesquero. Esta amplia calle fue concebida por ingenieros municipales espa?oles durante los a?os 30 y alberg¨® el antiguo consulado franquista. Los viajeros m¨¢s curiosos podr¨¢n ver todav¨ªa un azulejo con el escudo del ¨¢guila, propio de aquella ¨¦poca. Un detalle curioso m¨¢s, con el que terminar nuestro recorrido: las palmeras que jalonan la antigua Avenida de Espa?a fueron tra¨ªdas expresamente de Elche para adornar las calles a este otro lado del Estrecho.
M¨¢s pistas viajeras para una escapada a T¨¢nger aqu¨ª
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