Los secretos mejor guardados de Cerde?a
De las desiertas playas de Spiaggia al silencio del valle de Lanaittu, diez lugares fuera de ruta en la isla italiana
Hace muchas d¨¦cadas que los turistas descubrieron en Cerde?a uno de esos rincones paradis¨ªacos que no fallan nunca. La isla italiana, en pleno coraz¨®n del Mediterr¨¢neo, es famosa por sus playas (algunas figuran entre las m¨¢s bellas de Europa), por las sinuosas bah¨ªas de la costa Esmeralda llena de famosos, por sus originales restos prehist¨®ricos (como los nuragui o las tumbas de gigantes), y cada vez m¨¢s, tambi¨¦n por su gastronom¨ªa genuinamente mediterr¨¢nea.
M¨¢s informaci¨®n
En www.lonelyplanet.es y en la nueva gu¨ªa de Cerde?a de Lonely Planet.
Pero al margen de todo esto y de sus ciudades hist¨®ricas como Alghero, Cagliari, Olvia u Oristano, a¨²n queda mucha isla por ver al margen de los caminos m¨¢s trillados. Si deseamos escaparnos de los turistas que invaden ciertos lugares de la costa, estos son algunos de los rincones que nos aseguran un encuentro con la Cerde?a m¨¢s aut¨¦ntica.
1. El valle de la Luna
Empezaremos por el norte, en un rinc¨®n casi id¨ªlico y perfecto para un viaje por carretera o en bicicleta: el tranquilo valle de la Luna, que se extiende al norte de Aggius. Es un paisaje surrealista y evocador, con extra?os cantos rodados de granito que se derraman a trav¨¦s de colinas y tierras de cultivo. Un mirador en la carretera nos permite detenernos un momento y disfrutar de unas magn¨ªficas vistas del paisaje, salpicado con estas caprichosas esculturas. La carretera que lo atraviesa hasta la costa es muy panor¨¢mica y perfecta para recorrerla en bicicleta.
El valle est¨¢ a pocos kil¨®metros de Aggius, un pueblo tradicional acurrucado a los pies de unos picos de granito, dispuesto en torno a un centro hist¨®rico de callejuelas y casas de piedra. En Cerde?a Aggius es famosa por la m¨²sica coral y por sus alfombras, pero m¨¢s a¨²n por su pasado como cuna de bandidos durante el siglo XVI, tal y como muestran en el Museo del Banditismo. El bandolerismo en la zona (la Gallura) no es solo una historia del pasado: fue un problema hasta hace la d¨¦cada de 1990.
2. Las viejas minas de plata de Argentiera
Tambi¨¦n en el norte de la isla, en Argentiera, unos 11 kil¨®metros al norte del lago Baratz, se puede retroceder en el tiempo sin problema. Este inolvidable remanso en el extremo noroeste de la isla est¨¢ presidido por las fantasmales ruinas de su mina de plata, que en otros tiempos fue una de las m¨¢s importantes de Cerde?a. De ella se ha extra¨ªdo argento desde la ¨¦poca romana hasta la d¨¦cada de 1960. Los edificios de ladrillo oscuro de la mina, hoy sujetos por andamios de madera, forman un desordenado conjunto en una peque?a playa de arena gris; aunque el acceso a ellos no est¨¢ permitido, es una visi¨®n bastante melanc¨®lica y evocadora.
Es esta una incursi¨®n curiosa si visitamos el lejano extremo noroeste de la isla, que presume de conservar un paisaje salvaje e inexplorado y tambi¨¦n de tener una de las playas m¨¢s famosas de Cerde?a: la impresionante Spiaggia della Pelosa.
Stintino es la ¨²nica localidad digna de menci¨®n en esta zona, un antiguo pueblo de pescadores de at¨²n transformado en un tranquilo lugar de veraneo y entrada principal a la isla de la Asinara, actualmente parque nacional y reserva de la biosfera, pero que en otro tiempo alberg¨® una de las prisiones m¨¢s famosas de Italia. Es una zona bastante desierta, excepto en verano. El silencio se adue?a del solitario paisaje y el fr¨ªo maestrale sopla sobre los arbustos y las rocas desnudas.
