15 grandes viajes en tren que tal vez no conozcas
Del serpenteante recorrido entre las ciudades iran¨ªes de Andimeshk y Dorud a una ruta espectacular por las tierras altas eslovenas en la l¨ªnea de ferrocarril de Bohinj
1. A trav¨¦s de Ir¨¢n
De Andimeshk a Dorud
Serpenteante como una caravana de la Ruta de la Seda, esta ruta ferroviaria se asoma al monta?oso coraz¨®n de la antigua Persia y, sobre todo, invita a convivir con la hospitalaria poblaci¨®n local (rara vez viajaremos con turistas). El transiran¨ª, que circula desde Andimeshk, en el sur, hasta Dorud, al norte, es un prodigio de la ingenier¨ªa: construido a base de explosivos en los impresionantes montes Zagros, se aferra a las vertientes de remotos valles fluviales, pasa bajo inmensos picos, cruza enormes desfiladeros y discurre junto a cascadas, envuelto por un paisaje inh¨®spito e inolvidable, como el que se contempla durante el ascenso desde la planicie de Juzest¨¢n hasta la alta meseta del m¨ªtico Lorest¨¢n. Encargado por el Sha en la d¨¦cada de 1930 y trazado por ingenieros europeos, su sistema de t¨²neles, viaductos y espirales superpuestas fue propuesto para la lista patrimonio mundial de la Unesco.
C¨®mo viajar: suele haber un ¨²nico trayecto diario (209 kil¨®metros; 5-7 horas de trayecto) y los horarios cambian con frecuencia. Pueden reservarse plazas con antelaci¨®n (en agencias de viaje locales y en cualquier estaci¨®n) y es preferible evitar los jueves y viernes (fin de semana en Ir¨¢n) y el Nowruz (A?o Nuevo iran¨ª, en marzo). Se recomienda llevar comida (y compartirla), y no fotografiar infraestructuras (estaciones, puentes, v¨ªas). M¨¢s informaci¨®n sobre visados en www.rai.ir
2. Tren Tazara, safari sobre ra¨ªles
De Dar es Salaam (Tanzania) a Kapiri Mposhi (Zambia)
El trayecto del Tazara (Tanzania and Zambia Railway Authority) se acompasa al pausado ritmo de vida africano: 46 horas (que pueden alargarse) para recorrer 1.860 kil¨®metros, desde Dar es-Salaam, portuaria ciudad de Tanzania, hasta New Kapiri Mposhi, en Zambia. Eso s¨ª: ofrece la posibilidad de observar grandes animales desde la ventanilla. Tambi¨¦n la vida cotidiana, el clamor y el caos que se desatan cuando el tren llega a una parada (prevista o imprevista). La experiencia de subir al Mukuba Express merece la pena: desde la estaci¨®n Tazara de Dar es Salaam, construida, como el resto de la l¨ªnea, por ingenieros chinos en la d¨¦cada de 1970, los alegres bandazos del Mukuba Express ¡ªque originalmente facilitaban el transporte de cobre desde Zambia hasta el mar¡ª discurre primero por la llanura costera y atraviesa despu¨¦s cientos de kil¨®metros de sabanas de ensue?o. Los sonidos, los olores y el calor de la Tanzania meridional se cuelan por la ventanilla. Y cuando el tren pasa por la reserva de Selous (la primera noche del trayecto) llega la oportunidad de avistar jirafas, elefantes y otros grandes ejemplares de la fauna africana.
C¨®mo viajar: hay dos trenes semanales en cada sentido; el Mukuba Express desde Dar es-Salaam (ida los viernes, regreso los martes) y el Kilimanjaro Ordinary desde New Kapiri Mposhi. No se pueden sacar billetes online (por tel¨¦fono o en la estaci¨®n) pero s¨ª obtener informaci¨®n en www.seat61.com (tel¨¦fonos, agencias de viaje y detalles sobre ambos trenes) y tazarasite.com. Se puede reservar desde un asiento simple a coches cama (limpios y c¨®modos) con compartimentos de cuatro o seis literas unisex.
