Doce pistas para redescubrir Buenos Aires
De las nuevas tendencias gastron¨®micas a las mejores milongas callejeras de tango
Ni Caminito, ni Recoleta, ni la Plaza de Mayo. Todo esto es para la primera vez que se viaja a Buenos Aires, pero las siguientes visitas a la capital argentina invitan a descubrir algo nuevo entre mil sitios y propuestas que no nos har¨¢n sentirnos como un turista. Sexy, animada y segura de s¨ª misma, siempre hay motivos para redescubrir la ciudad porte?a.
01 Gastronom¨ªa en movimiento
Los argentinos llevan el arte de la parrilla a cotas inimaginables, sus mejores pizzas y pastas rivalizan con las de Nueva York y N¨¢poles, elaboran vinos fabulosos, helados exquisitos y la cocina ¨¦tnica causa furor en Buenos Aires. En realidad, se come tan bien que el tiempo entre comida y cena debemos utilizarlo para dar buenos paseos, quemar calor¨ªas y hacer hueco en el est¨®mago.
Las parrillas representan la tradici¨®n gastron¨®mica y son una apuesta segura, pero los porte?os est¨¢n continuamente innovando y los fogones se escapan a ello, con tendencias similares a las europeas. Por ejemplo, las nuevas propuestas de cocineros experimentales a trav¨¦s de restaurantes pop-up, que podemos conocer a trav¨¦s de la organizaci¨®n GAJO.
Otra tendencia en alza es la gastronom¨ªa molecular, de moda en todo el mundo, con grandes chefs en continua experimentaci¨®n y platos de raciones muy peque?as para elaborar experiencias ¨²nicas e inolvidables, a trav¨¦s de la combinaci¨®n de sabores, texturas y atractivo visual. Podemos probarla en La Viner¨ªa de Gualterio Bolivar, donde el chef Alejandro Digilio sigue la l¨ªnea de Ferran Adri¨¤.
Los festivales gastron¨®micos se han incorporado recientemente a la escena gastro con dos nuevas citas: la Feria Masticar, organizada por algunos de los chefs m¨¢s famosos de Buenos Aires y que ha incorporado los tan de moda foodtrucks, as¨ª como la Feria Ra¨ªz, dedicada a la gastronom¨ªa argentina.
Quienes sigan prefiriendo la tradici¨®n gastron¨®mica ¨Ccamareros sirviendo malbec (vino) y generosas tajadas de carne de primera calidad en alguno de los numerosos asadores porte?os¨C pero con un toque diferente, pueden reservar en Adentro, un restaurante a puerta cerrada en el que sentirte como en casa de un buen amigo, o Argentine Experience, donde aprender la historia de la carne argentina y c¨®mo preparar empanadas y alfajores, adem¨¢s de comer bistecs sumamente tiernos.
02 Aprender a cocinar
Continuamos sin salir de las cocinas, pero ahora en ambiente privado, ya que en Buenos Aires se han puesto de moda los restaurantes a puerta cerrada: locales que solo abren un par de d¨ªas a la semana, solo a trav¨¦s de reserva y, generalmente, con un precio fijo (solo aceptan efectivo, por cierto). Son establecimientos que carecen de r¨®tulos o carteles y que requieren llamar al timbre para entrar; incluso no se proporciona la direcci¨®n al comensal hasta que se concreta la reserva por tel¨¦fono. La sensaci¨®n de descubrir una joya fuera de los circuitos tur¨ªsticos y de probar algunas de las mejores cocinas de la ciudad los convierte en toda una experiencia.
Existen dos posibilidades en este tipo de restaurantes, muchos de ellos ubicados en el barrio de Palermo. La primera de ellas es cenar, directamente, en casa del chef, en torno a una larga mesa comunitaria. Permite conocer gente, a menudo viajeros interesantes o expatriados, y resulta estupendo para quienes viajan solos. La segunda opci¨®n se asemeja m¨¢s a un restaurante convencional, con mesas separadas para diferentes grupos de comensales, solo accesibles, eso s¨ª, mediante reserva previa.
