Ibiza fuera de temporada
Buena comida con vistas al mar y paseos por la playa fuera de temporada. La isla ofrece ahora una cara menos bulliciosa pero m¨¢s aut¨¦ntica que en verano

La mejor manera de iniciar una aventura es dejar que detr¨¢s de nosotros algo se derrumbe. Una fiesta continua, una bonita historia de amor, lo que sea. Algo. Una isla es un d¨ªa de verano, siempre los veranos mirando lo que ocurre. Pero los veranos terminan, como todo, y vuelven a tener sentido las paradas de autobuses y la m¨²sica que s¨ª se puede silbar. Nada se pierde una vez el mundo ha dejado de bailar al son de Ibiza. Es m¨¢s, en el momento que lo deslumbrante ha pasado, es cuando de verdad se debe mirar a la pitiusa a los ojos, y entonces disfrutarla.
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Ibiza no llega tarde a nada. Al contrario, en las islas, fuera de temporada, existe esa sensaci¨®n de que el tiempo nos sobra. De alguna manera los d¨ªas se hacen m¨¢s cortos, pero sus horas corren m¨¢s despacio. Una vez aterrizados lo mejor es pasar por el hostal Mar y Sal (De la Canal, s/n, Sant Josep de sa Talaia), frente al mar y cercano al aeropuerto. Con servicio a todas horas, ofrece un buen muestrario de lo que es la gastronom¨ªa y el ambiente ibicenco. All¨ª, tomando una buena carne a la brasa, me top¨¦ con un pianista itinerante, que de verdad ten¨ªa las manos finas de m¨²sico, y que me cont¨® que hac¨ªa diez a?os que no beb¨ªa, que ahora parec¨ªa m¨¢s joven y que su hija se iba a casar. ¡°Tengo que hacerme con unos buenos zapatos¡±, me dijo.
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Mesa a la vista
Las distancias siguen siendo grandes, aunque acaso m¨¢s simples que en verano, con lo que despu¨¦s del Mar y Sal quiz¨¢ sea una buena ocasi¨®n para dar un paseo por la vecina playa de ses Salines, la favorita de los guapos de temporada y un lugar ideal para ver atardecer y tomar una copa en el Jockey Club (playa de ses Salines, Sant Josep), donde encontrar una mesa ahora no ser¨¢ una odisea. El ambiente all¨ª es casi familiar. Son locales de moda, pero llenos de flexibilidad, algo muy de agradecer en este mundo enloquecido. Este mundo cuyas vibraciones, pienso a veces, tambi¨¦n terminar¨¢n por derribar a Ibiza de su trono. Alg¨²n d¨ªa.
La cala de Sant Vicent tiene el agua m¨¢s transparente del mundo. Aqu¨ª se construyeron los primeros hoteles
En verano nada est¨¢ lo suficientemente quieto como para verlo bien. Ni siquiera los puestos de los mercadillos, sus anillos, sus fulares, su regateo. Las conversaciones a la deriva del tiempo que ha pasado, ?y la familia?, tu mujer se parece a Julia Roberts, se parec¨ªa, ?ya no se parece?, ya no es mi mujer. Nada resulta accesible cuando el calor y la muchedumbre aprietan. Tras ellos se esconden los ¨²ltimos vestigios hippies de la isla, todos aquellos j¨®venes en realidad audaces que ya no son lo que eran, pero que llegaron a Ibiza como h¨¦roes extra?os, rompiendo moldes y motores. Lo m¨¢s hippy de Ibiza lo veremos seguramente en el Bar Anita (Lugar Barri Sant Carles, s/n), donde puede uno desayunar, comer algo r¨¢pido y hasta tener un apartado de correos, que no se me ocurre cosa m¨¢s bonita en esta vida.

