Interrail: c¨®mo viajar de Lisboa a Atenas en tren de la forma m¨¢s barata
Ocho historias sobre el billete que permite recorrer 250.000 kil¨®metros en 30 pa¨ªses
En 1972, el tren abr¨ªa los vagones a los j¨®venes europeos por un precio irrisorio. El billete de Interrail invitaba a los menores de 21 a?os a romper fronteras. El viaje les hac¨ªa aprender y madurar. Les obligaba a buscarse la vida. Ria Anyca sali¨® de B¨¦lgica por primera vez en 1978. Ten¨ªa 19 a?os y se hab¨ªa sacado el pasaje. Dejaba atr¨¢s Oostnieuwkerke, su pueblo de 3.000 habitantes. ¡°Abri¨® mi mente y me ense?¨® que hab¨ªa m¨¢s¡±. Su objetivo era Atenas. Al hablar de sus aventuras todav¨ªa le brillan los ojos. Cuarenta a?os despu¨¦s vuelve a montarse un viaje con Interrail. Su origen es esta vez Lisboa. El destino es el mismo: regresa a Grecia, donde conserva amigos. Tres mil kil¨®metros y seis pa¨ªses en siete d¨ªas.
Pero la foto del joven mochilero que buscaba hueco para dormir en cualquier estaci¨®n no es hoy la ¨²nica que se captura en un viaje con Interrail. Los aviones baratos, la apertura de fronteras y la tecnolog¨ªa han cambiado este negocio fundado por la red ferroviaria europea. En los ¨²ltimos cinco a?os se ha incrementado en un 28% el n¨²mero de pasajeros, gracias sobre todo a su aceptaci¨®n entre los mayores de 26 a?os (edad l¨ªmite de la juventud, seg¨²n el billete; a partir de ah¨ª, se paga m¨¢s). Los adultos, que pueden utilizar este bono desde 1998, ya suponen el 20% de la clientela y van ganando terreno (aunque los universitarios siguen siendo mayor¨ªa). Tras la inclusi¨®n en 2013 de Turqu¨ªa, hay 30 pa¨ªses y 250.000 kil¨®metros por recorrer.
Ria Anyca es solo uno de los 500.000 pasajeros de todo el mundo que anualmente sacan un billete Interrail. Pero su experiencia ha cambiado: ¡°Dorm¨ªamos en la playa, cocin¨¢bamos en el tren y los agentes de aduanas [que hoy no existen] entraban para echarnos de debajo de los asientos y de los compartimentos de maletas¡±, recuerda en el vag¨®n en el que emprendemos viaje en su compa?¨ªa.
Salida: Lisboa
Tren nocturno a Madrid
El viaje comienza en el tren nocturno de Lisboa a Madrid. Diez horas de litera. Atenas queda lejos. Pero la belga Ria Anyca (en la foto) est¨¢ acostumbrada. Hace cuatro d¨¦cadas se convirti¨® en una adicta al viaje. Desde entonces no ha parado. Ha pasado dos a?os en ?frica. Y ahora est¨¢ descubriendo el suroeste europeo, una zona en la que el billete Interrail no ha calado tanto como en el norte y el este (donde est¨¢n las ciudades m¨¢s visitadas, empezando por Berl¨ªn).
?Por qu¨¦ no triunfa Interrail en estos pa¨ªses con tradici¨®n tur¨ªstica? Espa?a, Italia y Francia obligan a reservar el billete de tren con antelaci¨®n, lo que supone un suplemento que se queda la ferroviaria nacional. Estos extras son la principal queja de los viajeros. ¡°Es un problema, pero son estructuras de cada pa¨ªs que no podemos cambiar¡±, apunta Silvia G?rlach, directora de marketing de Interrail. Una quinta parte de los billetes se vende en Reino Unido, y una octava parte en Alemania. ¡°En Alemania hay m¨¢s rutas¡±, subraya G?rlach. La experiencia de Anyca al atravesar Espa?a es un ejemplo. El tren nocturno, que incluye un suplemento de hasta 55 euros y pasa por Salamanca, es la mejor opci¨®n. La ruta alternativa, m¨¢s barata, le hubiera hecho pasar un d¨ªa en el vag¨®n y desviarse por Ourense y Zamora.