Algunos de los mejores son iLatina, que sirve exquisita comida colombiana; Casa Saltshaker, donde se prueban las creaciones culinarias del neoyorquino afincado en Buenos Aires, Dan Perlman; NOLA, que sirve platos de fusi¨®n de Nueva Orleans; Casa Felix, el para¨ªso de los pescetarianos (vegetarianos que s¨ª comen pescado y mariscos), y Cocina Sunae, con platos de fusi¨®n asi¨¢tica.
Para quienes est¨¦n de paso unos d¨ªas por la ciudad, una buena opci¨®n para adentrarse en la tradici¨®n culinaria argentina son las clases particulares de cocina, o en grupos peque?os, como las que imparte Norma Soued, que permiten aprender a cocinar platos como empanadas, guisos y alfajores. Tambi¨¦n Cooking with Teresita nos permitir¨¢ iniciarnos en asados y empanadas, comprando todos los ingredientes en mercados locales. Quien disponga de algo m¨¢s de tiempo, o incluso se plante¨¦ dedicarse profesionalmente a la cocina, puede acudir al reputado Instituto Argentino de Gastronom¨ªa (IAG).
03 Villa Crespo, el barrio de moda
Este barrio, al sur de Palermo, cada d¨ªa est¨¢ m¨¢s en boga. Continuamente surgen nuevos restaurantes, tiendas, hoteles y casas de hu¨¦spedes ¨Cconforme se han ido encareciendo los alquileres de Palermo¨C, y se pueden encontrar buenas opciones para alojarse, muy cerca de la plaza Serrano (coraz¨®n comercial y social de Palermo Viejo). El sur de Palermo ofrece gratas sorpresas al turista, como galer¨ªas de arte, caf¨¦s renovados o interesantes outlets, y Villa Crespo puede ser un buen punto de partida para descubrirlos.
Basta caminar un poco hacia el sur para encontrar Caballito, zona tranquila y agradable que alberga el gran parque circular del Centenario, con el Museo Argentino de Ciencias Naturales. Hacia el este se extienden los barrios de Abasto y Once, destinos multiculturales que han atra¨ªdo a una numerosa poblaci¨®n de jud¨ªos, peruanos y coreanos, que han desarrollado sus respectivas gastronom¨ªas. En Abasto hay mucho teatro alternativo y se puede visitar el Museo Casa de Carlos Gardel, pero el principal lugar de inter¨¦s es el mercado del barrio, remodelado y convertido en uno de los centros comerciales m¨¢s atractivos de la ciudad.
Al sur se encuentra Once y su concurrida estaci¨®n de trenes, rodeada de cientos de vendedores callejeros de ropa y aparatos electr¨®nicos baratos. Este barrio tiene un ambiente pintoresco, cambio que se agradece aunque es una zona que debe evitarse por la noche. La Ciudad Cultural Konex es un centro vanguardista que ofrece espect¨¢culos fusi¨®n: arte+cultura+tecnolog¨ªa. Por ¨²ltimo, merece la pena conocer Boedo, un barrio bohemio al sur de Once con algunos caf¨¦s interesantes.
04 Faena Arts Center
La ¨²ltima novedad de Puerto Madero es Faena Arts Center, un espacio instalado en un antiguo molino harinero. Grande y amplio, alberga los sue?os contempor¨¢neos de artistas y dise?adores nacionales y extranjeros. Las exposiciones m¨¢s vanguardistas sacan partido al espacio, con cuerdas que cuelgan del techo o pir¨¢mides de luz que se alzan hacia el cielo.
Es un incentivo m¨¢s para acercarse a Puerto Madero, flanqueado por almacenes de ladrillo restaurados y repleto de lujosos lofts y torres de pisos, adem¨¢s de algunos de los restaurantes m¨¢s caros (demasiado, seg¨²n algunos) de la ciudad. Libre de veh¨ªculos, es un lugar muy bonito para pasear a lo largo de los diques.
