24 horas en Estepona, colores y sabores malague?os

Estepona es mucho m¨¢s que el famoso (y ya retirado) tobog¨¢n que estuvo a punto de descalabrar a m¨¢s de uno con su vertiginosa pendiente. La ciudad se refugia en el extremo occidental de M¨¢laga, donde esa provincia acaba para dar paso a C¨¢diz. Ha resurgido con fuerza tras una turbia etapa pol¨ªtica. Y lo ha hecho con espacio para andar: hasta 16 kil¨®metros de calles peatonales y 18 m¨¢s de senda litoral. Al norte, el paraje natural Los Reales de Sierra Bermeja esconde abetos prehist¨®ricos, los pinsapos, y estupendas vistas panor¨¢micas a buena parte de la Costa del Sol.

9.00 Desayuno de campeones

Nada como un mollete para desayunar. Dif¨ªcil arrancar mejor el d¨ªa que uno con aceite, tomate y jam¨®n servido en el bar El Caliente (1) (calle Real, 68). Tambi¨¦n hay pitufos ¡ªpanecillo t¨ªpico malague?o¡ª y tostadas. Si hay problemas para elegir, mejor dejarse aconsejar porque en la carta tienen decenas de propuestas para los primeros bocados ma?aneros. Otra opci¨®n es desplazarse unos 200 metros hasta la churrer¨ªa Parrado (2). Exquisitez.

10.00 Entre buganvillas y arte urbano

Recorrer la ciudad es muy f¨¢cil: el peat¨®n ha ganado en ocho a?os todo lo que hab¨ªa perdido en varias d¨¦cadas. Estepona cuenta con un centenar de nuevas calles peatonales en el centro hist¨®rico, decoradas con 10.000 macetas que ofrecen la sensaci¨®n de ir paseando por un peque?o pueblo blanco andaluz. El derribo de viejos edificios ha servido para crear nuevos pasajes llenos de floreadas buganvillas, como el dedicado a Alicia Padierna (3). Muy cerca, la plaza de Begines (4) transporta al pasado. De las ventanas de las peque?as casas que pueblan esta zona salen aromas de pimientos asados y caldo de puchero. Y los edificios m¨¢s altos est¨¢n decorados con enormes murales: hay medio centenar y conforman una estupenda ruta para ir descubriendo Estepona. Entre los m¨¢s impactantes, D¨ªa de pesca, en la calle de la Terraza, y Regando el jard¨ªn, en la avenida de Andaluc¨ªa.

12.00 1.300 especies de orqu¨ªdeas

Las orqu¨ªdeas son guerreras. Llevan en el planeta desde el Cret¨¢cico y, aunque parezcan delicadas, se adaptan a cualquier territorio. Ya sea el desierto de Arizona o en el Himalaya a 4.000 metros de altura. Algunas son diminutas y otras pesan hasta tres toneladas. En el orquidario de Estepona (5) (entrada: 3 euros) hay unos 5.000 ejemplares de 1.300 especies en la mayor superficie muse¨ªstica dedicada a esta planta en toda Europa: tiene 1.000 metros cuadrados y 15.000 metros c¨²bicos de volumen. El moderno edificio, levantado sobre una antigua cooperativa agr¨ªcola, ofrece un apasionante recorrido por un bosque artificial donde observar entre 100 y 200 variedades de orqu¨ªdea en flor en cualquier momento del a?o. Se reconocen f¨¢cilmente por la simetr¨ªa de sus tres p¨¦talos y sus tres s¨¦palos. Y tienen fragancias a vainilla, miel, melocot¨®n, chocolate, carne podrida o heces de cabra. ¡°Cada una tiene su truco para atraer a los insectos y conseguir la polinizaci¨®n¡±, cuenta Manuel Lucas, conservador del orquidario.

14.00 Rico pesca¨ªto

Junto al Museo Arqueol¨®gico (6), el Mausoleo Romano (7) y el castillo de San Luis (8) est¨¢ el coqueto mercado de San Luis (9) (Villa, 9), con DJ en directo. Sus puestos ofrecen ramen, sushi, hamburguesas, pasta y m¨¢s molletes. A unos metros, La Bodeguita del Chato (Santa Ana, 8), con buenas tapas y rico verm¨². Tras el aperitivo, merece la pena recorrer el cercano paseo mar¨ªtimo de Estepona (10), con una curiosa mezcla de establecimientos. Sobre la arena, modernos chiringuitos y barcas con espetos. Sobre el asfalto, lo mismo un Burger King que un Electrochollo con batidoras en oferta. Una de las mejores opciones para almorzar es La Escollera (11). Llegar es f¨¢cil: hay que guiarse por la luz. Est¨¢ a los pies del faro de Punta Doncella ¡ªen activo y construido en 1922¡ª y junto a la lonja, en pleno puerto pesquero, donde durante el d¨ªa los pescadores zurcen las redes. Hay salmonetes, boquerones y toda la gama de pesca¨ªto malague?o. Tambi¨¦n un sabroso gallo San Pedro frito, gambas cocidas y conchas finas. Las raciones son generosas, y la relaci¨®n calidad precio, gustosa.

17.00 Tarde junto al Mediterr¨¢neo

Hacia el este del puerto pesquero se extiende la playa m¨¢s popular, La Rada (12). Tres kil¨®metros de ancho arenal con espacio suficiente para que locales y turistas extiendan sus toallas. Si el tiempo lo permite, es un buen momento para echar una siesta bajo la sombrilla o darse un chapuz¨®n. Los m¨¢s activos pueden pasear por la arena hasta llegar a La Buena Vida (13) para tomar un caf¨¦ o seguir andando por la senda litoral que bordea el Mediterr¨¢neo con el perfil del pe?¨®n de Gibraltar dibujado en el horizonte.

19.00 Atardecer en la playa

Es el momento ideal para probar deportes como el paddle surf. Un magn¨ªfico rinc¨®n para ello es la playa de El Veler¨ªn (14), a 8 kil¨®metros del casco urbano. Las tablas se alquilan junto al chiringuito Sonora Beach, donde tomar un buen mojito y disfrutar del atardecer. Tiene hamacas, restaurante y zona de masajes. Programa conciertos y sesiones de DJ, con DJ Floro entres los habituales.

21.00 Cena india

Para salir de los cl¨¢sicos hay numerosos restaurantes indios. India House (15), Mini India Diana (16) o Chilli Estepona (17) son buenas opciones. Todos a las afueras. Si lo que buscamos es terminar de conocer el centro, un buen punto de partida es Las Brasas de Alberto (18), con especialidad en carnes que maridan con una amplia carta de vinos con hueco para la denominaci¨®n de origen Sierras de M¨¢laga. Est¨¢ en la plaza de Ortiz, la primera que se remodel¨® en el plan de peatonalizaci¨®n. Para bajar la cena, nada como pasear por las callejuelas renovadas y llegar a la plaza de San Francisco (19), dominada por la iglesia de Nuestra Se?ora de los Remedios. Los cercanos Casa Veracruz (20) o Casa de la Borrega (21) son dos hoteles boutique para pasar la noche. Quiz¨¢ la primera de muchas.