De Madrid a Montpellier
Con hoteles y maleta
Amo Europa¡±. El argentino Alejandro Pintor (en la foto) tiene 55 a?os y comienza su tercer Interrail. Posiblemente conozca el continente mejor que muchos europeos. Ha recorrido Espa?a, Francia, Alemania, Suiza e Italia de punta a punta, aunque su experiencia ha cambiado. ¡°En 2009 no reservaba y no tuve problemas. Iba a albergues y en las ciudades compart¨ªa habitaci¨®n con 20. Nos mov¨ªamos siempre en metro. A veces sin pagar¡±. Hoy viaja con su mujer en primera clase, con hoteles reservados y maleta. Al salir de la estaci¨®n, llaman a un taxi. Tiene una queja: ¡°Tuvimos que hacer una hora de cola en la estaci¨®n de Atocha para pagar un suplemento de 60 euros¡±.
Alejandro Pintor no ha logrado transmitirle el gusto por la improvisaci¨®n de Interrail a su mujer. ¡°Es muy estructurada¡±, comenta. Nada m¨¢s llegar a Madrid fueron directos a Correos. Quer¨ªan devolver a Buenos Aires seis pares de zapatos que ella hab¨ªa tra¨ªdo en la maleta. Lo cuenta en el vag¨®n-cafeter¨ªa del AVE. Su aventura acabar¨¢ en un crucero y, de all¨ª, vuelta a Madrid. ¡°A Estados Unidos fui solo una vez. Francia ya la he visitado cinco¡±.
Camino a Niza
Una pareja en plena forma
Montpellier es joven. M¨¢s de la mitad de los habitantes de esta ciudad universitaria francesa tiene menos de 35 a?os. Para los m¨¢s j¨®venes, Niza, nuestra siguiente parada, a 300 kil¨®metros, no tiene tantos atractivos, pero ofrece su calidad de refinado enclave mediterr¨¢neo, con sus playas ideales para un p¨²blico de cualquier edad, y especialmente los mayores. Interrail quiere cuidar a este segmento. Jim y Maggie Rice (en la foto), brit¨¢nicos de 66 y 65 a?os y jubilados, han viajado a Niza desde Berl¨ªn ¡ªdonde se encontraron con una huelga de trenes¡ª y han pasado por ?msterdam, Florencia y Roma.
¡°Debes estar en forma¡±, exclama Maggie, acostumbrada a darse prisa en las estaciones. En avi¨®n, ya conoc¨ªan buena parte de Europa. Era el momento de ver los paisajes por la ventana del vag¨®n. ¡°No quiero llevar mucho equipaje, as¨ª que he tenido hasta que lavar ropa interior en el lavabo del hotel¡±, dice entre risas. Pese a su edad, se han unido a las estrategias del comprador joven. Los hoteles los eligen por el buscador de Booking.com. ¡°Gastamos con cabeza en hoteles sencillos¡±.
Cruzando la frontera hacia G¨¦nova
Luna de miel sobre ra¨ªles
Para los viajeros no europeos, que suponen la mitad de los usuarios, existe la tarjeta Eurrail, que les da la oportunidad de lograr los descuentos de Interrail. Los que m¨¢s lo aprovechan son los estadounidenses, que suponen el 30% del mercado, seguidos por Corea del Sur (con un 16%). Entre los latinoamericanos destaca M¨¦xico (en s¨¦ptimo lugar, con un 3%), seguido por Brasil.
Isaac Lawrence y Kelly Ahrens (en la foto), de 28 y 26 a?os y procedentes de Vermont (Estados Unidos), se acaban de casar y est¨¢n estresados. Corren de tren en tren por Italia para que los retrasos no desbaraten su luna de miel, que intercalan con vuelos y trayectos en coches de alquiler. ¡°Hemos pagado 100 d¨®lares en suplementos¡°, se lamentan mientras dejamos atr¨¢s M¨®naco, surcando tres pa¨ªses en 10 minutos. Una semana despu¨¦s, se quedan con lo bueno: ¡°Nos gustar¨ªa tener este transporte p¨²blico en Estados Unidos¡±.
Si tuvieran hijos, podr¨ªan repetir la aventura con ellos sin gastos extra por los billetes, ya que desde enero los menores de 11 a?os viajan gratis. Interrail re¨²ne historias de lo m¨¢s diversas. A unos pasos de distancia, un pasajero con traje trabaja con su tel¨¦fono. Paliwal Rakesh es indio y utiliza este m¨¦todo desde hace 10 a?os para una insospechada tarea: importar muebles a Europa. Su Interrail es de primera clase, categor¨ªa que pueden disfrutar tambi¨¦n, desde el a?o pasado, los menores de 26 a?os.