3. Sunset Limited, la Ruta 66 ferroviaria
De Nueva Orleans a Los ?ngeles (Estados Unidos)
Desde los bares del Barrio Franc¨¦s de Nueva Orleans hasta las olas del Pac¨ªfico, el Sunset Limited es la opci¨®n perfecta para quien haya so?ado atravesar Estados Unidos alguna vez pero no tenga muchas ganas de pasar dos semanas conduciendo un coche. Lo ¨²nico que hay que hacer es relajarse en el asiento y ver pasar los paisajes: los pantanos de Luisiana, los rascacielos de Houston, los desiertos de Texas y Arizona, las colinas de California y, finalmente, las playas doradas de Los ?ngeles. Inaugurado en 1894 como Sunset Express, fue la segunda l¨ªnea ferroviaria estadounidense de costa a costa (la Pacific Railroad, de 1869, fue la primera), abri¨® al comercio las ricas plantaciones del sur y revolucion¨® el tiempo del trayecto transcontinental de pasajeros: de varias semanas a varios d¨ªas. Rebautizada como Sunset Limited, actualmente circula tres veces por semana y completa su recorrido (3.211 kil¨®metros) en dos d¨ªas. Equipado con coches cama, el viaje puede hacerse ¨ªntegramente a bordo o, si se quiere, apearse en cualquier parada para pernoctar y volver a subir en el siguiente tren que pase por la ciudad ¡ªHouston, El Paso, Palm Springs¡ª al cabo de un par de d¨ªas (aunque supone un incremento del precio, con tarifas aparte). Algo as¨ª como la versi¨®n ferroviaria de la Ruta 66.
C¨®mo viajar: hay dos opciones al reservar una cabina en coche cama; Superliner Roomette (dos asientos que se abaten formando una litera, m¨¢s una litera superior plegable y ba?o compartido en el pasillo) y Superliner Bedroom (m¨¢s espaciosa y con ba?o privado). Tambi¨¦n hay cabinas para familias e incluso servicio de habitaciones. El sal¨®n Sightseer, con asientos giratorios y ventanas panor¨¢micas de suelo a techo, ofrece las mejores vistas. Hay salidas semanales en ambos sentidos y reservas en www.amtrak.com/sunset-limited-train.
4. Canad¨¢ salvaje a bordo del Rupert Rocket
De Jasper a Prince Rupert
Esta encantadora l¨ªnea de VIA Rail entre Jasper y Prince Rupert invita a dos d¨ªas de traves¨ªa (1.160 kil¨®metros) a bordo de vagones retro con laterales de acero de la d¨¦cada de 1950 que recuerdan la ¨¦poca dorada de los viajes de lujo. El Park Car tiene dos niveles, una c¨²pula sobre los asientos del nivel superior y un coqueto saloncito debajo. El Rupert Rocket (cohete de Rupert), trazado ya centenario, es una conexi¨®n regular entre paisajes impresionantes de las provincias de Alberta y la Columbia Brit¨¢nica, que incluye la posibilidad de avistar fauna salvaje desde la ventanilla: uapit¨ªes rumiando, muflones quietos como estatuas, delicados ciervos y, los m¨¢s esperados, osos negros y grizzlis. Tras dejar atr¨¢s las Monta?as Rocosas, la enorme Cadena Costera brinda tambi¨¦n escenarios alucinantes, entre una continua sucesi¨®n de puentes y t¨²neles. Tambi¨¦n podremos observar alguna de las peque?as estaciones de madera con tejados acampanados construidas por Grand Trunk Pacific Railway, como la de McBride, donde el convoy suele detenerse para que los pasajeros puedan hacer fotos y pedir un caf¨¦ para llevar en su acogedora cantina.
C¨®mo viajar: de junio a septiembre se habilita una clase tur¨ªstica especial a bordo, con espaciosos asientos en el vag¨®n panor¨¢mico, comidas de estilo avi¨®n y acceso exclusivo al Park Car (la clase econ¨®mica funciona igualmente). Los trenes salen de Jasper los domingos, mi¨¦rcoles y viernes (todo el a?o), hacen noche en Prince George (conviene buscar hotel con antelaci¨®n) y al llegar a Prince Rupert conectan con la l¨ªnea de BC Ferries a Port Hardy, en la isla de Vancouver, o a las islas de Haida Gwaii. Se pueden reservar los billetes en la web de VIA Rail (www.viarail.ca).
