Por la Siberia extreme?a
Una ruta por la provincia de Badajoz, entre embalses para descubrir la reserva de C¨ªjara, grandes extensiones de dehesas y las formaciones rocosas de Puerto Pe?a
Grandes farallones en forma de hoz reciben al Guadiana cuando entra en esta comarca extreme?a con cinco ecosistemas y nombre ruso: la Siberia. Antes se llamaba Los Montes y los Lagos, pero cuentan que un embajador espa?ol que viaj¨® por las estepas de los zares observ¨® paralelismos entre ambas tierras, los locales asumieron el apelativo y as¨ª se ha quedado.
Aunque esta Siberia es bien distinta, sobre todo desde que la fiebre de los pantanos de la d¨¦cada de 1960 impulsara la construcci¨®n de cinco grandes embalses en la regi¨®n, que hoy posee m¨¢s kil¨®metros de costa interior que ninguna otra de Espa?a. El agua y la replantaci¨®n de bosques ¡ªa base de pinos y eucaliptos¡ª revolucionaron este paisaje que contin¨²a capitaneado por la encina y el olivo, pero inmerso en un espectacular proceso de readaptaci¨®n de flora y fauna. Los montes p¨²blicos de la reserva de C¨ªjara son una fiesta animal. ¡°He visto manadas de hasta mil gamos. A veces, esto parece Tanzania¡±, dice Amado Franco, un forestal, que tambi¨¦n disfruta a diario del buitre negro o del vuelo en parejas de las grandes lib¨¦lulas, aparte de los zorros, el meloncillo, el ¨¢guila imperial¡
Los pueblos de Helechosa y Bohonal de los Montes (Badajoz) sirven de base para explorar esta esquina del noreste siberiano donde la media comarcal de siete habitantes por kil¨®metro cuadrado desciende a¨²n m¨¢s, y quiz¨¢ por eso algunas carreteras son un delirio de socavones donde no cuesta cruzarse con reba?os de cabras que interrumpen la circulaci¨®n.
En 40 minutos a pie se corona el cerro de Masatrigo, en el pantano de La Serena, para obtener unas bellas vistas
Hacia el sur aparecen la capital, Herrera del Duque, y Fuenlabrada de los Montes, epicentros de la fabricaci¨®n de miel y pr¨®logo de la dehesa. El tri¨¢ngulo formado por Garbayuela, Tamurejo y Siruela concentra algunos de los pastos m¨¢s ¨®ptimos del mundo para la cr¨ªa de oveja merina. Los reba?os rumian entre hect¨¢reas de encinares y destaca uno integrado exclusivamente por ovejas negras, a las que Miguel Cabello est¨¢ convirtiendo en s¨ªmbolo de la ganader¨ªa ecol¨®gica gracias a un proyecto en el que incluye a animales como el pavo de la dehesa, la gallina extreme?a, el burro andaluz o la cabra retinta. Una iniciativa abierta a visitantes y en consonancia con el esp¨ªritu de la Siberia, que ha presentado su candidatura para ser reserva de la biosfera.
Cabello es de Siruela, antigua capital de invierno de La Mesta ¡ªla que fue poderos¨ªsima asociaci¨®n ganadera¡ª, famosa por las ca?adas ovejeras y por La Motilla, pico cumbre del territorio. Despu¨¦s de una buena raci¨®n senderista entre pinos y casta?os, desde esta cima puede divisarse la continuaci¨®n de una ruta que lleva a Garlitos, Sancti-Sp¨ªritus y el cerro de Masatrigo, emblema regional por su forma de cono perfecto, tan circundable en veh¨ªculo que lo han llamado ¡°la rotonda m¨¢s grande de Espa?a¡±. Masatrigo est¨¢ rodeado por el enorme embalse de La Serena. Coronarlo ¡ªa buen paso, se tarda 40 minutos¡ª regala vistas tolkienianas, con esa concatenaci¨®n de colinas que se suceden como dunas y se extienden como un mar.
Puebla de Alcocer
Abajo, siguiendo una carretera de tierra al borde del agua, se llega al ¨²nico chiringuito que permite repostar en verano despu¨¦s de darse un ba?o antes de partir, por ejemplo, hacia las empinad¨ªsimas calles de Puebla de Alcocer, de donde eran el vizconde al que Cervantes dedic¨® El Quijote y el gigante Agust¨ªn Luengo (med¨ªa 2,35 metros), honrado con un museo. Las vistas desde el castillo son para quemar c¨¢mara.
Entonces, el paisaje se torna en una estepa que pasa por Talarrubias ¡ªel otro gran centro ganadero comarcal¡ª y se extiende hacia un oeste lleno de sisones y avutardas que, con paciencia, se pueden ver. Es una estepa en cierta parte regada gracias a los embalses de Garc¨ªa Sola (o Puerto Pe?a) y Orellana, cuyos cauces van repletos de peces-pasto como el alburno que alimenta a los lucios o carpas que despu¨¦s pican los anzuelos de unos pescadores que en primavera cogen a las percas con las manos, cuando estas se arriman a la costa para desovar.
Gu¨ªa
- Reserva regional de C¨ªjara.
- Castillo de Puebla de Alcocer.
- Restaurante La Barca del T¨ªo Vito, junto al embalse de Garc¨ªa Sola (carretera del Puerto Pe?a, kil¨®metro 3; +34 659 65 07 06).
- Turismo de Badajoz.
- Turismo de Extremadura.
De nuevo hacia el norte, en el coraz¨®n de la Siberia extreme?a, emerge Puerto Pe?a, conglomerado cuarc¨ªtico que irradia el encanto de las grandes rocas aisladas. Un z¨®calo de olivos viejos precede a la mole donde anidan cientos de buitres leonados. El alimoche llega cuando acaba el fr¨ªo, como la cig¨¹e?a negra, otra de las grandes atracciones locales. Es t¨ªmida, hay que buscarla, y los densos bosques de galer¨ªa junto a r¨ªos son propicios para ella. Algunas ya no emigran, ah¨ª est¨¢ la pareja que se ha instalado en una pared de roca cercana a Valdecaballeros, adonde uno se puede acercar en kayak o barca con mucha precauci¨®n.
En la otra orilla del embalse de Garc¨ªa Sola se encuentra un dolmen dicen que prehist¨®rico rodeado de acebuches, ¨¢rbol que fue m¨¢gico entre los celtas; y La Barca del T¨ªo Vito, restaurante con solera a dos kil¨®metros de Peloche, ideal para disfrutar de un paisaje memorable comiendo barbacoas que acabar¨¢n por cambiar la forma de pensar en la palabra Siberia.
Gabi Mart¨ªnez es autor de la novela Las defensas (Seix Barral).
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