Celeiro y su irresistible merluza del pincho
Escapada gastron¨®mica a este puerto de la r¨ªa de Viveiro, en la Mari?a Lucense
Entre las puntas de Fuci?o do Porco y de Faro se abre la r¨ªa de Viveiro (Lugo), la m¨¢s anchurosa de la cornisa cant¨¢brica y ¨²ltima de las R¨ªas Altas. Mide cinco kil¨®metros de fondo con las excelentes playas de Area y San Rom¨¢n, frente a frente, en cada una de sus bandas.
El puerto de Celeiro (Viveiro) no se limita a un desembarcadero pesquero: concentra el 30% de toda la capacidad pesquera de merluza en aguas europeas, lo que lo convierte, con 11.000 toneladas anuales, en el puerto m¨¢s importante de merluza del pincho o palangre de Espa?a. Por volumen total de capturas, ocupa el tercer lugar entre las lonjas de Galicia.
La carretera nos lleva a las afueras de Viveiro, a ese puerto de fondo de r¨ªa que es Celeiro (Cillero en castellano), a cuya entrada se erige el monumento En memoria da xente do mar, obra del artista viveirense Neira Brochs, en recuerdo de la terrible galerna que asol¨® el Cant¨¢brico en 1961. La flota merlucera tiene como destino el caladero del Gran Sol, que abarca las aguas atl¨¢nticas comprendidas entre el golfo de Vizcaya y la costa escocesa. Al barco palangrero lo reconoceremos por no disponer de apertura en la parte trasera (iza las capturas por los costados), as¨ª como por la presencia de boyas esf¨¦ricas, generalmente de color rojo, como punto de referencia flotante de las ristras de anzuelos; estos garantizan que la merluza tenga mayor firmeza en la carne y que no presente la descamaci¨®n propia de los ejemplares capturados con redes de arrastre o de volanta.
Ocho de estas embarcaciones celeirenses ostentan el sello de pesca sostenible Friend of the Sea y el resto de la flota de palangre ¨Chasta 22 barcos¨C conseguir¨¢ a final de a?o dicho certificado de sostenibilidad que garantiza el uso de artes de pesca selectivos, con bajo volumen de descartes, as¨ª como que el impacto en el fondo marino es irrelevante y que las capturas provienen de caladeros no sobreexplotados y legalmente faenados.
Los barcos del Gran Sol arriban a Celeiro por la noche y la subasta (a las 6.00 de la ma?ana) no es p¨²blica, con lo que tendremos que conformarnos con ver descargar a partir de las 7.00 a alguno de los tres barcos de cerco (sardina y chicharro). A partir de las 20.00 arriban las siete embarcaciones de bajura, es decir, aquellas que salen a faenar cerca de la costa para regresar el mismo d¨ªa.
De la ¨¦pica y del romanticismo en sus condiciones de vida, mejor olvidarse. En tiempos inclu¨ªa la cama caliente (durmiendo por turnos d¨ªa y noche), g¨¦nero de vida ya extinto recreado magistralmente por Ignacio Aldecoa en la novela Gran Sol (Alfaguara). Actualmente las mareas del Gran Sol duran 12 d¨ªas (antes eran 17) y las condiciones laborales han mejorado sustancialmente.
Durante los fines de semana, los momentos m¨¢s jugosos acontecen junto a las embarcaciones abarloadas. El marino es locuaz por naturaleza, gusta de un interlocutor y resulta muy ameno su relato en los bares Chiringuito del Muelle y El Puntal. Cerca de mil familias de Viveiro subsisten directa o indirectamente de la pesca. La Navidad es buen momento para departir con las tripulaciones: la mitad de la flota atraca en Nochebuena, y la otra mitad, en Nochevieja.
La marca gastron¨®mica ¡°Merluza del pincho de Celeiro¡±, de Galicia Calidade, puede probarse con todas las garant¨ªas a solo 3 kil¨®metros en uno de los mejores comedores de la Mari?a Lucense, el veterano restaurante Nito (+34 982 56 09 87). Sus especialidades son el calamar en su tinta y el rollo de bonito, ambos m¨¢s bien estivales, por lo que ahora tocan las recetas con caza y setas, sin olvidarse, claro, de su especialidad en pescados frescos como el rodaballo, el lenguado o el San Marti?o). Si el tiempo oto?al acompa?a, se puede comer, o al menos tomar el caf¨¦ (solo para quienes hayan comido previamente), en su terraza con excelentes vistas de la r¨ªa. El servicio es siempre muy cuidado.
La posterior caminata junto a las dunas de la playa de Area pone el broche de oro en el tercer l¨®bulo de la margen derecha de la r¨ªa de Viveiro, con el islote A Insua de Area en su flanco. Radiante, se?orial, con chal¨¦s no agresivos, irradiando como un campo magn¨¦tico de opulencia, Area es bella se mire como se mire. Alberga el ¨²nico cord¨®n dunar de Viveiro, as¨ª como las aguas m¨¢s limpias de los contornos. Varias catas sacaron a la luz una villa-factor¨ªa romana de salaz¨®n y otra villa superpuesta medieval. Es buena idea recorrer la playa por la orilla y regresar por el agradable paseo mar¨ªtimo empedrado.
La carretera LU-P-2610 conduce al mirador de Monte Faro. A 194 metros sobre el mar, la punta que cierra la r¨ªa de Viveiro por el Este permite ver, de camino, la costa de Xove, que empieza a cobrar un perfil accidentado. Una caleta ¨ªntima y perdida de camino a la preciosa playa del Esteiro de Xove es la de Portonovo. El giro para tomar la cuesta de acceso (a mano izquierda) exige hacer un cambio de sentido m¨¢s adelante.
Para dormir tampoco hay que romperse las meninges. El Hotel Ego, de 4 estrellas y adyacente al restaurante Nito, ofrece 45 habitaciones y un peque?o spa. Una doble con desayuno, spa e IVA incluidos cuesta 88 euros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.