5. El expreso de la Reunificaci¨®n
De Ciudad Ho Chi Mihn a Han¨®i (Vietnam)
Tambi¨¦n conocido como el Ferrocarril Norte-Sur, esta popular l¨ªnea ferroviaria de Vietnam ha sufrido los mismos altibajos que el pa¨ªs que recorre. M¨¢s de 1.700 kil¨®metros en dos d¨ªas desde Han¨®i, al norte, hasta Ciudad Ho Chi Minh (la antigua Saig¨®n), en el sur, que conectan de forma muy evocadora las dos grandes metr¨®polis vietnamitas, y los tesoros que hay en el camino. El tren naci¨® durante el dominio colonial franc¨¦s de Indochina, para que comunicara las regiones norte y sur de su territorio, pero pronto qued¨® atrapado por el tumultuoso devenir de Vietnam durante el siglo XX: fue secuestrada por las fuerzas invasoras japonesas durante la II Guerra Mundial, poco despu¨¦s pas¨® a ser objetivo b¨¦lico durante la I Guerra de Indochina, cuando las guerrillas del Viet Minh atacaban los trenes acorazados que circulaban por ella. Pero el episodio m¨¢s conocido de su historia lleg¨® durante la Guerra de Vietnam, cuando la l¨ªnea fue usada para transportar tanques y artiller¨ªa, algunos tramos fueron dinamitados y se bombardearon muchos de sus puentes. La l¨ªnea qued¨® partida en dos entre Vietnam del Norte y Vietnam del Sur. Algunos a?os despu¨¦s, cuando volvi¨® a conectar Saig¨®n y Han¨®i en 1976, el tren se convirti¨® en un s¨ªmbolo de la solidaridad y la recuperaci¨®n del pa¨ªs.
C¨®mo viajar: circulan varios tipos de trenes con diferentes clases de billete seg¨²n el grado de confort, y aunque los turistas suelen preferir los compartimentos de seis literas blandas, se pueden reservar vagones privados m¨¢s lujosos y con aire acondicionado (livitrans.com, violetexpresstrain.com). Hay cuatro o cinco salidas diarias (todo el a?o) al norte y al sur (generalmente a primera hora de la ma?ana y ¨²ltima de la tarde) y se puede reservar plaza mediante agencias como Baolau o 12Go Asia; hacer paradas en destinos como como Hu¨¦ o Danang requiere varias reservas. Una recomendaci¨®n: sentarse en la ventanilla derecha cuando se viaja hacia el norte para tener las mejores vistas del puerto de las Nubes.
6. La antigua Birmania en tren
De Mandalay a Lashio (Myanmar)
Puede que los trenes de la ¨¦poca colonial de Myanmar (la antigua Birmania) chirr¨ªen por el peso del tiempo, pero es parte de su encanto. El que discurre entre monta?as hacia el noreste desde Mandalay hasta Lashio (201 kil¨®metros, unas 15 horas), el final de la carretera de Birmania durante la guerra, traquetea especialmente al pasar por el precario viaducto de Gokteik, que desaf¨ªa al paso de los siglos sobre un valle que parece no tener fondo de camino a la colonial estaci¨®n de monta?a de Pyin U Lwin. Transitar por estas v¨ªas es hacer un viaje por el tiempo, mientras que los bungal¨®s coloniales, las aldeas de las tribus de monta?a y los monasterios en el bosque se ven pasar fugazmente entre el follaje de la selva. Hay puentes de acero que atraviesan profundas gargantas, pero tambi¨¦n tramos que permiten relajarse y localizar monasterios y estupas doradas entre bosques y aldeas.
C¨®mo viajar: las comodidades a bordo del tren (con una salida diaria en ambos sentidos todo el a?o) son limitadas; merece la pena pagar un poco m¨¢s por un asiento acolchado de clase superior (incluye un servicio b¨¢sico de comidas), y es recomendable comprar los billetes (en las estaciones del trayecto) con un par de d¨ªas de antelaci¨®n; se requiere el pasaporte).
