La mente nublada de un maestro de la pintura
Las neurosis de Edvard Munch llegar¨¢n en octubre al museo Thyssen de Madrid

Todo en la vida y la obra de Edvard Munch (Loeiten,1863-Oslo, 1944) tiene que ver con la enfermedad, la locura y la muerte, que, como ¨¦l mismo escribi¨®, fueron los ¨¢ngeles negros que velaron su cuna. Hu¨¦rfano de madre con apenas cinco a?os, la demencia religiosa de su padre fue el abono perfecto para que la inestabilidad, la angustia y las neurosis fueran sus inevitables compa?eras de viaje. Su hermana adolescente Sophie muri¨® de tuberculosis, como la madre, cuando ¨¦l ten¨ªa 14 a?os, y durante 40 a?os hizo variaciones del cuadro La ni?a enferma. La inminencia del peligro, la oscuridad, el sexo perturbador, lo l¨²gubre, todo queda plasmado en sus colores ceniza, en sus tenebrosos y bellos malvas, en sus verdes lima. El vaiv¨¦n psicol¨®gico extremo le imped¨ªa respirar, pero su obra conmocion¨® al p¨²blico desde sus primeras exposiciones, lo que le situar¨ªa en la cima que solo alcanzan los maestros.
En Espa?a hay pocas obras de Munch (cuatro en el Thyssen y una en la colecci¨®n Abell¨®) y desde hace 30 a?os no se le dedica una exposici¨®n. Por ello, la retrospectiva que ha programado la Fundaci¨®n Thyssen el pr¨®ximo oto?o ser¨¢ una de las muestras imprescindibles del a?o. Se inaugurar¨¢ el 6 de octubre de 2015 y estar¨¢ abierta hasta el 17 de enero de 2016 en el Museo Thyssen de Madrid.

Hace m¨¢s de dos a?os que Paloma Alarc¨®, jefa de conservaci¨®n de pintura moderna del Thyssen, trabaja en este proyecto. M¨¢s que mostrar una galer¨ªa de las obras m¨¢s se?eras del artista noruego, Alarc¨® ha optado por profundizar en su fuerza creadora y en dar a conocer su hipnotizante tem¨¢tica en torno al hombre contempor¨¢neo (hombres solitarios vestidos de negro que se llevan las manos a la cabeza). Cuenta Alarc¨® que las ¨²ltimas publicaciones y exposiciones, en especial la reciente Munch 150, organizada por el Museo Munch y el Nasjonalmuseet de Oslo en 2013, han logrado liberar al pintor de muchos estereotipos. Quiere presentarlo como un artista que contribuy¨® a cambiar la historia del arte.
En Madrid se expondr¨¢n cerca de 70 piezas, incluyendo pinturas, obra sobre papel y grabados, procedentes del Museo Munch (instituci¨®n que presta 30 obras) y otras colecciones europeas y estadounidenses (Museo de Arte Moderno y Metropolitan de Nueva York; Kimbell Art Museum de Fort Worth; Tate de Londres; Albertina de Viena; Staatsgalerie de Stuttgart y Kunstmuseum de Basilea). La exposici¨®n servir¨¢ para examinar la larga y prol¨ªfica carrera de este pintor noruego y analizar las t¨¦cnicas art¨ªsticas de las que se vali¨® para orientar el espacio pict¨®rico hacia una dimensi¨®n ps¨ªquica.
No vendr¨¢ ninguna de las cuatro versiones que realiz¨® sobre El grito, su obra m¨¢s popular. Tres de ellas forman parte de colecciones noruegas y no se prestan nunca, y la cuarta est¨¢ en manos privadas (fue vendida en subasta por 81 millones de euros en 2012, r¨¦cord de ventas del artista). S¨ª se incluir¨¢ en la muestra madrile?a un grabado sobre El grito, una pieza nada menor si se tiene en cuenta que su obra como lit¨®grafo, aguafuertista o xil¨®grafo poco tiene que envidiar a la que realiz¨® como pintor. Munch tambi¨¦n destaca por sus grabados. ¡°Fue excelente y un pionero en esta t¨¦cnica¡±, dice Paloma Alarc¨®. ¡°Pero queremos subrayar que la intenci¨®n es que se entienda a Munch en conjunto, no por sus iconos¡±.
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