Ronda, del videojuego a la calle
La ciudad malague?a que inspir¨® a Rilke es famosa por su gran Tajo y el vertiginoso puente Nuevo, sus vinos y sus tapas. Pero tambi¨¦n por un juego virtual creado por el japon¨¦s Kazunori Yamauchi, quien da nombre a una calle
Dif¨ªcilmente un viajero sabr¨ªa situar en un callejero el paseo de Kazunori Yamauchi. Es m¨¢s, le costar¨ªa creer que se encuentra en la localidad malague?a de Ronda. Convertida en un circuito de carreras virtual (en Gran Turismo 6), la ciudad del Tajo ha dado la vuelta al mundo de la mano de este director de videojuegos japon¨¦s. Una vuelta m¨¢s de otras tantas, por algo es el tercer destino m¨¢s visitado de Andaluc¨ªa. Por aqu¨ª pas¨® Rilke en el invierno de 1912. El poeta qued¨® fascinado por aquella ciudad ¡°atalayada de un modo fant¨¢stico¡±. Al borde de un abismo de v¨¦rtigo, Ronda, con 36.000 habitantes, se esmera en defender su pasado romano y ¨¢rabe, su tradici¨®n vin¨ªcola y su patrimonio cultural y natural.
8.30? En el coraz¨®n de la ciudad
Aproveche los primeros rayos de sol para dejarse impresionar por la majestuosidad del puente Nuevo (1), que desde el siglo XVIII une el casco antiguo con la Ronda moderna. Vale la pena asomarse a uno de sus balcones y contemplar esos casi cien metros de infarto. Para admirar de frente esta obra civil, culminada en 1793 por el arquitecto Mart¨ªn de Aldehuela, contin¨²e el paseo entre calles empedradas y balcones de forja hasta la plaza de Mar¨ªa Auxiliadora. A su izquierda, un sendero escalonado comunica la ciudad con las entra?as del Tajo. Los m¨¢s intr¨¦pidos pueden iniciar el d¨ªa con un paseo en globo (Glovento Sur) que les permitir¨¢ ver el Tajo a vista de p¨¢jaro.
10.00? Una fortaleza excavada
En el recorrido por el casco antiguo, su sinuoso urbanismo transporta al viajero hasta la Ronda musulmana, declarada reino independiente hace mil a?os. Muestra de la arquitectura andalus¨ª es la Casa del Gigante (2) (plaza del Gigante), uno de los palacios nazar¨ªes mejor conservados fuera de Granada, construido entre los siglos XIV y XV. Esta reci¨¦n rehabilitada vivienda con un patio de andenes debe su nombre a la escultura de origen fenicio que, tras una riada, encontr¨® su due?o. A un paso de este palacete se encuentra el alminar de San Sebasti¨¢n (3) (plaza de Abul Beka, s/n), y a unos cinco minutos el palacio del Rey Moro (4) (Cuesta de Santo Domingo, 9), donde se puede visitar la Mina, una fortaleza excavada en la roca con una escalera en zigzag que conduce hasta el fondo del Tajo y que sirvi¨® de c¨¢rcel para los esclavos cristianos que abastec¨ªan a la ciudad de agua. Tome aire para bajar y subir sus m¨¢s de 200 escalones. Tras un breve descanso en los jardines de Forestier, la ruta nos conduce hasta los ba?os ¨¢rabes (5) (calle del Molino de Alarc¨®n, 11), que conservan casi intacta su estructura: desde las diferentes salas hasta el acueducto que llevaba el agua de la noria a la caldera. Entre las an¨¦cdotas, la duquesa de Parcent quiso construir sobre ellos una pista de tenis.
12.30? Una ruta de bodegas
El aperitivo puede ser el momento perfecto para saborear los cada vez m¨¢s laureados vinos de Ronda. Y ello a trav¨¦s de una ruta que, en un radio inferior a los 30 minutos en coche, abarca 16 bodegas. Por ejemplo, la de Descalzos Viejos (6) (Partido de los Molinos, s/n), ubicada en la iglesia de un convento trinitario del siglo XVI y con unas impresionantes vistas a la Hoya del Tajo. La tradici¨®n vin¨ªcola en la zona se remonta a la ¨¦poca romana, tal y como reflejan los restos hallados en la bodega Morosanto (carretera Arriate-Setenil, kil¨®metro 1,6) o las monedas encontradas en Acinipo, yacimiento situado a 20 kil¨®metros. En la bodega Do?a Felisa-Chinchilla (Cordel del Puerto Alquejigal, s/n) se puede saborear un vino con vistas a esta antigua ciudad.