7. Atravesando la estepa siberiana
De Taishet a Sovetskaya Gavan (Rusia)
Esta l¨ªnea f¨¦rrea recorre m¨¢s de 4.320 kil¨®metros por la estepa siberiana, comunica asentamientos remotos, se concibi¨® como la mayor obra de la historia de la URSS y no es el Transiberiano. El Baikal-Amur (BAM) fue construido casi un siglo despu¨¦s, es m¨¢s fr¨ªo y m¨¢s remoto, atraviesa parajes igualmente espectaculares, pero apenas atrae a turistas. Y es que es un viaje para viajeros curtidos, pues los placeres del BAM, a ojos de algunos, bordean lo perverso: tumbarse acurrucado en un peque?o compartimento durante 36 horas; asomarse por la ventanilla y ver bosques de abedules infinitos sin el m¨¢s m¨ªnimo indicio de presencia humana; apearse en estaciones inh¨®spitas en las que el fr¨ªo paralizador del invierno (hasta temperaturas de 60 grados bajo cero) puede congelar el l¨ªquido de los globos oculares¡ Para apreciar esta aventura hay que entender la extraordinaria historia del BAM: las obras empezaron en la d¨¦cada de 1970 para conectar rincones de Siberia, de gran riqueza mineral, y construir una nueva utop¨ªa comunista en el virgen territorio del salvaje oriente ruso. Pero la construcci¨®n no fue bien: el permafrost deformaba las v¨ªas, los obreros voluntarios fallec¨ªan por las duras condiciones¡ Actualmente muchas de las ciudades construidas ex profeso est¨¢n deshabitadas, pero el tren sigue siendo un salvavidas para algunas de las comunidades m¨¢s remotas del planeta.
C¨®mo viajar: en el BAM solo hay billetes de dos clases, Kupe (compartimentos de cuatro literas que se convierten en asientos) y Platskartny (vagones de tipo dormitorio colectivo). Los horarios de las comidas a bordo pueden ser impredecibles; los carteles de las estaciones est¨¢n en cir¨ªlico, y para recorrer la l¨ªnea completa (4 d¨ªas) hay que realizar conexiones entre, al menos, tres servicios. El BAM circula todo el a?o y se pueden reservar billetes en eng.rzd.ru.
8. El tren de las monta?as Nilgiri
De Mettupalayam a Ooty (India)
El ¨²nico tren de cremallera de India, que asciende por las arom¨¢ticas monta?as Nilgiri, tiene cierto aire retrofuturista. Declarado patrimonio mundial en 2005, el trayecto desde Mettupalayam hasta Ooty (Udhagamandalam) se abre camino por las frescas y f¨¦rtiles tierras altas de Tamil Nadu, donde los colonizadores brit¨¢nicos se refugiaban del calor tropical de las planicies. Aqu¨ª uno disfruta de pasos por puentes precarios, vistas panor¨¢micas, un verde exuberante, la nostalgia por las m¨¢quinas de vapor antiguas y el aroma del especiado t¨¦ indio al atravesar las plantaciones de Nilgiri. Sus escasos 46 kil¨®metros de lento recorrido (unas 4 horas y media) se abre camino por densas junglas con tramos que superan el 8% de desnivel (solo cuatro l¨ªneas f¨¦rreas en el mundo superan dicha inclinaci¨®n), una demostraci¨®n de ingenier¨ªa ferroviaria motivada por una sencilla raz¨®n: el calor. Los funcionarios de la provincia de Madr¨¢s, acostumbrados a los tibios veranos brit¨¢nicos, languidec¨ªan durante el c¨¢lido y pegajoso monz¨®n, y cada a?o, de mayo a octubre, hu¨ªan al verde frescor de los montes Nilgiri, acarreando consigo la proliferaci¨®n de plantaciones de t¨¦ en la zona, que empez¨® a producir las infusiones m¨¢s refinadas del sur de India. Actualmente, gracias a las m¨¢s de 200 pel¨ªculas de Bollywood ambientadas en estas verdes y agradables monta?as, el viaje en tren hasta Ooty se ha convertido en un im¨¢n para matrimonios en plena luna de miel. Y, probablemente, todo aquel turista extranjero que vaya a bordo acabar¨¢ posando en el ¨¢lbum de fotos de la boda, por expresa petici¨®n de los reci¨¦n casados.
