El veraneo m¨¢s fresco: una escapada a las islas Shetland
La ciudad mar¨ªtima de Lerwick, noche en un faro de Sumburgh o los acantilados del cabo Hermaness. Una ruta por el archipi¨¦lago escoc¨¦s, donde la naturaleza sigue siendo la reina
Hasta hace muy poco, era extra?o ver turistas en las islas m¨¢s remotas del norte de Escocia. Las Shetland y las Orcadas son tierras que parecen m¨¢s escandinavas que escocesas, a las que en otros tiempos llegaron noruegos a los que no import¨® demasiado que fueran tierras duras e inh¨®spitas. En estos archipi¨¦lagos desnudos, azotados por el viento, los vikingos no tuvieron ning¨²n problema en asentarse y construir casas comunales, cuyos restos todav¨ªa se pueden ver. Incluso en el acento local se advierte un deje escandinavo y existen calles con nombres como King Haakon o St Olaf, que recuerdan que estuvieron bajo dominio noruego hasta 1469, cuando fueron regaladas a Escocia como dote de una princesa danesa.
En las Shetland?encontramos un mar lleno de brumas y hay veces que parece que los ¨²nicos habitantes del lugar son las focas, las ballenas o las marsopas que se asoman por sus costas solitarias. Y lo mismo pasa en el aire, surcado siempre por escuadrones de aves que planean sobre grandes colonias de anidamiento. La variedad de aves es espectacular, por lo que es un destino de ensue?o para los birdwatchers: imprescindible llevar prism¨¢ticos.
En tierra, los menhires atrapan los ¨²ltimos rayos de sol y los acordes de la m¨²sica popular se escapan por las calles hasta que el viento cierra de golpe la puerta del pub. Las Shetland?est¨¢n declaradas geoparque por la Unesco, con profundos glens flanqueados por colinas empinadas y lagos celestes. Pero no hay que confundirse: a pesar de sus famosos ponis y ovejas, en estas islas no se dedican solo a la ganader¨ªa. El petr¨®leo de la costa las ha hecho ricas, y los hoteles suelen estar reservados para los trabajadores m¨¢s que para los turistas. Eso s¨ª, la naturaleza sigue siendo la reina de estas islas.?
1. Vikingos por un d¨ªa
La ¨²nica ciudad de verdad de las islas Shetland?es Lerwick (en la isla de Mainland), donde vive un tercio de la poblaci¨®n. Se construy¨® gracias a la industria del arenque y se moderniz¨® gracias al petr¨®leo. Tiene un ambiente muy mar¨ªtimo y los petroleros compiten con la flota pesquera por el espacio en su espl¨¦ndido puerto natural. Aqu¨ª hay que dedicarse a los placeres simples, como pasear por la carism¨¢tica Commercial St o completar el paseo con una visita al Shetland Museum, donde podemos hacer una primera introducci¨®n a la vida y la cultura de estas extra?as islas del norte, pues acoge una impresionante recopilaci¨®n de 5.000 a?os de cultura, etnograf¨ªa e interacci¨®n con el paisaje. Exhaustiva pero no aburrida, la exposici¨®n lo incluye todo, desde la geolog¨ªa del archipi¨¦lago hasta su industria pesquera, adem¨¢s de la mitolog¨ªa local, que invita a conocer a los nyuggles (caballos fantasma) y a las trows (hadas).
Tambi¨¦n se pueden visitar los restos de un fort¨ªn que estuvo habitado hasta el siglo VI d.C, enorme y situado en una punta de tierra junto a un peque?o loch (lago), que le da un aspecto solitario e intemporal. Otra visita puede ser el Fort Charlotte, del siglo XVIII, una fortaleza pentagonal que hoy nos permite tener unas excelentes vistas.
El mejor momento para visitar la ciudad tal vez sea en enero, el ¨²ltimo martes del mes, cuando Lerwick celebra el festival del fuego, herencia de las fiestas de invierno vikingas que celebran el renacimiento del sol. Las Up helly AA?se suceden por toda la regi¨®n, pero la fiesta de Lerwick es la m¨¢s espectacular. Grupos de guizers barbudos vestidos de vikingos marchan por las calles con antorchas, llevando a rastras una r¨¦plica de un drakar ¡ªun tipo de barco¡ª que despu¨¦s rodean y queman mientras cantan canciones vikingas.
