Churros de dulce de leche

La vida acad¨¦mica fue la causante de que esta poeta zaragozana se marchase a vivir a Nueva York, ciudad que ha inspirado su poemario Nueva York sin querer (La Bella Varsovia, 2017). Su especializaci¨®n en poes¨ªa femenina la llev¨® durante un mes a la ciudad costera de Mar del Plata, en Argentina.

Pas¨® all¨ª enero, ?hab¨ªa mucha gente?

En efecto, porque en el Cono Sur es verano. Estaba plagado de turistas, sobre todo argentinos.

?Pod¨ªa investigar con la playa tan cerca?

Hab¨ªa tiempo para todo. De hecho, mezcl¨¦ ambas cosas: me iba a la playa de La Perla, al norte, que es donde se suicid¨® Alfonsina Storni. All¨ª hay un monumento en su honor, y tambi¨¦n el caf¨¦ bar Alfonsina.

?Qu¨¦ otras poetas pasaron por all¨ª?

Victoria Ocampo vivi¨® en la ciudad. Su casa, Villa Victoria, se puede visitar. A¨²n se conserva el papel pintado de florecitas de la pared en buena parte de las habitaciones. La casa es toda de madera. Los archivos de la poeta est¨¢n en la hemeroteca municipal, otra villa preciosa que han mantenido en buen estado. Mar del Plata en los a?os treinta se parec¨ªa a Biarritz.

?Queda mucho de aquella ¨¦poca?

Solo algunos edificios, porque tiraron otros emblem¨¢ticos para construir hoteles nuevos. Pero el Torre¨®n del Monje sigue ah¨ª: lo construy¨® el alem¨¢n Karl Nordmann a principios del siglo XX y ahora es una cafeter¨ªa que se adentra en el mar.

?Usted era asidua del lugar?

S¨ª. Pas¨¦ all¨ª una ma?ana entera leyendo, y al lado vi que grababan una entrevista con el d¨²o Pimpinela. El camarero me aclar¨® que son argentinos, no espa?oles, por si me cab¨ªa duda.

Pero alg¨²n espa?ol debi¨® de pasar por la ciudad¡­

S¨ª: el churrero Manolo, un se?or que sali¨® de Burgos y se mont¨® una churrer¨ªa en Mar del Plata. Su familia sigui¨® con el negocio, que ahora es una cadena donde te puedes tomar un chocolate. Lo sirven con churros cl¨¢sicos, pero tambi¨¦n los hay rellenos de crema, de chocolate y, c¨®mo no, de dulce de leche.