Casa de Indias by Intur, frente a las Setas de Sevilla

Las Setas del Metrosol Parasol se han convertido en un nuevo icono de Sevilla gracias al controvertido dise?o del escultor y arquitecto alem¨¢n J¨¹rgen Mayer. A un lado de la plaza de la Encarnaci¨®n, que presta su espacio a este efectista y tur¨ªstico monumento, se yergue la fachada preciosista de un hotel reci¨¦n estrenado por el grupo familiar Intur, con establecimientos en Benic¨¤ssim, Castell¨®n, Alc¨¢zar de San Juan, Madrid y San Sebasti¨¢n. Con el nombre de Casa de Indias se reconocen los fundamentos del convento de Regina Angelorum, construido para los dominicos en 1521, desamortizado en el a?o 1835 y utilizado despu¨¦s como una f¨¢brica de sombreros, antes de transformarse a principios del siglo XX en un edificio residencial para las clases adineradas de la ciudad andaluza.

La recepci¨®n del hotel, vestida de flamante azulejer¨ªa, no oculta un trasfondo ca?¨ª muy a gusto del turismo internacional. Lo mejor, sin embargo, viene a continuaci¨®n. Intactos se conservan los muros de ladrillos vistos del antiguo convento, los arcos que conformaban el per¨ªmetro claustral, los artesonados de madera trenzados a finales del siglo XIX y, desde luego, la augusta escalera de forja cuya perspectiva dilata las pupilas tanto si se mira desde abajo como desde arriba.

A pie de calle se sit¨²a una terraza utilizada para el desayuno y una cena corta, pero elaborada con mucha originalidad. Al fondo se suceden varios salones. Otra terraza se adereza de piscina, sol¨¢rium, zona de descanso. Y ya en el ¨¢tico, buenas vistas.

Sus 61 habitaciones dobles se distribuyen en cuatro plantas, muchas de las cuales conservan los rasgos originales del convento. A la 304 podr¨ªamos considerarla como la m¨¢s atractiva por su decoraci¨®n minimalista, aunque sin pronunciamientos cartesianos, su ducha generosa y juguetona, la ba?era de hidromasaje para dos y tambi¨¦n por su ajimez abierto a las famosas Setas de Sevilla.

Menos mal que la insonorizaci¨®n de todo el edificio es buena, porque el ruido llega amplificado hasta el interior a poco que uno se deje las ventanas abiertas. De noche, la iluminaci¨®n racional de la fachada a?ade categor¨ªa al edificio.