Los amantes del arte no deben perderse la Colecci¨®n de Arte Amalia Lacroze de Fortabat, que alberga la muestra de la mujer m¨¢s rica de Argentina. Y aunque no nos podamos permitir pagar sus car¨ªsimas habitaciones, es casi obligado acercarse al Faena Hotel +Universe, un fant¨¢stico hotel dise?ado por Philippe Starck en un almac¨¦n reformado.
05 Tomarse un caf¨¦
Una de las cosas m¨¢s t¨ªpicas que uno puede hacer en Buenos Aires es sentarse en un caf¨¦ y, especialmente, en algunos que son pura historia porte?a. Los m¨¢s tradicionales son Las Violetas, el Caf¨¦ de los Angelitos, La Biela, el Tortoni o la Esquina Homero Manzi.
Las Violetas puede considerarse, probablemente, como el caf¨¦ m¨¢s bonito de la ciudad, con vidrieras de colores y un lujoso t¨¦ de la tarde. El Caf¨¦ de los Angelitos, famoso por su espect¨¢culo de tango, lleva ese nombre como una ir¨®nica referencia a los maleantes que lo frecuentaban. Otros dos cl¨¢sicos son La Biela, excelente para observar a la gente desde el patio delantero en los d¨ªas soleados, y el Caf¨¦ Tortoni, hist¨®rico, pintoresco y, tambi¨¦n, muy tur¨ªstico. Aun as¨ª, no se debe ignorar.
Si queremos salir del circuito m¨¢s popular, podemos sentarnos en la Esquina Homero Manzi, un caf¨¦ tradicional de ambiente encantador.
06 La nueva cita cultural
La Boca no se caracteriza por la elegancia de sus edificios, pero cuenta con nuevo espacio de conciertos, la Usina del Arte, alojado en una central el¨¦ctrica remodelada, que pretende iniciar la regeneraci¨®n de uno de los barrios m¨¢s deteriorados de Buenos Aires. Se trata de un bonito edificio de ladrillo rojo con una pintoresca torre del reloj, cuya nueva sala de conciertos es la actual sede de la orquesta sinf¨®nica nacional y la filarm¨®nica de Buenos Aires. La Usina, de ac¨²stica excelente, tiene capacidad para 1.200 espectadores y acoge tambi¨¦n espect¨¢culos de danza, teatro y exposiciones de arte.
Solo abre durante los conciertos y para las visitas guiadas. La programaci¨®n se puede consultar en su p¨¢gina web.
07 De museos por Palermo
El barrio de Palermo, visita imprescindible para todo el que viaja a Buenos Aires, invita tambi¨¦n a una revisita obligada a los amantes del arte. Aqu¨ª se encuentran algunos de los mejores museos de la ciudad, como el Malba, un edificio contempor¨¢neo impresionante dedicado al arte moderno argentino y latinoamericano que alberga la colecci¨®n del mecenas Eduardo F. Costantini, con obras modernistas, vanguardistas, surrealistas y abstractas, incluidas algunas de Frida Kahlo y Diego Rivera. Tambi¨¦n hay exposiciones temporales de arte internacional y un buen caf¨¦-restaurante con patio, perfecto para almorzar.
Los fans de Evita Per¨®n no deben perderse el cercano Museo Evita, que repasa la vida de la mujer argentina m¨¢s conocida internacionalmente, y ya que estamos en Palermo, no est¨¢ de m¨¢s dar un paseo a pie o en bicicleta por el parque 3 de Febrero, donde tambi¨¦n se puede visitar un zoo, un jard¨ªn bot¨¢nico y un jard¨ªn japon¨¦s. Repleto de carriles bici, los domingos la circunvalaci¨®n del jard¨ªn de rosas est¨¢ cerrada a los coches.
