Alucinando con la bioluminiscencia
10 playas y lagunas donde un ba?o de noche se convierte en una experiencia ¨²nica gracias a organismos vivos luminosos
La bioluminiscencia es el proceso por el que ciertos organismos vivos crean una reacci¨®n qu¨ªmica que emite luz, normalmente por motivos defensivos o depredadores. En todo el mundo existen mares donde, si nos ba?admos de noche, se puede experimentar de cerca este fascinante fen¨®meno. Parece como si uno estuviera ba?¨¢ndose en un mar de diminutas estrellas que se encienden a nuestro paso. Una experiencia alucinante. Aqu¨ª van diez lugares para descubrir la bioluminiscencia marina.
1 Laguna Grande, Fajardo, Puerto Rico
Varios de los lugares m¨¢s populares del planeta para observar el fen¨®meno de la bioluminiscencia se encuentran en la isla de Puerto Rico. En el caso de esta isla son las concentraciones de dinoflagelados los que iluminan la oscuridad. Los mejores lugares para verla son la Laguna Grande y la bah¨ªa Bioluminiscente, aunque los apagones que han sufrido en los ¨²ltimos tiempos tienen en vilo a los que viven de ense?arlas a los turistas.
2 Manialtepec, Oaxaca, M¨¦xico
Al final de 20 kil¨®metros de playa virgen (salvo por un condominio) se encuentra la entrada de la laguna de Manialtepec. Este estuario de Oaxaca guarda en sus someras aguas microorganismos bioluminiscentes. Estos se iluminan de un color verdoso al contacto con el movimiento, creando efectos alucin¨®genos en los ba?istas nocturnos. En la oscuridad de la luna nueva se confunden las estrellas con el plancton, el cielo y la laguna. Rodeado de manglar, esta masa de agua es durante el d¨ªa un excelente observatorio de aves migratorias.
3 Bah¨ªa Toyama, Honshu, Jap¨®n
La bioluminiscencia de esta bah¨ªa japonesa impone algo m¨¢s de respeto, pues los ejemplares que la crean pueden alcanzar el tama?o de la palma de una mano. Se trata del calamar luci¨¦rnaga, arrastrado por las corrientes primaverales a las playas de esta prefectura del norte central de Jap¨®n. Posee ¨®rganos fot¨®foros al final de sus tent¨¢culos, cuya luz azul atrae presas en las profundidades marinas, hasta que al llegar la primavera acaba siendo una pesca f¨¢cil para los japoneses.
4 Isla Vaadhoo, Maldivas
Las orillas de Vaadhoo, una de las islas de la Rep¨²blica de Maldivas, se convierten por la noche en un lienzo moteado de salpicaduras azules cuando el fitoplancton se acumula all¨ª. La prote¨ªna llamada luciferina que se encuentra en estos microorganismos reacciona al contacto con el ox¨ªgeno gracias a una enzima (luciferasa), generando esta reacci¨®n qu¨ªmica lum¨ªnica. Este fen¨®meno recurrente en Vaadhoo se ha observado puntualmente en playas de todos los continentes del mundo; sin embargo, la dificultad reside en conocer cu¨¢ndo volver¨¢ a manifestarse.
5 Laguna Encantada, Islas del Rosario, Colombia
Nombre enigm¨¢tico para describir una laguna que cumple con todos los requisitos para iluminarse en las noches oscuras. Manglar, tranquilidad y aguas c¨¢lidas y poco profundas. En este punto del mar Caribe se cre¨® hace casi 30 a?os el parque nacional Corales del Rosario y de San Bernardo, muy cerca de Cartagena de Indias: el conjunto coralino m¨¢s importante de Colombia.
6 Bah¨ªa Mosquito, Isla Vieques, Puerto Rico
En Vieques, una de las hermanas peque?as de la isla de Puerto Rico, se encuentran tres bah¨ªas en las que disfrutar del fen¨®meno de la bioluminiscencia. La mayor y la que suele contar con las condiciones ideales a lo largo del a?o es la bah¨ªa Mosquito. Tap¨®n y Puerto Ferro la acompa?an dependiendo de las condiciones. Al contacto con la mano (y con los peces, y con las corrientes¡) los dinoflagelados se iluminan. Esta bah¨ªa fue reconocida hace 10 a?os en el libro Guinness de los r¨¦cords como la m¨¢s brillante del mundo.
7 Koh Rong, Camboya
La segunda isla m¨¢s grande de Camboya, Koh Rong, tambi¨¦n disfruta del espect¨¢culo nocturno bioluminiscente. Esta isla, alejada del turismo sudasi¨¢tico hasta no hace mucho, ya nota desde hace unos a?os la llegada masiva de los turistas. Las excursiones para sumergirse rodeado de reacciones bioluminiscentes son baratas y populares. Todo rodeado de un para¨ªso en el que se ha rodado m¨¢s de una edici¨®n del programa de supervivencia m¨¢s conocido del mundo.
8 Cuevas Waitomo, Nueva Zelanda
Sin ser propiamente una laguna, tambi¨¦n hay que meterse en el agua para disfrutar de estos destellos. Envidioso de sus cielos estrellados, el subsuelo kiwi se puso a trabajar. M¨¢s bien las larvas de Arachnocampa luminosa, conocidas en suelo neozeland¨¦s como glow worms (luci¨¦rnagas). Esta especie de mosquito produce luz para atraer presas en el m¨¢s de un semestre que dura su etapa larval, lo que viene a ser la mayor¨ªa de su vida; los ejemplares adultos ni siquiera se alimentan para morir a los pocos d¨ªas. Adheridas con hilos de seda al techo de la cueva de Waitomo, en la isla norte de Nueva Zelanda, lucen sus abd¨®menes luminosos mientras nada las perturbe.
9 T¨²nel de Newnes, Nueva Gales del Sur, Australia
Una lista que enumere seres vivos extra?os siempre reserva un lugar para Australia. En este caso por un t¨²nel que asemeja las condiciones de las cuevas neozelandesas de Waitomo. Este abandonado t¨²nel ferroviario est¨¢ enclavado en el parque nacional Wollemi, a unos 200 kil¨®metros al noroeste de S¨ªdney. Los 400 metros de t¨²nel de giros pronunciados se excavaron a principios del siglo XIX para llegar a una zona minera, y ahora son el curso de un riachuelo. Cuando todo se acab¨® llegaron los mosquitos, y con ellos sus luces. La senda que lleva al t¨²nel es muy conocida en una zona por la que transcurren algunos de los m¨¢s de 5.000 kil¨®metros del camino se?alizado m¨¢s largo del mundo, el Sendero del Bicentenario Nacional.
10 Laguna Luminous, Falmouth, Jamaica
En el lugar donde nacieron Usain Bolt y Ben Johnson las aguas brillan, qui¨¦n sabe si tendr¨¢ algo que ver. Lo que s¨ª se conoce es la relaci¨®n entre la enorme cantidad de dinoflagelados que se re¨²nen en las aguas de la Laguna Luminosa, cerca de la ciudad jamaicana de Falmouth. Un chapuz¨®n en sus aguas convierte los brazos en ondas de energ¨ªa, como si el visitante respetuoso se hubiese colado en unos dibujos animados japoneses.
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