2. Paseos bajo los acantilados
Al este de Lerwik, con solo atravesar el canal de Bressay, nos encontramos con dos islitas de esas que buscan los aficionados a la observaci¨®n de aves. Son Bressay?y?Noss. La primera es perfecta para pasear, sobre todo por los acantilados y por el monte Ward (226 metros de alto). La segunda, Noss, al este de Bressay, tiene solo 2,4 kil¨®metros de ancho, y sus altos acantilados marinos dan cobijo a m¨¢s de 100.000 parejas de aves de cr¨ªa, mientras que en los p¨¢ramos interiores viven cientos de parejas de p¨¢galos grandes. A la isla se accede en lancha neum¨¢tica desde Bressay, previo aviso, porque no es un servicio regular. Se recomienda recorrerla en sentido contrario a las agujas del reloj, pues las vistas de los acantilados son mejores. Hay cruceros (por ejemplo, shetlandseabirdtours.com) para ver a los alcatraces y frailecillos aliment¨¢ndose, avistar focas o contemplar a las escandalosas colonas de aves marinas.Y como no todo va a ser la contemplaci¨®n de la naturaleza, en Bressay hay tambi¨¦n un spa con maravillosas vistas de Lerwick, el Northern Lights Holistic Spa. Aqu¨ª uno puede descansar tras un paseo al aire libre, con sauna, sala de vapor y jacuzzi, con un buen masaje o con una elaborada cena.
3 La historia del Shetland Bus
Rodeada de colinas desnudas, a unos 10 kil¨®metros al oeste de Lerwick, Scalloway,?la antigua capital de las Shetland, es un din¨¢mico puerto pesquero y deportivo con una boyante industria de procesado de marisco. Tiene bonitas playas y puentes para llegar en un agradable paseo a las islas vecinas de Trondra, East Burra y West Burra.
En estos sitios peque?os se suele sacar partido de peque?as historias, que pueden ser muy grandes para los que las vivieron. En el Museo de Scalloway hay una colecci¨®n excelente dedicada a la vida y la historia de la ciudad, que incluye hallazgos prehist¨®ricos, quema de brujas y leyendas locales. Llama la atenci¨®n la detallada secci¨®n sobre el Shetland Bus: durante la II Guerra Mundial la resistencia noruega dirig¨ªa desde aqu¨ª un grupo de operaciones clandestinas llamado Shetland Bus. Transportaban agentes, operadores de radio y suministros militares a Noruega para la resistencia, y volv¨ªan con refugiados, reclutas para el Ej¨¦rcito Libre noruego y, en diciembre, ¨¢rboles de Navidad para las desarboladas Shetland. El conmovedor monumento al Shetland Bus, en Main St (junto al mar), est¨¢ construido con piedras de ambos pa¨ªses.?
Al margen de esta historia, el lugar m¨¢s destacado de Scalloway es su castillo, construido en 1600 por el conde Patrick Stewart. En realidad es tan solo una casa se?orial con torretas, bien conservada. Y para alojarse, el Scalloway Hotel es uno de los mejores de las Shetland: est¨¢ junto al mar, con vistas del puerto y tiene un buen restaurante.
4. Leyendas de sirenas
Mainland es la isla principal de las Shetland y cualquier escapada hay que hacerla desde aqu¨ª. Por ejemplo, hacia el Sur: desde Lerwick hay 40 kil¨®metros por un estrecho y monta?oso tramo de tierra hasta Sumburgh Head. Sus importantes yacimientos prehist¨®ricos, la observaci¨®n de aves y sus magn¨ªficas playas blancas la convierten en una zona muy interesante. Eso s¨ª, si no fuera por los vientos ¨¢rticos, apetecer¨ªa darse un ba?o.
En este extremo sur est¨¢n tambi¨¦n los magn¨ªficos acantilados de Sumburgh, donde est¨¢ el aeropuerto de las islas. Sus acantilados se adentran en aguas de un azul brillante, y un faro marca el lugar, envuelto en historias de sirenas y leyendas, algunas relacionadas con vikingos, que aqu¨ª dejaron huellas de sus casas comunales. Vuelve a ser un lugar perfecto para la observaci¨®n de aves y tambi¨¦n de delfines y orcas.
