?vila, gu¨ªa m¨ªstica
Tras los pasos de la hiperactiva santa Teresa, autora del ¡®Libro de la vida¡¯, en el V centenario de su nacimiento
Celebramos el V centenario del nacimiento de Teresa de Cepeda y Ahumada en ?vila, el 28 de marzo de 1515. De origen jud¨ªo, su abuelo paterno fue penitenciado por la Inquisici¨®n de Toledo. Y, de entrada, debo confesar las dificultades que, incluso en los a?os en que fui cat¨®lico, tuve para sentir simpat¨ªa por esta mujer, que es, desde luego, una de las figuras m¨¢s grandes de nuestra historia. Solo la lectura del soberbio libro Teresa de ?vila. Biograf¨ªa de una escritora, de la hispanista italiana Rosa Rossi, que me maravill¨®, despert¨® en m¨ª aquella simpat¨ªa hasta ese momento imposible, que, a su vez, me llev¨® a leer el Libro de la vida,la genial autobiograf¨ªa de una monja tan dotada para la vida m¨ªstica como para la vida pr¨¢ctica.
El poeta catal¨¢n Joan Ferrater consideraba insufribles las visiones que cuenta Teresa de ?vila. Para un agn¨®stico estas visiones son, obviamente, alucinaciones. Pero este error de la monja en la apreciaci¨®n de sus delirios m¨ªsticos no solo no le resta inter¨¦s al relato de sus experiencias, sino que lo aumenta. De este modo, la literatura que ella crea se convierte en literatura fant¨¢stica en el sentido m¨¢s pleno de la palabra.
Su padre, Alonso S¨¢nchez de Cepeda; su madre, Beatriz de Ahumada; sus hermanos ¡ªfueron tres hermanas y nueve hermanos¡ª; las monjas del monasterio de la Encarnaci¨®n, son personajes tan vivos como Dios, la Virgen y, por supuesto, el demonio, un personaje de demonio, diremos, para que se alegren los 15 exorcistas oficiales que, en Espa?a, luchan con Sat¨¢n a brazo partido. Yo los pasajes que Teresa de ?vila le dedica al demonio ¡ªes, por ejemplo, espeluznante el cap¨ªtulo XXXII del Libro de la Vida ambientado en el infierno¡ª, por si acaso, para ahorrarme pesadillas por la noche, nunca los leo despu¨¦s de las cuatro de la tarde.
En una reciente visita a ?vila, como devoto peregrino, me ce?¨ª, sobre todo, a la ruta teresiana. Inici¨¦ el periplo por el monasterio de la Encarnaci¨®n, en el que la santa vivi¨® 27 a?os. Este monasterio se fund¨® en 1478 en el interior de la ciudad amurallada. Pero, en los primeros a?os del siglo XVI, el convento carmelita abandona el recinto de las murallas y se traslada a las afueras de la ciudad. Se construy¨® sobre unos terrenos adquiridos al cabildo.
En este monasterio extramuros, tras huir de casa, Teresa de ?vila ingresa, sin permiso paterno, el 2 de noviembre de 1535 ¡ªten¨ªa 20 a?os¡ª y vivir¨¢ all¨ª, con leves interrupciones, hasta 1562. La vida en el monasterio no era rigurosa (de hecho, la regla de la Orden carmelita se denominaba entonces ¡°mitigada¡±). Las monjas adineradas contaban con la ayuda de sus criadas. Las monjas salen sin trabas del monasterio para visitar a sus familiares.
Pero Teresa de ?vila, que es hiperactiva y necesita liderar la fundaci¨®n de 17 conventos, imitando al reformador Lutero, se entrega a la reforma del Carmelo. La hasta entonces feliz regla carmelita mitigada, afeitada por Teresa de ?vila con los m¨¢s b¨¢rbaros recortes, se convertir¨¢, pues, en la regla m¨¢s rigurosa porque, a partir de ahora, las reinas de las monjas ser¨¢n la pobreza, los cilicios y la austeridad. Y las monjas ir¨¢n descalzas.