3. El lago de Liscia
No muy lejos de la sofisticada costa Esmeralda, donde se broncean los guapos m¨¢s famosos del mundo, nos aparece una visi¨®n muy diferente de la vida sarda, la Gallura, una zona para el agroturismo al margen de las modas y del tiempo. Y m¨¢s al norte, la costa de la Gallura es a¨²n m¨¢s salvaje, con delfines, submarinistas y windsurfistas surcando las azules aguas de la reserva marina de La Maddalena. Pero todav¨ªa hay lugares menos conocidos: el lago de Liscia, en el coraz¨®n rural y poco desarrollado de la Gallura, es uno de los secretos mejor guardados de Cerde?a. Este lago artificial de 8 kil¨®metros de longitud es la principal fuente de agua dulce de la costa este y ocupa un entorno espl¨¦ndido entre colinas de granito y bosques de alcornoques y robles. Un buen sitio para descansar bajo olivos centenarios. El mejor lugar para admirar el paisaje es un merendero cerca de la apartada reserva natural de los Olivastri Millenari di Santo Baltolu (los olivastri son unos acebuches milenarios que pueden rondar los 3.800 a?os de edad).
4. El silencioso valle de Lanaittu
El silencio se cierne sobre este exuberante valle junto al golfo de Orosei, un espectacular corte en la garganta de Supramonte, y un lugar ideal para caminar o rastrear maravillosas cuevas y sitios prehist¨®ricos. La naturaleza c¨¢rstica del Supramonte se puede atravesar a pie, en bicicleta o en coche por este valle de 7 kil¨®metros, se?alizado en un desv¨ªo de la carretera Oliena-Dorgali. Entre elevadas monta?as, riscos y cuevas calizas presiden este estrecho valle lleno de maravillas naturales y arqueol¨®gicas. A los forofos de la arqueolog¨ªa les encantar¨¢ descubrir yacimientos que estuvieron habitados desde el Neol¨ªtico medio. Hay cuevas como la Grotta di Sa Oche o la Grotta Corbeddu y yacimientos nur¨¢gicos como el de Sa Sedda e Sos Carros, del 1.300 antes de Cristo. Para viajar por el valle hay que tener veh¨ªculo propio, aunque no un todoterreno.
5. Pen¨ªnsula de Sinis, reserva natural mediterr¨¢nea
Para encontrar bah¨ªas solitarias, playas bordeadas de agua color turquesa y acantilados envueltos en macchia (matorral mediterr¨¢neo) y flores silvestres, podemos escaparnos a la pen¨ªnsula di Sinis, un mundo aparte sobre el golfo de Oristano. Una delicia para practicar surf, windsurf o no hacer absolutamente nada. Sus blancas playas y sus limpias lagunas le dan un aspecto casi tropical. La zona est¨¢ habitada desde el siglo V antes de Cristo y el paisaje nos aparece salpicado de nuragui prehist¨®ricos y con el fascinante yacimiento p¨²nico-romano de Tharros como testimonio de la importancia que tuvo en otros tiempos la regi¨®n.
Las playas de la pen¨ªnsula figuran entre las mejores de la isla. Por ejemplo Aruttas, una de las m¨¢s famosas, es un perfecto arco de arena blanca ba?ado por aguas trasl¨²cida. Sus arenas son tan blancas que hasta hace poco serv¨ªan para reponer las playas de la costa Esmeralda o para los acuarios. Otra playa particularmente interesante para los surfistas es Putzu Idu, y para los que busquen a¨²n m¨¢s privacidad, la Isola di Mal di Ventre, desnuda y rocosa, es visitada solo por algunos veraneantes que llegan en los barcos que salen de Putzu entre junio y septiembre.