En el sur tambi¨¦n est¨¢ Sandwick, donde se sobrepasa la l¨ªnea de latitud 60? y est¨¢n las mejores playas de las Shetland. Enfrente est¨¢ la peque?a isla de Mousa, una reserva de la Real Sociedad para la Protecci¨®n de las Aves que acoge unas 7.000 parejas reproductoras de pa¨ª?os europeos. El toque hist¨®rico lo pone la Mousa Broch, una impresionante casa fortificada de unos 2.000 a?os y 13 metros de altura que en las sagas vikingas aparece como escondite de las parejas que se fugan. Hoy aqu¨ª anidan centenares de p¨¢jaros que cada atardecer vuelven a sus nidos. Desde Lerwick hay barcos que llevan a los visitantes a ver las aves.
Otra de las fotos inevitables est¨¢ a pocos kil¨®metros de all¨ª, en Bigton, concretamente en la isla de San Niniano, el mayor t¨®mbolo de Gran Breta?a. Y un poco m¨¢s al sur, la blanqu¨ªsima Scousburgh Sands, la mejor playa de las Shetland. Se puede bucear entre Garth¡¯s Ness y Fitful Head o ver los restos del petrolero Braer cerca de Garth¡¯s Ness.
5 Aves, faros y fish & chips
El paisaje al norte de la isla cambia. Sus fotog¨¦nicas colinas marrones, agrietadas y turbosas se extienden entre pastos verdes y lagos hasta las g¨¦lidas aguas grises del mar del Norte. Aqu¨ª los pueblos apenas tienen habitantes, y sus atractivos tur¨ªsticos son escasos, pero la naturaleza compensa. Por ejemplo en Brae, donde lo m¨¢s llamativo es su hotel con fantasma incluido (amistoso) en una mansi¨®n medieval, o el fish & chips Frankie, que es toda una instituci¨®n de las Shetland y que sirve solo pescado local capturado de forma sostenible. Y a pocos kil¨®metros encontramos parajes impresionantes, como los acantilados de basalto rojo de Eshaness, con un faro que ofrece unas vistas incre¨ªbles, cuando el viento amaina.
6 Al norte del Norte
M¨¢s all¨¢ de la isla principal de las Shetland todav¨ªa hay islas m¨¢s extremas, como Yell, Unst y Fetlar, conectadas entre ellas y con Mainland por ferri. Todas son magn¨ªficas para la observaci¨®n de fauna, pero Unst es la que m¨¢s tiene que ofrecer. Cuando se llega hasta all¨ª ya casi se ha abandonado Escocia. Es la isla habitada m¨¢s septentrional del pa¨ªs, con pueblecitos que crecen donde hay agua y lugares como el maravilloso cabo Hermaness, donde un paseo de siete kil¨®metros lleva a acantilados donde anidan alcatraces, fulmares y araos y retozan los frailecillos. Aqu¨ª est¨¢n el punto m¨¢s septentrional de Escocia, las rocas de Out Stack y Muckle Flugga, esta ¨²ltima con su faro construido por un t¨ªo de Robert Louis Stevenson. Y una curiosidad: aqu¨ª se encuentra la parada de autob¨²s m¨¢s espectacular de Gran Breta?a. Cansados de esperas inc¨®modas, los vecinos decidieron reformarla y ahora cuenta con sillones, novelas, objetos decorativos y un libro de visitas para firmar. El estilo y los colores cambian cada a?o. Unst cuenta tambi¨¦n con la mayor concentraci¨®n de casas comunales vikingas del pa¨ªs, una destiler¨ªa local de ginebra, la Shetland Reel, y el fotog¨¦nico castillo Muness.
En la islita de Yell encontraremos el paisaje inh¨®spito m¨¢s t¨ªpico de estas islas, con sus desolados p¨¢ramos de turba, que tienen su encanto, y en los que los observadores de aves encuentran un para¨ªso: colimbos chicos, esmerejones, p¨¢galos y otras especies. Y, adem¨¢s, en el estuario del Whale se pueden avistar nutrias y focas. Y a¨²n queda Fetlar, un destino habitual de observaci¨®n de aves, la m¨¢s peque?a de las islas del norte pero tambi¨¦n la m¨¢s f¨¦rtil.