De G¨¦nova a Bolonia
Madre e hija felices en el vag¨®n
¡°No me gusta volar. Te limita la experiencia del viaje¡±. Lizzy Kitchnere, de 19 a?os, est¨¢ en su a?o sab¨¢tico tras los estudios de secundaria, cuando los brit¨¢nicos deciden hacer Interrail por un m¨®dico precio. Ha pasado un mes en Francia y su madre, Caroline Haughton, de 48, se ha subido al tren para unirse al final del recorrido. Lizzy lleva viajados 20 d¨ªas y tras pasar una semana en Espa?a, entre Barcelona y Madrid, el ¨²ltimo tramo de su viaje pasa por Trento, G¨¦nova, Bolonia y Venecia. ¡°En tren ves m¨¢s, es bueno para el medioambiente y te deja en el centro de las ciudades¡±, dice. Su viaje favorito la llev¨® a un escenario muy distinto, a los pa¨ªses escandinavos. Al elegir unas vistas desde la ventana no tiene duda: le enamor¨® la nieve de Kiruna, m¨¢s all¨¢ del c¨ªrculo polar.
Tiene una queja: el t¨²nel Eurostar que conecta Reino Unido y Francia no est¨¢ en el pasaje y cuesta 60 euros. Las colas para reservar tampoco le agradan. En Madrid fueron un d¨ªa antes y ten¨ªan a 50 personas delante. ¡°El final de un largo d¨ªa es estresante, pero no he pensado en ning¨²n momento en abandonar la aventura¡±.
Reuni¨®n en Ancona
La fiesta del ferri
Todos llevan grandes mochilas. En un hostal de Ancona (en la costa adri¨¢tica italiana), una decena de j¨®venes de todo el mundo se han reunido con un prop¨®sito com¨²n. Semanas antes les hab¨ªa llegado un misterioso e-mail: ¡°Has sido invitado a la fiesta en ferri del comienzo de verano de Interrail¡±. ¡°Pens¨¢bamos que nos enga?aban¡±, bromean dos amigas de Quer¨¦taro (M¨¦xico).
El ferri es parte del reciente atractivo de Interrail. Por mar se viaja de Espa?a a Italia, los Balcanes y Turqu¨ªa. A ello se une el reci¨¦n estrenado pase Attica, un billete especial para recorrer las islas griegas, que incluye atraques en cuatro de ellas por 156 euros m¨¢s para j¨®venes y 240 para adultos.
Una de las principales preocupaciones para los j¨®venes trotamundos de Interrail es la conexi¨®n wifi. ¡°Buscamos McDonald¡¯s y Starbucks¡±, comentan en la reuni¨®n improvisada las neozelandesas Jessica Crowder y Aimee Wadsworth (en la foto). Estas amigas de 22 a?os decidieron darse un fin de fiesta por todo lo alto tras trabajar en el Reino Unido: Londres, Par¨ªs, M¨²nich, Barcelona y Venecia.
Como est¨¢n invitados, todos duermen en camarote, pero a lo largo del ferri se acumulan decenas de otros j¨®venes con sus mochilas apiladas en estribor. En las mesas, juegan una partida de cartas mientras hacen tiempo para sobrellevar las 26 horas que tardan en llegar a Grecia desde el puerto de Ancona. Despu¨¦s de la fiesta, sacan el saco de dormir y se van colocando en las escaleras, protegidos del fr¨ªo mediterr¨¢neo dispuestos a descansar lo que puedan.
?ltima parada: Atenas
Acr¨®polis a la vista
Fin de fiesta en el ferri camino de Atenas. La brit¨¢nica Sarah Simonsen y el australiano Harry Saunders, ambos de 23 a?os y parte del grupo de nuevos amigos, bailan acaramelados horas despu¨¦s de conocerse, mientras que los brit¨¢nicos Tom y James (en la foto), de 19, sacan a bailar a todas las chicas que se prestan. James se desped¨ªa de su novia d¨ªas antes en Trento. Y sobre su amigo Tom bromea: ¡°Nos separamos una semana, ya no nos pod¨ªamos ni ver¡±. Tom aprovech¨® para conocer Cracovia.
