?vila, una delicia
Palacios renacentistas y edificios modernos, huellas del misticismo y paseos en ¡®tuk-tuk¡¯, restaurantes, sabrosas tapas y pistas literarias para una escapada de fin de semana
S¨®lida, pura, impenetrable. La muralla de ?vila traza el perfil de la ciudad de una forma que desborda postales y fotos de los turistas. ¡°Un diamante de piedra berroque?a dorado por los soles de siglos¡±, en palabras de Miguel de Unamuno. El recinto amurallado y las iglesias rom¨¢nicas alrededor le valieron a la localidad castellana, de 60.000 habitantes, la declaraci¨®n de patrimonio mundial en 1985. Pero adem¨¢s ?vila brilla con sus palacios renacentistas, jardines escondidos, pistas literarias y una gastronom¨ªa exquisita.
¡°La muralla es incre¨ªblemente perfecta (¡), una caja de cantos ¨ªntegra, rectangular¡±, escribi¨® el poeta Dionisio Ridruejo. Muchos otros escritores (Blas de Otero, Azor¨ªn, Cela, Mara?¨®n) han cantado las alabanzas de la ¨²nica fortificaci¨®n defensiva medieval que ha llegado completa al siglo XXI. Antes, en el XIX, el Ayuntamiento proyect¨® demolerla en pos del progreso. Por suerte, no logr¨® financiaci¨®n. Hoy, este icono sobrio, castellano, se despliega a lo largo de 2,5 kil¨®metros y mantiene erguidas 87 torres y unas 2.500 almenas. La mejor manera de disfrutarla es desde arriba. Se recomienda entrar por la Casa de las Carnicer¨ªas, donde una gran maqueta preludia la visita, y enfilar desde ah¨ª, despacio, las empinadas escaleras. No subimos: vamos atr¨¢s en el tiempo. Nueve siglos. El adarve, situado a unos 12 metros del suelo, es un paseo delicioso entre almenas y puertas defensivas, que se inicia desde la catedral, adosada a esta joya p¨¦trea, y contin¨²a por la bas¨ªlica de San Vicente y los tejados, unos de casas nobles, otros de casas humildes, para desembocar en el r¨ªo Adaja, atravesado por un puente rom¨¢nico. Pueden recorrerse 1,7 kil¨®metros.
Palacios y castros
?vila cuenta con unos 30 palacios y casonas nobles, la mayor¨ªa del siglo XVI, periodo de esplendor de la ciudad. Suelen tener un gran patio como elemento centralizador y dos pisos. Un buen ejemplo para empezar es el palacio de los Verdugo, hoy archivo municipal y sede de las ciudades espa?olas patrimonio mundial. Su patio tiene cuatro lados porticados, columnas de granito gris¨¢ceo y una decoraci¨®n de escudos, arcos y dinteles.
Es magn¨ªfico el palacio de Polentinos, con portada ornamentada al estilo plateresco y un patio cuadrangular con cinco capiteles d¨®ricos en cada lado, adem¨¢s de dinteles tallados y blasones her¨¢ldicos. El edificio alberga un museo militar. Se puede entrar tambi¨¦n al palacio de los Velada, hoy hotel y restaurante, para tomar un caf¨¦ admirando su patio porticado de tres pisos, el tercero adintelado. Fuera, un torre¨®n decorado con escudos. El palacio de los D¨¢vila, del siglo XIII, parece una continuaci¨®n de la muralla: est¨¢ adosado a la misma por el lado interior y se construy¨® con los mismos materiales. Es un buen ejemplo de palacio medieval fortificado. Otros palacios visitables son los de N¨²?ez Vela y los Guzmanes.
En el exterior de algunos palacios, como el de los Verdugo, y en varias plazas de la ciudad sorprenden los verracos: esculturas de granito de herencia vetona (los ¨ªberos de la zona), de entre 2.000 y 2.700 a?os de antig¨¹edad. Para ahondar en esta cultura celta puede hacerse una excursi¨®n a alguno de los tres castros que est¨¢n en los alrededores de la capital: las Cogotas, muy accesible; Ulaca, en medio de una ruta senderista por la monta?a, y Chamart¨ªn de la Sierra, muy bien restaurado.
