Vanguardia y horchata en Alicante
El MACA y el Centro de Gimnasia R¨ªtmica conforman una ruta en la que arte y arquitectura se relacionan
Gracias a las donaciones que me hicieron tan ilustres artistas como Eduardo Chillida o Fernando Z¨®bel, os entrego esta colecci¨®n, hecha con sacrificios, para que la cuid¨¦is y quer¨¢is como yo la he amado¡±. El principal representante espa?ol del arte cin¨¦tico, Eusebio Sempere (1923-1985), escribi¨® esta dedicatoria en 1977, cuando cedi¨® a la ciudad de Alicante la colecci¨®n que hab¨ªa ido reuniendo a lo largo de su vida. Hijo de obreros fabricantes de mu?ecas de cart¨®n de Onil, al norte de Alicante, Sempere conoc¨ªa la capacidad conmovedora del arte. Tambi¨¦n la necesidad de ganarse la vida. Por eso, con la democracia reci¨¦n estrenada, aludi¨® a la responsabilidad social del artista para compartir, ocho a?os antes de morir, su colecci¨®n, una serie de obras que a¨²n estaba pagando ¡ªseg¨²n asegur¨® en la inauguraci¨®n¡ª firmadas por destacados artistas del siglo XX.
As¨ª, aunque ese generoso grupo de lienzos dio vida a uno de los primeros museos de arte contempor¨¢neo que se inauguraron en Espa?a, hoy el renovado, y rebautizado, Museo de Arte Contempor¨¢neo de Alicante (MACA) sigue siendo un gran desconocido. Por eso la sorpresa al pasear entre obras de Picasso, Juan Gris, Calder, Chagall, Arp, Giaco?metti, Mir¨®, Oldenburg, Dal¨ª o Chillida es may¨²scula cuando uno siente que, adem¨¢s de resumir medio siglo de vanguardia pict¨®rica, lo que all¨ª se muestra son obras clave, lienzos elegidos por el ojo de un artista. Hasta el 22 de mayo, al conjunto se le a?ade el cuadro de Magritte La Belle Soci¨¦t¨¦, un pr¨¦stamo de la Colecci¨®n Telef¨®nica.
En el casco antiguo de la ciudad, junto a la bas¨ªlica de Santa Mar¨ªa, este Museo de Arte Contempor¨¢neo de Alicante se inaugur¨® ocupando la antigua sede de La Aseguradora ¡ªel edificio civil m¨¢s antiguo de la ciudad, que antes hab¨ªa sido almac¨¦n de cereales y escuela de comercio y que data de finales del siglo XVII. Hace cinco a?os, los arquitectos Juan Carlos Sancho y Sol Madridejos lo ampliaron con un volumen p¨¦treo entre medianeras que, sin embargo, rinde homenaje al arte cin¨¦tico con el efecto moir¨¦ de alguno de sus acabados y con los din¨¢micos ritmos de juegos de luz que atraviesan sus salas.
Merece la pena perderse en el interior de esta grandiosa instalaci¨®n deportiva del arquitecto Enric Miralles
As¨ª, si el MACA se descubre como un museo-joya, un cofre de sorpresas que resume con intensidad la vanguardia pict¨®rica posterior a la Segunda Guerra Mundial, la vanguardia arquitect¨®nica que representa su contenedor es, como la propia obra de Sempere, de orden geom¨¦trico. En este edificio la solidez de la piedra y el vuelo del aire compiten en una serie de patios que bien podr¨ªan rendir homenaje a Victor Vasarely, el padre del op-art, tambi¨¦n presente en la colecci¨®n cedida por Sempere. Adem¨¢s de ese muestrario vanguardista, este museo aloja tambi¨¦n los espl¨¦ndidos legados del propio Sempere y de la artista alicantina Juana Franc¨¦s (1924-1990), que alg¨²n d¨ªa ser¨¢ reivindicada como una de las primeras pintoras metaf¨ªsicas espa?olas.
Una visita al MACA, no hablemos ya de su descubrimiento, justificar¨ªa un viaje a Alicante. Se podr¨ªa completar con un cl¨¢sico al lado del mar, con comida en uno de los muchos restaurantes de la zona o con el disfrute de una horchata en el barrio de Santa Cruz. Pero lo que verdaderamente redondear¨ªa la visita ser¨ªa llegar hasta el parque Ruiz de Alda (conocido como Monte Tossal) y entrar en el Centro de Gimnasia R¨ªtmica que el arquitecto Enric Miralles inaugur¨® all¨ª en 1993.
Merece la pena perderse en el interior de esta grandiosa instalaci¨®n deportiva, porque si el edificio del ?MACA explica c¨®mo la modernidad y la geometr¨ªa pura pueden contribuir a cohesionar la ciudad antigua, este micromundo ¡ªcon la firma del autor del Parlamento escoc¨¦s¡ª descubre que la arquitectura puede ser paisaje, ruptura org¨¢nica, alteraci¨®n topogr¨¢fica. Lo que el centro intenta es que una instalaci¨®n gigantesca ¡ªhoy acondicionada para jugar a baloncesto y capaz de acoger a 6.000 espectadores¡ª no interrumpa la ciudad. Por eso, lejos de ser una isla urbana, este sinuoso y espectacular centro deportivo se deja atravesar por calles y por rampas que desvanecen su presencia de gran infraestructura. Esos recorridos evitan la fractura urbana y cosen esta intervenci¨®n al lugar. Es cierto que al entrar en el centro uno puede sentirse perdido, abrumado por las grandes cerchas met¨¢licas y sorprendido por las bandejas en m¨¦nsula que multiplican las vistas. Pero tambi¨¦n lo es que volver¨¢ a sentir la sorpresa de lo inesperado y que se sentir¨¢ conmovido ante una obra que deshace prejuicios y no deja indiferente. Lo que este centro deportivo revela es que uno de los mejores arquitectos espa?oles ¡ªdesaparecido prematuramente en 2000 a los 45 a?os¡ª no daba nada por hecho. Explica que Enric Miralles se planteaba sus proyectos desde cero para dibujar un mundo esforzado, envolvente, imaginativo e ilusionante. La misma ilusi¨®n que Sempere puso en atesorar la colecci¨®n para compartirla con todos los que pasen por Alicante.
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