Otros museos porte?os que no conviene perderse son el Nacional de Arte Decorativo, una bella mansi¨®n beaux arts que contiene las lujosas pertenencias de un arist¨®crata chileno; la Fundaci¨®n Proa, museo-galer¨ªa de vanguardia que expone arte contempor¨¢neo y ofrece un caf¨¦ en la azotea con vistas a La Boca, y el Palacio Paz, de estilo europeo, cuyas habitaciones ornamentadas, salones y detalles dorados remiten al ambiente m¨¢s cl¨¢sico del viejo continente.
08 Visitar a los muertos
Es cierto que la visita al Cementerio de La Recoleta figura en casi todos los itinerarios tur¨ªsticos, pero es igualmente imprescindible. Solo en Buenos Aires los ricos y poderosos conservan su estatus tras la muerte y generaciones de la ¨¦lite descansan eternamente en este laberinto de callejones trufados con ostentosos mausoleos ornamentados que conforma, probablemente, la necr¨®polis m¨¢s lujosa del mundo.
La Recoleta fue el primer cementerio p¨²blico de la ciudad, aunque pronto se volvi¨® exclusivo; los personajes hist¨®ricos m¨¢s ilustres de Argentina est¨¢n enterrados aqu¨ª y un sinf¨ªn de estilos decoran las tumbas: art nouveau, art d¨¦co, neocl¨¢sico, neog¨®tico¡ Tambi¨¦n hay bellas y extravagantes estatuas para descubrir. Tras presentar respetos a Evita Per¨®n, uno puede perderse entre ¨¢ngeles de m¨¢rmol.
Una versi¨®n m¨¢s grande, menos ostentosa, menos accesible y menos tur¨ªstica es el cementerio de la Chacarita, en el barrio del mismo nombre. Se inaugur¨® en la d¨¦cada de 1870 para dar sepultura a las v¨ªctimas de la fiebre amarilla de San Telmo y La Boca. Aunque mucho m¨¢s democr¨¢tico y modesto, las tumbas m¨¢s elaboradas de Chacarita son equiparables a las m¨¢s exquisitas de La Recoleta. Una de las m¨¢s visitadas es la de Carlos Gardel, considerado casi un santo al que muchos argentinos guardan una devoci¨®n casi religiosa. Junto a su estatua hay placas de agradecimiento de visitantes de todo el mundo y en los aniversarios de su nacimiento y de su muerte miles de peregrinos visitan el cementerio.
Otra personalidad espiritual de Chacarita es la madre Mar¨ªa Salom¨¦, disc¨ªpula del famoso sanador Pancho Sierra. Cada jornada, pero sobre todo el d¨ªa 2 de cada mes (muri¨® un 2 de octubre de 1928), fieles a su culto cubren su tumba de claveles blancos.
09 Otras formas de ver Buenos Aires
Todas las ciudades inventan formas nuevas para mostrar lo mejor de s¨ª mismas. En Buenos Aires se han inventado todo tipo de circuitos tem¨¢ticos para los visitantes: de fotograf¨ªa, para ciclistas, de tango, de parrillas.... Esta es nuestra selecci¨®n:
- Biking Buenos Aires: para pedalear por carriles-bici y por los parques de Palermo.
- Graffitimundo: Buenos Aires a trav¨¦s de su colorido y din¨¢mico arte callejero.
- Foto Ruta: un singular circuito autoguiado basado en fotografiar pistas por los barrios porte?os.
- The Man Tour: propone una visi¨®n muy masculina de la ciudad, con las mejores cavas para fumar puros, barber¨ªas para afeitarse con navaja o donde comprase un sombrero hecho a mano.
- Parrilla Tour: una gu¨ªa para explorar parrillas (asadores) fuera de los circuitos tur¨ªsticos y aprender sobre la cultura y gastronom¨ªa de Argentina.
- Narrative Tango Tour: para conocer el tango mediante clases, milongas y espect¨¢culos.
- Urban Running Tour: correr y conocer Buenos Aires, con un gu¨ªa que se adapta al ritmo de cada uno.