La relaci¨®n entre las piedras berroque?as, el paisaje de encinas y la cultura celta vetona inspir¨® al artista Agust¨ªn Ibarrola para realizar una de sus actuaciones art¨ªsticas en Mu?ogalindo, a unos 15 minutos de la capital. El resultado es Ibarrola en Garoza (4 euros con audiogu¨ªa), un conjunto de 115 enormes piedras pintadas con formas y colores que se visitan mediante una red de senderos. La obra se enmarca en su serie Bosques, que arranc¨® en el Bosque de Oma (Bizkaia).
Huellas del misticismo
¡°Esto es ?vila: caballer¨ªa y misticismo¡±, escribi¨® Gregorio Mara?¨®n. El clima, fr¨ªo, y el recinto amurallado han alentado desde siempre la espiritualidad. No en vano la ciudad acogi¨® a los dos grandes m¨ªsticos espa?oles, santa Teresa de Jes¨²s y san Juan de la Cruz. ¡°Viendo ?vila se comprende c¨®mo y de d¨®nde se le ocurri¨® a santa Teresa su imagen del castillo interior¡±, dej¨® escrito Unamuno. Las huellas de ambos pueden seguirse en el convento y museo de Santa Teresa y en el monasterio de la Encarnaci¨®n. Est¨¢ adem¨¢s el Centro de Interpretaci¨®n del Misticismo.
La bas¨ªlica de San Vicente es ¡°la iglesia rom¨¢nica m¨¢s importante de la ciudad y una de las m¨¢s significativas del rom¨¢nico castellano¡±, explica Antonio Momplet, profesor de la Universidad Complutense y autor de Tipolog¨ªa de la iglesia rom¨¢nica en el Reino de Castilla. ¡°Sigue el modelo constructivo que se establece a finales del siglo XI, aunque se construye ya en el XII¡±, a?ade. Dentro aguarda el cenotafio de los m¨¢rtires: un sepulcro que narra en vi?etas muy detalladas la vida y martirio de los santos Vicente, Sabina y Cristeta. Un aut¨¦ntico c¨®mic medieval. El profesor tambi¨¦n aconseja visitar una iglesia menos conocida, la de San Andr¨¦s, ¡°posiblemente la m¨¢s antigua de ?vila¡±.
Gu¨ªa
Informaci¨®n
- La muralla de ?vila. La entrada para recorrerla cuesta 5 euros y abre de martes a domingo, de 10.00 a 20.00; en julio y agosto, tambi¨¦n los lunes.
- Turismo de ?vila.
- Palacio de Congresos.
- Provincia de ?vila.
- Servicio de Tuk-Tuk (669 40 92 84; 5 euros).
- santateresadejesus.com
- basilicasanvicente.com
- catedralavila.vocces.com
M¨¢s que un templo cristiano, la catedral de ?vila parece una fortaleza: est¨¢ adosada a la muralla y su ¨¢bside sobresale de esta (lo llaman ¡°cimorro¡±). Ten¨ªa labores defensivas, como lo demuestran sus almenas, y fue el laboratorio del g¨®tico espa?ol. ¡°Es uno de los primeros intentos de construir con vocabulario arquitect¨®nico g¨®tico, y aunque est¨¢ llena de fallos estructurales, eso no le quita m¨¦rito, porque desarrolla una tipolog¨ªa arquitect¨®nica que en ese momento era experimental¡±, dice Momplet. En su interior, vidrieras del siglo XV, un trascoro plateresco y un retablo iniciado por Berruguete. Hay que reservarse unos minutos para contemplar el sepulcro renacentista de Alonso de Madrigal, el Tostado, la obra maestra de Vasco de la Zarza, una magn¨ªfica figura de alabastro que muestra la casulla bordada, las punteras de los pies y el guante fin¨ªsimo (se construy¨® entre 1520 y 1524). En el claustro g¨®tico de la catedral, con b¨®veda de crucer¨ªa, est¨¢n enterrados en tumbas contiguas Claudio S¨¢nchez-Albornoz, presidente del Gobierno republicano en el exilio, y Adolfo Su¨¢rez, art¨ªfice de la Transici¨®n tras la muerte de Franco en 1975.