Muy cerca, al norte de la isla, encontramos Las Dalias (carretera de Santa Eulalia a San Carlos de Peralta), el mercado por excelencia, abierto todo el a?o y tambi¨¦n con restaurantes, conciertos y fiestas. Por el camino uno puede detenerse en Santa Eulalia y disfrutar de la rica comida, casera pero ex¨®tica, de Canasuni (Maria Piquer Wals, 6), o tomar algo en el chiringuito de Atzar¨® Beach (carretera de Sant Joan, kil¨®metro 15), que cuenta tambi¨¦n con un lujoso hotel rural que viene a mejorar la atractiva oferta agrotur¨ªstica de la isla.
Para tomar una copa, que una cosa es visitar la isla fuera de temporada y otra muy distinta perder los nervios, no he encontrado ning¨²n lugar ¡ªtampoco cuando veraneaba all¨ª¡ª como el Teatro Pereyra (calle del Conde de Rossell¨®, 3), un piano bar abierto a todas horas que es en realidad una sala de conciertos de alt¨ªsima calidad, con m¨²sica en directo y a diario.

Cala Sant Vicent
Son las once de la ma?ana y el d¨ªa ha empezado hace ya unas tres horas para casi todo el mundo. Un d¨ªa laborable en Ibiza. Aun as¨ª, todav¨ªa es posible cruzarse con algunos a los que les sigue en las pupilas el brillo del verano como bombillas azules y amarillas y rojas y verdes. Reunidos en torno a una mesa llena de jarras de cervezas y paquetes de tabaco, la parroquia trata de pasar la ma?ana de la forma m¨¢s relajada posible. Es mi¨¦rcoles por la ma?ana, pero da la impresi¨®n de que para ellos podr¨ªa ser cualquier otro d¨ªa de la semana. Las jarras se llenan, y despu¨¦s se vac¨ªan. La cala Sant Vicent tiene el agua m¨¢s transparente del mundo. Aqu¨ª se construyeron los primeros hoteles de la isla, entrados los a?os treinta. Ya no queda ni rastro de los bailarines de lujo que hace nada poblaban la isla.
Entre Sant Miquel y Sant Joan se encuentra la calita de Es Portitxol, con sus casetas varadero de pescadores
El hostal Pou des Lle¨® (Es Pou des Lle¨®, s/n; es.poudeslleo.com) es un buen lugar para comer despu¨¦s del paseo. Las vistas a la misteriosa isla privada de Tagomago, con forma de ballena y una solitaria villa, pueden acompa?arse con algunos de los mejores pescados y arroces de la isla. Adem¨¢s, la especialidad de la casa es el bullit de peix, guiso ibicenco por excelencia a base de pescado de roca, patata cocida y un remate de arroz caldoso que lo hace especialmente apetecible ahora.

La fiesta de los tambores
Toda una tarde por delante, rondan las cinco y cuarto. En Porti?natx, al norte de la isla, cerca de Sant Joan de Labritja, encontramos una bonita ruta por calas y playas donde ahora se bucea y antes hab¨ªa piratas. Cala Xarraca, la calita de S¡¯illot des Rencl¨ª, cala Xuclar y la propia Portinatx, con su Club Hotel Portinatx para los que m¨¢s se quieran cuidar (Cala Portinatx, Sant Joan de la Labritja; www.club-hotel-portinatx.bghotels.com). La playa de Benirr¨¤s est¨¢ pr¨®xima. All¨ª se celebra los domingos de verano la famos¨ªsima fiesta de los tambores.
Muy cerca del puerto de Sant Miquel podemos visitar la cueva de Can Mar?¨¤, de m¨¢s de 100.000 a?os de antig¨¹edad y en su d¨ªa descubierta por contrabandistas que guardaban all¨ª sus mercanc¨ªas. De vuelta, los sem¨¢foros cambian de color. Alguien grita no. Un callej¨®n a mi derecha. Era por ah¨ª, dice L, mi compa?era de viaje.