10 Buenos Aires a caballo
A casi todos argentinos les gustan los caballos, y aunque no est¨¦n en la Pampa hacen lo posible (y lo imposible) para que formen parte de la vida porte?a. Basta con acercarse a un partido de polo, o de pato, o pasar un d¨ªa en las carreras de caballos para darse cuenta de ello. Como simples viajeros tambi¨¦n podemos participar de esta pasi¨®n ecuestre e incluso, por qu¨¦ no, aprender a jugar al polo durante nuestras vacaciones.
El polo es un deporte muy popular en todo el pa¨ªs y conjuga la tradici¨®n ecuestre de los gauchos con la influencia brit¨¢nica: algo que explica por qu¨¦ aqu¨ª se juega el mejor polo del mundo. Argentina domina este deporte desde hace m¨¢s de 70 a?os y cuenta, pr¨¢cticamente, con todos (o casi todos) los mejores jugadores. Nada de pr¨ªncipes brit¨¢nicos; la principal figura es Adolfo Cambiaso. La temporada de polo en Buenos Aires va de septiembre a mediados de noviembre y culmina cada a?o con el Campeonato Argentino Abierto, el torneo m¨¢s prestigioso del mundo, celebrado en el Campo Argentina de Polo, en Palermo (se puede seguir la actualidad de este deporte a trav¨¦s de la Asociaci¨®n Argentina de Polo).
M¨¢s original y desconocido es el Pato, un juego de origen gaucho similar al polo que toma su nombre de las primeras pelotas que se usaban: una bolsa de cuero con un pato vivo encerrado dentro. Desde entonces, la infeliz ave se ha sustituido por una pelota con asas de cuero y los jugadores ya no corren peligro en lo que anta?o fue un juego muy violento. Los partidos y torneos de pato suelen celebrarse en el Campo Argentino de Pato, a unos 30 kil¨®metros de la ciudad, aunque los torneos nacionales se celebran (en diciembre) en un lugar m¨¢s c¨¦ntrico: el campo de polo de Palermo.
Por ¨²ltimo, conviene acudir al Hip¨®dromo Argentino, majestuoso edificio proyectado por el arquitecto franc¨¦s Louis Faur¨¦ Dujarric en 1908, con cabida para 100.000 espectadores. Las carreras m¨¢s destacadas se organizan en noviembre, tanto en esta sede como en el famoso hip¨®dromo de hierba de San Isidro.
Y si lo que queremos es tomar las riendas directamente, una buena opci¨®n, m¨¢s all¨¢ de las tur¨ªsticas estancias (haciendas), es consultar Caballos a la Par, que organiza salidas guiadas por un parque de la provincia de Buenos Aires, a una hora en coche del centro de la capital. Son excursiones privadas (nada de grupos en caravana) que recorren caminos entre bosques y campos, en las que se aprende a montar, e incluso a galopar, a lomos de estupendos monturas.
11 Visitar la catedral (del f¨²tbol)
En un pa¨ªs en el que Maradona es Dios, ir a un partido de f¨²tbol es una experiencia casi religiosa. El supercl¨¢sico entre Boca Juniors y River Plate se encuentra entre los eventos deportivos mundiales a los que asistir antes de morir, pero incluso otros partidos de menor resonancia sirven para sumergirse en una de las grandes pasiones argentinas.
Se puede contemplar La Bombonera, estadio de Boca Juniors, el equipo de Maradona, durante una visita al Museo de la Pasi¨®n Boquense. Si se quiere asistir a un cl¨¢sico (partido entre dos equipos grandes), conseguir entradas ser¨¢ m¨¢s complicado: Boca Juniors no pone entradas a la venta para sus partidos m¨¢s importantes, ya que todas son para los socios. Es posible lograrlo a trav¨¦s de alguna agencia o mediante organizaciones como Buenos Aires F¨²tbol Amigos. No ser¨¢ barato, eso s¨ª, pero s¨ª m¨¢s f¨¢cil (y seguro).
