La recepci¨®n del hotel The Principal est¨¢ en la sexta planta

Despu¨¦s del ¨¦xito obtenido con el hotel ?nico, en el barrio de Salamanca, el empresario catal¨¢n Pau Guardans se ha superado a s¨ª mismo con la elegante propuesta de un nuevo establecimiento en la Gran V¨ªa madrile?a, frente al C¨ªrculo de Bellas Artes. El edificio fue construido en 1917 por la Real Gran Pe?a, un club de arist¨®cratas y militares. Apenas un atril y una escalera retorcida hacen sospechar la existencia de un alojamiento tur¨ªstico, si no es porque un vallet y un portero de librea gu¨ªan prontamente al viajero hacia la sexta planta. Ah¨ª se encuentra la recepci¨®n, convertida en un sal¨®n de aires brit¨¢nicos decorado con sillones Chester, librer¨ªas y una chimenea encendida.

M¨¢s all¨¢ de su funci¨®n, el sal¨®n se abre a una cafeter¨ªa polivalente donde citarse con el exterior y a un restaurante gastron¨®mico dirigido por Ram¨®n Freixa. Una terraza panor¨¢mica corona el edificio. Algo deslavazada del conjunto se ve una barra a la salida del ascensor, qui¨¦n sabe con qu¨¦ utilidad. Mejor ambientado parece el cenador del fondo, no tan expuesto a las ventoleras, protegido del sol mediante una tolder¨ªa roja.

Pilar Garc¨ªa Nieto y un equipo de interioristas del estudio barcelon¨¦s Luzio firman la decoraci¨®n integral del establecimiento. El ambiente creado es serio sin ser riguroso. Atrevido sin ser estrafalario. Abrigado sin ser introvertido. No esconde una contundente influencia neoyorquina que respeta los altos techos, los grandes ventanales, las barandillas de forja y otros detalles originales del edificio. Desenfadada si no divertida, c¨®moda si no placentera, culta si no intelectual.

La atenci¨®n aqu¨ª es un lujo bien medido. Desde los porteros, capaces de tomar amablemente la iniciativa, hasta las camareras de piso, a las que confiar el planchado urgente de una camisa. Solo falla en el desayuno, pues el caf¨¦ no se sirve en mesa y los churros son incomestibles. Inaceptable en un hotel de esta categor¨ªa.

Por el contrario, las habitaciones gozan de una calidez atemporal y moderna, enfundadas en tonalidades suaves y naturales, con terciopelos, linos, m¨¢rmoles y maderas macizas que rubrican la sobriedad arquitect¨®nica, junto al fondo art¨ªstico del pintor Albert Coma o un mito del dise?o como la BKF, popularmente conocida como silla Bonet. Bancos indios de los a?os cuarenta, consolas de los cincuenta, l¨¢mparas de los setenta¡­ Hasta la insonorizaci¨®n marca un antes y un despu¨¦s de la rehabilitaci¨®n tur¨ªstica de la Gran V¨ªa.

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