Con lentitud, la tarde avanza a nuestro alrededor. A medio camino entre Sant Miquel y Sant Joan se encuentra la calita de Es Portixol, con sus casetas varadero de pescadores. De dif¨ªcil acceso, merece la pena el esfuerzo. Con las mismas caracter¨ªsticas, pero al otro lado de la isla, cala Mastella y su m¨ªtico El Bigotes (Camino Cala Boix a Cala Mastella, 138T), tambi¨¦n con bullit. O, mejor dicho, solo con bullit, sin preguntar, para todos los que se dejen caer por ah¨ª a la hora del almuerzo.
Visita imprescindible resultan tambi¨¦n cala Comte, formada por las playas de cala Conta y Rac¨® d¡¯en Xic, y cala d¡¯Hort, una preciosa playa frente a la imponente Es Vedr¨¤, roca cuyo tama?o y silueta decoran y dan luz, incluso cuando el sol no quiere, a toda la playa.
Esta ma?ana el brillo del sol marcaba el ritmo. Pasadas las horas es la luna la que se tira sobre la marea. As¨ª son las cosas. Todo sigue tranquilo. Se encienden las luces. En el entorno de Sant Antoni, aunque lo suficientemente lejos como para mantener alejadas a las fieras y sus camisetas apretadas, est¨¢ cala Graci¨® y su Fiesta Hotel (Carretera de Cala Graci¨®, s/n), solo para adultos pero que en contra de su nombre es tranquilo y perfecto para una estad¨ªa que busque el descanso.

A finales de abril empezar¨¢n a salir del letargo otros muchos locales que en la temporada de invierno permanecen cerrados, y el calor llenar¨¢ de gente las terrazas y disipar¨¢ el h¨²medo silencio al que se abandona ahora la isla. Volver¨¢n a la caja registradora las pieles morenas, las gafas de sol, las faldas cortas y las camisetas apretadas. La alegr¨ªa contenida de algunos se mezclar¨¢ con el trabajo desbordante para otros. Y habr¨¢ gritos, y besos, y conversaciones de madrugada, y ceniceros llenos, y cuerpos en reposo, y sonrisas compartidas. Despu¨¦s terminar¨¢ el verano, otra vez. De eso estoy seguro. Y vendr¨¢ el peligro de las buenas intenciones, y volver¨¢n los prejuicios aparcados, y vendr¨¢ la tonter¨ªa de las promesas. Y volver¨¢n los paraguas.
Cuando Ibiza se esconde, su belleza se asoma.
Pedro Letai es autor del poemario Todos los aviones (editorial Lastura).
Pistas secretas
1 Un mercadillo. El de San Juan se celebra los domingos en Sant Joan de Labritja. Un hervidero de vitalidad propia del norte ibicenco entre productos artesanales y ecol¨®gicos. Hay actuaciones en vivo.
2 Una puesta de sol. Una de las mejores se vive en el hostal La Torre. Tanto en las mesas (reservar) como llev¨¢ndose uno el mojito hasta los bancos entre las rocas. DJ el fin de semana.
3 Un plan musical. Can Jordi Blues es un bar y tienda de alimentaci¨®n que todo ibicenco conoce y adora (carretera de Sant Josep, kil¨®metro 7,7). M¨²sica en vivo los viernes noche y los s¨¢bados al mediod¨ªa. Pulpo gallego, los s¨¢bados.
Dalt Vila, la ciudad fortificada
El paseo por Dalt Vila (n¨²cleo hist¨®rico) de Ibiza capital se puede realizar con audiogu¨ªa (6 euros) y, los s¨¢bados, en una visita teatralizada con corsarios. El campanario de la catedral acapara la atenci¨®n, as¨ª como el recorrido por los baluartes (?donde cada vez se celebran m¨¢s bodas!), seguido del entramado de calles en el que dejarse llevar por el azar. El baluarte de Santa Luc¨ªa, que domina el puerto, alberga un espacio multicultural. Vemos tambi¨¦n la necr¨®polis fenicio-p¨²nica, una de las m¨¢s importantes del Mediterr¨¢neo, declarada patrimonio mundial, o el poco conocido Museo Puget, casa palaciega del siglo XV que custodia paisajes de la isla. Quienes deseen dormir intramuros tienen a mano el hotel La Ventana y el lujoso La Torre del Can¨®nigo. Guillermo Esa¨ªn
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