Una pista de tierra conduce a la reserva natural del Oasi di Seu, cerca de Tharros, un lugar delicioso para pasear por serenos senderos a trav¨¦s del arom¨¢tico matorral mediterr¨¢neo y disfrutar de amplias vistas del mar. Es un verdadero para¨ªso de flora mediterr¨¢nea, un silencioso mundo de senderos de arena y naturaleza apacible. En el aire flota el perfume de las playas: la fragante macchia (matorral), el romero, los palmitos y los pinos.
6. Las solitarias playas de Spiaggia di Piscinas
Al sur del golfo de Oristano, en la costa occidental, no resulta f¨¢cil acceder a esta hermosa playa en un tramo solitario de costa, pero vale la pena: una ancha cinta de arena dorada, dunas imponentes y un mar azotado por el viento. Pura dicha. Las dunas de Spiaggia son conocidas como ¡°el desierto de Cerde?a¡± y alcanzan alturas de hasta 60 metros. Encontraremos pocas instalaciones m¨¢s all¨¢ de un par de chiringuitos en verano pero en ello est¨¢ el encanto.
Estamos en la costa Verde, uno de los tramos de litoral m¨¢s ind¨®mitos de Cerde?a, en la costa oeste, desde el cabo Pecora hasta la Torre dei Corsari, al norte. Toda una sucesi¨®n de playas v¨ªrgenes de arena y dunas moldeadas por el viento. Y tierra adentro, un paisaje monta?oso nos lleva entre arbustos mediterr¨¢neos, la llamada macchia.
Los amantes de los museos pintorescos tienen uno consagrado exclusivamente a los cuchillos sardos en Argus, un pueblecito en las laderas del monte Linas.
7. Arqueolog¨ªa entre vi?edos y bosques en Sorgono
En lo profundo de la regi¨®n de Madrolisai (el coraz¨®n geogr¨¢fico de la isla), monta?osa y remota, Sorgono est¨¢ rodeado de bosques, sitios arqueol¨®gicos y vi?edos que producen algunos de los mejores tintos de la isla. El trayecto en s¨ª para llegar ya merece la pena: la remota zona monta?osa al este de Gennargentu es uno de los lugares menos frecuentados de la isla. En verano se puede hacer la ruta en el Trenino Verde (que parte de la estaci¨®n de Arbatax) que atraviesa los vi?edos entre Sorgono y Mandas y que dura unas cuatro horas. Una vez en el pueblo, la Cantina del Mandrolisai, una de las m¨¢s importantes de la zona, es un buen sitio para catar el vino de la denominaci¨®n de origen Mandolisai.
8. La salvaje costa roja de Cardedu
A menudo se pasa por alto, camino de las playas del golfo de Orosei, m¨¢s al norte, pero esta costa de granito rojo, salvaje y maravillosamente poco desarrollada es una delicia para descubrir a pie o en kayak. Si optamos por el kayak, podremos explorar las calas, cuevas y formaciones rocosas de Ogliastra, y pasar un d¨ªa remando y desliz¨¢ndonos por las aguas turquesas de este mar. La combinaci¨®n perfecta es alternar el mar con rutas en bicicleta por los f¨¦rtiles valles que rodean Cardedu, a 16 kil¨®metros al sur de Tortoli, y con rutas de senderismo por la impresionante costa de granito rojo y las monta?as de los alrededores, donde podremos encontrar algunos buenos ejemplos de domus de janas (tumbas prehist¨®ricas con el bonito nombre de casas de hadas). En la costa nos esperan tambi¨¦n los espectaculares acantilados o tacchi, el ca?¨®n Brancu Praneda o la magn¨ªfica cascada Lequarci con sus casi 100 metros de altura sobre una pared de roca. El d¨ªa puede estar completo si le a?adimos un picnic en las verdes inmediaciones del santuario di Santa Barbara, una pintoresca capilla rom¨¢nica.