El monasterio de la Encarnaci¨®n ofrece al visitante un museo teresiano. La joya del museo es un dibujo realizado por san Juan de la Cruz, que ejerci¨®, durante cinco a?os, como confesor en el monasterio de la Encarnaci¨®n y fue, junto con Teresa de ?vila, alma de la reforma carmelitana. El dibujo ¡ªel ¨²nico que nos ha llegado de este genial poeta¡ª representa a Cristo en la cruz y fue el modelo en el que se inspir¨® Dal¨ª para crear su c¨¦lebre Cristo. En 1717 se inaugur¨® en este monasterio la capilla de la transverberaci¨®n, erigida en el lugar que ocup¨® la celda de Teresa de ?vila.
A dos pasos del monasterio de la Encarnaci¨®n se encuentra el monasterio de San Jos¨¦ ¡ªtambi¨¦n llamado Las Madres¡ª, que es la primera fundaci¨®n de Teresa de ?vila. Tras vencer arduas dificultades econ¨®micas, en las que, por cierto, la santa, azuzada por su ardor guerrero, siempre se crec¨ªa, logr¨® la fundaci¨®n del convento en agosto de 1562.
Profesaron cuatro novicias en la nueva Orden de las carmelitas descalzas de san Jos¨¦. Se conservan las antiguas dependencias del convento: la cocina, la celda de Teresa, el claustro y la nefasta escalera del diablo, llamada as¨ª porque la santa vio all¨ª, el d¨ªa de Navidad de 1577, a Sat¨¢n, y del p¨¢nico de ver al demonio sufri¨® una ca¨ªda y se rompi¨® el brazo izquierdo. En el museo del convento est¨¢n expuestos varios elementos de estas dependencias.
Cripta abovedada
Dentro del recinto amurallado se encuentra la iglesia y convento de Santa Teresa, casa natal de Teresa de ?vila. A finales del siglo XVI llegaron a ?vila los carmelitas descalzos, primera fundaci¨®n masculina de la Orden. Proced¨ªan de Duruelo (Segovia) y ven¨ªan a ?vila a fundar convento. Adquirieron los restos de la vivienda que hab¨ªa pertenecido a la familia de Teresa de ?vila. Contaron con el apoyo del obispo Francisco M¨¢rquez de Gaceta y, m¨¢s tarde, del conde duque de Olivares. La iglesia se levant¨® sobre la casa natal de la santa y est¨¢ adosada al convento de los carmelitas. Por debajo se encuentra la cripta abovedada de enterramientos, actual museo teresiano. Las obras se inauguraron en 1636. El museo, por la calidad de las esculturas de Gregorio Hern¨¢ndez y de las ediciones de obras de Teresa de ?vila que exhibe, puede generar alucinaciones incluso en visitantes ateos. Este museo es una maravilla.
A dos pasos de la casa natal de Teresa de ?vila se encuentra el palacio de N¨²?ez Vela, virrey de Per¨² y padrino de bautismo de la santa. En la espl¨¦ndida catedral hay una capilla, construida por Pedro del Valle, de estilo renacentista, dedicada a santa Teresa. Y en la iglesia de San Juan Bautista se conserva la pila g¨®tica, del siglo XV, en la que Teresa de ?vila fue bautizada el 4 de abril de 1515.
Teresa de ?vila fue grande por sus fundaciones conventuales, que tanto enriquecen el patrimonio eclesi¨¢stico, por sus visiones m¨ªsticas y por su literatura de primer¨ªsimo nivel. Su prosa es un ejemplo supremo de lengua coloquial, de agilidad m¨¢xima y de exquisito o¨ªdo.
Ram¨®n Irigoyen es poeta y traductor de la poes¨ªa de Cavafis.
Gu¨ªa
Informaci¨®n
- Oficina de Turismo de ?vila (www.avilaturismo.com). Ofrecen un apartado especial sobre el V centenario de santa Teresa con lugares a visitar y agenda de eventos.
- Monasterio de la Encarnaci¨®n. Se visita todos los d¨ªas en horario de ma?ana y tarde (consultar en www.avilaturismo.com). Entrada: 2 euros.
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