?¡°El Interrail se me acab¨® ayer. Ahora no tengo plan¡±, comenta Harry Saunders, que tras tomarse nueve meses libres en el trabajo tiene pensado recorrer Europa del Este, una zona en auge para los viajeros en tren, aunque no comprar¨¢ el billete Interrail. ¡°Es m¨¢s barato por libre. En Rumania ten¨ªa que pagar lo mismo por los suplementos que por un tren normal¡±.
Dos d¨ªas despu¨¦s, la nueva pareja brit¨¢nico-australiana paseaba de la mano comiendo pizza por una calle de Atenas camino de la Acr¨®polis. Tom y James acabaron compartiendo alojamiento con dos amigos del ferri (no ligaron). La veterana Ria Anyca tambi¨¦n hab¨ªa llegado a la ciudad. ¡°Sigue siendo Grecia. Pese a la crisis, las calles se ven igual de animadas¡±.
Siete claves
?D¨®nde se compra el billete? A trav¨¦s de es.interrail.eu o en una de la treintena de l¨ªneas ferroviarias inscritas. En Espa?a, en Renfe. El billete tarda cinco d¨ªas laborables en llegar.
?Y si no soy europeo? Existe Eurrail, un billete con otros precios pero con condiciones similares.
?Cu¨¢nto cuesta? Los precios oscilan dependiendo de la edad, los d¨ªas de viaje y la clase. En segunda clase, un joven puede pagar entre 192 euros (cinco d¨ªas de viaje en 10 d¨ªas) y 461 (un mes continuo). Adultos y jubilados pagan m¨¢s. El pase m¨¢s caro para un solo pa¨ªs (ocho d¨ªas de viaje en un mes) cuesta 313 euros.
?Durante cu¨¢nto tiempo puedo viajar? Como con los precios, hay distintas opciones. Est¨¢ el pase continuo y el flexible. Con el primero se puede viajar 15 d¨ªas seguidos, 22 y un mes, y con el segundo cinco d¨ªas durante 10 del calendario o 10 en 22. Tambi¨¦n se puede alargar a dos meses.
?A cu¨¢ntos pa¨ªses puedo viajar? Desde que se uni¨® Turqu¨ªa, Interrail global incluye 30 pa¨ªses en tren y barco. La ¨²ltima adici¨®n son las islas griegas.
?Cu¨¢les son los trayectos favoritos? Berl¨ªn-Praga, Hamburgo-Copenhague, Praga-Viena, Budapest-Viena y ?msterdam-R¨®terdam son los primeros. Les sigue Niza-Ventimiglia, ¨²nica l¨ªnea en el sur de Europa entre las 10 m¨¢s frecuentes.
?Y las ciudades m¨¢s visitadas? Berl¨ªn, Praga, Copenhague, Viena y ?msterdam.
Diez consejos
Planear con antelaci¨®n. Dibuja la ruta en el mapa y busca en Internet alojamientos y trenes baratos.
Cuidado con las reservas. El hecho de tener que reservar antes en Espa?a, Francia o Italia, as¨ª como en trenes nocturnos o de alta velocidad, puede conllevar gastos adicionales.
Wifi y enchufes. La mayor¨ªa de los trenes no incluye wifi, as¨ª que hay que aprovechar la conexi¨®n gratis de las ciudades. Dar con enchufes para todos ser¨¢ otra pelea en el vag¨®n. Incluso en primera clase.
Poco equipaje. Aunque no hay tantas limitaciones como en avi¨®n, no puedes ir sobrecargado durante un mes.
La ropa justa, y, si no hay suficiente, tirar de lavander¨ªas en las ciudades.
La aplicaci¨®n y el mapa. La app de Interrail, junto al mapa de las l¨ªneas y precios, se ha convertido en una de las grandes herramientas, dado que funciona sin Internet.
Llamadas desde el extranjero. Las tarifas roaming tienen precios abusivos, por lo que programas como Whatsapp y Skype hacen el viaje m¨¢s sencillo.
Hay que dormir bien. Vale con dormir un d¨ªa en la estaci¨®n, pero mejor llevar buscados albergues con buenos colchones u hoteles econ¨®micos.
Reserva online. Las plataformas de alojamiento barato por Internet son el complemento ideal para ahorrar.
Lee a Cavafis. Como en el poema Viaje a ?taca, lo importante no es el destino, sino el trayecto y sus experiencias.
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