9. Monte?monte dei Sette Fratelli
Para dejar atr¨¢s las multitudes de Cagliari, solo hay que dirigirse a los tranquilos bosques del parque dei Sette Fratelli, con sus picos de granito y sus cascadas. Estamos en el Sarrabus, el territorio con forma de tri¨¢ngulo situado en la esquina sureste de Cerde?a y una de las zonas menos habitadas y desarrolladas de la isla. Aunque est¨¢ a solo una hora en coche desde Cagliari, llegar hasta all¨ª supone transportarse a otro mundo por sus remotas monta?as cubiertas de bosques y sus silenciosas y serpenteantes carreteras. El monte dei Sette Fratelli es su punto m¨¢s alto, una zona que se conserva milagrosamente intacta y que es el hogar de algunos de los ¨²ltimos ciervos de la isla. El paisaje de la costa es sencillamente impresionante, con elevadas calas rocosas y extensiones sin fin de arena sobre aguas cristalinas. En verano si veremos gente, sobre todo en las playas m¨¢s conocidas como la de Villasimius o Costa Rey, pero si nos metemos tierra adentra descubriremos fant¨¢sticas excursiones por las monta?as en las que dif¨ªcilmente nos encontraremos con alguien.
1. Una incursi¨®n en la Barbagia, la Cerde?a m¨¢s rebelde
El coraz¨®n geogr¨¢fico y espiritual de Cerde?a es una zona severa y monta?osa conocida como la Barbagia (del griego, que significaba ¡°extranjero¡±). As¨ª la llamaron los romanos tras intentar sin ¨¦xito conquistar la zona una y otra vez y desde entonces, los lugare?os del interior de la isla se han mantenido a una prudente distancia del mundo exterior. Aqu¨ª todav¨ªa se habla en sardo, se viven con fervor celebraciones antiqu¨ªsimas y es frecuente ver a las mujeres mayores vestidas con el tradicional traje negro. Y en este coraz¨®n profundo de la isla, en lo alto de las inquietantes monta?as desnudas y erosionadas, encontramos Orgosolo, el pueblo m¨¢s rebelde de Cerde?a, un nombre que fue sin¨®nimo del bandolerismo y la violencia que dominaron esta parte de la isla durante mucho tiempo. En los ¨²ltimos a?os intenta reinventarse a s¨ª mismo como alternativa tur¨ªstica, e incluso luce unos sorprendentes grafitis adornando los edificios de la calle mayor (una propuesta cultura que naci¨® en 1975 para celebrar el 30 aniversario de la liberaci¨®n de Italia y que ha llegado a reunir unos 200 grafitis de los estilos m¨¢s variados). Pero cuando no hay turistas, todo vuelve a ser como hace d¨¦cadas y hasta siglos.
No muy lejos de all¨ª, en la aldea de piedra de Mamoiada, nos encontramos con el carnaval m¨¢s fascinante de la isla, en torno al 16 y 17 de enero. Es famoso por los mamuthones, unos personajes disfrazados con trajes de lanuda piel de cordero y primitivas m¨¢scaras, cargados con hasta 30 kilogramos de cencerros, que dan a la fiesta un cierto aire siniestro.
Los senderistas pueden dirigirse a Fonni, el pueblo m¨¢s alto de Cerde?a y un popular punto de partida para explorar los picos m¨¢s altos de la isla. Los gourmets y culturetas sin embargo tienen una cita imprescindible con Gavoi, famoso por su fiore sardo (queso pecorino) y por su festival de literatura. Es uno de los pueblos m¨¢s bonitos de la Barbagia, con un centro hist¨®rico intacto, hecho de peque?as callejuelas y casas de piedra.
Y finalmente, est¨¢ tambi¨¦n Aritzo, un vital pueblo de monta?a que lleva atrayendo visitantes en verano desde el siglo XIX por su clima fresco y su aire alpino: la nobleza piamontesa ven¨ªa aqu¨ª a cazar jabal¨ªes mucho antes de que lo hicieran los senderistas del siglo XXI.
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