Las letras de los restaurantes de Nueva York
?Por qu¨¦ los establecimientos lucen una A, una B o una C en la puerta de entrada? Te lo explicamos
La ciudad de Nueva York es pr¨¢ctica, intuitiva. Aunque seas nulo con el sentido de la orientaci¨®n es dif¨ªcil que te pierdas. Basta con buscar los cruces de las calles o, simplemente, orientarte con alguno de sus rascacielos de referencia y llegar¨¢s a tu destino final.
Su sistema de transporte p¨²blico est¨¢ abierto las 24 horas. Su metro va hacia arriba (Uptown) o hacia abajo (Downtown). Para en todas las estaciones (Local) o va m¨¢s r¨¢pido por si tienes prisa (Express). Y si te agobias con las multitudes solo te hace falta salir a la calle y coger uno de los cientos de taxis de todos los colores, coches de Uber o suced¨¢neos.
Hay indicaciones en todos los idiomas. Polic¨ªas en cada esquina y gente que se acerca a preguntarte si necesitas ayuda cuando te ve con un mapa desplegado. Podr¨¢s encontrarte incluso a paisanos de tu tierra que est¨¢n tambi¨¦n de turismo, a quien puedes preguntar por si te da corte hablar en ingl¨¦s.
En los puntos de inter¨¦s o grandes atractivos de la ciudad se forman colas y se respetan para poder acceder a ellos. Hay wifi gratuito en muchos puntos de la ciudad y, cuando no es as¨ª, basta con entrar en el Starbucks de turno.
Hay gu¨ªas y publicaciones diarias, semanales o mensuales acerca de lo que est¨¢ sucediendo en la ciudad. Cuenta con un departamento de turismo de calidad, que ofrece diversas webs en varios idiomas para consultar toda la informaci¨®n que necesites (www.nycgo.com y www.iloveny.com), e incluso puedes descarg¨¢rtela en tu smartphone gracias a su aplicaci¨®n oficial para m¨®viles.
Si hablamos de tiendas y comercios, tendr¨¢s de todos los tipos, tama?os y colores, en todos los barrios y a todas horas. Incluyendo algunos que abren 24 horas al d¨ªa como el Apple Store o alguna de las tiendas de Times Square. Tampoco lo ponen dif¨ªcil los bancos. Abren incluso fines de semana. Algo que incluye a los brokers de pisos. Se ajustar¨¢n al horario que tu prefieras: primera hora de la ma?ana, ¨²ltima del domingo, llueva o nieve.
Pero del mismo modo, hay tanto que hacer, tanto que ver y, por lo general, tan poco tiempo para todo ello que la vida del visitante acaba complic¨¢ndose en la Gran Manzana pese a todas estas facilidades. Por ejemplo, con las letras de los bares y restaurantes de Nueva York.
Uno de los quebraderos de cabeza tanto para turistas como para residentes es la elecci¨®n de restaurantes, ya que, como sucede en Espa?a, pr¨¢cticamente hay uno en cada esquina. Para pon¨¦rselo f¨¢cil al consumidor, el Estado de Nueva York public¨® en junio de 2010 un c¨®gido de puntuaci¨®n similar al que se aplica en el sistema educativo estadounidense, en el que se califica, de mejor a peor, con las letras A, B o C. En el caso de los bares y restaurantes, las notas son otorgadas por el departamento de Salud y deben figurar, de manera bien visible, en la entrada o en el escaparate del local.
Las famosas letras que dan la bienvenida a los locales neoyorquinos no se conceden aleatoriamente, sino que responden a estricto proceso de control y regulaci¨®n. Los t¨¦cnicos estatales de salud realizan inspecciones por sorpresa en restaurantes, bares, discotecas o cafeter¨ªas, que obtienen una u otra puntuaci¨®n en funci¨®n del n¨²mero de irregularidades encontradas: cuanto m¨¢s baja es dicha calificaci¨®n, mejor grado se obtiene. De hecho, cada punto representa la violaci¨®n de alg¨²n reglamento.