En Buenos Aires el f¨²tbol no es solo un deporte. El pasatiempo nacional inspira una pasi¨®n casi religiosa: las calles se vac¨ªan y los espectadores, api?ados frente a la televisi¨®n o en los abarrotados estadios, sufren ataques de ¨¦xtasis y angustia. El ambiente es particularmente bullicioso (esto es, descontrolado) cuando los archirrivales River Plate y Boca Juniors se enfrentan. La tensi¨®n se palpa en el ambiente y durante esas dos horas del domingo nada m¨¢s importa.
Si despu¨¦s de ver uno de estos supercl¨¢sicos nos entran ganas de jugar, se puede participar en alguno de los partidos con locales, residentes extranjeros u otros viajeros que organiza Buenos Aires F¨²tbol Amigos. Por una peque?a cantidad se juega al f¨²tbol y, despu¨¦s del partido, suele haber asado y recuerdos impagables.
12 Redescubrir el tango
Lo que a principios del siglo XX era un baile marginal relegado a los burdeles de Buenos Aires ha experimentado grandes altibajos durante su agitada vida. Hoy en d¨ªa, esta sensual danza vuelve con fuerza. De Seattle a Shang¨¢i, todo el mundo intenta dominar los pasos y el ritmo de este baile tan dif¨ªcil de perfeccionar.
La popularidad del tango se ha disparado entre aficionados y profesionales, y lo practican gentes de todas las edades y clases sociales: Pero el tango de verdad est¨¢ en las milongas, reuniones donde se va exclusivamente a bailar. El ambiente de estas salas puede ser informal o tradicional, en casi todas hay un encargado de la selecci¨®n musical y en algunas (pocas) cuentan con orquestas en directo. La pista de baile est¨¢ rodeada por mesas y sillas, y suele haber un bar en un lateral.
Las milongas empiezan o bien por la tarde (hasta las 23.00) o bien a medianoche, alarg¨¢ndose hasta el amanecer (si se llega tarde, todo est¨¢ m¨¢s animado). Son asequibles y a menudo se ofrecen clases de antemano.
Para vivir una experiencia ¨²nica al aire libre se puede ir a la glorieta de Barrancas de Belgrano, donde los s¨¢bados y domingos al atardecer (hacia las 19.00) hay una milonga informal, la glorieta. Tambi¨¦n se dan clases de tango.
Los favoritos de Lonely Planet para disfrutar del tango porte?o m¨¢s cl¨¢sico son el Caf¨¦ de los Angelitos, con un espect¨¢culo imaginativo y bien organizado; el Rojo Tango, espect¨¢culo ¨ªntimo de estilo cabaretero, El Viejo Almac¨¦n, un local peque?o y en parte folcl¨®rico, y La Ventana, cuya propuesta incluye gauchos c¨®micos y boleadoras.
M¨¢s sencillo e informal es el tango callejero en el mercado del domingo de San Telmo; el espect¨¢culo de tango del s¨®tano del Caf¨¦ Tortoni, el caf¨¦ m¨¢s antiguo y tradicional de Buenos Aires, o el de Los 36 Billares, otro caf¨¦ con historia y espect¨¢culo de tango pero menos tur¨ªstico que Tortoni.
Las mejores milongas son las del Salon Canning, una milonga tradicional muy popular y bien situada, en Palermo, donde acuden los mejores bailarines; la de la Confiter¨ªa Ideal, el local porte?o de tango m¨¢s hist¨®rico, escenario de La lecci¨®n de tango, de Sally Potter, o La Catedral, informal y bohemio, parecido a un almac¨¦n, que atrae a j¨®venes bailarines modernos.
Se imparten clases de tango en muchos sitios, desde albergues juveniles hasta academias de baile, centros culturales y en casi todas las milongas. Incluso se ofrecen en algunos caf¨¦s y salas de espect¨¢culos de tango. En Buenos Aires tambi¨¦n hay varias escuelas m¨¢s formales, como la Escuela Argentina de Tango.
M¨¢s informaci¨®n en la gu¨ªa de Buenos Aires de Lonely Planet y en www.lonelyplanet.es
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