C¨®mo viajar: el tren de las monta?as Nilgiri suele arrastrar tres o cuatro vagones, por lo que hay que reservar con mucha antelaci¨®n (al menos dos semanas, sobre todo en primera clase, m¨¢s confortable y con mejores vistas) en la web www.indianrail.gov.in. Una advertencia: no sirven comidas a bordo (se pueden comprar tentempi¨¦s en las estaciones de Mettupalayam u Ooty). Hay un trayecto completo diario de Mettupalayam a Ooty (sale a las 7.10 y regresa a las 14.00) y otros tres m¨¢s entre Coonoor y Ooty.
9. El Nakasendo nip¨®n, en versi¨®n ferroviaria
De Nagoya a Matsumoto (Jap¨®n)
M¨¢s all¨¢ de los trenes bala, Jap¨®n tambi¨¦n ofrece l¨ªneas f¨¦rreas m¨¢s lentas que atraviesan paisajes fascinantes, como los Alpes japoneses siguiendo el trazado del antiguo Nakasendo, o camino de postas. Este tren (incluido en el Japan Rail Pass) atraviesa peque?as aldeas de monta?a en las que perviven ancestrales edificios de madera y los artesanos siguen elaborando cuencos a mano. Si se combina con la versi¨®n senderista del camino Nakasendo podremos experimentar c¨®mo recorr¨ªan los viajeros y comerciantes de anta?o la ruta que conectaba la antigua Edo (hoy Tokio) con Kioto. El convoy recorre el tramo conocido como Kisoji (46 kil¨®metros, 4 horas) a trav¨¦s del valle de Kiso, un trayecto que serpentea siguiendo la l¨ªnea del r¨ªo, compa?ero de viaje. La puntualidad y eficacia japonesa no es aqu¨ª lo importante. El tren avanza pausadamente por un paraje m¨¢s propio de rutas a pie o a caballo, y que en otro tiempo precisaba de decenas de paradas (postas) para llegar al destino. Actualmente estos pueblos ¡ªcomo una aldea del per¨ªodo Edo (1603-1868) perfectamente conservada¡ª son su mayor atractivo, e invitan a reservar varios d¨ªas para disfrutar del viaje.
C¨®mo viajar: los trenes salen desde Nagoya con bastante regularidad, pero debemos asegurarnos de subir a los identificados como JR Chuo Line. En Nakatsugawa hay que hacer un transbordo para tomar el tren del valle de Kiso. El abono Japan Rail Pass permite viajar en tren sin l¨ªmites, por lo que se puede hacer la ruta completa, alojarse en la agradabil¨ªsima Matsumoto y combinar la experiencia con excursiones de un d¨ªa para visitar con calma las aldeas del camino de postas. El oto?o (de septiembre a noviembre) es la mejor ¨¦poca, ya que disfrutaremos del momijigari, el pasatiempo japon¨¦s de ¡°ver las hojas del oto?o¡±.
10. Por el coraz¨®n de los Balcanes
De Belgrado (Serbia) a Bar (Montenegro)
A pesar del inmaculado paisaje que atraviesa, este tren escapa a casi todos los mapas tur¨ªsticos. Desde Belgrado, capital serbia, hasta Bar, en la costa adri¨¢tica de Montenegro, es un fascinante viaje de 476 kil¨®metros y 12 horas que se adentra en los Alpes Din¨¢ricos, enfila ca?ones y puentes que salvan gargantas fluviales, y se desliza por encima de un antiguo lago tect¨®nico. Cuando en 1951 comenz¨® su construcci¨®n, la entonces Rep¨²blica Federal Socialista de Yugoslavia era todav¨ªa una inestable uni¨®n de Estados al oeste de la pen¨ªnsula Balc¨¢nica. Cuando la ruta f¨¦rrea se inaugur¨®, en 1976, con 254 t¨²neles y 234 puentes que serpentean entre la llanura Pan¨®nica y el mar Adri¨¢tico, el pa¨ªs era una potencia geopol¨ªtica y un v¨ªnculo entre Occidente y la Uni¨®n Sovi¨¦tica. A pesar de la posterior (y desgarradora) fragmentaci¨®n de la antigua Yugoslavia, la l¨ªnea sobrevive, comunica Serbia y Montenegro, y ofrece una ventana privilegiada para contemplar el paisaje balc¨¢nico en estado puro, a trav¨¦s de parajes surcados por griegos e ilirios primero, y posteriormente, por los imperios romano, bizantino, otomano y austroh¨²ngaro.
