A la isla de Tavira en trenecito
Excursi¨®n hasta la playa de Barril, un arenal inmenso con las aguas m¨¢s c¨¢lidas de Portugal en el parque natural de R¨ªa Formosa
En el sur de Portugal, ya tocando a Huelva, la r¨ªa Formosa se desborda creando islas de arena que crecen o menguan en funci¨®n de las mareas. Entre ellas destaca la de Tavira, a donde se llega cruzando un puente de madera o andando, si acompa?a la bajamar. Cruzar el puente desde Pedras del Rei forma parte de la aventura ¡ªnada arriesgada¡ª para ir acerc¨¢ndose hasta la playa del Barril, objetivo final. Faltan a¨²n 1.000 metros hasta disfrutar de un arenal inmenso y las aguas m¨¢s c¨¢lidas del pa¨ªs. El sendero discurre entre pinos que nos resguardan del sol. La otra opci¨®n es subirse a un trenecito de juguete que salva la distancia, sin prisa pero con asientos, al mismo ritmo que el de los paseantes.
Y as¨ª se llega a otro mundo, como si el trenecito fuera tan m¨¢gico como el de Harry Potter, donde no hay coches ni aparcamientos. S¨ª se encuentra un chiringuito a pie de playa, un espacio de sombrillas y hamacas y 11 kil¨®metros de arena en el que acampan a su aire nudistas, jugadores de palas, nadadores, pescadores y dem¨¢s activistas de un d¨ªa al sol.
Los incansables pueden recurrir a una excursi¨®n de dos horas en kayak (15 euros) por la misma r¨ªa que envuelve a esta y a otras islas pr¨®ximas. En el recorrido por la marisma se descubren, con la ayuda del gu¨ªa, una flora y una fauna m¨¢s rica de lo que parece a primera vista.
El tiempo en el parque natural de R¨ªa Formosa avanza muy despacio. El d¨ªa da para visitar otras islas, cada una con su personalidad: unas absolutamente desiertas, con humanos de quita y pon, y otras semihabitadas, con casas de pescadores que con el tiempo se han transformado en chal¨¦s ¡ªhumildes¡ª de fin de semana, como Culatra y Armona. Eso s¨ª, las edificaciones, as¨ª como la marisquer¨ªa salvaje, tienen sus d¨ªas contados en este parque natural.
El trenecito, una vez ya cansados de sol, se agradece, y el pont¨®n peatonal nos devuelven a la civilizaci¨®n, aunque peque?a, de Pedras del Rei, donde se puede rematar el d¨ªa con un buen pulpo en A Casa, y con almejas recogidas all¨ª mismo, en el simpar y cercano No¨¦lia y Jer¨®nimo.
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