14.30? Del costillar al rabo de toro
De vuelta a la ciudad toca sentarse a la mesa. Situado junto a la iglesia de Santa Mar¨ªa la Mayor (7), el restaurante Carmen la de Ronda (plaza de la Duquesa de Parcent, 10) es un buen ejemplo de la gastronom¨ªa ronde?a. Convertido en un peque?o museo al torero Cayetano Rivera, ofrece platos como una mousse de pato con mascarpone o su costillar. Si considera un pecado marcharse de Ronda sin probar el rabo de toro, el restaurante Pedro Romero (8) (Virgen de la Paz, 18) sigue siendo la referencia. Cerca del Casino de Ronda, donde Blas Infante gest¨® el andalucismo, se degustan los mejores calzones en la pizzer¨ªa Michelangelo (Lorenzo Borrego, 5). A la hora del caf¨¦, descubra en la confiter¨ªa Las Campanas (9) (plaza del Socorro, 3) las yemas del Tajo, un dulce con alm¨ªbar, yemas de huevo y brandi.
16.30? La oveja, merina y grazaleme?a
Ronda se encuentra abrazada por los parques naturales de Grazalema, los Alcornocales y la Sierra de las Nieves. A cinco minutos de la ciudad, Reservatauro (10) (Ronda-Campillos, kil¨®metro 34) sumerge al visitante en una dehesa de encinas en la que se ve la cr¨ªa del toro bravo y el caballo de pura raza. La Algaba de Ronda (11) (Ronda-Algeciras, kil¨®metro 4,5) ofrece una ruta por un bosque mediterr¨¢neo habitado por razas andaluzas en peligro de extinci¨®n, como la vaca c¨¢rdena o la oveja merina grazaleme?a.
18.30? Callejeo por el pasado
La Alameda del Tajo (12) (Virgen de la Paz, 25) es un buen lugar para pasear. Cerca est¨¢ la plaza de toros y el paseo de Blas Infante, desde el que se ve uno de los mejores atardeceres. De camino al paseo de Kazunori Yamauchi, que bordea parte de las cornisas del Tajo, encontramos el tablao El Quinqu¨¦ (13), que ofrece espect¨¢culos flamencos en una animada atm¨®sfera. Tras pasar el puente Nuevo, podemos perdernos por callejuelas que conducen hasta el palacio de Mondrag¨®n (14) (plaza Mondrag¨®n, 5) o a la plaza de Sor ?ngela de la Cruz, donde el silencio y el misterio toman forma. Para reponerse, nada mejor que el hammam Aguas de Ronda (San Miguel, 12), junto a los antiguos ba?os ¨¢rabes.
21.30? Cena con vistas a la muralla
Una buena elecci¨®n para buscar sitio para cenar es continuar la ruta por la Cuesta de las Im¨¢genes (15). Adem¨¢s de ver la iglesia del Esp¨ªritu Santo, mandada construir por los Reyes Cat¨®licos, podr¨¢ comer con vistas a la morisca puerta de Almoc¨¢bar. En De Locos Tapas (16) (plazuela del Arquitecto Francisco Pons Sorolla, 7), atr¨¦vase a comer con los dedos el nido de huevos de codorniz y pida la panceta con salsa teriyaki. A pocos metros, en el restaurante Almoc¨¢bar (plaza del Ruedo Alameda, 5) podr¨¢ degustar su vieira con pur¨¦ de apionabo y trufa o su milhojas de cacao. Si busca las mejores vistas de Ronda, vaya al Predicatorio (17) (calle Empedrada). Para dormir, dos recomendaciones: los hoteles Alavera de los Ba?os (18) (Molino de Alarc¨®n, 2) y Acinipo (19) (Blas Infante, s/n).
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