C¨®mo viajar: hay dos servicios diarios en ambos sentidos a bordo de vagones antiguos pero c¨®modos, que en el convoy nocturno permite elegir entre compartimentos de 2 o 3 camas, o de 4 o 6 literas. Los billetes se reservan en la estaci¨®n el d¨ªa anterior (horarios y m¨¢s informaci¨®n en srbvoz.rs) y aunque los trenes suelen tener vag¨®n restaurante es buena idea comprar agua, tentempi¨¦s y algo m¨¢s sustancioso en la panader¨ªa de la estaci¨®n de Belgrado antes de embarcar.
11. Los Alpes desde el Bernina Express
De Coira (Suiza) a Tirano (Italia)
Las ventanillas panor¨¢micas del Bernina Express se asoman a monta?as coronadas por glaciares, barrancos adornados de cascadas e interminables bosques de p¨ªceas. El trayecto de 156 kil¨®metros y 4 horas de duraci¨®n desde Coira, en el cant¨®n suizo de los Grisones, hasta Tirano, al norte de Italia, es un prodigio de la ingenier¨ªa de principios del siglo XX, y el tramo conocido como l¨ªnea Albula de RhB fue incluido es patrimonio mundial de la Unesco. El tren, un Hornby de v¨ªa estrecha con un mantenimiento impecable, de color rojo, se desliza por viaductos en espiral y supera fuertes pendientes de hasta el 7%.
C¨®mo viajar: hay salidas a diario y se pueden reservar los billetes con antelaci¨®n en www.rhb.ch y www.sbb.ch. Las mejores vistas se consiguen desde la parte derecha del tren (en direcci¨®n sur), y entre julio y finales de octubre el Bernina Express incorpora vagones panor¨¢micos abiertos entre Davos Platz y Tirano, con vistas en todas direcciones, aire fresco y buenas oportunidades para hacer fotos. Una alternativa son los trenes regulares de la SBB, pues realizan la misma ruta aunque sin ventanillas panor¨¢micas; eso s¨ª, hay m¨¢s variedad de horarios, no precisan de reserva y son m¨¢s baratos.
12. El desconocido Bergensbanen
De Oslo a Bergen (Noruega)
Maravilla de la construcci¨®n ferroviaria del siglo XIX, que super¨® un sinf¨ªn de dificultades para unir Oslo y Bergen a trav¨¦s de monta?as y fiordos, lagos, valles y glaciares (por no hablar de la inmensa meseta monta?osa de Hardangervidda, cubierta de nieve gran parte del a?o), el Bergensbanen es, sin embargo, casi desconocido fuera de Noruega. En poco m¨¢s de 6 horas y 490 kil¨®metros permite asomarse a todo el esplendor paisaj¨ªstico y natural del pa¨ªs n¨®rdico: atraviesa ca?ones, cruza r¨ªos, se encarama por laderas y se adentra en est¨¦riles extensiones de hielo. Las obras empezaron en diciembre de 1875 y no culminaron hasta 1909, prueba de la complejidad del trazado, pero cuando el primer convoy lleg¨® a la estaci¨®n central de Oslo el rey Haakon VII lo describi¨® como ¡°la obra maestra de nuestra generaci¨®n¡±. M¨¢s de un siglo despu¨¦s sigue funcionando con la eficacia de un reloj, ahora con una mezcla de turistas y trabajadores a bordo.
