Palacio Sirvente de Mieres, apartamentos en torno a un patio

And¨²jar es un importante centro olivarero de las m¨®rbidas tierras de Ja¨¦n. Tal vez por ello no hab¨ªa tenido la necesidad de promover el turismo como un recurso econ¨®mico, ni impulsar una industria hotelera. As¨ª que, limitada su capacidad de alojamiento a cinco hoteles de categor¨ªa inferior, la oportunidad se presentaba ¨²nica para el alquiler de viviendas de la llamada econom¨ªa colaborativa y el negocio de los apartamentos tur¨ªsticos reglados como el que ha inaugurado el doctor Antonio Crespo en el antiguo palacio de la familia Sirvente de Mieres y C¨¢rdenas.

Pese al abandono que sufri¨® durante el siglo XIX, la construcci¨®n mantiene su identidad nobiliaria en la fachada del siglo XVIII y, sobre todo, en el patio interior porticado, del siglo XVI. El arquitecto Alberto Arroyo firma la recuperaci¨®n hist¨®rica, mientras el escultor Manuel L¨®pez fue el encargado de tallar a mano el front¨®n, los capiteles y los relieves del arquitrabe que forman la portada dieciochesca, as¨ª como la estatua en bronce de H¨¦rcules que culmina la f¨¢brica.

Como ¨²nico espacio com¨²n figura el patio, convertido en un museo de piezas hist¨®ricas y algunas contempor¨¢neas de buen dise?o. Al fondo hay un sof¨¢ para conversar copa en mano y, a los lados, unas sillas no precisamente c¨®modas. La zona est¨¢ pensada para la contemplaci¨®n art¨ªstica m¨¢s que para el descanso. Para eso est¨¢n los cuatro estudios y los cuatro apartamentos, ambientados con toques personales y dotados hasta de una biblioteca con referencias conocidas. No hay dos iguales.

Los estudios, para una o dos personas, se presentan bajo las apelaciones de Fogaril, Serviguera, Paila y Cobija, de evidente raigambre iliturgitana. Los apartamentos admiten tres, cuatro y hasta cinco ocupantes, que tienen a su disposici¨®n una cocina americana con frigor¨ªfico grande, lavavajillas, lavadora, microondas, horno, placa de inducci¨®n y vajilla variada. Sus nombres tambi¨¦n delatan arraigo popular: Buj¨ªo, Domus, Covarro y Arandal.

Aqu¨ª no cabe encontrar servicios de hotel m¨¢s que los estrictamente necesarios, por lo que el desayuno se puede elaborar en casa o salir a la calle en busca de una cafeter¨ªa. De paso, rec¨¢lese en algunos de los monumentos m¨¢s notorios de And¨²jar, como la muralla del periodo almohade o la iglesia renacentista de Santa Mar¨ªa la Mayor, en una de cuyas capillas se exhibe el cuadro del Greco La oraci¨®n en el huerto.

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