As¨ª, los restaurantes con una puntuaci¨®n entre 0 y 13 obtienen una letra A; los que oscilan entre 14 y 27 puntos se quedan con la letra B y los establecimientos que superan los 28 puntos tienen que conformarse con la letra C.
?En qu¨¦ suelen reparar los inspectores de Sanidad que revisan diariamente los miles de locales de los diferentes barrios de la ciudad? Pues desde las condiciones de manipulaci¨®n de la comida, hasta la temperatura de conservaci¨®n de la misma, la higiene del personal del establecimiento, el mantenimiento de utensilios de cocina o el control de plagas, desde insectos hasta ratones y ratas. S¨ª, ratas¡ Hay m¨¢s. Esta rigurosa auditor¨ªa de la limpieza del local y el cumplimiento de la normativa tambi¨¦n abarca, por ejemplo, a la utilizaci¨®n de elementos qu¨ªmicos a la hora de cocinar.
La puntuaci¨®n otorgada por los inspectores, en definitiva, estima el riesgo que podr¨ªa causar un establecimiento en la salud de sus comensales en funci¨®n de cu¨¢nto y c¨®mo se salta las normas del reglamento estatal. Y no es broma: se pueden encontrar restaurantes muy monos por fuera pero en los que una letra C en la puerta delata que ha cometido irregularidades en el interior de su cocina. Desde incumplimientos tan comunes como no tener los utensilios que emplean sus cocineros bien limpios (sancionado de dos a cinco puntos), hasta riesgos mayores, como no conservar determinados ingredientes ¨Cmariscos, carnes o pescados¨C a la temperatura adecuada (castigado con al menos siete puntos) o servir alimentos frescos, como la verdura, sin haber sido lavados bien previamente (sancionado con un m¨ªnimo de 5 puntos). Cuando alguno de estos desprop¨®sitos no pueden resolverse antes de que acabe la inspecci¨®n, el local es obligado a cerrar hasta que lo solucione.
Una letra B en la puerta significa que algo no permiti¨® que dicho local obtuviese una A, informaci¨®n que, gracias a este sistema, no solo es conocida por el due?o del restaurante, sino tambi¨¦n por los comensales que acuden a ¨¦l, quienes, probablemente, se vayan en busca de un restaurante de clase A. Cuando el cartel es de ¡°Calificaci¨®n en espera", significa que el lugar est¨¢ siendo evaluado o que el propietario ha impugnado la decisi¨®n del inspector tras su visita.
Publicaciones de prestigio, como The New York Times, han creado sus propios mapas interactivos que permiten buscar restaurante en la ciudad filtrando por el tipo de cocina, el barrio donde se ubica y los delitos cometidos contra la salud p¨²blica.
Por su parte, el Gobierno de Nueva York, adem¨¢s de contar con su propio servicio de b¨²squeda avanzado para localizar restaurantes por su nombre, tipo de comida, c¨®digo postal o calificaci¨®n obtenida, tiene a disposici¨®n de los usuarios desde material explicativo en Power Point hasta aplicaciones m¨®viles para actualizar la calificaci¨®n de los restaurantes y bares de la ciudad.
Cinco a?os despu¨¦s de la aplicaci¨®n de esta, los datos oficiales aseguran que el 95% de los establecimientos en Nueva York cuentan con una calificaci¨®n A, superando el 80% anterior a junio de 2011; los casos de salmonella se han reducido un 24% de 2010 a 2014 y se ha incrementado la formaci¨®n del personal que trabaja en el sector de la hosteler¨ªa: m¨¢s de 31.000 personas realizaron en 2014 el curso de higiene alimentaria que ofrece el propio departamento de salud, con el objetivo de evitar nuevas sanciones y mejorar la nota que otorgan estos estrictos hombres de negro.
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