C¨®mo viajar: el Bergensbanen es un tren regular, pero c¨®modo: asientos espaciosos y confortables, grandes ventanillas, wifi gratis y bar bien surtido. La clase Komfort tiene asientos m¨¢s grandes, enchufes y t¨¦ y caf¨¦ gratis. En el vag¨®n familiar hay zonas de juegos para los ni?os y los trenes nocturnos disponen de coches cama. Hay hasta cuatro servicios diarios entre Oslo y Bergen en ambos sentidos y se puede reservar plaza en la web www.nsb.no (los precios var¨ªan seg¨²n la demanda).
13. Inlandsbanan, ritmo lento por los bosques suecos
De Mora a G?llivare (Suecia)
?En cu¨¢ntas l¨ªneas ferroviarias del mundo el maquinista puede, si surge la ocasi¨®n, detener el tren para que los pasajeros bajen a recoger bayas? ?O para darse un ba?o en un lago cercano o contemplar un alce paseando por un claro del bosque? Aunque suene incre¨ªble, esto no es infrecuente en la l¨ªnea Inlandsbanan (Tren del interior), que atraviesa los impecables bosques del interior de Suecia, a lo largo de dos d¨ªas y unos 1.288 kil¨®metros. Incomprensiblemente lento y conscientemente exc¨¦ntrico, es uno de los trenes m¨¢s amables de Europa. Un tren rojo con un ¨²nico vag¨®n (solo funciona en verano) que pasa, una vez al d¨ªa, por estaciones de cuento. Ideada a principios del siglo XX como un acceso al agreste norte de Suecia, estuvo a punto de clausurarse en la d¨¦cada de 1990 debido al exiguo n¨²mero de pasajeros. En los ¨²ltimos a?os, no obstante, ha experimentado un resurgimiento gracias a sus muchas y variadas peculiaridades, convertidas en atractivo tur¨ªstico. Como disfrutar de largas conversaciones con el maquinista en la cabina mientras se otean osos cruzando las v¨ªas algo m¨¢s adelante. Pero sobre todo invita a un viaje hacia una tierra ignota, el desconocido interior de Suecia.
C¨®mo viajar: el Inlandsbanan suele incorporar uno o dos vagones y no dispone de coches cama, por lo que todos los pasajeros deben pasar noche en ?stersund. Suele funcionar de principios de junio a mediados de agosto, con salidas diarias en los tramos norte y sur de la l¨ªnea (Mora-?stersund y ?stersund-G?llivare). Los billetes pueden reservarse con antelaci¨®n por Internet en inlandsbanan.se, pero la mejor forma de viajar es con la tarjeta Inlandsbanan, que ofrece viajes ilimitados durante un m¨¢ximo de dos semanas y permite conocer la regi¨®n a fondo.
14. Los trenes galeses de v¨ªa estrecha
En los ferrocarriles Ffestiniog y Welsh Highland (Gales)
Ffestiniog y Welsh Highland son unas l¨ªneas por las que las diminutas locomotoras de vapor se entretienen en peque?as estaciones y serpentean entre las imponentes monta?as de Gales del Norte durante 63 kil¨®metros (que hace en cuatro horas). Este trayecto, en el que se combinan la compa?¨ªa ferroviaria en activo m¨¢s antigua del mundo, Ffestiniog, y la l¨ªnea hist¨®rica m¨¢s larga del Reino Unido, Welsh Highland, puede hacerse en un d¨ªa. A su paso junto a canteras de pizarra y minas abandonadas, los viajeros pueden comprobar c¨®mo la Revoluci¨®n Industrial alter¨® para siempre el paisaje gal¨¦s y, al mismo tiempo, ver la naturaleza brit¨¢nica en todo su esplendor, gracias a los oscuros bosques, valles fluviales y cumbres azotadas por el viento de Snowdonia.
A pesar de ser muy querida por su flota de ilustres locomotoras de vapor, el ferrocarril Ffestiniog naci¨®, en realidad, sin tener ninguna; por no tener, no ten¨ªa ni pasajeros. Se construy¨® en 1833 para transportar pizarra desde las canteras de Blaenau Ffestiniog hasta los barcos que esperaban en el mar de Irlanda; cuesta abajo, los trenes funcionaban por gravedad y luego se usaban caballos para tirar de los vagones vac¨ªos cuesta arriba hasta que las locomotoras de vapor les tomaron el relevo a mediados del siglo XIX.