7 El reino del frailecillo
Para los aficionados a las aves, las Shetland son un para¨ªso, al ser parada de las especies migratorias del ?rtico y h¨¢bitat de grandes colonias de anidaci¨®n de aves marinas (en plena temporada, durante el mes de junio). Cada especie tiene aqu¨ª su nombre particular: los colimbos chicos se llaman rain geese; los p¨¢galos grandes, bonxies; y los pa¨ª?os, alamooties. Los divertidos frailecillos son lo m¨¢s destacado. La Real Sociedad para la Protecci¨®n de las Aves?dispone de varias reservas y existen refugios naturales en Hermaness, Keen of Hamar y Noss. En las islas de Foula y Fair tambi¨¦n se concentran grandes poblaciones de aves. Eso s¨ª, tampoco puede perderse de vista el mar; a menudo es f¨¢cil ver nutrias marinas, orcas y otros cet¨¢ceos (nature-shetland.co.uk). El Shetland Nature Festival, que se celebra a principios de julio, ofrece paseos guiados, charlas, circuitos en barco, jornadas de puertas abiertas y talleres.
8 Para¨ªso de ornit¨®logos
Ir en ferri a la isla de?Fair puede remover el est¨®mago, pero vale la pena para ver los impresionantes acantilados, los paisajes solitarios y los escuadrones de aves marinas. Est¨¢ a medio camino de hacia las islas Orcadas ¡ªm¨¢s al sur de las Shetland ¡ª, y es una de las islas habitadas m¨¢s remotas de Escocia. Es c¨¦lebre por sus art¨ªculos de punto estampados, que todav¨ªa se producen en la cooperativa isle?a Fair Isle Crafts. Apenas mide 4,8 por 2,4 kil¨®metros, pero es un para¨ªso para ornit¨®logos, que constituyen el grueso de los visitantes, ya que se encuentra en plena ruta de las aves migratorias y cr¨ªan en ella por millares. Se las supervisa desde el observatorio ornitol¨®gico, que recoge y analiza informaci¨®n todo el a?o e invita a los visitantes a participar en la observaci¨®n. El atractivo observatorio tambi¨¦n ofrece alojamiento, paseos guiados gratuitos, exposiciones y otras actividades relacionadas con las aves.
9 Alojarse en un faro
Una de las mejores experiencias de estas remotas islas escocesas es alojarse en una de las rom¨¢nticas casas faro de las Shetland (una de las mejores se halla en el espectacular asentamiento Sumburgh). El archipi¨¦lago cuenta tambi¨¦n con una excelente red de b?ds (casas o caba?as r¨²sticas de pescadores muy sencillas, con fuego de turba), que cuestan unas 10 libras por persona, y est¨¢n disponibles de marzo a octubre. Hay que reservar a trav¨¦s de Shetland Amenity Trust. La misma empresa tiene tres casas faro con vistas espectaculares de la costa escarpada: una, elegante y reci¨¦n renovada, en Sumburgh; otra en la isla de Bressay, cerca de Lerwick; y una tercera en Eshaness. Tienen capacidad para entre seis y siete personas y los precios bajan bastante si se reservan fuera de temporada.
10 C¨®mo ir y moverse
El principal aeropuerto est¨¢ en Sumburgh, 40 kil¨®metros al sur de Lerwick. Tiene vuelos diarios a Aberdeen, Kirkwall, Inverness, Edimburgo y Glasgow, y en verano vuela tambi¨¦n a Bergen (Noruega). Entre islas tambi¨¦n hay vuelos, operados por DirectFlight, desde el aeropuerto de Tingwall, a unos 10 kil¨®metros al noreste de Lerwick. Pero el transporte principal entre ellas son los ferris de Shetland Islands Council, que conectan Mainland con otras islas desde varios puntos. Adem¨¢s, Northlink Ferries fleta barcos de veh¨ªculos cada noche entre Aberdeen y Lerwick. Las islas cuentan tambi¨¦n con una buena red de transporte p¨²blico, y cuando hace buen tiempo y no mucho viento, recorrer sus excelentes carreteras en bicicleta ¡ªse alquilan en varios lugares de las islas¡ª puede ser una forma muy emocionante de descubrir su austera belleza.
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