?ltima parada m¨ªstica en el monasterio de Santo Tom¨¢s, donde est¨¢ enterrado don Juan, hijo de los Reyes Cat¨®licos. Su sepulcro, de 1513, esculpido por Domenico Fancelli en G¨¦nova, muestra al infante vestido de guerrero, tumbado en una pose tranquila. Los pliegues de la ropa est¨¢n tallados con gran detalle. Interesante tambi¨¦n el claustro del Silencio, con sus 38 arcos polilobulados en la segunda planta.
Nuevos aires
¡°?vila es la ciudad sin tentaciones¡±, bromea el escritor Juan Mart¨ªnez de las Rivas, que se traslad¨® aqu¨ª desde Madrid para rehabilitar la Finca G¨¹ell, un maravilloso jard¨ªn de tipo espa?ol dise?ado en 1921 por Javier Winthuysen que constituye una de las grandes sorpresas de la ciudad. Otra es Lienzo Norte, el palacio de congresos con auditorio obra del arquitecto Patxi Mangado. M¨¢s pol¨¦micos, por su volumetr¨ªa y complicado encaje en un entorno hist¨®rico, fueron los dos edificios construidos por Rafael Moneo en el Mercado Grande, flanqueados por la iglesia rom¨¢nica de San Pedro (frente a la cual, en el siglo XV, Torquemada presid¨ªa los autos de fe contra los jud¨ªos conversos) y la puerta de la muralla.
Un negocio ¨²nico es Caldeandr¨ªn Ediciones (Reyes Cat¨®licos, 14), curiosa librer¨ªa de viejo regentada por dos amantes de la literatura, la cubana ?Mayda Anias y el abulense Jes¨²s Arribas. Publican libros y conocen los secretos de la ciudad. ¡°Hace poco se descubri¨® un pasadizo que conectaba la catedral con el Episcopio, donde pudo estar el taller de canteros del maestro Fruchel¡±, cuenta Arribas. Y propone una pista: ¡°El parque de la Vi?a, apenas visitado por los turistas porque est¨¢ lejos de los monumentos. Tiene mucho encanto y posee una gran variedad de ¨¢rboles¡±. Otra idea es visitar la ciudad en los tuk-tuk (triciclos motorizados) que efect¨²an un recorrido por los principales monumentos. Entre sus paradas, el mirador de los Cuatro Postes, desde el que se contempla la panor¨¢mica t¨ªpica de las postales. Y es que en ?vila todo, lo nuevo y lo viejo, empieza y acaba en la muralla.
De yemas y tapas
Opciones para comer y cenar
La gastronom¨ªa es la gran tentaci¨®n de la m¨ªstica ?vila. Desayunamos en La Flor de Castilla (plaza de Jos¨¦ Tome, 4), donde elaboran las cl¨¢sicas yemas de santa Teresa. Para tapear hay que ir a los alrededores del Mercado Chico: el jabal¨ª guisado triunfa en Gredos (Comuneros de Castilla, 4); Don Camilo (Vallesp¨ªn, 7) permite probar platos como los judiones de ?vila. Fuera de la zona, en Barbacana (plaza de Santa Teresa, 8) elaboran las t¨ªpicas patatas revolconas, y La Bodeguita (San Segundo, 19) es ideal para tomar unos vinos.
El restaurante Alcaravea (plaza de la Catedral, 15) ofrece platos tradicionales actualizados como el carpaccio de solomillo de buey con aceite de oliva; El Almac¨¦n (carretera de Salamanca, 6), m¨¢s all¨¢ del r¨ªo, prepara el t¨ªpico chulet¨®n de ?vila y tambi¨¦n cochinillo confitado con frutos secos; Las Cancelas (Cruz Vieja, 6) tiene muy buenas croquetas, y el Palacio de los Sofraga (L¨®pez N¨²?ez, 1), cuyo patio da a la muralla, combina el chulet¨®n con el crujiente de rabo de toro.
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