C¨®mo viajar: casi todos los pasajeros suben a vagones est¨¢ndar de tercera clase. Tambi¨¦n se puede pagar algo m¨¢s por sentarse en los de primera, de estilo Pullman, con tejidos afelpados, asientos c¨®modos y ¡ªlo mejor de todo¡ª grandes ventanillas con magn¨ªficas vistas de las monta?as. En ambas l¨ªneas tambi¨¦n hay un bar que sirve comida caliente y fr¨ªa y en algunos servicios tambi¨¦n hay t¨¦ de la tarde. Durante todo el a?o hay rutas especiales, desde fines de semana victorianos hasta actividades navide?as. Los trenes de ambas l¨ªneas tienen horarios de temporada: el Ffestiniog tiene hasta ocho salidas diarias en pleno verano (julio y agosto), mientras que el Welsh Highland tiene tres salidas diarias en hora punta. Las dos cierran durante per¨ªodos prolongados en invierno (de noviembre a febrero). Y es que la ruta est¨¢ m¨¢s bonita en pleno verano, cuando el tiempo gal¨¦s es m¨¢s benigno. Es f¨¢cil reservar por internet (www.festrail.co.uk) y tambi¨¦n se pueden comprar los billetes en las principales estaciones.
15. En tren por Eslovenia
De Nova Gorica a Jesenice (Eslovenia)
He aqu¨ª una aventura en tren casi perfecta de la que pocos han o¨ªdo hablar. Al fin y al cabo, la l¨ªnea de ferrocarril de Bohinj conecta dos lugares cuya importancia puede escap¨¢rseles a los viajeros modernos. El modesto tren que sale de una parada de esplendor ajado en la frontera de Italia y Eslovenia no da la m¨¢s m¨ªnima pista de lo que est¨¢ por venir. El viaje es un recorrido de 112 kil¨®metros en dos horas espectacular por puntos destacados de las tierras altas eslovenas: sube por ciudades y pueblos de monta?a siguiendo el r¨ªo Soca, surca magn¨ªficos parajes alpinos cerca del lago Bohinj y pasa junto al famos¨ªsimo lago Bled.
El Imperio austroh¨²ngaro dej¨® una red de l¨ªneas f¨¦rreas que resultan curiosas a los ojos modernos; y salen desde Viena en disposici¨®n radial hacia partes importantes de este reino perdido. Es el caso de este ferrocarril Bohinj, o Transalpina, que llegaba hasta la ciudad portuaria de Trieste, hoy italiana. Pero actualmente solo sigue en funcionamiento entre Jesenice y Nova Gorica. La sensaci¨®n de estar descubriendo una parte perdida de la historia europea nos acompa?ar¨¢ desde el principio, desde la misma estaci¨®n de Nova Gorica, donde se cruza la frontera entre Eslovenia e Italia para pasear por la hist¨®rica ciudad italiana de Gorizia. El imponente edificio de la estaci¨®n, que se antoja demasiado grande para el servicio regional en el que se est¨¢ a punto de embarcar, refleja la importancia de la l¨ªnea y de su enclave.
El tren es una forma de ver los paisajes de la zona, sus colinas y monta?as envueltas en nubes, las antiguas estaciones y algunos de los lugares m¨¢s llamativos del pa¨ªs. Y es que la mayor¨ªa de los viajes en tren por Eslovenia tienen momentos espectaculares. El precioso trayecto de Liubliana a Sezana y hasta Villa Opicina, ya en Italia, es el complemento perfecto.
C¨®mo viajar: al tener pocas posibilidades de que alguien ocupe el asiento de al lado, este viaje de dos horas ofrece una perspectiva sin agobios. Los billetes se compran al llegar a la estaci¨®n de Nova Gorica o Jesenice y solo hay segunda clase, que ofrece asientos c¨®modos y espacio para estirarse. El tren museo especial de vapor hace la ruta en verano y ofrece una excursi¨®n de un d¨ªa entero que incluye almuerzo en los vi?edos de la regi¨®n de Goriska Brda. Hay salidas diarias y se tiene que reservar con antelaci¨®n, a diferencia del tren normal. V¨¦ase www.slo-zeleznice.si.
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